Disclaimer: Haikyuu! pertenece a Furudate Haruichi.


Koutarou escucha el sonido de la puerta cerrarse con fuerza, pero su mirada no se desvía del techo. Ni siquiera parpadea y cuando sus ojos comienzan a arder, los cierra con fuerza y esconde el rostro entre sus rodillas.

Cometen el mismo error, una y otra vez. No importa si alguno (o ambos) tratan de mejorar y evitarlo, se encuentran de nuevo en la misma situación al poco tiempo.

Ninguno conoce los límites y si llegan a establecerlos, ninguno logra respetarlos.

Hinata habla y habla, actúa y actúa, pero nunca piensa.

Koutarou habla y actúa sin pensar, y cuando cae en cuenta de lo que hace, se sume en la culpa y remordimiento.

Ninguno frena, ninguno se da cuenta cuando las cosas están complicándose y lo único que hacen es correr cuando ven todo derrumbarse.

Sabe que Hinata está ahora golpeando la puerta del departamento de Kageyama y él estará gritándole del otro lado de la puerta, tratando de convencerlo de regresar a su propio departamento.

(Kageyama es un buen tipo, hay qué decir)

Y él, Koutarou, se queda en su zona de confort sin hacer nada. No puede actuar y piensa, piensa cuando debió hacerlo antes y no ahora.

Quiere evitar molestias al auto-convencerse con la idea de Hinata de regreso en unas horas. Y es así. Ambos se sonrían y pretenden olvidar todo. Se abrazan, permanecen en esa posición hasta que las caricias aparecen. Poco a poco. No deben de pasar más de diez minutos para que ellos caminen a tropezones al sofá, donde llega la oportunidad de los largos besos, manos debajo de las prendas y la sensación térmica en aumento. Lo utilizan como un medio para gritar sus frustraciones, Koutarou sabe que las uñas clavadas en sus hombros son quejas de Hinata, y él mismo sabe que la fuerza que utiliza para tomar de su cadera son todos sus argumentos defensivos.

Cuando termina, se miran de nuevo y ríen a carcajadas. No se mueven y sólo sueltan tontería tras tontería y no callan hasta el momento en que el sueño les gana y caen dormidos ahí mismo.

Al día siguiente todo regresa a la normalidad. Ambos van de un lado a otro, casi saltando, y sienten que no podrán detenerse nunca.

Porque Hinata habla y habla, actúa y actúa, pero nunca piensa.

Y Koutarou habla y actúa sin pensar, y cuando cae en cuenta de sus actos... él igual cae.

Es cuestión de tiempo para que vuelva a ocurrir, porque ninguno sabe cuando detenerse.


Y, bueno... soy de la gente (poca, muy poca) que shippea el BokuHina y no puede decidirse entre una relación demasiado adorable y dulce o un desastre desastroso para el shipppppp. Espero haya sido de su agrado ¡Y gracias por leer!