UNIDOS POR EL DESTINO
Cap. 1: La chica universitaria
Estaba nerviosa, definitivamente lo estaba. El temblor involuntario de sus piernas y su respiración agitada eran prueba de ello. Pese a que el día hoy su vida iba a dar un giro de 360 grados, más que sentir entusiasmo ante tal hecho de repente la inseguridad la invadió, algo que no era muy típico en ella ya que siempre estaba certera de cada decisión que tomaba.
La ceremonia que la Universidad Meiji ofrecía para recibir a todos sus alumnos de nuevo ingreso, transcurrió como las anteriores en las que había estado. Sólo que en esta ocasión al voltear a su alrededor no se encontró con ninguna persona vistiendo el mismo uniforme y las facciones en todos esos rostros había perdido ese aire infantil. Tal vez eso era precisamente lo que la hacía sentir incomoda. Inclusive al dar un vistazo rápidamente a su atuendo: un vestido corto y floreado, aunque era muy bonito ella simplemente no se sentía "tan bonita". ¿Sería esto a lo que se referían varios de sus ex compañeros de instituto?; a que una vez ingresando a la universidad se pierde ese sentido de pertenencia e inicia la búsqueda de la identidad; es decir, tú lugar en el mundo.
Sacudió la cabeza para despejar todos esos pensamientos negativos que únicamente la llenaban de dudas y ansiedades. Dio un largo respiro y se propuso escuchar las palabras de aquel alumno que había obtenido la mejor calificación en el examen de ingreso.
- Así que solamente me resta decirles, queridos compañeros… - el muchacho parado frente al estrado del auditorio alzó los brazos jovialmente - Vamos a dar lo mejor de nosotros en estos años universitarios para que logremos hacer nuestros sueños realidad….
Esa última frase resonó como un eco en la mente de la chica; "hacer nuestros sueños realidad….",¿y exactamente cuál era el suyo?
Todos los presentes se levantaron en aplausos conmovidos con el discurso de aquella joven promesa. Y poco a poco, entre los abrazos y felicitaciones fueron abandonando el auditorio. Al estar prácticamente vacío el lugar, la chica que durante toda la ceremonia permaneció absorta se puso finalmente de pie y camino hacia la salida.
- ¡Onee Chan! – una voz chillona gritó desde los jardines - ¡Estamos Aquí!
La aludida se abrió paso entre el tumulto de gente reunida en el patio principal, disculpándose por alguno que otro pisotón y llegó hasta donde provenía la vocecita por demás conocida.
- Wataru Chan… - abrazó al niño cariñosamente – Gracias por venir.
- No me perdería tu primer día de Universidad por nada – el niño sonrió orgulloso.
- No es su primer día Wataru – un hombre mayor de cabellos chinos le aclaró al más joven – Hoy fue la ceremonia de Bienvenida, nuestra hermanita comenzará sus clases dentro de una semana.
- Ahh entiendo Masa-Nii - se llevó el dedo a su boca, pensativo – ¡Eso quiere decir que podré disfrutar de mi Onee Chan más tiempo! – estallo en alegría
- No sólo tú hermanito… - un rubio de fino semblante y con ropas tradicionales budistas exclamó – Más bien todos podremos deleitarnos con el tiempo libre de nuestra querida hermanita – se acercó a la joven y la tomó del mentón provocando que se ruborizara al instante.
- Basta Kana-Nii - un pelirrojo de peinado alborotado le reclamó – ¿Qué no ves que la estás avergonzando?
- Oh… Que descuido de mi parte – la soltó en el acto – Ahora eres una estudiante universitaria y no es correcto que haga estas demostraciones de cariño en público ¿verdad? - le guiño el ojo.
- Bueno… Yo… - en realidad quería confesarle que ya fueran en público o en privado, esos "cariños" a los que su hermano mayor se refería simplemente no eran de su agrado. Pero, una vez más se lo guardo para sí.
- Me hubiese gustado estar contigo en esa ceremonia… - el pelirrojo la sacó de sus pensamientos – A pesar de que logre matricularme en la misma universidad que tú, no pude iniciar el curso este año por unas materias que aún no he completado del instituto.
- A mí también me hubiese gustado que iniciáramos juntos – le dijo con sinceridad – Es más fácil adaptarte a cosas nuevas si tienes compañía.
- Perdóname… – le rogó bajando la mirada al suelo – Por mi culpa tendrás que afrontar esto sola, ¡soy un tonto!
- Bueno eso último no te lo discutiremos… - un hombre maduro con gafas los abordó a unos cuantos metros – Definitivamente eres un tonto por dejar sola a nuestra hermana en su primer año. En fin, que se le va hacer…
- Ukyo San… - la chica le sonrió al verle – Pensé que no habías venido.
- Bueno, lo que ocurrió fue que me tarde mucho en encontrar estacionamiento – se sobó la nuca en señal de cansancio – Este lugar está hecho un caos.
- Al menos encontraste lugar – expresó complacido el mayor de todos – Y justo a tiempo para regresar a casa.
El segundo hermano asintió en acuerdo y comentó – He preparado un banquete por motivo a tu ingreso a la Universidad, y por supuesto nos acompañaran el resto de nuestros hermanos.
La noticia mejoró notablemente el humor de la joven, pues nada le deleitaba más que convivir con su nueva y numerosa familia, por quienes había desarrollado ya un inmenso afecto.
Hacía un año que Ema se había incorporado a la familia Asahina, y aunque le hubiese gustado decir que todas las experiencias resultado de ello fueron maravillosas, la verdad era otra. Muchas de las vivencias durante todo ese tiempo le causaron tristezas, confusión, enojos, pudor y hasta temor. De no tener ninguno a tener 13 hermanos varones no era algo fácil de asimilar, estaba acostumbrada a su soledad y no se consideraba una chica muy sociable. Razón por la que el lidiar con el cumulo de personalidades y sentimientos de cada hermano fue toda una osadía, y hasta el día hoy se preguntaba cómo había logrado mantener al margen a cada uno.
Dentro de las aspiraciones de una chica normal de instituto estaría como primer lugar el enamorarse y disfrutar de un noviazgo. Y por supuesto eso no la excluía; Sin embargo, cuando se reciben arriba de 10 declaraciones de amor esa aspiración pierde sentido. Bueno, al menos eso le había ocurrido, ya que en lugar de sentirse halagada y aprovechado la oportunidad de permitirse escoger al pretendiente que más le gustara, un sentimiento de culpa la embargó por ser el centro de múltiples conflictos y distanciamientos. "El enamorarse"; sentirse atraída por un hombre y desear ser el objeto de su atención, en absoluto lo había experimentado.
Llegaron a la residencia en menos de una hora, y para cuando entraron a la sala los esperaban ya un par de hermanos más.
- Bienvenidos… - un chico de pelo oscuro y gafas a contraste los recibió sonriente.
- ¡Azu-Nii! ¡Tsuba Nii! – los saludó enérgico el menor - ¡Qué bueno que ya llegaron!
- Tal vez no pudimos acompañarte en la Ceremonia de tu Escuela Imouto Chan – un chico de blanca cabellera se acercó hasta el único miembro femenino de todo el grupo – Así que déjame compensarte esa ausencia – la abrazó efusivo.
El gemelo del peliblanco lo abordó por la espalda y le dio un manotazo en la cabeza – ¡Ya te he dicho que no la incomodes! – regresó a ver a la joven – Discúlpalo por favor, Tsubaki no sabe comportarse… y creo que jamás lo sabrá…
- Des… Descuida… - respondió azorada.
- ¡Azusa! ¡No tenías por qué pegarme tan fuerte! - le reclamó mientras se sobaba la parte adolorida.
- Pues no me des motivos para hacerlo… - le dijo fríamente.
- Ya basta ustedes dos – les llamó la atención el segundo hermano desde la cocina – Mejor ayuden a colocar todos los platillos y bebidas sobre la mesa.
- Siiii…. – asintieron a coro los regañados.
Colocado el festín en el largo comedor, cada quien ocupo su respectivo asiento y antes de que cualquiera diese el primer bocado, el primer hermano capto la atención de todos al chocar uno de sus cubiertos contra su copa.
- Hermanos y… - dirigió la vista a Ema y sonrió – Hermana. Primero que nada quiero agradecerles que se hayan tomado el tiempo para compartir con la familia, aunque algunos no se encuentren aquí estoy seguro que de haber tenido la posibilidad habrían venido.
- Fuuto fue invitado a cantar para un evento de beneficencia, al parecer varios artistas famosos también fueron requeridos y por eso no se pudo dar el lujo de rechazarlos – Ukyo aprovechó la pausa para informarles.
- Conociendo lo orgulloso que es ese mocoso, de seguro debe estar molesto por no ser el centro de atención – un chico pelirrojo comentó divertido.
-¡Pero por supuesto! Y lo que me causa más gracia es que no sólo no es la estrella principal, sino que por tratarse de beneficencia no recibirá ninguna paga – Tsubaki afirmó entre carcajadas.
- Fuuto recién empezó su carrera, y pese a su popularidad con las chicas aún no es un artista consolidado – Azusa argumentó acomodándose los lentes.
- Efectivamente – Kaname alzó su copa y saboreó un poco su vino – Fuuto es aún un niño, y tiene que aprovechar todas las oportunidades que se le presenten para abrirse camino en su carrera, ya sean de su agrado o no.
- La buena noticia es que Louis está con él – Ukyo tomó la palabra nuevamente – y hará una pequeña fortuna arreglando a los que pueda, y más si se trata de personas famosas no sólo su cartera sino su prestigio crecerá.
- A eso le llamo nacer con la suerte de tu lado –Tsubaky opinó sonriente, pero denotando sinceridad en lugar de burla – El tener el talento para algo y además poder dedicarte a ello, no tiene precio.
- Olvidas que Louis no lo hace por dinero o reconocimiento – el gemelo de melena oscura reprendió a su contraparte – A él le gusta lo que hace.
- Eso no lo niego, pero te repito que Louis tiene la suerte de su lado – defendió su punto -A diferencia de Hikaru Onii San, quien por más que disfrute haciendo lo que hace nada mas no le va tan bien como a él, que por cierto ¿Dónde se encuentra ahora?
- Viajando por Francia, al menos eso fue lo que me dijo la última vez que hablé con él por teléfono – Ukyo mencionó sin mucho interés al tiempo que daba un sorbo a su bebida.
- Debe estar dándose la gran vida – Kaname echó para atrás su cabeza, colgándole ligeramente del respaldo de la silla - De sólo recordar París me entran arrepentimientos de la profesión que elegí, hay muchas cosas a las que un monje debe renunciar y en su mayoría son las más placenteras.
- ¡Kaname! – Ukyo le dirigió una mirada severa – Modera tus comentarios – el rubio sudo la gota gorda y guardo silencio.
- ¿Y qué pasó con Iori Nii? – quiso saber el niño sentado entre todos los grandes - ¿Él también está de viaje?
- No Wataru, simplemente no consiguió que su escuela le otorgara el permiso para tomarse unos días – le explicó Ukyo ya más calmado – Pero podría decirse que está de viaje, pues está estudiando en otro País y no le es tan fácil venir cualquier día.
El niño hizo un puchero y expresó con pesadez – Pobre de Iori Nii, debe sentirse muy solo.
- No te preocupes Wataru Chan – Tsubaki le revolvió los cabellos – A Iori Nii San le gusta estar sólo.
- ¡No digas tonterías! – Azusa le volvió a dar otro golpe a su impertinente hermano – ¡Vas a confundirlo!
- Tsschh… - se aguantó el dolor – Perdón, perdón…
- Wataru, lo que intento decir Tsubaki es que muestro hermano Iori es muy fuerte y puede soportar el no vernos por mucho tiempo, pero, eso no significa que no nos extrañe.
- Entiendo - el niño sonrió complacido – Entonces la próxima vez que nos visite Iori Nii le daré un regalo para que tenga algo con qué recordarnos.
- Bien dicho Wataru – Kaname felicitó a su hermanito – Bueno, ahora sólo nos queda averiguar que fue de…
El sonido de una puerta al abrirse interrumpió al rubio, entrando por esta un joven alto y de cabellos cortos.
- ¡Ya llegue! - anunció a todos – Disculpen mi retraso, pero la práctica de hoy se extendió hasta muy tarde y no podía faltar.
- Lo importante es que llegaste Subaru – Ukyo le indicó con un ademán que tomara asiento – Estábamos a punto de…
El tintineo de una copa resonó en la habitación, y los presentes regresaron la vista hacia el causante.
Masaomi carraspeo unos segundos y retomo su discurso – Como les decía, antes de que nos desviáramos en otros temas – rió apenado – Quiero agradecerles el que estén aquí, no sólo para que podamos compartir en familia sino también como un recordatorio de que el tiempo transcurre muy rápido, y cuando menos nos damos cuenta dejamos de ser niños, e inclusive dejamos atrás nuestra juventud; Así que debemos procurar llenar nuestros días con gratos recuerdos que nos permitan disfrutar la madurez sin arrepentimientos y con plenitud - levantó su copa invitando a sus hermanos a que hicieran lo mismo – El día de hoy nuestra hermana comienza una etapa muy importante en su vida, su formación como adulta - fijó sus ojos en ella – A partir de hoy vivirás la etapa más emocionante y hermosa de tu vida, así que no quiero que te preocupes y mucho menos limites – dio un suspiro – Al contrario, quiero decirte que todos nosotros confiamos plenamente en ti y te apoyaremos de forma incondicional en cada decisión que tomes - alzó un poco más su copa y concluyó – Ahora sí todos… ¡SALUD!
Tras el brindis, Ema, quien al principio estaba atenta a las conversaciones entre sus hermanos, mismas que le robaron una que otra risa, con las palabras que le había dedicado su hermano mayor se había conmovido totalmente, pareciera que le hubiese leído la mente sobre su sentir en esta mañana y por ello trataba de incitarla a que creyera en sí misma, disipando a su vez sus dudas y temores.
- Gracias Masaomi San – sentía sus ojos húmedos, pero se contuvo. No quería causar la impresión equivocada – En verdad me hace muy feliz que me hayas dicho todo eso – lentamente dedicó una sonrisa a cada uno de sus hermanos - Les prometo que dará mi mejor esfuerzo.
- Sabemos que lo harás – Ukyo se acomodó sus delgadas gafas - Nunca nos has decepcionado.
De repente un estridente timbrazo irrumpió la armonía del ambiente. Ema se percató que provenía de su celular y rápidamente lo sacó de su bolsa. La pantalla del móvil notificaba un mensaje nuevo.
- ¿Quién es? – la curiosidad de Tsubaki la apremió.
Ema leyó el mensaje y por un instante mostró un gesto de asombro
- ¿Todo bien? – Azusa secundó a su gemelo.
- Ehh… Si… - Ema recuperó la compostura – Es un mensaje de Natsume San, me avisa que tendrá varias juntas y no terminará hasta muy noche. Se disculpa y me desea lo mejor.
- Ese Natsume no cambia – el peliblanco se quejó – Siempre dándole prioridad a su trabajo, a mí me parece que ya es todo un adicto a la oficina.
- No lo juzgues tan precipitadamente – le reprochó Azusa – Al termino del Verano es cuando más trabajo tienen las empresas de videojuegos y tecnologías, pues están contra el reloj para finalizar a tiempo todos sus proyectos y puedan lanzarlos a la venta antes de Navidad.
- ¡Pues que se le va hacer! – exhalo con fastidio – Él tiene la culpa por elegir un trabajo tan demandante.
Un vaso cayó al suelo, provocando un escándalo al romperse.
- Ah… Perdón… - Subaru se puso de pie – Yo me encargo de limpiarlo.
El chico salió aprisa con dirección al patio, con el fin de traer lo necesario.
- A pesar de que Subaru diga que ya superó sus problemas con Natsume – Masaomi apoyó su quijada sobre una mano, en forma reflexiva - Con estas acciones nos demuestra lo contrario.
- Necesita más tiempo… - Ukyo comentó, dándole la razón a su hermano.
Ema no deseaba escuchar más acerca de lo que sus hermanos mayores hablaban; Así que centró su atención en el más pequeño quien sin parar le exigía probara cada uno de los bocadillos que él justo se había llevado ya a la boca.
Unas horas después, gracias a Ukyo y Ema el comedor, sala y cocina volvían a estar limpias y en orden. La mayoría ya se había retirado a sus habitaciones, y para que ella igualmente hiciera lo mismo sólo faltaba que los platos recién lavados y secos se guardaran en la alacena.
- Déjame hacerlo – se ofreció Ukyo tomando varias piezas del lavavajillas – Ya has hecho suficiente con quedarte y ayudarme.
- No digas eso, es lo menos que podría hacer después de todo lo que organizaste hoy por mí – curvó sus labios – Realmente la pase muy bien.
- Con eso me doy por satisfecho – le regresó la sonrisa – Anda, dame un gusto más y vete a descansar.
- Esta bien – hizo una pequeña reverencia para despedirse – Buenas noches Ukyo San.
- Buenas noches hermanita.
Ema pasó al tocador antes de ir a su habitación, se aseguró de cepillarse bien su cabello, lavarse la cara y los dientes. Y extrañamente esta noche, se sorprendió contemplándose en el espejo más tiempo de lo usual.
En cama y bajo las sabanas, su cuerpo no lograba acomodarse en ninguna posición, y por ende no conciliaba el sueño. ¿A quién engañaba? Su mente aún no deseaba desconectarse todo a causa de aquel mensaje, quería rebuscar en lo más profundo de su ser hasta tener alguna conclusión de que había provocado en ella, pero, se resistía. Honestamente no quería saberlo.
Tomó de la mesa de noche su celular, lo abrió y la luz que emanaba del aparato fue suficiente para iluminar de un verde fluorescente todo su cuarto. Presionó el icono de su bandeja de mensajes y abrió el primero de la lista:
"Ema, discúlpame por no felicitarte en persona el día de hoy por el primero de tus muchos logros que vendrán durante tu carrera Universitaria. En verdad me hubiese gustado estar allí; Sin embargo, tengo mucho trabajo y es mi responsabilidad que todo se termine en tiempo…
Respiro hondo, convenciéndose que al menos lo que les había dicho a sus hermanos durante la cena era en parte verdad.
Sabes que siempre contarás conmigo ante cualquier problema que tengas, sólo espero puedas volver a tener esa confianza en mí como antes. Al menos por mi parte nada ha cambiado, mis sentimientos siguen intactos, y es por ello que me atrevo a preguntarte si de tu parte tu decisión sigue en pie ¿no saldrás con nadie aún? He de suponer que con el paso de los días, semanas o meses que lleves cursando en la escuela tu perspectiva cambie y decidas salir con alguien finalmente, y el sólo pensarlo me llena de felicidad y angustia a la vez, porque la única verdad es que yo quiero ser ese alguien, yo quiero ser ese hombre por el que tu decidas enamorarte".
Ema cerró el celular de un golpe, y lo arrojó nuevamente sobre la mesa de noche. Jaló las sabanas para taparse con ellas por completo, y apretó sus ojos. Escuchando como un eco en la habitación la palabra: "enamorarse".
Notas de la autora:
Bueno este es mí nuevo bebe (jejeje… proyecto).
¿Por qué me decide escribir sobre esta serie? Es fácil, me cautivo mucho el personaje masculino que usaré como protagonista (para quien no lo capte me refiero a Natsume) Si, he visto muchas series y por supuesto que he amado a la mayoria, y que más quisiera yo que escribir algo sobre las misma para rendirles homenaje, pero, realmente esto de escribir no es tan simple ya que la historia tiene que llegar a tu mente de forma espontánea y fluida. Es decir, cuando le dedicas mucho tiempo a pensar sobre que podrías escribir realmente no vale la pena hacerlo, porque sería algo forzado y a lo cual en poco tiempo le perderías el interés. Y la idea es transmitir la pasión que sientes ya sea por la serie, el personaje o situación en particular.
Antes de embaucarme (lo digo así porque es como adquirir un compromiso a largo plazo) en escribir algo nuevo, me cercioro de hacer la investigación pertinente tanto de la serie original (manga o videojuego) y por supuesto analizar a detalle el perfil de todos los personajes ¿por qué razón? Bueno ya se percatarán que mi estilo es respetar lo ya diseñado por el autor y a partir de ello crear algo nuevo que se apegue lo más posible a lo original, de esta forma considero que todo parece más real y como parte de la historia (y si puedo llevar a escena mis caprichos que no sucedieron en la serie ¡que mejor!).
Ya por último, deseo aclararles que si algo si omití fue incluir en mi fic a la ardilla rara que aparece únicamente en el anime. Bueno aquí si creo que varias coincidirán conmigo que es por demás fastidiosa y no tiene ninguna aportación especial en la historia, así que le dijimos BYE.
En fin, agradezco cualquier comentario, sugerencia o saludito que deseen dejarme.
Y de antemano agradezco también el tiempo que se tomaron para leer este primer capitulo.
