¿Cómo? ¿Cómo fue posible que se fijara en él? En ese ser con una desagradable y callada personalidad, su forma de querer hacer las cosas solo, su punto de vista amargo e indiferente puesto a la situación en la que se encontraba.

¿Cómo? ¿Cómo fue posible que se fijara en ella? Ese ser de pocas palabras; rasgados ojos y vestuario casual con una mochila que la hacía ver muy simpática. Con su bondad y curiosidad al límite, capaz de ayudar a quién lo necesite.

Al ver esas hordas de muertos vivientes tomar los fúnebres pasillos de ese hotel que caía a pedazos por las llamas que lo consumían todo, no le importaba tanto, sabía que podía escapar pero, había un pequeño gran detalle. Delante de esos seres despreciables hambrientos de sangre y carne estaba ella, corriendo por su joven vida, lágrimas salieron de sus ojos, su rostro se tornó rojo. Tiró su preciada mochila oscura, un objeto muy valioso para ella, renunció a este puesto que era peso innecesario que la alentaba, tropezó.

Yoko lloraba a gritos, sabía que a unos centímetros atrás de ella los zombis gruñían, sus ojos inmediatamente fueron a los de David, quién veía con sorpresa la escena, el tiempo se volvió muy lento para él: escapar y dejarla morir o salir juntos. Tomó su pistola y disparó, los sonidos de bala resonaban a lo lejos, los destellos dejaban casi ciego al plomero quien se acercó a una mujer inconsciente, la cargó. Dio marcha atrás y corrió por la vida de ambos, se encerraron en la oficina de seguridad, donde metros más abajo podían salir de su pesadilla interminable, no pudo evitar mirarle, algo sintió por ella y se preguntó qué hubiera pasado si la dejaba como carnada, se sentiría culpable por matar indirectamente a una inocente, a alguien que tenía mucho por vivir, la abrazó, algo muy intimo comenzó a partir de ese momento.