Hola, aquí estoy con esta historia, me agarro la inspiración y comence a escribir. No se preocupen que voy a continuar muy prnto con etapas de vida. Espero que les guste este capitulo, recuerden, toda critica es bienvenida. Los personajes les pertenecen a Rumiko Takahashi (hasta que me haga famosa y tenga mucho dinero y los compre JEJE)


Embarazada a los 16

Capitulo 1: Positivo

Deje los cinco test de embarazo, cerca de la jarra de agua, sobre mi escritorio. Me senté en el piso tratando de asimilar la noticia. Me toque mi vientre, y sentía como algunas lágrimas bajaban por mis mejillas. Tenía ganas de gritar y de tirar todo a la mierda. Los cinco tests dieron positivos.

Todo era culpa mía. Mía y de el. El. ¿Qué carajo voy a hacer ahora?

Baje de mi habitación y tuve mucho cuidado de no despertar a nadie. Todos dormían ya que era de noche. Agarré una bolsa de residuos y subí a mi habitación. Puse todas las pruebas de embarazo en la bolsa. Salí afuera y tire la bolsa en el tacho de basura de afuera.

Me acosté y trate de dormir. No había otra cosa más que hacer. Tal vez dormir, me haga sentir mejor.

XXX

Nos miramos de una manera tan especial. Sabíamos lo que iba a pasar. El me miro con pasión y yo me sentía ansiosa por saber lo que iba a pasar. El me tomo de la cintura, como si yo fuera suya y de alguna manera era cierto, nos besamos con pasión.

Los roces y las caricias, nos hicieron dejarnos llevar, nuestra amistad jamás iba a hacer la misma, después de esto.

XXX

El despertador, hizo detener mis recuerdos, lo apagué. Me estire en mi cama. Mi almohada estaba húmeda, había estado llorando. Recordar esos momentos me dolía mucho y ahora era peor.

Me senté en mi cama, en estos momentos ir al colegio era la peor idea. Pero, por ahora, no quería que nadie se entere de mi situación, así que tenía que actuar de manera normal.

Me puse mi uniforme que era de color azul. Me deje mi pelo suelto. Baje al comedor. Mi mamá había cocinado el desayuno.

Me senté a lado de mi hermana gemela Kikyo y a lado de mi hermanito Souta y al frente de mi abuelo.

-Kagome, ¿estuviste llorando?- me pregunto Kikyo

Sus ojos chocolates me examinaban de pies a cabeza. Ella me conoce como la palma de su mano, esa conexión de gemelas, siempre creí que era cierta. Las dos estábamos conectadas de una manera mágica.

-No, es solo que me dormí muy tarde- dije tomando un sorbo de chocolatada

Ella, no muy convencida, siguió con lo suyo. Comí unas 20 tostadas, me termine todo lo que dejaron los demás. Souta me decía que iba a quedar como una vaca. El no sabía que dentro de unos meses eso iba a pasar.

Kikyo se dejo su pelo largo y azabache, suelto. Envidiaba su pelo, era precioso a diferencia del mío que era bastante rebelde y ondulado. Nos despedimos de mamá y nos fuimos a la escuela.

Al llegar al establecimiento cada una fue por su lado. Me fui hacía mi casillero, rogando no encontrarme con el. En mis 16 años de vida, jamás había sentido tanto dolor. Estaba segura de eso. Llegó Sango con su sonrisa habitual, sin preocupaciones. Su pelo castaño y largo atado en una coleta, y sus ojos chocolates, de igual color que los míos, estaban alegres.

-Hola Kagome- me saludo

Le sonreí.

-Kagome, no termine la actividad 5, ¿me la prestas?- me preguntó en forma de puchero

Le di mi carpeta para que copiara. Nos sentamos en la mesa del bar de la escuela. Ella copiaba de forma rápida y prolija. Yo estaba sumida en mis pensamientos. Toco el timbre y nos fuimos al curso. Nos sentamos en nuestro banco. Entonces apareció el. Sentía como el corazón me dolía. Mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Inuyasha, ¡al fin llegas amigo!- le decía un amigo de el

Inuyasha, ese era el chico que me había enamorado. Y yo estaba a punto de llorar. Yo no lloro todas las veces que lo veo, pero ahora que se que estoy esperando un hijo de el, era 100 veces peor.

Me pare y salí corriendo de ahí. Me fui. Me escape de mi realidad.

Me senté en uno de los escalones y ahí quede. No iba a volver, no podía. Me sentía terrible. Sango se sentó a lado mío.

-¿Qué haces aquí?- le pregunté, mientras secaba mis lágrimas

-La profesora, te vio salir llorando y me ordeno ir a ver que te pasaba- dijo ella preocupada

Trate de recomponerme, pero me era imposible.

-Vamos Kagome, cuéntame que te sucede, te noto extraña desde la mañana- me dijo Sango poniendo una brazo alrededor de mi cuello, para tratar de consolarme

-Sango, estoy embarazada- dije

Ella me miro confundida, como si esperara a que yo le dijera que era una broma. Lamentablemente eso no iba a pasar.

-No puede ser ¿estas segura?- me preguntó

-Si, totalmente segura, me hice 5 pruebas- dije tratando de no llorar.

-No se que decirte amiga, ¿Quién es el padre?- me dijo

-Inuyasha- le dije llorando

Me abrazo y yo lloré un largo rato hasta que pude volver a recomponerme.

-Pero no entiendo, tú nunca me contaste nada- me dijo con tono ofendido

-Es que es demasiado doloroso para recordarlo- le dije

-¿Cuándo sucedió?- me preguntó

-Hace un mes- le dije

-Pero yo que sepa lo de ustedes no fue nada especial, no duraron nada- me dijo

Sus palabras me dolieron. Si es verdad, ni siquiera fuimos novios. Somos amigos de toda la vida.

Los recuerdos me nublaron la mente.

XXX

Era en la fiesta de una compañera, estaban todos mis compañero de cursos, incluido el. Era como cualquier fiesta, nos dejábamos llevar por la música y también los flashes de las cámaras se hacían presentes. Las luces se tornaban de tantos colores.

Inuyasha me invito a bailar y yo le acepté por supuesto. Éramos amigos de toda la vida, nos teníamos mucha confianza. En un momento el abrazo, y yo el recibí el abrazo.

-Te quiero Kagome- me dijo

-Yo también Inuyasha- le dije sonriendo

Luego me beso. Así de simple. Me beso. Me robo un beso. No le respondí pero tampoco lo aleje. Se alejo de mí. Y quedamos frente con frente. Estaba totalmente sorprendida. No tenía la menor ida de que hacer.

Claro que me gustaba, digo, ¿a quien no? El era muy apuesto, era de un pelo corto y negro y unos ojos dorados. Yo no me había dado cuenta, lo fuerte que eran mis sentimientos.

Lo bese yo de nuevo y así comenzó todo.

Luego de eso, no nos volvimos a hablar, en unas semanas. Yo pensé que ahí terminaría todo. Pero cuando fui asignada en un proyecto escolar, tuve que ir a su casa. Irónicamente, el trabajo era sobre los anticonceptivos y las maneras de prevenir embarazos adolescentes.

XXX

Los recuerdos del sueño que había tenido esta mañana, habían vuelto a mi mente. Deje escapar unas pequeñas lágrimas y seguí recordando.

XXX

Sus padres no estaban en casa, así que cuando terminamos de entregarnos en cuerpo y alma, nadie nos molesto. Luego de eso, todo volvió a la normalidad, el parecía no querer estar conmigo, jamás me dio una explicación. Y al sentir su frialdad yo tampoco quise saberlo.

XXX

Nuestra amistad termino. Había pasado no se cuanto tiempo y yo seguía ahí llorando.

-Kagome, ¿Qué vas a hacer?- me preguntó Sango

-¿A que te refieres?- le pregunté limpiándome las lágrimas.

-Con tu bebé- dijo Sango

Bebé.

-Digo, supongo que no vas a abortar ¿verdad?- me preguntó Sango

-No, nunca, jamás podría hacer algo así- le dije

-Así que lo vas a tener- me dijo

-Si- dije e hice un largo y profundo suspiro

XXX

Volvimos al curso y le dimos una excusa falsa a nuestra profesora, de que me había agarrado un dolor muy fuerte en la cabeza.

La jornada fue rápida. Sango me acompaño en el camino a casa.

-Kagome, ¿Cuándo se lo dirás tu madre?- me pregunto

-Hoy- le dije con un tono seguro

Cuando llegué a casa, Sango me deseo suerte y se fue. Entré a casa y mamá me esperaba con un gran almuerzo. Kikyo y Souta no tardaron en llegar también.

Yo no dije ninguna palabra. Estaba pensando en como lo iba a decir. También pensaba en lo que me iban a decir. Sentía nervios, y eso me estaba haciendo pasar un mal momento.

Cuando terminaron de comer, suspire y tome una gran cantidad de aire. Me pare e hice una señal de que todos siguieran sentados.

-Tengo algo que decirles- les dije con un tono bajo y nervioso

-¿Que hiciste, cielo?- dijo mi mamá preocupada

-No es nada malo, digo, si no fuera en mis circunstancias- dije soltando una risita nerviosa.

Suspire y desee que sucediera lo mejor.

-Estoy embarazada- dije bajando mi cabeza.

Todos pusieron una cara de asombro y de sorpresa. Yo cerré mis ojos esperando lo peor.

-¿Esto es una broma?- dijo Kikyo

Negué con la cabeza.

Mi mamá suspiro y fue hacia a mi. Me abrazo de una forma bastante consoladora. Y yo no pude soportar más y llore. Kikyo se unió al abrazo.

-Perdónenme fui una tonta- les dije limpiando mis lágrimas.

-Ya no hay vuelta atrás- me dijo mamá con un tono comprensivo.

Eso era verdad y tener el apoyo de mi madre me hacía sentir mucho mejor.