Disclaimer.- Todo es de JK, yo solo lo uso para desbordar mi imaginación ^^
Dedicatoria.- A Fergie Granger, por su apoyo y porque es su cumple el 28 de febrero (aquí está tu regalo de cumpleaños, ¿eh?)
Aclaraciones.- Este es un AU (Alternative Universe), ambientado a fines del siglo XIII, en Inglaterra.
Ahora sí, espero que lo disfruten.
Capítulo 1
Mercenario
La espesa hierba le dificultaba el andar un poco, pero no se preocupó. Se recargó en un árbol, esperando unos segundos, y aprovechando para mirar su alrededor. Levantó una ceja al ver la cabaña tan común que tenía frente a él. Al ser administración de alguien tan influyente, hubiera esperado algo ostentoso, tal vez una enorme mansión rodeada por cuidados robles, o una hacienda con jardines imponentes. La cabaña de solo dos pisos, con tejas viejas y ventanas sucias no encajaba en la descripción que tenía en mente.
Suspiró. Había investigado, y el vejete tenía dinero. Si no lo tuviera, él no estuviera ahí. Tal vez simplemente la arquitectura no fuera de su interés. Sonrió de medio lado y se adelantó unos pasos. El bosque que rodeaba el claro era tupido y húmedo. A lo lejos, podía escuchar el murmullo de un río que corría entre los árboles.
Caminó hasta la puerta y giró la manija con cuidado, sin detenerse a tocar antes. El tufo a cerveza llenó sus fosas nasales en cuanto abrió la puerta, causándole una mueca de asco y un matiz peligroso en los ojos, de un gris plateado. Escudriñó la estancia con cuidado, como un felino al acecho.
Los hombres bebían sin interrupción, y solo unos pocos le enviaron una mirada cuando entró. La decoración era la común en un bar: paredes de madera, mesas pequeñas y una barra del lado derecho, donde un ajetreado chico servía copas apresuradamente, pero con prodigiosa habilidad.
El ambiente estaba lleno de risas, salpicado son algunos comentarios sobre la guerra contra los franceses, como ya era costumbre. Nadie le prestó demasiada atención, tan inmersos en sus asuntos como estaban.
- Bienvenido, ¿puedo ayudarte?- Una voz suave le saludó desde su derecha.
Volteó a ver a quien le había llamado, y descubrió a una joven de largo cabello negro enmarcando una cara de rasgos finos y figura estilizada, pero con ropa harapienta y sucia.
- Vengo a ver al señor James.- Contestó con voz aterciopelada. "James" era el seudónimo, por supuesto. La chica lo miró de arriba abajo. Era alto, joven, de facciones aristocráticas pero duras y cabello rubio lacio atado en una cola de caballo. Sí, era muy guapo. El joven carraspeó y ella pareció reaccionar.
- Sígame, por favor.- Se puso seria y dejó la bandeja que llevaba en las manos.
Caminaron hacia la parte superior de la cabaña. El ambiente cambió drásticamente, de la alegría de un bar a un lugar desconocido y frío. Entraron por una puerta de madera pulida, mucho más elegante de lo que hubiera esperado. La nueva habitación estaba en penumbra, pero eso le gustaba, era un requisito casi indispensable para su trabajo; se sentía más cómodo así.
Una lámpara de aceite alumbraba la estancia con una luz titilante. El hombre que estaba sentado frente al escritorio que ahí había lo miraba con expectación. Había llegado con retraso, pero así lo había planeado, era su costumbre.
- Buenas tardes, chico.- Dijo a modo de saludo el hombre.
Él no contestó, se limitó a asentir con la cabeza.
- ¿Tu nombre…?- Preguntó el hombre, señalándole la silla que tenía frente a él para que se sentara.- Me gustaría saber a quién estoy a punto de contratar.
- No le puedo decir mi nombre, señor.- Era cuidadoso, no era ningún estúpido.- Pero puede llamarme… Malfoy. Draco Malfoy será el nombre que use mientras esté a su servicio.
- Bien.- Asintió, aprobando la astucia del joven. Procesó con cuidado el nombre y soltó una pequeña sonrisa.- ¿Dragón de mala fe? ¿Alguna razón en especial?
El chico se encogió de hombros, indiferente. El hombre volvió al asunto principal al ver la antipatía de Malfoy.
- Pareces muy joven, a pesar de lo que he oído de ti… ¿tienes veinte? ¿veintiuno, quizás?- Aseveró, desconfiado.
- Veintidós.- Corrigió él de forma automática. No había sido su intención, pero le fastidiaba que todos le tomaran como un chiquillo.
- ¿Podrás hacerlo?- La sonrisa irónica y autosuficiente que el chico le devolvió fue la única respuesta que obtuvo.
- Solo dígame a quién.
- Aquí está la información.- Le extendió un pergamino.- La quiero muerta, pero no ahora, sería muy sospechoso y no me convendría…
- ¿Cuándo?- Interrumpió Draco. No le gustaba enterarse de los problemas de los demás, no eran asunto suyo.
- Se va a casar dentro de tres semanas o un mes. Tiene que ser después de su boda, así habría más sospechosos.- Contestó.- Pero necesito un trabajo bien hecho, que te infiltres…
- Necesitaré que confíe en mí.- Leyó el nombre que rezaba el pergamino. Lady Hermione Granger.- ¿No es la joven que se va a casar con el hijo del duque de Northsville?
- Exactamente.- Le sorprendió el tono de mofa con el que había hablado, tomando en cuenta su anterior frialdad y antipatía.- ¿La conoces?
Negó con la cabeza. La había visto alguna vez de lejos, junto a su padre, hace ya algunos años, pero no la recordaba del todo bien. Dobló el pergamino con lentitud después de leer todas las especificaciones.
- ¿El dinero?- Preguntó.
- Aquí tienes la mitad.- Le tendió una bolsita de cuero.- Son 400 doblones de oro, lo demás lo tendrás cuando termines el encargo.
Sonrió. El dinero le hacía sonreír, no por nada era un mercenario, un asesino a sueldo, despiadado y sin escrúpulos. Y era el mejor.
- Bien.- Susurró, echando un vistazo al interior de la bolsita.- Tenga por seguro que después de la boda, la mayor noticia va a ser la desafortunada muerte de la nueva esposa.
- Eso espero, pero recuerda que nada puede vincularla hacia mí, ¿está claro?
- Cristalino.- Contestó él, levantándose de la silla y guardando la bolsita de cuero en el interior de los bolsillos de su pantalón.- Usted solo espere sentado, señor. Yo me haré cargo de todo.
El hombre lo miró e hizo una mueca de satisfacción. Draco salió de la habitación después de una inclinación de cabeza.
Mientras bajaba las escaleras, volvió a abrir el pergamino, cuidando de que nadie estuviera observando. Miró de nuevo el nombre. Lady Hermione Jane Granger, prometida de Sir Ronald Weasley, heredero del conde de Northsville. Sonrió con cinismo. Iba a ser divertido, nunca había hecho ningún trabajo relacionado con la familia Weasley. Bien, para todo hay una primera vez.
Guardó de nuevo el pergamino y salió con pasos elegantes de la cabaña.
¡Hola! ¿Cómo les pareció el inicio? La idea se me vino a la cabeza en clase de Español, pues debíasmos hacer una historia y yo hice este capítulo, pero no con Draco. Entonces me dije... "¿Y si Draco tuviera que matar a Hermione?" Y fui tejiendo la idea hasta lo que tengo ahora. En fin, ¡muchas gracias por sus reviews, que espero ansiosa! Espero que les haya gustado y me sigan con esta historia también.
¡Bye, bye!
PD.- Sí, sé que debería actualizar La sal de la Gloria, perdón, perdo por ahora estará un momento en hiatus, hasta que su respectiva musa regrese. ¡Perdón, de verdad!
