Dom: ¡Feliz Cumpleaños Nat! Aunque fue ayer, pero nunca está mal saludar, ¿Verdad? Te quiero hermanita 3
Disclaimer: J.K Rowling no es tan empalagosa como yo, así que ya sabrán que solo soy una ultrajadora de personajes y mundos fantásticos, que manipula historia a su gusto y piacere.
Tres encuentros—
Esa niña.
Esa niña de cabello rojo y mirada penetrante.
Esa niña era la que Scorpius había elegido para pasar lo que quedaba de la tarde.
Esa chica.
De figura sensual y labios que hipnotizan.
Esa chica era la que Scorpius había elegido para salir en una cita.
Esa mujer.
De mirada amable y abrazos fieles.
Esa mujer era la que Scorpius había elegido para pasar el resto de su vida.
En su primer encuentro, cuando se habían visto de pequeños por primera vez en un arenero y ni siquiera conocían sus nombres. Habían jugado a armar castillos de arena y revolcarse en los granitos dorados para luego marcharse cada uno por su lado. El anonimato los había mantenido fuertes para su segundo encuentro.
Ese fue cuando ya eran adolescentes de quince años con hormonas y sentimientos a flor de piel. Cuando Scorpius se había quedado a dormir en la casa de Albus el mismo día que Rose y el amor había florecido en solo tres días. Y la primera en darse cuenta fue Lily, que vio como jugueteaban con los pies debajo de la mesa con una sonrisa. ¡Siempre había querido a Scorpius en la familia! Lástima que el amor solo duro nueve meses y por peleas y malas rachas todo eso que había crecido se fue apagando con el viento.
Y luego vino el tercer encuentro, cuando se encontraron en una plaza con veinte años y carreras ya armadas. Cuando Scorpius invito a Rose un helado de nata y la pelirroja no pudo decir que no. Cuando Scorpius le cedió su campera en medio de la lluvia, y Rose tuvo que invitar a Scorpius a entrar a su casa para que se seque las prendas. Cuando estos dos adultos esa noche se sacaron más que solo las chaquetas al lado del fuego de la chimenea.
Más tarde, ese último encuentro se convirtió en uno definitivo, con boda, pastel e hijos. Con perro, casa y amigos. Con felicidad, abrazos y cariños. Cuando se convirtieron en ancianos, y entrelazaron sus cálidas manos mirando el fuego de su chimenea. Cuando Scorpius la miro a los ojos, y vio a esa niña, chica y mujer. Vio al amor de su vida. Fue cuando Scorpius comprendió, que él ya había encontrado esa persona que más quería en el mundo.
Y esa persona, se llamaba Rose.
¿Reviews?
