HENRY
El día empezó muy temprano, al igual que todos los días en que me toca intercambiar entre mamá y ma, ella siempre prefiere que yo vaya muy temprano y puntual a mi segunda casa y aunque no le gusta que yo desayune en el restaurante de la abuela esa es una de las cosas a las que mi mamá se ha tenido que acostumbrar. Emma es diferente, ella siempre me entrega por las noches y casi nunca a la misma hora, obviamente está en la lista de cosas que mi mamá se ha acostumbrado, lo bueno es que ya no pelean por eso.
Ma y yo estamos en el restaurante de la abuela tomando nuestra habitual taza de chocolate con canela y una torre de pancakes con jarabe de chocolate, es lo que siempre desayunamos aquí. Cuando estamos en casa, ma me deja comer cereales o a veces calentamos y comemos las sobras del día anterior, mamá no lo sabe o de lo contrario creo que se pondría como loca y quizá utilizaría su magia para que ma sólo pueda comer vegetales por mucho tiempo, al menos eso fue lo que ma me dijo cuando me hizo prometer que sería nuestro secreto.
Eso es algo que también ha cambiado en mi vida, no sólo tengo dos mamás o dos casas, ahora guardo los secretos de mis dos mamás, sobretodo los de mamá porque sé lo importante que es para ella no traicionar su confianza, no es que se enoje conmigo, es que se pone tan triste que le es imposible ocultarlo; ahora sé que es porque así fue como empezó todo, con mi abuela rompiendo su promesa de guardar el secreto de mamá, y sí, eso también prometí guardarlo como secreto a ma después de que me lo contara sin querer, una diferencia más entre mis dos mamás, ma dice cosas sin pensar como dice mamá.
Han pasado seis semanas exactas desde que volvimos de Neverland y mamá nos salvo de la nueva maldición. Ma casi pierde a sus papás otra vez y yo estuve a punto de perder a mi mamá, ella estuvo dispuesta a sacrificarse y dejarme ir para que yo pueda ser feliz y así poder redimirse de todas las cosas malas que hizo, pero lo cierto es que en ese momento desee con todo mi corazón poder volver el tiempo atrás y no ir en busca de Emma, porque yo estaba equivocado, mamá no me adoptó a causa de su venganza, me adoptó porque me quería y porque yo soy su final feliz.
Cuando esa nube de humo verde se convirtió en morada se suponía que los llevaría de vuelta al bosque encantado y borraría mis recuerdos y los de ma, pero no fue así, le grité a ma que detenga el carro cuando me di cuenta que ellos seguían allí cuando el humo se había disipado; me bajé del carro y corrí con todas mis fuerzas, mamá estaba tirada en el piso y yo creí que la había perdido, le pedí a ma que la salve, que no podía dejarla morir porque entonces jamás la perdonaría, ella nos había salvado a todos y se merecía ser salvada también. Ma la tomó de las manos y me recordó a mamá absorbiendo toda la magia verde y salvándola en el pozo; una luz muy blanca brilló alrededor de ellas y entonces mamá despertó. Después de eso me prometí a mí mismo que iba a hacer feliz a mamá como ella lo hizo conmigo.
Mamá estuvo muy débil después de eso y como no quiso quedarse en el hospital me fui con ella y ma venía todos los días a traernos comida y a cuidarnos hasta que mamá se puso mejor. Ellas casi no hablaban pero me di cuenta que ma se preocupaba por mamá y eso me hacía sentir mejor, porque nadie más lo hacía. Sólo mis abuelos vinieron un par de veces a visitar, incluido mi abuelo Gold, papá dijo que ella no necesitaba que él la visite así que nunca vino.
Los días siguientes cuando mamá estaba bien y pudimos salir a comer a la casa de la abuela e ir de compras yo esperaba que la gente fuera diferente con ella, había sido mejor que cualquier héroe en mis historietas y nadie más que yo parecía haberlo notado.
Es triste, me pone triste que nadie sea amable con ella, ahora puedo ver las cosas como son y aunque a mamá parece no importarle yo creo que en el fondo si le importa. Es quizá esa la razón por la cual cuando estoy en casa con ma no me siento tan feliz como antes, porque sé que mamá se queda sola en casa y ya casi nunca sale a no ser conmigo. Ella suele decir que le gusta arreglar su jardín, leer y ver películas cursis que nadie sabe que le gustan, sólo yo.
La semana pasada cuando estuve en una cena con papá en casa de mi abuelo Gold, le pregunté cómo era ella antes de ser la Reina Malvada, pero mi abuelo no quiso contarme porque no era su historia para contar. Y un día después de eso le pregunté a la abuela Mary Margaret lo mismo y ella me dijo que era la joven más increíble que había conocido en su vida, no sólo me sorprendió lo que dijo sino cómo lo dijo, había tanta admiración en sus palabras y sus ojos le brillaban cómo si hablara de alguien a quien había querido mucho. Nadie me quiso decir nada más, sé que es porque a mi mamá no le gusta que hablen de ella pero yo sólo tengo tantas ganas de saber.
—¡Hey chico! —me sacudió ma interrumpiendo mi concentración—. ¿Te vas a comer eso o puedo comerlos?
—Puedes. —Le dije acercándole mi plato de pancakes—. Debo ir pronto a la escuela, quiero preguntar sobre un proyecto.
Por suerte ma está más relajada y ya no insiste tanto en acompañarme a todos lados o hacer guardia fuera de la escuela y le prohibió a mamá también hacerlo o de lo contrario va a dejarla todo un día en prisión, aunque ma diga que es en broma yo creo que va en serio al igual que cuando mamá dice que le va a prender fuego a su horrible coche amarillo si lo intenta.
No tengo ningún proyecto escolar, o sí, pero no es por eso que voy temprano a la escuela, es porque Astrid quiere ser un hada madrina y cuando le pedí ayuda ella dijo que haría lo posible por ayudarme porque eso es lo que las hadas hacen y ella tiene mucho que practicar.
Al principio se puso muy nerviosa y casi dijo que no, y con Tink lejos de Storybrooke era aún más difícil pero al parecer logró comunicarse con ella.
Nos encontramos en la escuela para que si alguien nos veía no fuera a sospechar nada, tampoco es que estuviera haciendo nada malo, es sólo recolección de información y nada más.
—Vine tan pronto como pude. ¿Qué dijo Tink? —pregunté ansioso.
—Hola Henry. —Ella siempre tiene una sonrisa amable, casi me da un poco de pena por Leroy pero Astrid quiere ser un hada más que cualquier otra cosa—. No pude averiguar demasiado, Tinkerbell no estaba muy dispuesta a ser abierta sobre la vida de la reina, creo que ella no confía mucho en las hadas.
—Oh —no sé por qué creí que ella podría decirme algo diferente.
—Sólo dijo que Regina ha tenido muy pocos amigos en su vida, primero Daniel, luego Blanca Nieves y por último la propia Tinkerbell, y que no resultó nada bien con ninguno de ellos.
—Pero eso no puede ser cierto. Mamá no pudo haber tenido sólo tres amigos, eso es imposible.
—Pero es cierto. Sé que Tinkerbell no estaba mintiendo. Y creo que el simple hecho de poder decir que has tenido un solo amigo es bastante bueno ¿no lo crees?
—No. Porque Daniel terminó muerto y eso le rompió el corazón, y con mi abuela no pudieron haber sido amigas por más de cinco minutos y sé que fue igual con Tink.
—Lo siento Henry. Estoy segura que ahora todo es diferente.
No pude concentrarme en clase y el señor Floyd me regañó y envió una citación a mis padres. Ni siquiera eso tenía importancia en estos momentos.
Cuando ma fue por mí a la escuela, le pedí que en lugar de llevarme a la estación para que haga las tareas allí hasta que mi abuela pudiera recogerme para ir a casa me dejara ir con mamá porque quería explicarle lo de la citación, logré convencerla porque ella no se preocupaba por cosas así pero sabe que mamá sí lo hace.
No pensé que mamá se asustaría al verme allí, ella de inmediato pensó que algo malo había ocurrido pero le dije que quería contarle lo de la citación para que ella también vaya al día siguiente a hablar con el señor Floyd. Eso la hizo sonreír un poco y me dejó comer muchas galletas que había preparado, todas con chispas de chocolate, ella dijo que iba a dárselas a ma para mí pero yo creo que ella se las iba a comer todas.
Nos pusimos a ver televisión y esta vez elegí The Big Bang Theory, porque necesitábamos algo que nos haga reír mucho, y sé que mi mamá lo disfruta también.
—¿Mamá?
—¿Qué sucede cariño? —preguntó acariciando mi cabello y dándome toda su atención.
—¿Cuántos amigos has tenido en toda tu vida?
—Ahhh… no lo sé —ella parecía un poco desconcertada sé que no estaba esperando que yo le pregunte algo así.
—Sólo dime. No le diré a nadie, será nuestro secreto.
Ella sonrió totalmente y enganchó su dedo meñique con el mío, sé que son cosas de chicas pero es algo que a ella le gusta hacer, ma prefiere peñiscarme el brazo y eso me gusta más, en la escuela los chicos más grande se dan un fuerte golpe en el brazo, y todas las niñas sin importar la edad hacen lo mismo que mamá con el dedo meñique.
—No he tenido muchos amigos.
—¿Daniel fue tu amigo?
—Sí. El fue mi mejor amigo. Aunque no por mucho tiempo, fue algo así como por un año.
—¿Y qué hay de la abuela?
—Eso fue sólo por dos semanas.
—¿Nadie más?
—Tinkerbell… pero sólo un día. —Dijo con tristeza—. Creo que los amigos que tuve por más tiempo fueron Jefferson y Maléfica pero no creo que ellos cuenten mucho.
—¿En serio fuiste amiga de ellos? —Esto no lo sabía—. ¿Cuándo?
—Fue después de Tink, cuando recién estaba aprendiendo magia con Rumpel. Jefferson era muy agradable, me gustaba escuchar sus historias sobre todos los lugares que visitaba. Y después… cuando era… mala… cuando me di cuenta que ni Rumpel ni Jefferson querían ayudarme conocí a Maléfica y ella me enseñó muchas cosas también. Después de eso no ha habido más amigos.
Quería preguntarle si le gustaría tener más amigos pero sabía muy bien su respuesta, así que no lo hice.
—Sé que soy tu hijo y que crees que soy muy pequeño…
—Eres mi pequeño príncipe. —Dijo sonriente mientras acaricia mis mejillas.
—Pero yo soy tu amigo también mamá, y te amo.
—Yo también te amo mi dulce ángel.
La abracé y ella me abrazó. Continuamos viendo un par de episodios más y luego ma vino por mí.
Me dio un poco de risa cuando ma preguntó si tenía lista la tarea para mañana y le dije que no. Ella estaba un poco histérica y decía que ésta era la manera de mamá de vengarse por darme de comer tanta comida chatarra, que por eso me había dejado comer galletas con chispas de chocolate y ver programas bobos para que así ella tuviera toda la responsabilidad y la parte aburrida con las tareas. Me castigó por reírme y me obligó a ir a casa de la abuela para que me haga comer muchas verduras para la cena y de paso me quede allí haciendo la tarea porque ella tenía una reunión.
Me enojé un poco, mamá siempre me ayuda con la tarea y ma nunca lo hace, sólo pregunta si lo he hecho o si he guardado todo lo que necesito antes de ir a clase, y me dice que haga mis deberes y nada más; y encima me obliga a comer la comida de la abuela que no me gusta, incluso prefiero comer lo que el abuelo prepara.
El único pensamiento que hay en mi cabeza es mi nuevo plan. Astrid tiene razón, las cosas son diferentes ahora, tienen que serlo. Lo primero que debo hacer es conseguir un nuevo amigo para mamá, uno al que no le importe su pasado, con quien pueda ir de compras y tener noche de chicas como ma y la abuela, alguien a quien pueda contarle las cosas que a mí no quiere contarme, que pueda cuidarla y protegerla en caso de que un nuevo villano vuelva a aparecer, mamá pudo haber sido la reina malvada en el Bosque Encantado, pero aquí en el mundo real hay otra clase de peligros como los que ma siempre dice o como Greg, y mamá puede ser una reina pero es más como una princesa que no sabe pelear ni usar un arma, por eso no pudo hacer nada cuando la secuestraron, porque incluso la abuela sabe defenderse a sí misma y tiene al abuelo y a un montón de gente que cuida de ella.
Lo cierto es que siempre tuve razón, está destinado, ma tiene que ser la nueva amiga de mamá, ella puede hacer todas esas cosas que mamá necesita de un amigo, y es genial porque así todos podemos pasar más tiempo juntos como familia. Ma no puede llevarnos por un sombrero a otros mundos, pero puede llevarnos a conocer otros lugares y así mamá podrá hacer realidad todos sus sueños de aventuras que tenía cuando vivía en el bosque encantado. Porque si yo soy el final feliz de mamá entonces es hora de que empiece a comportarme como tal.
Y así fue como todo empezó.
