Aunque parecía raro en él, ese día, Tony Stark se había levantado temprano para asistir a una conferencia de su empresa, sería mentira decir que lo hizo sin quejarse toda la mañana, pero no tenía opción después de que Pepper lo había dejado debido al incidente de Aldrich Killian, hace un mes, y ahora él vivía solo en su enorme mansión que había reconstruido.
-Muy bien, estoy listo- dijo poniéndose los lentes y terminando de acomodarse la corbata.
Luego recordó que no había nadie a quien decirle eso ni que lo despidiera con un beso, y se aproximó, resignado, a la salida de la casa, donde uno de sus costosos autos esperaba.
Subió y comenzó a conducir a la empresa.
-Señor Stark- se escuchó de pronto la voz de J.A.R.V.I.S. desde el radio de su carro- tiene una llamada del señor Thomas Horker.
-¿De quién?- preguntó Tony, extrañado.
-Thomas Horker, señor.
-No lo conozco de nada, recházala.
-Pero señor, dice que es urgente que hable con usted- insistió J.A.R.V.I.S.
-¿Y quién me asegura que no es alguien del gobierno que insiste en que entregue mi armadura? No, recházalo.
-Pero...
-J.A.R.V.I.S., si sigues insistiendo te desconecto.
El ordenador de inteligencia no dijo nada más y Tony siguió conduciendo en silencio, llegando en poco tiempo.
-Buenos días señor Stark- lo saludó Happy cuando iba entrando a la empresa.
-Hola Happy, buen día- respondió Tony- ¿qué es lo que tengo que hacer hoy?
-Tiene una reunión para la planificación de la Expo de Ciencias.
-¿Cuándo es?
-Dentro de dos semanas señor.
-Muy bien, según yo la reunión es en- mira su reloj- veinte minutos, así que estaré en mi oficina.
-Sí... por cierto- lo detuvo Happy cuando había dado algunos pasos- un tal Thomas Horker ha estado llamando, dice que necesita hablar con usted.
-¿Qué? ¿Aquí también?- preguntó Tony, estaba muy estresado con eso de dirigir la empresa y esas llamadas sólo lo estresaban más, estaba seguro que era alguien del gobierno- no contestes a nada, dile dile... dile que morí, ¿bien?- dijo y se fue a su oficina sin esperar respuesta de Happy.
Entró en la misma que Pepper ocupaba cuando la había nombrado encargada de todo, se sentó en la silla detrás del escritorio y admiró la foto que tenía ahí de ella, la extrañaba tanto, era a quien más temía perder en la vida y lo había hecho, todo de forma muy rápida, ya que después de la pelea con Aldrich Killian había estado muy distante con él, Tony pensaba que se le pasaría con un poco de tiempo, pero se equivocó y después de dos semanas le dijo que ya no podía seguir viviendo con él, por lo que le insistió y suplicó pero nada la hizo cambiar de parecer y tres días después firmó los papeles pare devolverle completamente la empresa y se fue en un taxi, sin decirle a Tony a dónde iba y hoy era día que hace un mes no sabía nada de ella y Tony no tenía ganas de hacer nada, pero se esforzaba.
-Señor- se escuchó su secretaria por el teléfono- tiene una llamada del señor Thomas Horker.
-¡Ah!
Después de ordenar el rechazo de la llamada fue a la reunión donde tuvieron los acuerdos de que la Expo sería dentro de dos semanas, justo en la planta baja de la empresa, podrían participar jóvenes y adultos con grandes ideas y el ganador obtendría que su invento fuera vendido y patrocinado por Industrias Stark, además de que ese día Tony mostraría un nuevo invento suyo... lo peor era que aún no sabía qué y tendría que improvisar para construir algo esos días.
-Bien Happy- le dijo a su guardaespaldas y mano derecha- me voy, ya sabes, encárgate de todo lo que puedas quitándome este aburrido trabajo a mí, y sólo llámame cuando sea muy necesario.
-Sí señor- le contestó Happy.
Luego Tony subió a su auto y condujo de regreso a casa.
Cuando llegó y después de guardar su coche se dispuso a intentar construir el invento de la Expo.
-Pero primero- se dijo- necesito una cerveza.
Se aproximó a la cocina y tomó una lata de cerveza, la abrió y estaba a punto de beber, pero unos golpes en la puerta lo interrumpieron.
-Tengo que contratar a un mayordomo- suspiró y dejó la lata de cerveza para ir a abrir.
-Espero que sea importante- dijo en cuanto abrió la puerta, donde se encontraba un joven como de 25 años, ligeramente moreno y de pelo negro, estaba vestido con un traje y llevaba un portafolio.
-Buenos días señor Stark- le dijo- soy Thomas Horker.
-¡Ah! Así que tú eres el empleado del gobierno que ha estado molestándome todo el día.
-Mmm ¿perdón?- le preguntó el joven confundido.
-Sí sí, pero escúchame bien y dile a tus jefes que por ningún motivo mi armadura pasará a formar parte del gobierno y...
-Un momento señor- lo interrumpió Thomas- creo que está confundido, yo no tengo que ver nada en eso.
-¿Ah no? Entonces dime qué haces aquí- preguntó Tony, pero sin creerle.
-Yo... mire es un poco complicado de explicar así que ¿le parece si entramos?- preguntó Thomas, señalando hacia adentro con la mano.
Tony suspiró.
-Tienes cinco minutos y si me entero que eres alguien del gobierno, un espía o algún ser sobrenatural que explote entraré en mi armadura y no te gustará el resultado.
-Sí señor- dijo Thomas asintiendo asustado.
-Entonces entra- le dijo Tony y se apartó de la puerta señalándole los sillones, mientras él regresó a la cocina por su cerveza.
-¿Quieres una cerveza, Thomas?- le preguntó.
-No gracias señor- le dijo.
-Bueno, más para mí- contestó Tony dándole un trago a la lata y luego fue a los sillones sentándose en uno frente a Thomas.
-Corre tiempo- le dijo, para indicarle que hablara.
-Bien, pues, primero que nada soy un trabajador social y...
-¿Qué es lo qué haces?- lo interrumpió Tony.
-Yo ayudo a niños maltratados y me encargo de sus casos legales sobre su adopción o para que vayan a casas de acogida cuando se quedan sin padres a causa de un maltrato o de su fallecimiento.
-Ah, bien por ti- dijo Tony.
-Sí, y le decía que...
-Ya sé lo que quieres- volvió a interrumpir Tony- necesitas que done dinero a un orfanato para esos niños ¿cierto?
-No señor, yo...
-Haberlo dicho antes chico, sí, claro, adoro la caridad- se paró haciendo que Thomas también se parara y comenzó a empujarlo por los hombros hacia la puerta- así que ve a mi empresa y busca a Happy y dile que te haga un cheque de...
-¡Señor Stark, no vine aquí a pedirle un cheque!- gritó, haciendo que Tony se detuviera y callara- yo, mmm- suspiró, sabía que sería difícil hablar con él desde que rechazaba sus llamadas, pero aún así no creía que tanto.
Abrió ligeramente su portafolio y sacó de ahí la foto de una mujer, de piel blanca y cabello rubio oscuro, y no se podía negar que muy bonita.
-Mire, ¿conoce a esta mujer?- le preguntó Thomas entregándole la foto.
-Me parece que me suena de algo, pero no sé...
-Su nombre es Helen Keener- lo interrumpió Thomas- la conoció hace once años en un antro, luego... digamos que tuvieron una aventura, al día siguiente se fue y después de algunas semanas volvió a buscarlo pero usted nunca la recibió.
Tony hizo memoria todo lo que pudo, pero nunca se esforzaba por recordar a las mujeres con las que estaba ya que era cosa de una noche, pero recordó a una en especial que estuvo insistiendo en hablar con él como dos meses, hasta que se cansó y nunca más supo de ella.
-Espera espera, creo que la recuerdo, sí, estuvo queriendo hablar conmigo como dos meses pero nunca la recibí, aunque en momentos me arrepentía porque era excelente en la...
-¿Llegó a saber algo de ella después de la noche en que la conoció?- interrumpió Thomas, no queriendo que Tony terminara esa frase.
-No, al día siguiente me levanté temprano y salí de casa, dejándole un taxi para que la llevara a donde ella quisiera, como siempre hacía en esos tiempos, y cuando me buscó nunca la recibí porque con las cosas que me había dicho la noche en que la conocí se notaba que era de esas mujeres que quieren algo serio contigo y pues, yo no estaba listo para eso, y con el tiempo se cansó y dejó de buscarme y nunca supe más de ella... pero ¿por qué viniste hasta aquí para preguntarme eso?- preguntó Tony al final, tomando nuevamente la lata de cerveza sentándose, olvidando que le urgía sacar a Thomas de ahí.
-Señor Stark- comenzó Thomas, sentándose también, frente a Tony- había una razón específica por la cual ella quería hablar con usted.
-¿Y ahora lo manda a usted a decirme lo que quería? Digo, sé que causo mucho encanto y deseo en las mujeres pero ¿no le parece que ha pasado demasiado tiempo para que ella aún quiera conmigo?
-No me está entendiendo señor- le dijo Thomas, preparándose para lanzar el golpe mayor al hombre que tenía delante- Helen Keener falleció.
-¿Qué?- preguntó Tony, sorprendido, ya que aunque fuera de una noche y no fuera importante para él la recordaba como una joven mujer llena de ilusiones, gracias a esas horas que estuvieron platicando un poco.
-Sí, fue hace dos semanas, en un accidente automovilístico, la acompañaba un hombre el cual al parecer iba borracho, gracias a eso chocaron y ambos murieron.
-Vaya, lo siento mucho, no debió terminar así- se quedó callado unos segundos- oiga, no es que quiera parecer insensible, aunque por lo regular sí lo soy pero, ¿qué tiene que ver todo esto conmigo?
-Es a lo que he querido llegar señor, la señora Helen lo buscaba para algo, algo de lo que usted nunca se enteró y...
-¿Tiene que ver con dinero? ¿Me demandó o algo? Si es así no hay problema, puedo pagar el funeral y...
-Señor Stark- comenzó a repetir Thomas, pero Tony seguía hablando sin escucharlo.
-¡Señor Stark!- gritó Thomas, callándolo al fin- no tiene nada que ver con eso.
-¿Entonces con qué?- preguntó Tony, mientras le tomaba a lo último que le quedaba de la cerveza.
-Con que- comenzó a decir Thomas, listo para decir lo que había ido a decir- tiene que ver con que usted y ella... tuvieron un hijo.
