Notas: es... raro. Una mezcla de fluffy, angst y gore (?). Ah, y está situado durante el secuestro de Sayu :).

Disclaimer: DN no es mío.

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Sayu no era especialmente ilusa, no especialmente soñadora. Pero a veces le gustaba dejar vagar la mente y pensar en su futuro. Con una sonrisa de labios ─labios, en aquel momento, despellejados por la fuerza con que se los mordía─, imaginaba el momento en que encontraría un chico, su chico. Cerraba los ojos y lo veía, de pie, vistiendo una chaqueta oscura y con las manos en los bolsillos. Materializaba sentimientos hacia alguien sin rostro ─jamás lo veía; la oscuridad lo nublaba todo. Andaba a pasos rápidos hacia él ─la miraba con una sonrisa cruel─ y ataba los brazos alrededor de su cuello ─lloraba, le pedía que se detuviese─ y, con la escena salpicada de risas frescas, jugueteaba con los labios contra su piel y cabello ─olía a chocolate amargo─.

Pero Sayu siempre terminaba regresando a la realidad ─dolía. Y dándose cuenta que los suaves y tiernos labios que en sueños besaba, no eran más que labios de piedra ─ardían. Que los gestos no eran dulces, eran espejismos impacientes de violencia ─no se detenían. Que aquel que durante cinco días la visitó cada noche a su celda personal era un chico ─no su chico─ que lo hacía sin otro motivo que matar el aburrimiento ─¿amor...?

Sayu tuvo que despertar ─llorando─ de un cuento de hadas que jamás existió.