Notas de la autora:
Hola a todos! A pesar de que llevo casi una década frecuentando Fanfiction y toda la vida escribiendo, jamás había publicado nada por aquí. Pero bueno, llevo un tiempo dándole vueltas y os traigo un fic que escribí hace ya unos años (en 2013... cómo pasa el tiempo). No es lo mejor que he escrito, ni mucho menos, pero sí que es verdad que le guardo un cariño especial. Así que nada más que añadir, espero que lo disfrutéis tanto como yo disfruté escribiéndolo.
PD: Casi se me olvida. En esta versión de la historia, los nombres están en su versión original. Si quieres leerla con los nombres europeos, solo tienes que buscar en mi perfil :)
Ahora sí, comencemos.
Desde que las chicas escribieron aquella lista con las parejas más explosivas que podía haber en el Raimon, el ambiente en el equipo había cambiado. La gente casi no hablaba y se molestaba en ir arreglados a los entrenamientos. Todos estaban muy raros, era cierto, pero quien se llevaba la palma era la pareja que más había dado que hablar durante esas semanas: Hikari y Tsurugi.
Era gracioso observar que cuando se cruzaban, constantemente intentaban desviar la mirada hacia otro sitio. Y al resto de peña le encantaba. Tanto les gustaba que por menos de nada, aprovechaban la situación para que ambos se quedaran asolas. Pero ni Hikari ni Tsurugi eran tontos y siempre lograban huir de las artimañas de sus compañeros.
Más un día Tenma, Shinsuke y Kariya, viendo como entre los dos podía haber una relación mayor que de amistad, planearon con la mayor de sus malicias algo que podría dar resultado.
-¡Tsurugi, espera! –Le gritó Tenma mientras el otro ya se marchaba –El entrenador Endou quiere hablar contigo en la sala de estar del club. Dice que es muy importante. –Informó el peli marrón riendo para sus adentros.
-Muy bien –Contestó con su tono habitual de voz y comenzó a dirigirse hacia donde le había indicado su compañero.
-¡Nos vemos, Tsurugi! –Dijo Tenma, sonriente. –Ya me contarás cómo te ha ido.
El peliazul se volvió de nuevo hacia el otro, y mirándolo fijamente con sus ojos amarillentos, preguntó:
-¿Qué quieres decir?
-Nada, nada. –Rio el otro mientras decía adiós con la mano. El peliazul no sabía que era lo que le hacía tanta gracia a su compañero, pero tampoco le importaba. Pronto, llegó adonde le habían indicado. Allí, Tsurugi se fijó en que toda la habitación estaba más limpia y recogida que de costumbre, como si en ella se quisiera celebrar algún acontecimiento. Sin perder el tiempo, el chico preguntó:
-¿Entrenador Endou? Me han dicho que quería hablar conmigo… –Dijo mientras observaba que no había nadie por ninguna parte.
Mientras tanto, en la otra punta del club de fútbol…
-¡Hey Hikari! –Gritó Kariya corriendo por los pasillos, muy nervioso. –Me han dicho… que han intentado abrirte la taquilla.
-¿Lo dices en serio? –Dijo alarmada y estuvo a punto de dirigirse hacia donde ésta se encontraba. Pero, en vez de eso, la chica se paró en seco y observó a su compañero con una mirada desconfiada. –Claro que no. Esta vez no me engañas, pillín.
-¿Te mentiría yo a ti? –Preguntó alarmado, con una mirada maliciosa.
La chica se quedó pensativa durante unos instantes. Después, contestó sarcástica:
-¿De verdad tengo que contestar? –Soltó una pequeña carcajada.
-¡Por favor Hikari, créeme! –Y puso el gesto más convincente que podía hacer.
Hikari le miró dudosa. Kariya habituaba hacer bromas pesadas a la gente con el fin de divertirse, pero ¿y si esta vez hablaba en serio y le habían robado todas sus cosas? No podía descartar esa posibilidad y tampoco perdía nada si le hacía caso.
-Está bien, está bien. Iré para allá. –La peliverde comenzó a correr por los pasillos mientras Kariya se reía en voz baja. Pronto, llegó a la entrada de la sala de estar, en donde se encontraba su taquilla. Pero al entrar, Shinsuke que se había escondido cerca de la puerta, le hizo una zancadilla y la chica cayó dando varias volteretas por el suelo. Segundos después, Shinsuke entró disimuladamente en la sala y se escondió tras uno de los sofás, mientras Kariya que acababa de llegar al lugar, cerró la puerta y la atrancó con una silla.
Hikari permanecía en el suelo, dolorida y confusa por su repentina caída. Fue entonces cuando vio como una mano blanquecina se ofrecía para ayudarla. Ella la aceptó y cuando logró ponerse en pie, comprobó que pertenecía a Tsurugi Kyosuke. Por un momento, los dos se miraron a los ojos, pero Tsurugi soltó su mano de la de la chica y se dirigió a la puerta de salida. La empujó varias veces, pero comprobó que era imposible escapar de la situación. Se dio la vuelta y soltó con tono de enfado:
-Parece que nos han encerrado…Ya verá cuando me entere de quien ha sido –Dijo con tono amenazante, propio de un ex imperial como él.
-No puede ser…-Exclamó Hikari dirigiéndose a la puerta y dándole golpes -¡Kariya, abre de una vez!
-No te va a hacer ningún caso –Dijo Tsurugi mientras se sentaba en el sofá y cruzaba los brazos –Lo único que podemos hacer es quedarnos aquí y esperar.
-Creo que tienes razón…-Ella se sentó en el mismo sofá que él, pero separada por unos metros. –Ya lo han vuelto a intentar…-Pensó mientras miraba de reojo al otro.
Mientras tanto, Kariya y Tenma, que había llegado hacía escasos segundos al lugar, observaban la escena por el ojo de buey de la puerta de la sala de estar.
En ese momento, Tenma hizo un gesto a Shinsuke, quien se encontraba dentro de la habitación. Entonces, el pequeño pulsó un interruptor que provocó que una dulce y delicada melodía reinara en la estancia.
Ni Tsurugi ni Hikari le hicieron caso, pero después de aquella canción comenzó otra, y otra, y el tiempo fue pasando y aquella música seguía sonando, con canciones cada vez más románticas. Fue entonces cuando Tsurugi se levantó del sofá:
-¡Estoy harto! –Gritó con desesperación. Entonces, miró detenidamente a la peliverde. Ya entendía lo que estaba ocurriendo y lo que habían planeado sus compañeros de equipo. Ella también lo miró. Los labios del peliazul comenzaron a moverse por sí solos y sin darse cuenta, preguntó en voz baja:
-¿Quieres…Quieres bailar?
-¿Qué…? –inquirió la chica, incrédula.
-¡Que si quieres bailar! –Alzó la voz mirándola fijamente. Tal vez era cierto lo que la gente decía. Tal vez desde que inventaron la lista de las parejas explosivas sus sentimientos hacia la chica hubieran cambiado. El hecho de que ambos no quisieran mirarse para que la gente no hablara y el ambiente que habían creado Tenma y los demás, provocaron en Tsurugi sensaciones que jamás había sentido ni hacia ella ni hacia ninguna otra persona. Su pelo verde le parecía más bello y suave que ningún otro que había visto y sus ojos, más azules y misteriosos que el mar más extenso que podría existir en todo el planeta. Necesitaba acercarse a ella, hablarle, decirle lo que sentía… Antes de que se volviera loco –.Ya no puedo soportar estar más tiempo sentado, ¿Quieres o no?
-Vale… –Se sonrojó Hikari mientras se levantaba. Tsurugi le ofreció su mano derecha y ella la unió con su izquierda mientras ponía la otra en el hombro del chico. Entonces, él puso su izquierda en la cintura de Hikari y comenzaron a dar torpes y pequeños pasos. Los dos podían escuchar su corazón latir mientras se movían al compás de la música. Ninguno se miraba. Sin querer, Hikari pisó al peliazul y éste hizo un pequeño gesto de dolor.
-Lo siento, de verdad –Dijo mientras intentaba separarse de él, muy avergonzada.
-No, tranquila, estoy bien. –Y puso una pequeña sonrisa, sin dejar que la chica se alejara. Entonces, los dos fijaron sus ojos en los del otro y poco a poco se fueron acercando mientras Hikari iba cerrándolos lentamente. Y de repente, sus labios se fundieron en un dulce beso en el que el tiempo se detuvo para ambos y del que solo se separaron cuando les faltó el aire. Sus respiraciones eran entrecortadas y Hikari se atrevió a preguntar:
-¿Por qué…por qué hemos hecho eso? –Dijo en susurros.
-Porque…creo…creo que la gente tenía razón. Me gustas bastante, Hikari. –Respondió el otro mientras observaba maravillado la hermosura del azul de los ojos de su compañera y comenzaba a darle pequeños besos en el cuello.
-Tú también me gustas, Tsurugi –Rio la peliverde mientras se acercaba los labios del chico para comenzar con un segundo beso, mucho más apasionado que el anterior. –Puede que resulte que de verdad seamos la pareja más explosiva… -Pensó mientras sus lenguas se juntaban y se volvían a separar, haciendo que ambos se sintieran como jamás se habían sentido.
Mientras tanto, al otro lado de la puerta, Tenma y Kariya miraban la escena sigilosamente, incrédulos por lo que estaba ocurriendo.
-Quien iba a pensar que ocurriría esto, ¿Verdad? –Preguntó Tenma con una sonrisa en el rostro.
-Hey Tenma –Dijo Kariya con malicia –Tengo entendido que otra de las parejas más explosivas sois tú y Aoi, ¿No es así, SHINSUKE? –Guiñó un ojo al pequeño mientras salía sigilosamente de la habitación mientras Tsurugi y Hikari se besaban.
-Ya te tenemos una preparada, así que estate atento, Tenma –Rieron Kariya y SHINSUKE, en esa calurosa y apasionada tarde de primavera.
LCREAMSONIC
27-07-2013
PD Final: Lo primero, ¡muchísimas gracias por llegar hasta aquí! Agradecería muchísimo alguna review y tal... y como incentivo os diré que si veo que os ha gustado, subiré otro capítulo que escribí unos meses después que este :).
