Capitulo uno

A veces todavía recuerdo la primera vez que nos vimos, es curioso saben, existen tantas otras memorias que simplemente se han desvanecido de mi mente con una facilidad increíble pero es este recuerdo, este específico momento en donde lo conocí, el que sigue grabado en mi memoria de tal manera que podría jurar que fue ayer.

Yo era una mocosa de 14 años tan tímida que no me atreví a míralo demasiado, por miedo de que sus ojos se posaran sobre mí y el…. Bueno él era tan increíblemente alto y apuesto que recuerdo haber creído que era la mismísima encarnación de mr. Darcy; quizá sea necesario aclarar que durante toda mi vida me han encantado los libros leerlos, escribirlos, ver sus adaptaciones a películas ya sean están buenas o malas, etc. Y en ese periodo de tiempo en específico estaba pasando por mi fase austenriana como normalmente la llamo, quizá mi querido lector se preguntaran quien soy o de quien estoy hablando pero no creo que sea conveniente divulgar mi identidad en el internet, así que por fines prácticos ustedes pueden llamarme Minnie y ahora que lo pienso creo que con todo este dialogo entre nosotros he dejado la historia de lado y como ustedes entraron aquí específicamente por eso, me siento obligada a proseguir con la narración. Bueno recuerdo que fue una tranquila tarde en la primavera, yo estaba en mi recamara dormitando casi dormida cuando mi madre golpeo a la puerta (señal de que respetaba mi privacidad) para luego entrar de todas maneras, ella se veía tan emocionada que por un momento pensé que saltaría y gritaría como una niña pequeña a la que le habían regaladado su juguete favorito para navidad, luego me miró fijamente y exclamo 'cámbiate enseguida nos vamos en menos de una hora' con un ademan emocionado '¿a dónde vamos?' pregunte ' no te hagas la tonta tú lo sabes' respondió mi madre 'así que vístete bien para la ocasión quizá ese nuevo vestido verde que compramos hace unas semanas' sabia a que se refería mi madre, ella y papa habían estado hablando de la gran inauguración de los nuevas instalaciones de la empresa por días pero yo esperaba que quizá si no lo mencionaba quizá no me obligarían a ir, y dios estaba tan equivoca, así que con todo el dolor en el alma empecé a buscar ese horrendo vestido que mi madre había comprado para mí y trate de consolarme `pensando que quizá si la fiesta era tan grande como decían habría aperitivos, con ese pensamiento fue que salí de la casa con mis padres sin siquiera pensar en que me depararía el futuro.