Prologo.
Los sucesos de la vida son extraños, tan variados. Sin darte cuenta te quedas atrapado en aquello que llamamos los hilos del destino.
Atrayéndonos con su dulce encanto.
No pensamos en las consecuencias.
Cuando todo ocurre tan de repente.
Siguiendo esa corriente que es lo suficientemente fuerte para hundirnos e incluso arrastrarnos al fin de nuestra vida.
Pero nos influye tanto que no, nos importa.
Algunos desde que nacemos ya estamos atado a ello.
