Hola!!

Bueno, aquí traigo un pequeñito one-shot, surgido después de una tarde de inspiración, y una noche sin anda que hacer…

Espero que les guste y me dejen sus comentarios!!!

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Y la chica suspiró una vez más antes de caer dormida. Todo parecía tan irreal, tan lejos de aquel mundo en el que vivía apenas 24 horas antes…Sonrío mientras seguramente recordaba algo en sueños, mientras la luz de la luna llena bañaba las facciones delicadas de su rostro. Mientras su cabello, castaño y enmarañado, caía graciosamente sobre sus mejillas, aún coloradas.

Mientras aquél joven, sumido en la oscuridad del cuarto, vela en silencio el sueño de ella. Mientras su propio aroma se extiende por todo el lugar. Mientras sus pasos resuenan ligeros en la alcoba, siendo silenciados por la alfombra roja y mullida que tapa el suelo. Así, sus manos la acarician lentamente en la cara. Suavemente, cómo algo prohibido. Y eso era, hasta hace menos de 24 horas. Y eso fue durante más de 6 años. No pudo reprimir una pequeña risa, que tontos habían sido! Qué miedosos! Y eso, que estaban en Griffindor, y eso que se suponía que eran valientes, y eso que habían tenido tantas aventuras…y, sin embargo, tenerse miedo el uno al otro. Aunque…no lo suficiente.

Ella se movió, susurrando algo inaudible, mientras se giraba sobre sí misma. El joven aparto su mano con rapidez, para evitar que despertara. Y salió sigiloso hacia la terraza; no tenía puesta la camisa, y el aire frío acariciaba violentamente su torso. Pero no tenía frío. Ni necesitaba la camisa. Miró hacia la oscura inmensidad de los terrenos que rodeaban el castillo. Mañana sería un día largo, y tendría que inventar muchas excusas para justificar la presencia de ella en su dormitorio. Por lo pronto, ahora estaba solo. Los demás se habían ido, y no sabía a que hora regresarían. Consultó su reloj. Doce y media, era temprano. Pero ella estaba exhausta y él también. Pero también estaba feliz, feliz como nunca lo había estado antes.

La joven castaña despertó de su letargo y lo buscó con la mirada hasta ubicarlo. Se paró en silencio y caminó hacia él con determinación, mientras sus manos estrechaban ese torso blanco y desnudo que tenía delante de sí misma. El joven sintió los brazos y se volteó para corresponder como era debido. Le echó el cabello hacia atrás y la miró a los ojos. Ella le regresó la mirada y le plantó un suave y breve beso en los labios.

-Ven, vamos a la cama.- Le susurró Hermione al oído.

-Ve tú. En seguida voy.- El joven pelirrojo la soltó suavemente y se pasó una mano por el cabello despeinado.

Ella sonrió y se adentró en el cuarto, poniéndose nuevamente en el resguardo de las cobijas. El pelirrojo volteó una vez más hacia fuera, puso sus manos sobre el barandal de la terraza y sintió el aire en la tez.

-Gracias.- Susurró al vacío, a una noche mágica, a un golpe de suerte. A un ataque de valentía irrefrenable y a un amor correspondido.

Y, volviendo sobre sus pasos, entró al cuarto y se arropó en la cama, junto a un cuerpo que, 24 horas antes, era inalcanzable.