Él no podía dormir bien desde que recibió la noticia de la muerte de su hermano, jamás había visto así a sus padres o la tía abuela, ni con la muerte de Anthony la vio tan mal. Su madre estaba destrozada y no se dejaba de reprochar los años que los habían dejado solos, no paraba de llorar aunque lo negara ante todos, solamente la cercanía de Candy llegaba a calmarla un poco, regresando de su boda se lo diría y le daría las gracias.

No entendía como el terco de su hermano había tomado esa decisión, por que se había ido sin despedirse, solo una pequeña carta para él ¿Por qué?...

Si no hubiera peleado esa noche con Annie, si no se hubiera encerrado en el estudio lo habría visto salir esa madrugada… por su culpa, él estaría con ellos en ese momento. A nadie le había contado eso, se sentía tan culpable, si Annie no fuera tan terca y él se preocupara mas por la familia, tal vez… tal vez esta situación no formara parte de su historia.

Al dia siguiente él entregaría a Candy en su boda, otro motivo más para quitarle el sueño, ¿en verdad la amaba o solo era un capricho de adolescente soberbio? Se sincero consigo mismo, si continuaba con Annie era para tener algo que lo uniera mas a Candy y estar presente cuando la relación con Terry terminara. Una sonrisa de amargura cruzó por su cara… ¡claro que lo había estado! En todo momento. Recordó los paseos en el zoológico de Londres, donde solo Candy y Albert tenían ojos para ellos y llegando a ignorara por completo a Terry ¿Qué acaso el aristócrata no se había o no se quería dar cuenta como él? Comprendió lo emocionado que estaba Albert por la visita, era la primera vez que convivía con su familia.

Los días de campo, con los inventos locos de su hermano, que pocas veces funcionaban por más de 15, minutos, y el deseo de que Candy lo mirara como veía a Albert. ¿Por qué se engañaba si ya sabía que había algo entre ellos? Y tenía que admitirlo, le alegraba que no fuera con Terry. Pero aquella mañana de invierno cuando la entrego la a brazos de Albert literalmente, pudo comprender la premura de él por cerrar la puerta y entendió el por que no lo invito a pasar…

Si supiera su Tía abuela el tipo de departamento en la el "Tío Abuelo" el heredero de la familia, la hizo su mujer se volvía a enfermar. Pero para mañana a estas horas eso ya no importaría. Comprendió por que cuando lo confronto preguntándole si la había respetado, no le contesto inmediatamente, no podía reprochárselo o ¿si?... si la amaba tanto como él.

Sabía que le había mentido nunca le creyó y después de la pelea a la hora del desayuno cuando grito a los cuatro vientos que si había sido de él y que entraría a esa casa como la señora, lo envidio por tener el fuerza de defenderla como nadie lo había hecho.

Abrió las puertas del balcón permitiendo que frio recorriera su cuerpo, admiro las estrellas nada se comparaba con la sensación interna que al otro lado del mundo su hermano también las miraba, por que él no estaba muerto, por eso no había llorado. En una fría y mal oliente celda un joven esperaba la noche para poder ver por la pequeña ventana entre los barrotes las estrellas.