Los personajes de Bleach no me pertenecen. Todos son de Tite Kubo.

Confianza perdida.

Al fin atravesaron el oscuro túnel. Quería estar junto a él, pasara lo que pasara. No se metería en la pelea, eso ya lo había aprendido, pero si de algún modo pudiese ayudar a sus amigos, lo haría sin dudarlo.

Corrió hacia el gran pilar, donde distinguió a las dos figuras. Su corazón se detuvo en aquél instante. Ulquiorra se había convertido en una especie de murciélago con alas gigantescas, mientras que Ichigo, inconsciente, se hallaba suspendido en el aire por su cola, que estaba enroscada en su cuello.

-¡Detente!

El siniestro Espada se giró y la observó con sus penetrantes ojos esmeraldas.

-Así que has venido, mujer. Mejor, así podrás ver cómo muere la persona en la que has depositado toda tu confianza.

Alzó la mano y la detuvo frente al pecho descubierto del chico. Al instante, un haz de luz negra y verde lo atravesó.

-¡NO!

El murciélago soltó al pelinaranja y éste comenzó a precipitarse hacia el vacío. Ella lo observó, horrorizada. Creó su escudo para poder frenarle la caída. Corrió hacia él, negándose a creer que se encontraba en tal situación. No podía ser, simplemente. Aquello no podía estar pasando. Ulquiorra se interpuso entre ella y su amigo.

-Es inútil. No puedes hacer nada por él.

Su voz sonó totalmente fría, sin ningún tipo de emoción. Así era, porque era un hollow.

La chica no pensó en enfrentarlo. No podía hacerlo. Miró el cuerpo inerte de Ichigo, que se hallaba a espaldas del murciélago. Ishida se colocó detrás de él, arco y flechas activados. La chica pudo quitarse a tiempo, dejando a su amigo enfrentarse solo al cuarto Espada.

Puso de nuevo su atención en el pelinaranja y concentró todo su poder para curarlo, pero de nada serviría.

Se acercó a él, tratando de asimilar lo que estaba viendo. Lo llamó, una y otra vez, sin obtener respuesta. Sus ojos comenzaron a empañárseles.

¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasar esto?

Ella había confiado plenamente en él. Siempre estaba preocupada en las batallas, pero no tenía ningún motivo para pensar que no vencería.

No tenía lógica ninguna. Ella se había marchado para protegerlos a todos, y ahora ellos se metían en la boca del lobo, en Las Noches, para salvarla. Estaban arriesgando sus vidas, y todo por ella...

Volvió a repetir su nombre, a llamarlo. Nada. Tenía los ojos abiertos, la mirada perdida, y su cuerpo inmóvil a sus palabras.

Ulquiorra le había formado un gran agujero en el pecho que lo había atravesado entero. No había sangre, simplemente, un gran hueco.

Sus lágrimas recorrían sus mejillas, imposibles de contener en aquella situación.

Ishida intentaba ganar tiempo para que ella curara a Ichigo, pero todo lo hacía en vano.

¿Qué debía de hacer? No lo sabía... Siguió llamándolo, decía su nombre en un intento casi de salvarse a sí misma del borde de la desesperación. Quería que se levantase. Que se levantase y que empuñara de nuevo la espada y luchara, como siempre hacía. Sin rendirse. Cayéndose y volviéndose a levantar.

Lo necesitaba. Ahora más que nunca.

Era cierto, ésta inútil, de nuevo, necesitaba su ayuda.

A su último grito, una luz roja, acompañada de una fuerte presión espiritual, le respondió.

El original se me borró... u.u''

Así que he puesto todo lo que se me vino en mente y lo que recordaba.

Espero que no haya quedado tan mal, después de todo.

Gracias por leer.

Sayo!