disclaimer: nada me pertence exepto este intento de lemon, gomen, es mi primer fic yaoi así que creo que me ha quedado realmente mal, aún y así espero que lo disfruteis.

Izaya estaba sentado en el techo de un almacén, observando a su rubio. Seguro que estaría murmurando que la ciudad apestaba, por alguna razón siempre lo olía cuando él estaba en la ciudad. Le encantaría ir a molestar a Shizuo, pero aún estaba bastante herido por la última pelea y no estaba seguro de librarse entero si se metía en otra. De golpe recibió una llamada, cogió el teléfono y se lo puso sobre la oreja con gracia felina.

- ¿Sí?

- ¿Orihara-san? Deberíamos quedar para hablar de negocios, se de alguien que tiene una información que podría interesarle, es sobre los dullahans.

- De acuerdo, ¿Cuándo quedaríamos?

- El caso es que ese alguien solo hablará cara a cara y vive bastante lejos… sería un viaje de unos tres días y deberíamos marchar mañana por la madrugada.

Izaya se quedó pensativo, ¿tres días? Eso era bastante tiempo para alguien que siempre vivía al límite, además no le dejaban casi tiempo para arreglar las cosas antes de irse. Después de un rato de reflexión llegó a la conclusión que esa información realmente se lo merecía así que volvió hablar por el aparato.

- De acuerdo. A las tres donde siempre, ¿entendido?

- Sí, nos vemos.

Después de colgar se fue corriendo a arreglarlo todo para su marcha, intentando dejar los mínimos cabos sueltos. Poco antes de que anocheciera ya lo tenía todo arreglado, solo faltaba una cosa. Shizuo. Se negaba a irse sin antes haberle molestado una última vez.

Lo buscó por toda la ciudad, al final lo encontró en un callejón fumando un cigarro. Seguramente acababa de pelear porque tenía los puños manchados de sangre, pero eso no parecía. De hacho se le veía mucho más tranquilo que nunca, pero toda esa tranquilidad se esfumo sin dejar rastro en cuanto vio a Izaya de pie delante suyo.

- IZAYAAA! – gritó nada más verle, lanzando su cigarro al suelo.

- Tranquilo, Shizu-chan, no he venido a pelear – le intento calmar el pelinegro sin borrar su autosuficiente sonrisa.

- ¿entonces a que has venido, pulga? – preguntó Shizuo intentando retener la ira que intentaba escaparte por sus puños.

Izaya se le acercó y cuando estuvo a medio centímetro de él alzó la cabeza mirando hacia arriba para poder observar la cara del rubio.

- Ne, ne… Shizu-chan… dime, ¿no tienes calor? – preguntó mientras empezaba a desabotonarle el traje al guardaespaldas mientras éste pensaba en si matarlo de una vez o intentar averiguar que se traía entre manos la pulga. Era cierto que hacía calor, mucho calor, estaban en lleno verano y con el uniforme se estaba achicharrando, pero eso no por eso le daba permiso al pelinegro para desnudarlo.

- Para nada – gruñó Shizuo.

- ¿Ah no? – preguntó con mirada inocente Izaya. – ¿entonces porque estas tan sudado? ¿es que tienes vergüenza? Mira, no hay problema – comentó quitándose la chaqueta mostrándole al rubio que no llevaba nada debajo.

Shizuo se removió intranquilo, esa visión de Izaya le incomodaba mucho, se le veía tan…. Violable, sumiso. Aún y así fingió una cara de asco.

- Estúpida pulga, ¿que buscas con esto?

- Oh… - dijo apenado – ¿no ves nada que te guste? – siguió con ese tono tan inocente.

Shizuo no pudo evitar quedase mirándolo, se veía realmente apetecible. Cuando se dio cuenta Izaya ya estaba manoseándole el miembro que se encontraba medio erecto.

continuara... ( mañana por la mañana, ok? )

intentaré actualizar pronto y... nada, den-le una oportunidad a este pèsimo escritor que recien empieza w nu me mateis, si?

pyu~ *se va volando*