El examen más importante del curso y no me siento capaz de terminarlo.

No es porque no conozca las respuestas, si me la pase estudiando semanas, varias horas al día, hasta estar segura de que cada tema visto en clase había sido comprendido y retenido en mi cabeza.

No es porque tenga sueño o hambre, ya que me aseguré de dormir bien y tomar un desayuno equilibrado, ya que como leí en esa revista de salud, eso te ayuda a rendir mas en situaciones de estrés.

Pero ni el leer miles de libros, comer y dormir bien me podrían haber preparado para esto, que me distrae de tal manera que me es imposible prestarle atención a cualquier otra cosa, aunque mi calificación final dependa de ello.

Pero es que, no entiendo ¿Cómo es posible que los demás no lo vean? ¿Cómo pueden ignorar que unas filas mas adelante, mi compañera de curso, con quien comparto residencia y una de mis mejores amigas, la señorita "soy demasiado linda para estudiar", se encuentre copiando las respuestas de un papelito que discretamente esconde entre su falda?

Esa falda, tan pequeña, que apenas y alcanza a cubrir algo, que deja al descubierto sus largas y tonificadas piernas, que hace juego con esas sandalias rojas de tacón que le dan al caminar de su dueña un hipnotizante contoneo de caderas, y que cada que mi amiga hace el movimiento para poder copiar, revolotea traviesa, desafiando a la brisa que se cuela por la ventana a levantarla solo un poco más, prometiendo como recompensa el poder vislumbrar la totalidad de esa piel cremosa, que no ha sido tocada por el sol, y a pesar de lo que digan los rumores, tampoco ha sido tocada por nadie más que esas gentiles manos.

¡Y qué manos! de dedos tan ágiles como colibríes, que desdoblan y dan vuelta al pequeño pedazo de hoja, procurando que no se caiga, con movimientos precisos y estudiados, con una maestría que solo se consigue con la práctica, pero con la elegancia que solo ella podría otorgarles.

Dedos delgados, largos, uñas pintadas con un fino esmalte, cuidadas, arregladas, reflejando la personalidad de ella, atenta, coqueta, que siempre pone atención a los detalles, por más minúsculos que pudieran parecer, pero que son los que le dan el toque de hermosura a todo lo que ella hace.

Ella hace cosas hermosas, porque ella es hermosa.

Por dentro, por fuera.

Incluso cuando hace trampa, y pone esa cara de chica inocente, pero que al salir del aula se convertirá en una sonrisa picara, tan característica de quien ha cometido una travesura y no recibió ningún castigo.

Tal vez yo debería...si, tal vez yo podría darle ese castigo, ya que después de todo, soy la responsable del grupo...y me la debe, en cierta forma.

Porque esa falda sigue provocan dome, y esas manos siguen jugueteando en terrenos tan peligrosos, tan tentadores, que ya doy por perdida mi calificación y el examen.

Los doy tan perdidos como yo lo estoy en ella.