Nota: AHHHHH!! Me odio!! Nunca nada me sale como quiero!! Al final, Blanca Realidad no va a ser un One-Shot como yo quería... no! La historia, como las anteriores tomó vida propia y claro!! la chica tenía que salir de más de 1 capítulo!!
Bueno, volviendo al tema entre manos... será de más de 1 capítulo, pero con suerte no va a ser de 9 u 8 como los anteriores... (Si fuera por seguir una tradición, debería ser de 7, pero no creo que llegue a tanto.)
Tercera y última parte de la serie TONOS, como dije en un principio... solo falta el blanco y aquí está.
Espero que todos estén bien y que disfruten de esta última parte.
Besos y abrazos,
Luna Ming
Blanca Realidad I
Dediscitum, Corrigiendo lo Imposible
Había tomado tiempo, pero finalmente Peter, Remus y Sirius había comenzado a sanar la amistad que los había caracterizado desde hacía tanto tiempo.
Era difícil decir como habían empezado, ya que la desconfianza que se había creado durante más de década y media era difícil olvidar…
Sin embargo, lentamente, paso a paso, estaban llegando allí.
Por suerte para ellos, los 14 más jóvenes no le habían conocido antes del incidente, así que rápidamente entraron en confianza con el hombre gracias al cual la profecía se había puesto en movimiento.
Eso, claro, no ponía mejor al hombre…
Todo lo contrario, le costó 1 mes entero aprender los símbolos que los 14 tenían grabados en sus frentes para poder reconocerlos sin confundirse de nombre, que los 14 tuvieran la misma edad y fueran dos grupos de 7 personas iguales, no ayudaba… el hecho de que había sido criados juntos había logrado que esa parte de empezar las frases y otros las termine como hacían los gemelos Fred y George fuera más un tornado de gente hablando que una simple charla…
De hecho, tenía el presentimiento de que ellos tenían que ver con el hecho de que sus dos amigos de la infancia hubieran entrado a su recamara de improviso y ahora estuvieran desgastando la alfombra en su ir y venir incesante.
Los dos tenían cara de nervios, Remus tenía el cabello desordenado y sus ojos parecían recorrer un texto invisible en el aire, mientras Sirius se estaba tirando del cabello y su rostro parecía no decidirse por un color. A una velocidad inaudita pasaba del blanco fantasmal a un verde enfermo y un rojo tomate.
"Chicos… no por incomodarlos… pero, ¡¿podrían dejar de pasearse y decirme que demonios pasa?!" Estalló Wormtail exasperado luego de 15 minutos de lo mismo.
Finalmente los dos magos dirigieron a él sus dos miradas de terror… ya estaba comenzando a preocuparse.
"Tenemos problemas." Se quejó Sirius, mientras se dejaba caer sobre la cama de cuerpo y medio, mientras se tapaba los ojos con los brazos.
"Grandes problemas…" Aclaró Remus mientras caía al lado de su amante.
"Problemas colosales…"
"Problemas de los cuales no nos vamos a salvar."
"Oigan, ustedes dos… si ya terminaron con el melodrama, necesito saber que problemas, sino no les puedo ayudar." Trató Peter de razonar.
"Es que no sabemos por donde empezar…"
"Desde el principio, claro."
"Bueno… Todo empezó cuando Quinn entró a nuestro cuarto para hablarnos de algo…"
Ambos hombres estaban ayudando a Hermione a arreglar los papeles de cuentas, como el gasto en velas, harinas, los muebles rotos por los septillizos y las paredes tiradas por los gemelos, sin contar el baño que habían explotado solo para conseguir un inodoro de recuerdo por el primer año de Hogwarts donde le enviaron uno a Ginevra cuando alguien tocó la puerta.
"Pase."
Un muchacho de 15 años, cabello castaño y ojos miel entró algo avergonzado.
"Quinn, novato a punto de entrar en la academia."
"Toma asiento, Quinn, ¿Necesitas algo?" Preguntó Sirius.
A pesar de que Quinn era genéticamente hijo de Remus, entre los tres se habían encargado de criar a todos, así que no era raro que Quinn fuera más apegado a él que al mismo Remus… De hecho, Ancor y Carten, que eran genéticamente de él sacaban más de Remus en cuanto a conducta.
"Bueno… verán… el otro día en Diagon Alley conocí a una chica y desde entonces nos mandamos cartas. Tenía esperanza de poder hablar con mamá sobre el tema."
"Lo siento, pero tu madre está algo ocupada preparando todo para el próximo curso. Ya sabes que va a traer a dos semi-gigantes, así que se está encargando de las acomodaciones de estos…"
"Oh, bueno…" El chico se removía incómodo en su asiento, mientras trataba de no ver a sus dos padres directo a los ojos. "Es que quería pedirle de salir… ya saben, una cita. Pero… bueno, he estado fuera más que la mayoría de los que viven en Pyramide pero no sé que debo hacer en una cita."
Los dos hombres se encogieron de hombros viéndose el uno al otro y luego al muchacho. Definitivamente eso no era algo que Hermione pudiera responder por experiencia, pero, seguramente ella podría darle un consejo mejor al chico que alguno de ellos dos.
"Pues… No sé, llévala a almorzar a algún lugar que no sea demasiado ostentoso y cuando vallan a caminar cómprale algo, fíjate que es lo que está mirando." Aconsejó Sirius lo mejor que pudo, siendo el único de los dos con mayor cantidad de contacto femenino a causa del 'pequeño problema peludo' de Remus.
"¿Ustedes que hicieron en la primera cita con mamá?" Preguntó de repente el chico frunciendo el ceño.
Remus abrió la boca, pero la cerró inmediatamente viendo a su hijo adolescente como si se hubiera transformado en una hidra. Le siguió Sirius, que abrió la boca y trató de formar palabras, pero ningún sonido solió de ella.
Frunció también el ceño, como si tratara de concentrarse y se quedó así durante varios minutos, con los ojos de los otros dos sobre él.
Se llevó la mano en a la barbilla, aun pensando, hasta que llegó a una conclusión.
"Remus… estamos en problemas."
Ante ese descubrimiento, sin siguiera despedirse del hijo de ambos, salieron corriendo hacia el cuarto de Peter en busca de ayuda.
"Bien… ahora. ¿Cuáles son los problemas?" Trató nuevamente Wormtail desde su escritorio en el cuarto individual.
"¡Que nunca tuvimos una cita con Hermione!" Gritó exasperado Sirius, mientras Moony escondía su rostro entre sus manos.
Peter se quedó mirándoles como si estuvieran locos.
"No esperarán que me crea eso… ¿Hace cuanto que están casados?"
"Pues, tomando en cuenta que ella tenía 15 años, yo empecé a salir con ella cuando tenía 14 años… 20 años de Pyramide… Oficialmente 3 años, extraoficialmente 21." Dijo Remus algo más tranquilo que su pareja allí presente.
"No pudo haber sido tan mala…"
"¡No! ¡No fue mala, porque nunca sucedió!" Intervino otra vez Sirius.
Wormtail se quedó mirando a los dos como si tuvieran dos cabezas, luego de tantos años juntos, uno espera que al menos hubieran salido a cenar una vez…
"Están bromeando…" Trató otra vez sin poder creerlo.
"¡No!" Respondieron a la vez y al ver las caras serias, trató de ahogar la risa.
"No me lo puedo creer…" Sin poder más, estalló en una carcajada burlona con todo el poder de sus pulmones.
Los otros dos le veían como se retorcía por aire y tosía en busca de aliento a la vez que caía de la silla al suelo y acurrucándose en forma fetal para poder contenerse.
Los otros dos magos le lanzaron un hechizo de silencio y se volvieron a tirar sobre la cama, hasta que el tercero se tranquilizó y con un movimiento de varita deshizo el hechizo.
"Ustedes los Black no hacen las cosas de la manera normal, ¿cierto?" Dijo luego de arreglarse la túnica con una enorme sonrisa en el rostro que ocultaba la risa que en realidad quería proferir. "¿Qué van a hacer? Digo, ya están técnicamente casados con ella… ¿Qué hay de los regalos?"
"Los regalos se los damos para navidad y su cumpleaños… aunque ya no sabemos la fecha exacta de este con tantos cambios de tiempo." Explicó Remus.
"Deberíamos invitarla a salir, ahora que ya no hay tanto peligro fuera salvo por algunos mortífagos que se nos escaparon, ¿Tu que dices, Peter?"
"Pues, no es mala idea… seguramente disfrute el hecho de salir un poco. Lo poco que conozco de Hermione, ella da su vida por este establecimiento y todos sus alumnos, pero necesita salir un poco más… 20 años encerrada no es algo que sea sano para nadie."
"¿Qué consejo nos puedes dar?" Preguntó algo más esperanzado Remus ante la idea de sacar a pasear a su pareja femenina.
"Oigan, nada de consejos… ¿Recuerdan? ¿Rata por 12 años no les dice nada?" Señaló el más bajo de los tres.
"Pff… Si, pero tu no has estado encerrado o escapando durante 30 años… aparte, desde que regresamos aun no le he dicho que fui yo quien abrió la 'caja de Pandora'…"
"Dime que la esperanza aun sigue dentro, porque tenemos 14 demonios sueltos por tu travesura." Le respondió Remus mirándole de costado. "Han pasado 10 años, Sirius… tienes que decírselo en algún momento."
"Lo sé… pero nunca parece ser el momento adecuado."
"¿Por qué no le proponen matrimonio otra vez?" Opinó Wormtail desde su silla, balanceándola en dos patas.
"¡NO!" Gritaron los otros dos aun más horrorizados, haciendo que Peter caiga de espaldas al suelo.
"¿Qué? ¿Dije algo malo?" Preguntó asustado ante la reacción de sus amigos, que le veían ahora si como si se encontraran en medio de una casa maldita.
"Nosotros…" Comenzó Remus.
"… nunca le…" Tragó Sirius.
"¿Me están queriendo decir que nunca le pidieron matrimonio?" Espantado, Peter se sentó otra vez, esto no era bueno…
"Como la guerra se acercaba, bueno, le dimos prioridad a eso y nunca creímos…"
Wormtail suspiró pesadamente.
Sirius 'Padfoot' Black y Remus 'Moony' Lupin habían pasado por alto la parte 'romántica' de una relación y la habían dejado pasar de largo durante… ¿20 años?
Sirius, el casanova, el hombre al cual todas las mujeres se tiraban cuando iban a Hogwarts, aquel que no se avergonzaba de presentarse con una mujer diferente cada semana estaba teniendo problemas con una mujer. Y no cualquier mujer… su ESPOSA en eso.
Remus… el chico tímido, que temía poner en peligro a las mujeres por su licantropía, aquel al que las mujeres se le alejaban cada vez que parecía que tendrían algo serio por el mismo tema, jamás había salido con la única mujer que vio más allá de eso en lo que se transformaba tres noches del mes…
Esto era un desastre…
Y él era el primero en enterarse, no quería ni imaginarse cuando se enteraran sus hijos…
Estos, definitivamente iban a reírse un buen rato.
Hermione se encontraba en uno de los despachos del lugar revisando las cartas que habían llegado hacía solo unos minutos sin enterarse de lo que ocurría en el cuarto de Peter.
Esperaba que Hagrid y Olympe estuvieran cómodos en el lugar, sin contar a Gabrielle, la hermana pequeña de Fleur, Pansy, Daphne y Millicent, las Slytherin de su curso, Dennis, el hermano menor de Colin, Rose, Laura y Owen, un grupo de Hufflepuff y otros tantos…
Sin embargo, y para su desagrado, la mayoría de los que asistirían serían Slytherins, lo cual solo podía significar problemas.
Antes de que pudiera abrir la última carta, la cual le atraía de sobremanera dado que llevaba el sello y logo de Hogwarts, la puerta se abrió, dando paso a Salvador, un Caeli de segundo curso, egresado solo hacía unos meses.
"Salvador, Caeli perteneciente a la tríada 'Imagen'…" Avisó el chico agitado, recargándose ligeramente en la puerta.
"Pasa y toma asiento." Indicó, dejando la carta a un lado mientras el chico hacía lo que le había mandado. "Dime que ocurre…"
"Hoy nos tocaba hacer la ronda junto con Poppy como sanadora en caso de emergencia…" Explicó claramente avergonzado. "Yo iba por el aire y mis compañeros caminando, mientras que Poppy iba en forma… canina."
Adivinando a donde iba todo esto, se tomó la cabeza con las manos.
Si un Caeli iba a ella con problemas nada bueno podía pasar.
"En un momento nos separamos y… bueno… fue llevada a la perrera."
"Cielo santo…"
"Necesitamos que alguien valla a sacarla."
"Es la cuarta vez que algo así sucede…" Agregó con un ligero sufrir. "¿Por qué no avisaste a Ronald?"
"No lo puedo encontrar… me han dicho que fue a buscar a los septillizos con Harry."
Con un suspiro se paró, acomodándose la camiseta y los shorts unas tallas más grandes para que no lo parecieran tanto.
Recogió algo de un cajón, algo de dinero muggle y se giró al hombre sentado delante de ella.
"Vamos antes de que alguien más se la lleve. Guía el camino."
El viaje fue rápido, considerando que se aparecieron en un callejón detrás de la perrera que contenía a la sanadora.
"Buenas." Llamó desde el escritorio de recepción a quien debiera estar atendiendo en ese instante.
"Buenos días… ¿En que puedo ayudarles?" Preguntó una mujer mayor de cabello gris.
"Estamos buscando una perra que se nos ha perdido. Tiene un collar igual a este, con el nombre Poppy al reverso." Aclaró mostrándole su propio collar.
"Oh, querida… una familia se la acaba de llevar." Dijo abriendo los ojos de par en par.
Una mano en su hombro evitó que estallara, esto era grabe.
Tenían que encontrarla enseguida antes de que alguien se diera cuenta de que no era simplemente un perro.
"Disculpe, pero… ¿Me podría dar la dirección de la familia que la adoptó?" Preguntó Salvador a la mujer mientras ella trataba de calibrar su mente ante la idea de que la cabeza de enfermeros estuviera atrapada en su forma canina en un lugar desconocido.
"Claro, señor, espere un segundo."
Fue así como 30 minutos más tarde los encontró a ellos con el resto de la tríada frente a una pequeña casa con un amplio parque frontal y una casa de perro hecha en madera al frente.
Salvador había tomado la forma de un gorrión y se encontraba parado sobre un faro, mientras que el resto se encontraban escondidos entre las sombras.
Allí afuera, un niño jugaba con la pequeña perra blanca y movía la cola impulsándole a atraparle. Dicha perra tenía un collar… el collar de un Canis.
Esperaron durante minutos, hasta que un hombre salió a la puerta, llamando al pequeño Brian adentro, dejando a la perra afuera sola, que rápidamente se transformó en la mujer mayor, que veía la casa con algo de angustia.
"Es una familia de magos… la mujer murió en la batalla hace dos años." Habló aparentemente a la nada, hasta que Hermione finalmente salió para pararse a su lado. "El niño estaba deprimido, el padre tiene que pasar mucho tiempo con su hermanita que recién había nacido cuando la madre fue a pelear. Pensó que un perro le alegraría un poco… pero no quería ir a Diagon, demasiados recuerdos."
La más joven le colocó una mano en el hombro en señal de apoyo.
"Está bien, Poppy… no hay nada que podamos hacer al respecto."
"Déjame quedarme un poco más… solo un poco, si puedo traer algo de felicidad a este lugar es lo menos que puedo hacer…"
La joven se quedó pensando, mientras giraba las posibilidades en su cabeza. Podía hacerlo, no era quien para negarle…
"Hablaré con el padre… te puedes quedar una semana y luego conseguiremos un perro parecido a ti."
La mujer mayor asintió levemente, volviéndose a transformar, mientras que ella iba directo a la puerta, tocándola.
Un hombre de unos 35 años se encontraba allí, abriendo la puerta.
La vista de este recorrió la pequeña figura vestida con unos cortos verde oscuros y una remera blanca sin mangas que llevaba un emblema sobre el corazón.
Pero sus ojos se detuvieron en un lugar… en el cuello, donde la gargantilla de cuero reposaba, siendo realzada por la palidez de su piel.
"Creí que solo era un rumor…" Dijo desconcertado y maravillado a la vez.
"Señor, creo que me debo presentar. Mi nombre es Hermione Jane de Pyramide." Aclaró al ver que el hombre había quedado estático.
"Wow… Pase, pase…" Dijo rápidamente dándole lugar para que entre a un pequeño, pero cómodo, salón con algunos sillones. "¿Desea té? ¿Algo para comer?"
La muchacha le vio más sorprendida y algo incómoda ante el repentino entusiasmo del hombre al estar ante su presencia.
"Un vaso de agua estaría bien…" Respondió algo dudosa.
"Claro, enseguida…" Rápidamente sacó de su pantalón una varita y conjuró un vaso con agua para luego pasárselo. "¿A que debo tan maravillosa visita?"
"No creí que me conociera…" Su entrecejo se frunció tratando de recordar si realmente lo conocía y no lo recordaba.
"No, claro que no… de hecho, se rumorea que el 'Colegio Pyramide' es solo una farsa, un cuento para niños."
"¿Entonces como sabía que podía confiar en mi?"
"Llevas un collar de Canis. Se dice que es el grupo de investigación y desarrollo. He escuchado tanto sobre ese Colegio… mi hijo siempre dice que cuando crezca desearía ir allí… un lugar donde nadie te va a traicionar, donde la paz entre los opuestos existe… es el sueño de todos."
Hermione asintió… jamás lo había pensado así, pero desde ese punto de vista, tenía razón… Pyramide era un lugar soñado, por el cual pocos se habían jugado.
"Si lo plantea así, Pyramide es realmente un lugar ideal para muchos… Veo que sabe bastante de nosotros, sin embargo no se su nombre aun…"
"Disculpe mis modales. Soy Gerard, calculo que el apellido no importa, ¿verdad?" Preguntó sonriente.
"No, claro que no… tanto ha pasado fuera de las paredes del colegio que no sé… no tenía idea que el ministerio ahora negaba nuestra existencia…"
"Espero no ser indiscreto, pero, ¿Hace cuanto tiempo que está en Pyramide?"
"En tiempo de Pyramide se podría decir que hace 25 años que estoy dentro de ella. En tiempo real ya van a ser 3 años"
"Valla… eso es mucho tiempo. Me encantaría saber más sobre ese colegio."
"Si quiere puede formar parte del siguiente curso, pero eso implica un gran trabajo de su parte… no es fácil adaptarse, especialmente para alguien de más de 20 años, ya con una vida aquí afuera."
"No creo ser capaz… tengo a mis hijos aquí... debo pensar en ellos."
"He criado a mis 14 hijos allí, no creo que tenga problemas con ello si así lo desea. Sin contar que Poppy podría cuidarlo mientras usted presencia las clases."
"¿Poppy? El perro que le compré a mi hijo se llama sí…" Respondió desconcertado ante una nueva información.
"Lo que tiene allí afuera no es realmente un perro, es la cabeza de sanadores del colegio en su forma animaga. Estaba patrullando la zona cuando los hombres de la perrera la atraparon."
"Oh, lo siento… yo no sabía."
"No se preocupe, no tenía idea de quien era y es entendible. Entre usted y yo, Poppy se ve muy tierna en su forma animaga." Al momento un ladrido agudo se escuchó. "Bueno, parece que de todas formas escuchó…"
"Pero… el pago… no tengo mucho que ofrecer por mi estadía…"
"Gerard, no es necesario pagar en Pyramide… el pago es el cuidar de todo el resto. Nosotros cuidamos de la gente y eso es suficiente pago. Aparte, entre la primera generación tenemos la fortuna de los Black, los Zabini, los Goyle y los Malfoy. Dinero es definitivamente algo que no necesitamos."
"Dios… ¿En serio me está invitando a asistir?" Preguntó más esperanzado que antes.
"Si, pero antes… Poppy quería quedarse unos días. Se ha apegado a su hijo, así que en 1 semana irán con ella a la mansión. Claro, primero que nada, lo mejor será que se la presente."
Dejó que un silbido escapara de sus labios y con un movimiento de la mano abrió mágicamente la puerta por la cual entró el pequeño perrito que Gerard había conseguido en la perrera.
Como si de nada se tratara, el perrito se transformó en una mujer mayor con cabello casi blanco, delgada y alta, que inclinó la cabeza.
"Poppy, cabeza de sanadores, Canis."
"Hermione Jane, Líder Canis y Directora del Colegio Pyramide del Arte de la Guerra. Y él es Gerard, Novato." Respondió la otra.
De un salto, el hombre se paró azorado.
"¿Tu eres la directora?" Inquirió.
"Así es… Una de las fundadoras del lugar."
"Wow… solo… Wow."
"Los dejaré para que arreglen como harán las cosas esta semana y la próxima espero verlos de regreso. Hasta entonces Calista se hará cargo de la enfermería." Avisó mientras salía por la puerta, revisando que nadie le viera para lanzar una señal de que regresaba al colegio antes de desaparecer.
Comenzó a caminar, de un lado a otro en la sala de conferencias donde todos los miembros de Pyramide se encontraban viéndole.
En las primeras filas estaban los miembros destacados… a la derecha la primera generación y a la izquierda la segunda, todos divididos por triadas y por trinidades, los grupos de tres tríadas.
Harry y Ron estaban en sus tronos, a ambos lados del suyo, que había estado vacante desde que entró y comenzó a caminar pensando y considerando todo, sin embargo, el silencio solemne de todos solo ayudaba que se siguiera perdiendo en sus propios pensamientos.
No había hablado con nadie aun de esto, así que debería poner en consideración todos los aspectos…
La decisión estaba tomada.
Se paró viendo de frente a la masa de personas que le miraban expectantes y comenzó a hablar.
"Estimados miembros de Pyramide. A lo largo del tiempo he llegado a notar que nos hemos encerrado demasiado y que casi no hemos tenido contacto con el mundo exterior… no que me queje realmente, pero hay muchos que necesitan volver a vivir. La idea cuando la primera generación se graduó fue que volvieran a integrarse al mundo mágico. Pero entiendo que eso no fue posible." Comenzó a hablar tan calmada como podía. "No los voy a obligar a irse, son bienvenidos aquí siempre… ese no es el tema de esta noche."
La chica se giró a la pared blanca que se encontraba detrás de ella y chasqueando los dedos, una carta apareció como si se tratara de una diapositiva.
"Al no estar al tanto de lo que pasa en el exterior salvo por contadas ocasiones, no hemos estado enterados de que el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ha cerrado durante un año, causando que muchos jóvenes pierdan un año de escolaridad. Eso no nos afecta salvo porque nosotros somos la causa de este cierre temporal."
Podía ver a varios de la segunda generación con preguntas y sospechas, pero lo dejó pasar, ahora respondería de todas formas.
"Como notarán, en la primera generación les hemos 'quitado' al profesor de pociones y a la enfermera, que de todas formas regresaron el primer año, pero el segundo no. En la segunda generación tenemos al celador, Argus, la profesora de transfiguración, Minerva, la profesora de adivinación, Sybil, la profesora de Aritmancia, Septima y el profesor de encantamientos, Filius. Para la tercer generación se espera al profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, Rubeus, a la profesora de Herbología, Pomona, La profesora de Astrología, Aurora, la bibliotecaria, Irma y finalmente a la instructora de Vuelo, Rolanda. Lo cual, en gran medida significa que Hogwarts se quedará sin Staff."
Muchos tomaron aire sonoramente y el antiguo staff de Hogwarts parecía con ganas de quejarse.
"Esta mañana recibí una carta del Director Dumblendore. Entiendo que los antiguos profesores no tengan intenciones de regresar, pero de alguna forma hay que solucionar esto, así que he decidido crear una rotativa para cubrir los puestos, la cual excluye a los anteriores profesores que ya cubrieron los puestos por varios años…"
Un suspiro de alivio común entre los mencionados se escuchó, así que luego de que la información fue comprendida, siguió hablando para explicar lo que se proponía.
"Los primeros 3 años serán cubiertos por miembros de la primera generación, los siguientes 3 por la segunda y así será hasta que el profesor Dumblendore ya no nos necesite. Cada año uno de nosotros tres irá con ustedes para mantener los problemas controlados…" Aclaró.
Se giró a su trono y levantó de él un pergamino, leyéndolo.
"Bueno, luego de haber dado el discurso, anunciaré quienes nos acompañarán. Sirius Orión, tomarás el puesto de transfiguraciones y cabeza de la casa Gryffindor. Remus Jhon, profesor de Defensa contra las artes Oscuras. Ginevra Molly, Profesora de encantamientos. Charles, Profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas y Cabeza de Ravenclaw, Gregory, Profesor de Aritmancia. Luna, Profesora de Adivinación." Se detuvo un momento e hizo cara de desgracia antes de anunciar a los siguientes dos. "Frederik George y George Frederik… profesores de pociones. Neville, profesor de Herbología y cabeza de Hufflepuff. Blaise enseñará Vuelo y yo seré la profesora de Astrología y Cabeza de Slytherin. Miranda cubrirá el puesto de enfermera."
Todos los nombrados, salvo los gemelos hicieron caras.
Nadie quería irse… y menos por un año, aunque no se perdieran de nada.
"Los septillizos asistirán como 5to año, para que conozcan un poco más de la cultura fuera de estas paredes. A causa de lo acontecido durante el final de 6to año de Hogwarts para nosotros tres, varios de los que vendrán a aprender aquí van a estar cursando el último año, no se dejen intimidar. También, me gustaría que arreglen algunos para saber en que estaba pensando el ministerio cuando negó nuestra existencia, aun antes de que el director del departamento de la Aplicación Mágica decidiera mandar a un grupo de aurores delante nuestro."
Los tres mencionados se vieron algo avergonzados… es cierto, ellos no sabían nada sobre esto hasta que les habían dado la orden de ir… era más, no los recordaban de la batalla final.
"Una gran cantidad de hechizos de olvido a las masas fue aplicado para borrar rastros de nuestra existencia, cosa que recién hoy me he enterado, gracias a un mago que se unirá a nosotros en el tercer curso. Él solo se salvó de ese hecho por haber ido a vivir a un barrio muggle con sus dos hijos luego de que su esposa muriera en la batalla final. Poppy se quedará con él y con sus hijos una semana, hasta que regrese, Calista se hará cargo de la enfermería."
La mujer asintió su aceptación.
"Los que mencioné antes, partiremos en 1 semana, llegaremos justo a tiempo para el banquete de inicio de curso. Deben presentarse en el comedor a las 4pm para el viaje, hasta entonces, hagan sus despedidas y empaquen… 'Vim Pyramidis in saxibus quadratis'. Pueden marchar."
Todos salieron, salvo por ella, su hijo y el mejor amigo de ambos, con los cuales intercambió miradas, hasta que finalmente suspiró y se dejó caer en su asiento mientras bajaba la mirada.
"Espero que sepas lo que estás haciendo…" Finalmente Ron interrumpió el silencio incómodo.
"Yo también espero que sea así… créeme que yo también lo deseo."
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Mientras tanto, en otra parte de la mansión, tres personas se reunían.
"Es perfecto, si estamos en Hogwarts podremos salir a pasear y tener más de una cita con ella…"
"Sirius… de todas formas estaremos trabajando y sabes que a Hermione no le gusta que le distraigan cuando está haciendo algo." Interrumpió Remus, que estaba parado al lado de Peter.
"Si quieren mi opinión, en esto Sirius tiene razón… será la primera vez que salgan y se establezcan fuera de la mansión por lo que mencionaron, eso sin contar el año anterior a la batalla final. Ya no hay tanto peligro y son capaces de defenderse a si mismos de los mortífagos que quedan sueltos… es, a mi modesto entender, hora de que comiencen a vivir. Enamórenla, conquístenla… no han tenido oportunidad de hacerlo hasta ahora, así que aprovéchenlo."
Los dos hombres se quedaron mirando al que había hablado maravillados.
"Peter… ¿Cuándo te volviste tan sabio?" Preguntó Padfoot asombrado a lo que el más bajo solo sonrió ligeramente.
"El tiempo me ha enseñado muchas cosas, Sirius. Yo también quiero vivir… esta es mi oportunidad y sé que si estaría en tu lugar, con una mujer encantadora como mi esposa, haría todo lo posible para que fuera feliz. Ustedes también se lo merecen y esta es la oportunidad que necesitan."
Los dos asintieron entre pensamientos.
"Le podremos pedir a Dumblendore para que nos deje salir en el primer fin de semana que haya visita a Hogsmeade… Calculo que Hermione se encargará de que además de haber aurores haya al menos una trinidad de Pyramide vigilando… podrías venir tu a darnos consejo."
"Chicos… no creo que sea buena idea." Expresó Wormtail con preocupación.
"Tonterías, será perfecto."
El más bajo de los tres negó la cabeza frustrado.
Cuando algo se le metía a Sirius, era casi imposible detenerlo… y eso parecía no haber desaparecido con el tiempo, al contrario, solo parecía haber empeorado al punto en que para evitar una locura debieran encadenarlo a la pared.
Pero ya no había nada más que hacer… este era un nuevo comienzo y él quería ser parte de eso, quería dejar atrás el horroroso pasado al que había sido expuesto y comenzar desde cero…
La resurrección de Cedric Diggory era solo el primer paso.
"Bien, espero que todos estén listos." Anunció Hermione, viendo a Harry, Ron, Viktor, Mikhail, Kolya, Darius y Régulus, que asintieron.
En el centro de la tarima de piedra se encontraba la varita de Peter, la cual había quitado la vida a Cedric años atrás.
Era doloroso admitir que no podía regresar a James y a Lily ya que la varita de Voldemort se había perdido… lo mismo pasaba con muchos otros… así que debían alegrarse con lo que podían lograr.
"Minerva está contactando a Amos…"
"Muy bien, entonces, todos ustedes deben tocarme para transferir magia, esto será agotador, ya que no solo debo extraer su esencia de la varita, sino que atraer el espíritu y crear un cuerpo nuevo para él… un cuerpo real. Esto tomará poco tiempo, pero luego deberán descansar un largo tiempo."
Todos asintieron rápidamente y al poner sus manos sobre la espalda de la chica, esta extendió las palmas de sus manos a la varita, realizando un cántico en un idioma desconocido para todos ellos.
Lo músculos de ellos comenzaban a ceder bajo el cansancio, pero en ese momento una forma brillante comenzó a salir de la varita, seguida por una luz que pareció caer del cielo hasta ella, lentamente formando una figura que Harry inmediatamente reconoció como Cedric.
La figura asintió levemente, dándoles a entender que les agradecía por el trabajo, que continuaran, que quería regresar…
Lentamente, una bruma cubrió el espectro, quitándolo de la vista de todos.
Segundos más tarde, algo desde la bruma dio un paso adelante, resonando en el suelo de la cámara de rituales, luego otro… los pies fueron seguidos por un cuerpo aun ataviado como la última vez en que fue visto con vida…
El chico se veía perdido, no sabía donde se encontraba, pero le reconfortó el ver los rostros jóvenes, de los cuales reconocía 3. Harry Potter, Viktor Krum y una chica que había visto con Potter y Krum en el colegio…
Ron les había sugerido que usaran la apariencia de cuando estaban en 4to año, para que Cedric no entrara en pánico cuando se diera cuenta de que no estaba en Hogwarts… claro que decirle que había estado muerto por varios años sería difícil, pero así sería más fácil comprender lo sucedido y no se sentiría tan raro…
Hablarían con Dumblendore para que pudiera terminar de cursar el 7mo año, pero debería asistir al tercer curso de Pyramide.
Era la segunda persona que traían de la muerte de esa forma y no estaban seguros si tendría consecuencias adversas, aunque con Régulus no parecía haberlas…
A eso se debía sumar que una unión rara se formaba entre el foco y el invocado, el foco en ambos casos había sido Hermione y hasta que no pudieran investigar la extensión de esta unión no sería sano separarlos por mucho tiempo. Lograr una separación real entre Régulus y ella había tomado cerca de 4 meses… antes de eso, él necesitaba estar en su presencia al menos cada 10 horas, así que lo mejor sería que Cedric fuera con ella a Hogwarts.
La primera vez, Hermione lo había hecho sola, llevándola a quedar incapacitada de usar magia durante un mes entero a menos que usara los guantes de Ares. Esta vez no sería así, ya que no había gastado tanta magia…
El joven resucitado miró al grupo nuevamente, pero esta vez, sus ojos se posaron en la única chica, como comprendiendo algo.
Se acercó con paso torpe, totalmente diferente al que le había caracterizado en vida, aun estaba reconociendo su nuevo cuerpo, para arrodillarse ante ella.
"He respondido tu llamada. Mi vida es suya." Dijo bajando la vista al suelo, sintiendo una pequeña mano posarse en su hombro.
"Reclamo tu vida… vívela, esta es tu segunda oportunidad." Respondió a voz ligeramente infantil de la joven.
Alzó la vista como si pidiera permiso para algo, asombrado y asustado por el poder que contenía la chica, solo reflejado en su mirada.
"Ahora párate, protector. Esta es tu nueva vida." Volvió a hablar ella.
Al obedecer, fue como si el encanto se hubiera roto y la atmósfera volvió a su estado normal, la bruma desapareció y los nueve cuerpos colapsaron al suelo, rendidos ante el excesivo uso de magia que habían hecho para regresar a alguien de la muerte.
"Estoy nerviosa…" Dijo Hermione viendo las puertas de Hogwarts nuevamente. Era como si no quisieran dejarle tranquila… Cada vez que se paraba frente a ellas, unos aterradores nervios se apoderaban de ella.
"Tranquila, madre… no puede ser tan malo." Respondió Cedric desde su lado derecho, mientras tomaba su mano.
"Solo hace unos días que regresaste y ya me da la sensación de que pasaste mucho tiempo con Harry y Ron…" Señaló esta.
La realidad de lo que había pasado en los últimos días era duro para el joven.
Al parecer, mientras él había estado muerto, los padres se habían separado, la causa principal siendo su muerte. El padre se había negado a verle y por ende, a admitirlo dentro de la familia nuevamente…
Eso les llevó a una acción desesperada. Él necesitaba una familia, aunque estuviera muerto por algunos años, aun solo tenía 16 y sin guardianes… así que Sirius y ella pasaron por un ritual de sangre para adoptarlo…
Cedric Diggory había dejado de existir, en su lugar estaba Cedric Black, hermano menor de Harry James Black y hermano mayor de los septillizos, su hijo por todas las de la ley… aunque le costara aceptarlo.
Este, si bien estaba un poco incomodo por este hecho, lo había enfrentado con la frente en alto. Su familia tal vez era diferente y Cho, al ser varios años mayor que él ahora estaba fuera de su alcance, pero esta era una nueva oportunidad que no iba a desperdiciar…
Con un suspiro, Hermione se encogió de hombros y miró al chico de túnicas amarillas, acomodándole el cabello un poco. Era alto, sin lugar a dudas, haciendo que se sienta como una enana a su lado… era casi tan alto como Sirius…
"Ve con tus hermanos, este, va a ser un año interesante…"
Él asintió y fue al final del grupo, donde 14 chicos de 15 años le saludaron, aceptándolo completamente como un hermano más.
Sirius y Remus colocaron una mano en cada hombro de ella en señal de apoyo, a lo cual esta asintió y esperó a que Sirius, Charlie y Neville se pararan a sus lados antes de abrir las puertas principales.
En silencio subieron las escaleras y se dirigieron al gran comedor, donde un gran grupo de alumnos se encontraba susurrando entre ellos, seguramente por el hecho de que el mismo Dumblendore fue quien los recogió en la estación a los de primero, los sorteo y el hecho de que salvo por él y la profesora de Estudios Muggles la mesa principal estaba vacía.
Al abrir las puertas, el hombre mayor se levantó de su asiento, nuevamente mostrando ese ligero brillo en sus ojos azules que demostraban picardía… algo que no le agradaba en lo más mínimo… ¿Qué habría hecho para mirarle a ella en particular así?
"Queridos alumnos." Les llamó la atención a todos que aun no se enteraban que era lo que estaba pasando para que vieran la mesa de los profesores y más precisamente al anciano. "Es mi agrado de presentar a los nuevos profesores de este año y darle la bienvenida al Staff del Colegio Superior Pyramide del Arte de la Guerra."
Lentamente, todos salvo Hermione, Cedric y los septillizos se fueron sentando en la mesa de los profesores, dejando el asiento al lado del director libre para ella…
Y entonces lo notó, por eso era que el director se veía tan… 'alegre'.
Era, sin lugar a dudas, su trono… alguien le había colocado su trono en el lugar donde debería estar su silla y si tenía en cuenta que los gemelos estaban casi temblando, solo podía significar que ellos tenían algo que ver.
Suspiró fuertemente y dejó que el director prosiga.
"Los profesores que han enseñado en nuestra institución han decidido retirarse a seguir con sus aprendizajes en Pyramide, por lo cual, la institución ha sido tan amable de prestar a algunos de sus egresados." Continuó Dumblendore. "Como profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, me agrada anunciar el regreso de Remus Lupin"
Tras ser anunciado, Remus se paró, saludando a los alumnos que habían aprendido bajo su tutela años atrás, los cuales celebraban su regreso con entusiasmo. Sus túnicas eran las de gala, brillando en su seda verde y terciopelo.
"Varios de ustedes que están en 6to año seguramente conocerán a Ginny Weasley, nuestra profesora de Encantamientos."
Ginevra se paró acomodando su túnica marrón, como saludo solo asintió a los alumnos, al contrario de los saludos entusiastas que solía dar cuando asistía al colegio.
"Los que regresaron a acabar el último año de colegio, también podrán reconocer a Gregory Goyle el profesor de Aritmancia."
El hombre en el que se había transformado Gregory se paró e hizo una reverencia galante a los estudiantes, que le veían incrédulos. No podían creer que el chico obeso se había transformado en ese apuesto hombre que vestía túnicas negras y elegantes.
"Nuestra profesora de Adivinación será la señora Luna Weasley, antes apellidada Lovegood."
La joven parecía perdida en sus propios pensamientos, sin mirar a nadie, con los ojos alguna vez celestes, ahora dorados mirando hacia el techo, hasta que alguien tiró de la manga de su túnica verde a lo cual se paró y saludó con un 'Luna Estrella, Canis Licántropo' antes de sentarse dejando a un grupo de Ravenclaw incrédulos que no podían entender que ella sería profesora de ellos.
"Fred y George Weasley cubrirán el puesto de profesores de Pociones, reemplazando a quien lo necesite en caso de ser así."
Un ligero 'bum' se escuchó en el lugar y eso fue todo lo que faltó para que supieran que los gemelos habían regresado, ante lo cual Hermione les envió una mirada de reprobación.
"El señor Blaise Zabini dará las clases de Vuelo…"
Blaise se paró y saludó a todos como solía hacerlo en Pyramide, siguiendo el ejemplo de Luna.
"Blaise, Bestiae."
"Neville Longbottom ha regresado para ser el profesor de Herbología y la cabeza de Hufflepuff."
Al igual que con Gregory, todos se asombraron al ver el cambio del ahora musculoso y confiado Neville, que se paró y con una reverencia dijo: 'Neville, Canis Licántropo.'
"Charlie Weasley, Profesor de Cuidado de las Criaturas Mágicas y Cabeza de Ravenclaw."
Al igual que su hermana llevaba su túnica marrón y como saludo hizo un gesto con la mano que fue acompañado por una ligera sonrisa.
"Sirius Black, quien cabe aclarar, es inocente de los cargos impuestos por el ministerio, enseñará Transfiguración y será la cabeza de Gryffindor."
Varios se encogieron en sus asientos aun temerosos del supuesto asesino, mientras que algunas mujeres le veían soñadoras ante el apuesto hombre que se sentaba en la mesa junto al profesor de Defensa y al lado de un imponente asiento vacío.
Sirius apenas reconoció que su nombre había sido mencionado ya que sus ojos estaban puestos en Hermione, aun parada junto a sus hijos sin ser notada por nadie.
"Miranda Zabini será la nueva enfermera. Este año no tendremos celador, por lo que los elfos se encargarán de todo lo referente a esa labor… Creo que no me olvidé de nada."
Sirius alzando una ceja aclaró la garganta a lo cual el director le miró, solo para que le haga señas al frente donde se encontraban los chicos de túnicas amarillas.
"Oh, querida, parece que si me estaba olvidando de algo…" Dijo para luego sonreír. "Tengo el agrado de anunciar el regreso de Cedric Diggory."
Un gran grupo comenzó a susurrar entre ellos… Cedric estaba muerto después de todo…
"Cedric Black, profesor." Le anunció el susodicho, a lo cual el viejo mago alzó una ceja sorprendido y tras ver el asentimiento de Sirius continuó.
"Este se sumará al séptimo año de Hufflepuff y a los hijos de Remus y Sirius. Ancor, Julium, Karten, Aeneas, Lander, Leander, Demetrio, Lykaios, Nicodemus, Nike, Odysseus, Owen, Phoenix, y Quinn, todos de 5to año. Ellos no serán sorteados, ya que solo se quedarán este año, por lo que seguirán bajo el reglamento de Pyramide."
Sonidos de quejas se escucharon del grupo de 14 chicos, que rápidamente se separaron en 4 grupos al azar y se sentaron en las 4 casas, dejando al descubierto a la madre de estos, que se encontraba con los brazos cruzados y mirando molesta al director.
"Como último anuncio, la profesora de Astrología, Cabeza de Slytherin y Subdirectora será Lady Hermione Jane Black Lupin, la esposa del profesor Black y madre de los niños que acaban de conocer."
Lentamente caminó hacia la mesa, aun tratando de matar con la mirada a los gemelos hasta llegar al maldito trono que parecía seguirle a todos lados por medio de Harry, Ron, Sirius, Remus o los gemelos…
Alzó el largo vestido armado, que dejaba sus hombros y cuello al descubierto bajo las miradas de escrutinio del cuerpo de alumnos de Hogwarts, especialmente el de Slytherin, de los cuales, los primeros años parecían haber llegado a la conclusión de que era digna del puesto mientras que los mayores parecían querer vomitar ante la sola idea de que ella fuera la cabeza de la casa.
"Hermione Jane, Líder Canis y Directora del colegio Pyramide del Arte de la Guerra." Se anunció antes de tomar asiento al lado de Sirius.
A pesar de ello, lo que a todos le llamó la atención fue el hecho de que tenía un tatuaje en la espalda y algo colgado de su cintura... algo que algunos podían reconocer claramente como una espada… La espada de Gryffindor.
La cabeza de Slytherin llevaba consigo la espada de Gryffindor.
Ese definitivamente iba a ser un año interesante.
