Es mi primer fic, así que como podeis esperar estoy muy nerviosa XD Todo tipo de consejo que me deis lo recibire encantada de la vida así que no os corteis a la hora de criticarme.
Como podeis ver adoro al pareja que forman Someoka y Fubuki, son tan mooonos. Espero que lo disfruteis ! Y... por adelantado, gracias por leerme! XD
Una estela de luz atravesó la fina cortina que cubria la ventana iluminando así la cara del moreno jugador del Raimon, quien se había quedado dormido como un tronco sobre la mesa de estudio. Había sido una noche dura y larga, estudiarse todo un temario de matemáticas en una sola noche fue tremendamente agotador para el chico, solo hacía falta ver la cantidad de apuntes que descansaban debajo de su cabeza.
Riiiiiiiiiiiiing!- el despertador empezó a agitarse como un condenado sobresaltando al chico quien por el susto se levantó de repente dandose un fuerte golpe en la cabeza.
¡Arg! ¡Mierda! - se quejó el moreno-. ¡Maldito despertador!
De un golpe estampó el dichoso objeto contra el suelo el qual se rompió en pedazos.
Aunque el torturador ruido había cesado se sentía molesto por haber roto el despertador.
Ahhh… Habrá que comprar otro… otra vez- refunfuño el pelirosa dirigiendose hacia al baño.
Cada día lo mismo, la misma rutina de siempre: despertarse sobresaltado y mirar con desprecio al odiado despertador por no ser inmune a los cabreos matutinos, después ir a ducharse y congelarse vivo porque al vecino de al lado le da por lavar el coche a las siete de la mañana, luego vestirse y darse cuenta de que se ha puesto la camiseta al revés, desayunar tostadas quemadas a la velocidad de la luz, lavarse los dientes y por último peinarse el pelo ( ejem… si por pelo entendemos como a algo parecido a la hierba recien cortada… más que peinarse… se pasa el peine estupidamente por la cabeza, pero bueno…).
El pelirosa se puso sus zapatos a la vez que metia los libros en la mochila a toda prisa. Ya estaba listo para irse, sin embargo se quedó de pie, mirando la oscuridad de su pasillo como si estuviera esperando ver a alguien. Cerró los ojos y suspiró con resignación.
A quien quiero engañar. Yo… estoy solo.
De repente unos dolorosos recuerdos aparecieron en su mente: se encontraba de pie, delante de dos ataúdes, con la mirada perdida y los ojos llenos de lágrimas, sus padres habían fallecido en un accidente de coche, se encontraba solo e inútil, ¿quién iba a querer a un chaval de 15 años que se había enecerrado en si mismo y no quería tener a nadie a su alrededor? Por suerte, su tía lo acogió en su casa y lo cuidó como un hijo hasta la edad de 18 años. El pelirosa no queria que su tia se preocupara más por él, únicamente queria verla feliz y le estaba profundamente agradecido, pero ya había alcanzado la mayoria de edad y decidió irse a vivir solo. Sus pocos amigos no entendian su personalidad solitaria, sin embargo hay que decir que tampoco sabian nada de su familia, el pelirosa nunca quiso hablar del tema con nadie, les mentía explicandoles que durante todo el año sus padres hacian viajes de negocios y que nunca coincidian.
Bueno, será mejor que me vaya si no quiero llegar tarde.
El delantero del Raimon cerró la puerta y se alejó caminando ensimismado en sus pensamientos, dejando atrás una casa vacía y sin luz.
- Grrrrrr…
Desde hacía un rato el moreno delantero no parava de notar que alguien le estaba siguinedo.
-Someooookaaaa.
-¿Qué?- el pelirosa se giró preguntandose quien sería-. Tsé, no hay nadie.
-Someooookaaaaaaaa.
-¿¡Salid ya covardes? ¿¡Dónde estais!- gritó el pelirosa ya al límite de su paciencia.
- ¡Aquí!
De repente alguien se tiró encima de Someoka estampándolo contra el suelo.
¿¡Pero qué coj…! ¿Eh? Pero, si sois vosotros chicos…- dijo aliviado el pelirosa.
¡Buenos dias!- respondieron Handa, Max, y Endo a la vez, todavía encima de Someoka.
Je je, has visto Max, se ha asustado.
¡Jajajajajajaja!- rieron a la vez.
¡Eh! ¡Volved a decirlo delante de mis narices si os atreveis!- gritó el pelirosa, rojo como un tomate.
Te-has-a-sus-ta-do – remarcaron Endo, Handa y Max con sonrisa burlona.
¡Ahhhh! ¡Os vais a enterar, no corrais covardes!
Max, Endo y Handa corrieron entre risas hacia el instituto mientras Someoka corria tras ellos cuando este fue sujetado por el brazo frenandolo en seco.
Pero, que nari… ¿Eh? ¿Dónde estabas, no te he visto con los demás?
Ya sabes que no me gusta meterme en medio de sus bromas.
Si, si, lo sé, pero… ¿te preocupa algo Goenji?, te noto inquieto.
Eh… bu-bueno, no es nada de que preocuparse- el pelopincho se habia puesto tenso, pues Someoka estaba muy cerca de su cara.
Ui… ¿No tendrás fiebre? Te has puesto muy rojo de repente.
Goenji no tuvo tiempo para responderle, ya que el pelirosa habia juntado su frente con la suya para ver si tenia fiebre, y eso no ayudaba ya que la temperatura de Goenji habia aumentado en pocos segundos con la presencia de Someoka.
Es-estás demasiado cerca …- Goenji apartó con suavidad a Someoka apoyando sus manos en el pecho del moreno, cosa que provocó el aceleramiento de ambos corazones.
Pe-perdona, no era mi intención- Someoka apartó la vista rapidamente del atractivo delantero del Raimon para que no se le notará su vergüenza- en todo caso, si tienes algún problema no dudes en decirmelo.
Gracias, Someoka- contestó el pelopincho aliviado de que hubiera pasado el momento incómodo de antes.
Someoka empezó a caminar hacia el instituto, pensando en que ya no llegarían a tiempo a clase, pero que había valido la pena después de haber podido hablar con Goenji, pues era una de las pocas personas que lo entendían y comprendían, con él a su lado se sentia a gusto, sin embargo, había algo de Goenji que no le convencía.
Someoka.
¿Sí?- Someoka se sorprendió por el repentino cambio de tono de voz en su amigo, no traía nada bueno.
Tengo algo que decirte. Es importante. Es sobre… Yuka.
Sé que es corto, pero habrá más capítulos. Más adelante saldrá Fubuki y habrá más humor en la historia, asi que no os preocupeis XD
Bueno, ya termino (que plasta soy). Hasta el próximo capítulo!
