Cáp. 1 : Afueras del acantilado

Bella

Mientras Jacob y su manada buscaba ah Victoria, estaba a punto de tirarme del acantilado cuando sin velocidad fui arrastrada lejos de ahí. Jacob me miraba con el seño fruncido.

-¿Bella que estupidez creías que ibas ah hacer?

- Jacob intentaba divertirme, solo eso.

- Vamos te llevare ah casa.

En el trayecto de mi casa, estaba pensando en cuanto tiempo ah pasado ya 10 meses desde que el partió y me dejó estancada en este maldito pueblo con sus recuerdo. Nunca dejaría este pueblo no; porque yo quería pasar mis pocos años de vida envejeciendo recordando cada beso, abrazo cada caricia que él había hecho que mi corazón saliera de mi pecho. De pronto Jacob me saco de mis pensamientos.

-Llegamos.

-Gracias Jake nos vemos mañana.

Cuando entre ah casa, como ya era costumbre Charlie se encontraba muy atento al partido de la televisión. Volteó hacia mí y me preguntó.

-¿Qué tal la pasaste Bella?

- Muy bien- mentí

- Te ves cansada Bella- Observo mi padre tenía razón este día no había sido muy productivo que digamos.

- Me iré ah descansar, hasta mañana.

- Hasta mañana Bells

Subí las escaleras con demasiada lentitud y luego entre en mi habitación, recogí mi pijama y luego tome un baño eso hizo que me relajara un poco, me puse un poco de shampoo luego de un largo trayecto salí, me coloque mi pijama; entre ah mi habitación.

Luego regresé ah mis espantosos pensamientos: había pasado 10 meses desde que se fue-tenía contados los meses y eso me hacía sufrir más- . me pregunte si él la estaría tan mal como yo, pero mi mente supo la respuesta: "Bien" , si no había regresado es porque no le importaba lo más mínimo. Comenzaron ah brotar lágrimas, el dolor me inundaba. No lograba superar su partida, a pesar de que Jacob encontraba la manera de tener mi mente ocupada. Lo quería demasiado era mi mejor amigo, no podía herirlo.

Estaba recostada en la ventana, recordando esos maravillosos momentos cuando él saltaba la ventana para verme y estar conmigo todas las noches. Recuerdo la primera vez que se quedó conmigo y yo me avergoncé porque hablaba en sueños. Había querido la inmortalidad para estar con él toda la vida. Luego de eso pensé en mi mejor amigo de nuevo que sería de mi sin él, era como mi sol personal el cual, me levantaba pensando en hacer algo por él. Decidí ir me ah dormir con la espera de ir mañana a la playa con él. El clima iba ah estar perfecto y no iba a desaprovechar esa oportunidad de ver el sol.