Hola chicas por aquí les dejo el primer capítulo de esta adaptación. Los personajes son de Stephanie Meyer, la historia es de Miranda Lee.

Disfrútenla y espero sus opiniones. ADAPTACIÓN

Capítulo 1: Promesa

- Más café?-

Edward negó con la cabeza y dirigió una mirada especulativa al que una vez había sido su jefe y , desde hace tiempo, era su mejor amigo.

Estaban sentados en la terraza de la magnífica mansión de Carlisle, comiendo juntos, como siempre hacían cada vez que Edward volvía a Seattle. Carlisle le había preguntado a Edward acerca del proyecto del complejo residencial que se traía entre manos y había parecido satisfecho cuando le dijo que iba a ser todo un éxito.

Después de una hora de platica, Edward Masense sentía inquieto, intuía que sucedía algo con su amigo.

- Carlisle, ¿pasa algo?.-

- Nada en concreto. Simplemente tengo el presentimiento de que no voy a seguir mucho tiempo con vida. -

- ¿Haz ido al médico?- Le pregunto con urgencia Edward, mientras agarraba sus manos.

- Hace poco me hicieron una revisión y simplemente me dijeron que perdiera unos kilos y bebiera menos.- contestó Carlisle con aire despreocupado.

- Entonces ¿Por qué te ha dado por pensar eso?-

- Sé que algún día moriré y quiero estar preparado.

Edward soltó una risotada, - Solo tienes 66 años, Carlisle. -

- De todas maneras, he decidido rehacer mi testamento. Debería haberlo hecho cuando murió Esme, pero no me sentí con ánimos de hacerlo.-

- Espero que no se te haya ocurrido dejarme nada, ¿verdad?- le avisó Edward de pronto con un tono serio.- Ya haz hecho mucho por mí, Carlisle. -

Carlisle le había dado una educación y un trabajo cuando nadie lo había hecho. Y además, le había enseñado todo lo relacionado con el mundo empresarial. Le había dado la oportunidad de invertir en una película que se había convertido en una de las más exitosas del mundo. Remember me les había dado mucho a los dos.

- Pensé que tal vez quisieras el Volvo - le dijo Carlisle con una sonrisa en la boca, - Sigue yendo espectacularmente. Ya sé que ahora prefieres los deportivos, pero no hay nada mejor que un Volvo.-

Edward sonrió ante el recuerdo. El volvo, ¡Como le gustaba ese coche! se pasaba horas lavándolo y abrillantándolo, sintiéndose como un príncipe cuando iba atrás del volante. Lo único malo era el uniforme de chofer que tenia que llevar. No le gustaba como la gente lo trataba cuando iba vestido así, como si fuera inferior a ellos, pero eso nunca se lo dijo a Carlisle.

- Me gustaría nombrarte albacea de mi testamento. Si no te importa, claro.- Dijo Carlisle mirándolo a los ojos, sacándolo así de sus memorias.

-Por supuesto que no, lo que decidas esta bien- dijo Edward sorprendido por aquella afirmación.

- Bien, también me gustaría que fueras el tutor legal de Bella hasta que tenga 25 años. - Edward se puso tenso al oír esa petición, pero recordó que todo aquello era hipotético. Las posibilidades de que Carlisle muriera antes de cumplir los 75 años eran remotas, pero si por algún escalofriante razón ocurría, el estaría en una posición muy incómoda.

Había estado evitando a la hija de su amigo desde la comida de Navidad de hacía unos años. La adolescente desgarbada y larguirucha, había desaparecido para dar paso a una voluptuosa mujer de curvas sinuosas, capaz de hacer delirar a los hombres.

Hasta entonces, no había pensado que los ojos de Bella fueran bonitos. Almendrados de un color café oscuro, enmarcados por unas delgadas cejas, no le habían parecido nada especiales. Sin embargo, en aquellos momentos, había pensado que Bella era poseedora de una belleza exótica. Nada más mirarla, Edward había sentido un ataque de lujuria tal que le había hecho sentir culpable. Y las cosas habían ido de mal en peor. Ella lo había acorralado bajo el muérdago y le había dado un beso inocente, pero la reacción de él al beso no fue nada inocente. Tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para que su traviesa lengua no se metiera en la dulce boca de Bella.

Si ella hubiera sabido los lujuriosos pensamientos que poblaban su mente, no lo habría mirado con tal adoración. A partir de entonces, él la había evitado; solo visitaba a Carlisle cuando sabía que ella estaba en el Internado y en Navidad. Y en Navidades, Edward siempre llevaba una chica diferente a su lado.

Edward dejo vagar su mirada en esos momentos por la piscina y un recuerdo de las últimas Navidades asaltó su mente. Bella contoneándose al bajar las escaleras que llevaban a la piscina, ataviada con un minúsculo bikini verde esmeralda.

Él estaba solo ya que Jessica, la chica en turno, no había querido bajar a mojarse. En cambio Bella saltó de cabeza al agua y había aparecido a un lado de él.

-¿Quieres que hagamos una carrera?- le había retado, con su voz cantarina.

Aquello le había recordado las incontables veces que habían hecho eso cuando ella era una niña y el un joven chofer. El problema era que ella ya no era una niña. Y él ya no era chofer, podía tener a cualquier mujer que quisiera, excepto a Bella. ¡Pero, demonios, como la había deseado en ese momento!.

Había visto el dolor en sus ojos cuando el con una torpe excusa salió de la piscina. No la había vuelto a ver desde entonces. Pero eso cambiaría si Carlisle moría y él se convertiría en su tutor.

- No pareces muy complacido- dijo Carlisle de pronto- Sé que es mucho pedir pero ...

-No es eso, - le interrumpió Edward- Sabes que haría cualquier cosa por ti. Simplemente me pregunto si soy la persona adecuada.

-¿Por qué lo dices? acaso es porque no tienes experiencia como padre. -

-¿ No crees que Carmen y Eleazar lo harían mejor?- El ama de llaves y su marido llevaban muchos años con Carlisle. Aunque no tenían hijos, seguramente sería mejores que un ex-chico malo.

- Claro que no, ellos no sirven para eso, no son familia. Tu en cambio eres como un hijo para mi y en cuanto Bella salga del Internado a enfrentarse al mundo real, millones de jovencitos irán tras ella. Porque es hermosa y adinerada, lo malo es que no solo irán jóvenes si no que también hombre maduros con la idea de quedarse con su dinero, es allí donde tu experiencia entra en juego.- terminó Carlisle con una visible preocupación en su rostro.

- No sé a donde quieres llegar- comentó Edward, luchando contra la punzada de celos que lo ataco de pronto al imaginar a Bella con otro hombre.

-Tú conoces el lado oscuro de la vida- insto Carlisle- Sabes lo que algunos estarían dispuestos a hacerle a mi Bella solo por el dinero. Voy a protegerla y tu me vas a ayudar. Bella no va a recibir nada de su herencia hasta los 25 años, todo lo que tendrá será suficiente dinero para ir a la Universidad y una vez que concluya, ella deberá buscar un trabajo.-

Edward sorprendido ante esta declaración menciono. - no crees que estas exagerando, además seguramente vivirás hasta los 100 años. -

Carlisle soltó una risa profunda. - Posiblemente, pero no me importa. Isabella aprenderá lo que es ganarse el dinero. Mientras tu puedes acrecentar la herencia y vivir en esta casa hasta que Bella pueda heredarla. Tu tarea, querido Edward será proteger a mi Bella de los canallas, cazafortunas y corruptos. -

- Una tarea difícil. -

- Tengo fe en ti.- dijo Carlisle con una sonrisa en su rostro.

-Se necesita a un ladrón para atrapar a otro no ?.- Susurró Edward con voz triste.

- No me digas , que aún te consideras un canalla Edward?.-

- Puedes sacar a un niño de la calle, pero no a la calle del niño Carlisle.- Dijo Edward de manera sombría- Mejor cambiemos de tema, odio discutir contigo sobre tu muerte, te quedan muchos años de vida. -

-Pero por si acaso prométeme que cuidarás de mi hija hasta que cumpla 25. - suplico Carlisle.

Edward lo prometió. Sólo esperaba no tener que cumplir su promesa.

1 año después.

Edward estaba desembarcando de un viaje a México cuando recibió una llamada. Era Carmen, el ama de llaves de Carlisle, entre sollozos le comunicó la triste noticia. Carlisle había muerto la noche anterior.

- Ven a casa Edward, sé que tu eres el albacea de su testamento y el tutor de Bella. Él me lo dijo. -

Edward cerró los ojos, una extraña mezcla de emociones lo asaltó. Esto debía ser una horrible pesadilla.

-Bella te necesita, Edward.- agrego Carmen con un hilo de voz. - No tiene a nadie más.

Aquello era verdad, Carlisle y Esme había tenido sólo una hija después de años intentando tener descendencia. Sus abuelos habían muerto y el único familiar era el Hermano de Esme, Laurent, el cual solo se aparecía cuando necesitaba dinero y ni siquiera había ido al funeral de su hermana.

- La pobre esta destrozada. -

-Iré ahora mismo por allá ¿ Bella sigue en el internado?-

- Si.-

- Voy por ella. - Dijo mientras, subía a su coche.

A partir de aquel momento, iba a necesita mucho la ayuda de Dios. Carlisle le había pedido que protegiera a Isabella de los canallas y el estaba incluido en esa categoría.