Disclaimer: Takeshi Konomi es el dueño de lo que reconocéis, contenido...mío.


** Es San Valentín, Ryusaki**

_Capitulo 1_


Punto y Partido para Miyuki-

Ryusaki estaba tirada en el suelo, su falda y medias rasgadas, sus trenzas desechas, el sudor recorriendo su rostro, y la decepción de su capitana al ver el partido.

No solo perdía contra ella, también perdía su última oportunidad para ser titular del Seigaku femenino; su último jodido año en la secundaria, y se quedaría en las bancas como suplente.

-Voy yo- Ryoma detuve a Ryusaki sensei, y fue él quien entro en la cancha.

-Ryo…Ryoma-k…-kun, en verdad…en verdad lo siento- Lágrimas se confundían con sudor, sus ojos cerrados demostraban cansancio y tristeza, debilidad.

-Vamos- La tomó en sus brazos e intento no hacer fricción en la rodilla lacerada.

Tomó las solapas de la chaqueta masculina y se aferró tanto a ella como su poca fuerza le permitía, lloraba porque él la entrenaba, lloraba porque perdía su puesto, lloraba porque lo desilusionaba y ya no podría ser su igual.

Depositó con cuidado en una de las bancas el cuerpo famélico y delicado, se inclinó frente a ella, y limpió lo que pudo de llanto con sus dedos.

-No es solo el entrenamiento, es el esfuerzo, el tiempo en que dures manejar bien el juego- Levantaron la mirada al tiempo, mirándose directamente a los ojos. Ryoma frunció el entrecejo.


Desde que habían empezado con los entrenamientos Ryusaki demostraba cierta afinidad por mejorar… pero su destreza no podía compararse de repente con la de su capitana, era imposible ganarle a alguien que jugaba desde los 5 años, y Ryusaki a penas lo practicaba desde los 12.


-Apenas entraste al equipo- Luego sonrió, sus actitudes cambiaban muy a menudo.-Piensas muy en grande, Sakuno- Guió su dedo índice hasta la pequeña frente y la empujo suave.

Sakuno sonrió ante esto, Ryoma casi nunca hablaba, cuando lo hacía, o la cagaba, o hacia que se le subiera el animo, es más, no era solo el hecho de hablarle, era el hecho de llamarla por su nombre, lo decía con un tono divertido y a la vez tranquilo, era una combinación extraña que solo salía a relucir cuando estaban solos.

Gracias…Ryoma-kun- Sakuno bajó su mirada apenada, notando como su rodilla comenzaba a sangrar notablemente. Abrió sus ojos sorprendida y preocupada.

Ten- El oji-ámbar le lanzó el botiquín- Mañana tenemos práctica.


-Flexiona un poco más las rodillas- Sakuno intentó hacerlo y apareció una mueca de dolor en su cara.-Mmm, iré por unas sodas.

Después de unas cuantas horas de prácticas por fin Ryoma la dejaba descansar. Tomó su mochila y la bajó al suelo para sentarse en la banca, sacó su celular para mirar la hora…Y oh sorpresa! las 11 am, pero de un 14 de febrero, aquella fecha tan especial para cientos de mujeres (se incluía) y que hasta ese momento había olvidado.

En estas fechas acostumbraba cocinar chocolates para sus amigos y conocidos, en especial para Ryoma, que había sido de gran ayuda los últimos años para su mejoría en el tenis.

-Aquí tienes- Ryoma lanzó la soda a su regazo.

-Ryoma-kun- Levantó la mirada.- Hoy es San Valentín- Ryoma puso cara de interrogación.

-Nee Ryoma-kun…yo…yo siempre…hago chocolates… ¿Recuerdas?-

- Si…ya-

-¿Quieres…quieres que te haga…al…algunos?- Sus sonrojos no eran ya tan frecuentes, pero cuando se sonrojaba el color escarlata brillaba en sus mejillas demasiado notable. También sus conversaciones con Ryoma eran más…fluidas, pero siempre y cuando no se entrara en un tema que no fuese el tenis, o el colegio.

Ryoma sonrió macabramente, le encantaba la sensación de desconcierto que emanaba de su ser cuando Ryusaki hacia esa clase de gestos.

Fruncía los labios cuando él la ponía nerviosa… era una especie de excitación que bajaba desde la base de su cuello, por toda su espalda, se regodeaba en las acciones de la pelirroja. – Hai-


-Pásame el molde-

-Mmm- Se lo pasó.

-El azúcar esta-

-Mmm…ya la vi- La miró mal, se suponía que el chocolate lo hacia ella, no él.

-Gomen- Ryoma a veces se quejaba de cosas muy tontas.- Falta poco, solo debe endurecerse.

-Al fin- Rodaron los ojos al tiempo, una en desesperación, otro en impaciencia.

-Toma…Feliz San Valentín Ryoma-kun-

-Gracias- Dijo Ryoma con la boca llena de chocolate…relleno de jarabe de chocolate caliente- Delicious.

-¿Que hacemos en la noche?- Preguntó de la nada Echizen.

-¿Ah?- Sakuno ya no comía, la sorpresa no la dejaba mover su boca.

-No lo repetiré- Ryoma desvió su mirada. Sakuno ladeó su cabeza y tragó.

-No lo sé Ryoma-kun- Sonrió tímidamente- Haremos…podemos hacer…hacer lo que tu…tu desees.

-Bien, iremos a la feria.


Las luces iluminaban tanto la calle, que se podría traslucir hasta la ropa interior de las mujeres que no llevaban el tradicional kimono, era un agrado tener todo un armario lleno de estos en su casa, porque sino estaría en medio de una gran vergüenza frente a Ryoma.

Habían llegado a la feria desde el atardecer, y después de dos horas le parecía increíble que no hubiesen recorrido todo de una vez. Paraban en cada vuelta, compraban souvenirs y dulces.

Participaban en las rifas, y por extraño (aun más extraño que ir a la feria) Ryoma parecía disfrutar de jugar en los puestos a cambio de regalos.

Unas cuantas horas más, y sus brazos ya no podían con el peso, es más, le pediría Ryoma que la ayudase a cargar con los dulces y los pequeños animales de felpa, pero él iba aun más cargado que ella.

-Vamos a mi casa, mi padre y yo te llevamos en auto-

-Hai-


Bien, el padre de Ryoma no estaba en la casa, su madre seguía de viaje, Nanako debía estar con su novio… Una opción bastante responsable era quedarse allí en casa Echizen, no solo porque era medianoche, también porque ninguno de los dos tenía permiso de conducción.

-Sube- Llamó a Ryusaki desde la escalera.

Es incomodo cuando el silencio se imparte por la distancia…Ryoma había permitido que Sakuno estuviese en su cama, con él y Karupin, el hecho de estar así viendo la televisión era incomodo, simplemente porque nunca compartían más que un almuerzo o una practica, en algunos casos un consejo.

-Gracias…por lo…por lo de hoy- Sakuno acarició a Karupin.- Fue…estupendo.

-No importa- Sakuno se acerca a él, porque siempre ha querido agradecerle de una manera más cariñosa, Ryoma no se ha negado a la cercanía.

-Siempre…-Su aliento roza la mejilla del Echizen, y la sensación de excitación que siente cada vez que ella tiene esa clase de actitudes tímidas con él se incremente, y ya no solo recorre su espalda, ahora se concentra en todo su cuerpo, pero sobretodo se arrincona un leve cosquilleo sobre sus labios. Tiene ganas de tomarla y hacerle cosas que nunca antes si quiera se ha imaginado, pero se contiene, tiene que ir un poco más lento si no quiere atemorizarla.- Siempre eres bueno conmigo…Ryoma-kun- Gime su nombre cerca de la oreja masculina, él ha acariciado su cintura por debajo de la ropa, y hasta el momento en que la retira suave y lento, se pregunta como es posible la facilidad con que le mete mano cuando tiene puesto un elegante kimono.

El cosquilleo en sus labios no es más cosquilleo, se vuelve más fuerte y parecen corrientes de electricidad, de necesidad, necesidad de calor, de fricción. Esos labios carmín se ven mucho más apetitosos ahora que estás mirándola, ha girado su rostro y puede ver el rostro adormecido de Sakuno. "Deben ser las sensaciones que le provoca, cuando la toca, la roza, si quiera la mira".

-Ryoma- Dice él, quiere que lo llame sin formalismos, sin tanto respeto y con más confianza, estando tan cerca no tiene ni el derecho ni el deber de llamarlo con formalismos. Entonces sus labios recorren desde la mandíbula hasta su lóbulo derecho. Acariciándola, extasiándola.

-Ryoma-k…- No alcanza a terminar cuando siente un leve mordisco en su cuello, es una advertencia, cada "Ryoma-kun" será un beso, una caricia, éxtasis, ó mordisco, todos terminarán en un gemido de placer. –Ryoma.

-¿Sí?-

-Ryoma…- Ella roza sus labios con la comisura de los de él. – Bésame.

-Gime- Junta sus labios con los de ella, y el roce no es más roce, y la poca fuerza se vuelve fuerza entera, el día anterior estaba deprimida, en la mañana exhausta, ahora es de noche, y después de ir a la feria se están besando en su cama. Y su petición se cumple, porque el cumplió la petición de ella. Mientras muerde su labio superior la escucha gemir con fuerza intentando susurrar. Abre sus labios y es ella quien se adelanta introduciendo su lengua, rozando sus dientes y su paladar.

Todos los nervios de su boca se juntan y es él quien ahora gime.

-Toda tuya…Ryoma-kun- Y la muerde de nuevo porque no cumple su primera petición.

Ésta vez la hará suya, está seguro de que su padre se demorará.


Nee... mi primer Two-shot!!!

Continuará.