Espero disfruten de esta historia corta.
Disclaimer: Naruto no me pertenece, si no a Masashi Kishimoto.
Este fic participa en el reto Regalos de San Valentín del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
Según mi querido Word y -san, este texto tiene 500 palabras.
¡Ojalá les guste!
(Por cierto, no lo lean muy rápido)
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El "Día de San Valentín" había llegado, y Hinata buscaba que darle a Naruto. Esa mañana su marido le había preparado un hermoso desayuno con una nota romántica, pero él, por tener que ir a pedir misiones, no pudo estar presente y tuvo que pedirles a sus hijos que se lo entregasen e inmortalicen su reacción.
No descansó hasta que tuvo el plan perfecto. A la tarde saldrían a dar un paseo en familia por el parque de la aldea. Después irían al Monte Hokage, cuya vista era hermosa, donde comerían unos onigiris. Nada que acabe con su apetito y con el de Naruto, pero sabía que con un poco sus pequeños caerían rendidos. Luego volverían a su casa, donde prepararía ramen. Tal vez no sea la comida más romántica del mundo, pero era la mejor para Naruto, y él nunca había puesto peros a algo preparado por ella. También compraría flores: unos jazmines. Una vez Naruto había dicho que esas flores le encantaban, y cuando le preguntó el por qué, él respondió que su aroma y color le recordaban a ella. Pero bueno, luego de dejar a sus retoños durmiendo tendrían una cena romántica, y como broche de oro para esta fecha ella lo llevaría hasta la habitación a terminar la noche como ellos sabían. Que ella tomase la iniciativa era algo nuevo que seguro a él le encantaría.
Si de algo estaba segura, era que ese día sería perfecto. Pero ningún plan es infalible.
Primero, fue a comprar los jazmines. Pero al llegar se enteró de que los Yamanaka se habían quedado sin flores. Entonces decidió seguir sin ellas.
Lástima que no sería el único inconveniente.
Esa tarde, Naruto le envió un mensaje avisándole que no podría llegar a casa hasta la noche, lo cual también arruinaba el paseo. Por lo menos todavía le quedaba la cena.
O eso pensó hasta que, por entretenerse durmiendo a Boruto y Himawari, el ramen que estaba preparando se echó a perder.
— ¡Estoy en casa! —Dijo Naruto al llegar. Entonces fue a la cocina, y vio a Hinata tratando de salvar algo de la comida.
—B-Bienvenido a casa —Dijo avergonzada de ser encontrada así.
—Hinata ¿Qué pasó?
—Y-Yo, yo solo quería darte una sorpresa —Dijo en un susurro —Se suponía que este sería un día perfecto, pero todo se arruinó. —Entonces le explicó lo ocurrido. Al finalizar, Naruto no se contuvo de darle un abrazo.
—No tenías que hacer todo esto. El mejor regalo que me podías dar ya me lo entregaste.
— ¿Cuál?
Entonces la besó y le dijo —Una hermosa familia y el amor que nos tienes.
Hinata estaba encantada. En verdad Naruto sabía cómo calmarla.
Estuvieron un rato abrazados en silencio, hasta que él habló.
—Hinata.
— ¿Sí?
— ¿Qué te parece si cumplimos la última parte de tu plan? —Preguntó con una pícara sonrisa.
No necesitó respuesta, ya que ella misma lo tomó de la mano y con una sonrisa lo guió al cuarto, que fue testigo nuevamente de su amor.
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Notas: Les juro que esto no fue fácil de hacer, no por la parte de plasmarlo, si no por no explayarme. Si lo hacía, creo que hubieran sido cerca de mil palabras. Pero bueno, digamos que el insomnio ayudó.
Espero que les haya gustado. Matta´ne.
