Este fic es una traducción de Sibling Revelry, de frodogenic, que la verdad es que recomiendo leer en su versión original a ser posible. Enlace en mi perfil. En total ocho capítulos.
Premisa: Un poco después de Bespin y antes de Endor, Vader descubre que Luke y Leia son gemelos. Pero la verdadera sorpresa viene en el último informe de Inteligencia Imperial sobre la relación entre Skywalker y Organa…
LIOS DE HERMANOS
Primer Capítulo
El mejor ejemplo de eficiencia que se podía encontrar en todo el Imperio se encontraba a bordo del Ejecutor. El Senado comportándose como mucho como un lodazal, la Corte Imperial una masa indolente, la burocracia siendo la procrastinación encarnada y con los Gobernadores planetarios que no podían acertarle a un Rebelde ni con una holocámara, pero el Ejecutor era el territorio personal de Darth Vader. El que no aportara podía esperar ser expulsado de la nave, por la escotilla y con los pies por delante. Alrededor del Señor del Sith, la expresión "peso muerto" no era una metáfora.
Para aquellos que simplemente no estaban dedicados por completo al perfecto cumplimiento de su deber, pocas cosas podían inspirarlos como la amenaza de expirar.
En el Ejecutor no existían las "pausas para el café" o los "viajes rápidos al servicio". Si uno quería vivir para llegar a su próximo destino, había que trabajar atentamente en su consola hasta el último segundo del turno. Si te quedabas sin nada que hacer, te lo inventabas. Y si eras un oficial junior de sistemas de información que solo recibía actualizaciones que procesar cada dos horas, como el Alférez Kyler Mespa, casi todo el trabajo era inventado. Después de todo no es que introducir datos a los bancos de información de la nave le llevara mucho tiempo. La mayor parte del tiempo el Alférez Mespa se limitaba a estar sentado en su estación leyendo informes de Inteligencia. De ese modo, al menos, le parecía estar haciendo algo vagamente educativo, y de vez en cuando descubría algo útil acerca de algún Rebelde esquivo en un lugar donde nadie había pensado en mirar, como un artículo sobre un concurso de canto en Corellia o algo similar.
El rumor de hoy en el almuerzo era que Vader había matado a otro de sus agentes por volver al Ejecutor de vacío. Mespa se encontró rebuscando entre los bancos de datos cualquier información sobre Skywalker, Luke. Su razonamiento era que debería saber algo sobre el Rebelde que su comandante en jefe estaba tan obsesionado por cazar, incluso si el dossier de Inteligencia Imperial sobre Skywalker estaba clasificado. Después de todo no es como si estuviera hackeando archivos clasificados para vendérselos a los Rebeldes, ¿no?
El hecho de que Inteligencia Imperial no supiera prácticamente nada del hombre que había volado la Estrella de la Muerte resultaba sorprendente. No conocían su fecha de nacimiento. No sabían donde había nacido. Sus padres eran desconocidos. Desconocían si tenía hermanos u otros parientes.
Sí que tenían sus datos genéticos.
Mespa se reclinó en la silla. La verdad es que no debería. Estaba claro que esto era responsabilidad de Inteligencia…y probablemente era ilegal copiar información del banco de datos para su uso particular…especialmente información clasificada…
Pero los datos estaban justo ahí. Y justo la semana pasada su primo Vern, el comerciante de especia, le había enviado ese programa biométrico de la Universidad de Coruscant recién sacado, capaz de analizar un muestra genética y descubrir posibles parentescos con cualquier otro ser en el registro galáctico. Ya había encontrado varios parientes suyos que nunca había sabido que existían. Vale, quizá hubiera sido más feliz sin saber de su querido primo por parte del tío abuelo de su madre Bartemius Kilroy, actualmente cumpliendo dieciséis sentencias consecutivas de cadena perpetua en Naboo por asesinato y robo (además de cinco semanas extra por orinar en público), pero en fin.
Oh, que demonios.
Con cuidado y fingiendo que no estaba haciendo nada ni siquiera remotamente interesante, Mespa copió los datos de Skywalker en su propio chip de memoria. Al terminar su turno tres horas después, se dirigió con rapidez a su cabina, introdujo el chip en su propio terminal y puso en marcha el programa, mirando de reojo hacia atrás para asegurarse de que nadie se le había colado sin darse cuenta.
Cuando en la pantalla apareció el resultado la sorpresa fue mayúscula.
Vader se encontraba en el observatorio del Ejecutor, contemplando las motas resplandecientes de los Astilleros de Fondor a través de las ventanas de transpariacero, cuando se le acercó uno de sus ayudantes.
—Perdón , mi Señor, pero pidió ser notificado de inmediato sobre cualquier nueva información sobre el Rebelde Skywalker.
Vader se giró, olvidando en un instante la vista del planeta Kuat y sus astilleros. —¿Tienes su localización? —, preguntó con exigencia.
—No, mi Señor—, el ayudante tragó nerviosamente, —pero uno de nuestros Tenientes de sistemas de información ha descubierto algo, mm, importante acerca de la familia Skywalker.
Vader se tensó, preguntándose como podía alguien haber encontrado la relación entre él y Luke, y más importante aun, por qué iba nadie de su tripulación a atreverse a reconocer saber algo tan peligroso…
—Parece ser que tiene una hermana, mi Señor—, gimoteó el ayudante.
El universo se congeló en ese momento.
No. Imposible.
Tenía dos hijos. Dos. No uno.
—Gemelos—, dijo como sin darle importancia.
El ayudante, sin idea de cómo Vader podía saber eso, se sintió apropiadamente aterrorizado por la omnisciencia de su superior. —S-si, mi Señor—, tartamudeó. —M-mellizos.
Vader permaneció en silencio un momento antes de preguntar. —¿Una mujer, seguro? .
Cuando el ayudante asintió con la cabeza violentamente se sintió extrañamente vindicado. Había tenido razón después de todo cuando le dijo a Padme que iban a tener una niña.
—¿Tiene un nombre?
—Sí, mi Señor, de hecho esa es la p-parte realmente interesante—, dijo el ayudante. —Bueno, de un modo perturbador, verá usted, e-el caso es…
—¡Suéltelo mientras tenga capacidad para hablar! —, dijo Vader, levantando la mano amenazadoramente.
—¡Se trata de la Princesa Leia Organa! —, chilló el ayudante.
El universo no se limitó a dejar de girar esta vez, Vader notó claramente cómo cambiaba de dirección.
—Imposible—, dijo levemente.
El ayudante se encogió de hombros.
—Inteligencia lo ha v-verificado por separado. El Servicio Médico ha hecho su propio análisis y ha llegado al m-mismo resultado—. Le presentó una hoja. Vader se la arrancó y miró atentamente la información, como si al ayudante se le hubiera podido pasar por alto el significado del enorme mensaje subrayado en verde al principio que decía RESULTADO CONFIRMADO, o el texto ligeramente más pequeño situado justo debajo que decía Probabilidad Estimada de Relación Fraternal: 99.9883%, o incluso los holos de Luke (granuloso, borroso y de hace cinco años) y la Princesa (con el ceño fruncido cuando fue capturada por última vez) que decoraban la parte inferior de la página, los dos metidos dentro de un círculo verde luminiscente y con una gruesa línea verde conectándolos.
—También n-nos sorprendimos, m-mi Señor—, se atrevió a decir el ayudante. — Es decir, después de ese informe r-relatando las relaciones de S-skywalker con sus acompañantes c-conocidos…
Vader notó como su estómago, o lo que le quedaba de él, se le caía hasta las suelas de los pies. Sus agentes habían sido instruídos para recabar cualquier información sobre la relación entre su hijo y Solo, Organa y los demás con los que se relacionaba frecuentemente con la esperanza de encontrar alguna ventaja, algo que pudiera hacer al muchacho más vulnerable a sus persuasiones. Sus conclusiones recientes sobre la íntima naturaleza de la relación entre Luke y la Princesa acababan de convertirse en mucho más…interesantes.
Por no decir profundamente perturbadoras.
—Supongo q-que no se puede esperar un c-comportamiento ético de unos v-vándalos subversivos—, empezó a balbucear el agente, — pero aun así, no m-me había dado c-cuenta de lo mucho a lo que se pueden rebajar los Rebeldes.
No lo sabe, pensó Vader, arrojando la hoja de vuelta al agente y deambulando por el solarium completamente aturdido. No sabía acerca de mí, Kenobi tampoco debe haberle contado esto, MALDITO sea ese decrépito viejo, es todo culpa suya, maltratando la psique de mi hijo, escondiendo a mi hija de mí…
Pero no podía perder tiempo en un ataque de ira. Esto era una crisis sin precedentes. Olvidad a los Jedi, olvidad a los Sith, olvidad esa triplemente maldita guerra, tenía que encontrar a sus hijos inmediatamente, antes de que la situación degenerara aún más, antes, por la Fuerza, de que puedan casarse o…
¡No, no podía pensar en ello! Quizás, solo quizás, nunca habían hecho nada sobre la obvia atracción de uno por el otro…
Soltó un resoplido, recordando cómo había sido él a los veintipocos años. Vas listo, Anakin, se rió en su cabeza una voz que sonaba espeluznantemente como la da Obi-Wan.
Bueno, tal vez, ¡sí, eso era! ¡El agente debe de estar equivocado! Seguramente había malinterpretado la dinámica entre Luke y la Princesa, no había comprendido bien las sutilezas del lenguaje corporal,…
Al llegar a sus dependencias recuperó el informe y pasó directamente a la sección pertinente a la Princesa. Había material de una cámara de seguridad que no había examinado, al estar distraído con un oficial que no estaba dando todo lo posible en el trabajo. Indudablemente con su conocimiento sobre Luke podría entenderlo de manera diferente al agente…
El proyector se puso en marcha, mostrando una pequeña habitación médica. Su hijo estaba tumbado en la cama, recuperándose de alguna aventura. Cerca de él estaban Solo, la Princesa y el Wookie.
—Tú no nos viste en la galería sur a solas—, iba diciendo Solo. —Allí expresó sus verdaderos sentimientos por mí.
Vader puso el puño en alto triunfantemente. ¡Había estado seguro todo el tiempo!
—¡Qué! ¡Presumido, estúpido, anormal, piojoso! —, explotó la Princesa. A Vader lo divirtió, pero no lo engañó ni por un momento. Después de todo había presenciado esa melodramática escena en la cámara de carbonita en Bespin. Por asqueroso que resultara que Solo le pusiera las manos encima a su hija, era menos repulsivo que…
¡No! ¡No iba ni siquiera a contemplarlo!
—¿Quién es un piojoso? —, preguntó Solo. —He debido de dar muy cerca del blanco para que se enfade así, ¿eh, chico?
Por un momento Vader pensó que la enérgica Princesa podría autodestruirse por la ira que mostraba. Se consoló a sí mismo con la seguridad de que incluso si estaba remotamente atraída por el andrajoso ex-contrabandista, estaba claro que la relación no tenía visos de durar.
—Bueno—, contestó ella, — supongo que eso demuestra que no lo sabes todo sobre las mujeres.
Para justo después, ante los ojos aterrados de su padre, inclinarse y plantarle un sonoro beso a su propio hermano.
Vader apagó rápidamente el proyector.
Sutilezas del lenguaje corporal ciertamente, bufó la voz de Obi-Wan en su cabeza.
Vader realizó un loable intento para evitar lo obvio. Revisó el holograma con obstinación una y otra vez, inclinando la desafortunada proyección en todos sus ejes sin dejar ninguna posición sin intentar en su esfuerzo por probar que no estaba viendo lo que pensaba que estaba viendo. Pero la historia se negaba tercamente a ser alterada. Al final, solo le quedó un modo de deshacerse de semejante espectáculo.
Tras llamar a un droide de limpieza para que se deshiciera de los restos misteriosamente aplastados de la unidad de holoproyección (así como de varias otras bajas de aparatos que habían tenido la suerte de estar dentro del radio de acción de una rabieta recargada con la Fuerza), Vader se calmó lo suficiente como para considerar posibles cursos de acción. Empezó a caminar en círculos alrededor de su cámara hiperbárica evaluando la situación.
El problema, por supuesto, resultaba obvio, su hijo e hija, ignorantes de su parentesco, estaban al borde de procurarle una horda de nietos endogámicos. Semejante giro del destino debía ser prevenido a toda costa. Todo eso estaba bastante claro.
La dificultad radicaba en ¿cómo demonios iba a detenerlos?
Después de todo no es como si pudiera aparecerse en casa de Luke e invitarlo a un café para tener una agradable charla paterna con él sobre las delicadezas de la genética humana. Llevaba meses cazando a su hijo sin ningún éxito, y la Princesa misma estaba demostrando ser bastante elusiva desde Bespin. Incluso si consiguiera acorralar a uno de los gemelos lo bastante como para poder decir una o dos frases no tenía mucha esperanza de que cualquiera de ellos fuera a creer ni una sola palabra suya. Luke se arrojaría al abismo sin fondo más a mano mientras que Leia lo atacaría con cualquier arma disponible, con las manos desnudas si fuera necesario.
Es imposible, se dio cuenta.
Tras una segunda rabieta, que vio el fallecimiento de la consola de su oficina, simplemente decidió ser creativo y aprovechar cualquier oportunidad que se le presentase. Siempre existía la posibilidad de que el agente hubiese sobreestimado el grado de afecto entre los dos; un beso no lleva a un matrimonio incestuoso. Debe avanzar gradualmente.
¿Por qué no empezar por un método a distancia y seguro, como un mensaje? ¡Sí! Una táctica simple pero potencialmente efectiva: Vader se agarró a ello con gratitud. Ordenó a un agente de Inteligencia que buscara entre sus contactos con los Rebeldes para descubrir la mejor manera de transmitir un mensaje al Alto Mando de la Alianza, y después llamó a un mecánico para arreglar la consola. Tras contemplar diez minutos de completa ineptitud estranguló al primer mecánico y llamó a un segundo, que demostró ser igual de insatisfactorio. Disgustado, sacó los dos cadáveres al pasillo y terminó de repararla él mismo. Después, en preparación para componer el que podría ser el mensaje más importante de su vida, pasó doce horas meditando antes de empezar a escribir…
