Capítulo 1: El shinigami y el humano
La reunión de los capitanes del Gotei 13, junto a sus tenientes, comenzó tan rápido como se pudo, todos los capitanes estaban serios y guardando un profundo silencio. Genryuurasai Yamamoto, capitán comandante, se puso de pie; manteniendo su expresión seria.
- El día de hoy, nos llegó un reporte desde la división doce, en varias regiones del mundo material, se registró un aumento de apariciones de hollows, y sus ataques, no fueron algo que se puedan llamar normales… Atacaron a diferentes humanos de alto reiatsu pero no los mataron – Yamamoto miró al capitán Mayuri, indicándole que continuase.
El capitán de la doceava división, llevaba un gran mapa, que representaba, cada una de las regiones, que los shinigamis cuidaban en el mundo material; en cada diferente zona, de aquel mapa, brillaban diferentes puntos de luz, se representando cada uno de los ataques registrados. Sin embargo, en aquellos mapas, había puntos de diferente color.
- Algo que deberíamos agregar al comportamiento de los recientes ataques de los hollows; es que sus presas no fueron solamente humanos, localizaron y devoraron, hasta la más débil criatura espiritual. Lo que los humanos llaman yokais. Aunque hay algo más que deberían saber – Mayuri miró a todos los capitanes – Los hollows que atacaron, no son del nivel que estamos acostumbrados a tratar. Son del nivel Adjucha.
Todos mostraron expresiones de asombro e incertidumbre. Pero antes de que alguien pudiese dar su explicación, el capitán Yamamoto, retomó la palabra.
- Quiero que los escuadrones dos, tres, seis, cinco y doce; vayan con sus capitanes a revisar las zonas donde ocurrieron los ataques, es bastante probable que pueda haber un ataque de nuevo. Tambien quiero que los escuadrones siete, ocho, diez y trece; vayan a otras regiones, donde el reiatsu es alto; para que vigilen y protejan.
Yamamoto, hizo sonar su bastón; todos los capitanes se inclinaron, retirándose para acatar las órdenes del capitán comandante cuanto antes.
*En el mundo material*
Akio estaba corriendo por las calles de Karakura, era de noche y él había salido tarde del trabajo; a veces, maldecía mucho que su trabajo en el centro comercial no terminase más temprano, pues en las noches siempre veía cosas que los demás no, en su mayoría seres extraños de caras esqueléticas y con agujeros en sus cuerpos, en algunas ocasiones había sido perseguido por aquellos seres, pero de alguna manera algo, o alguien, siempre lo salvaba. Akio, era un joven de 27 años, pese a verse como una persona normal, él era capaz de ver lo que la gente llama fantasmas, yokais, onis, etc. Desde pequeño, había sido así para él, no importaba a donde fuera, sentía que no encajaba. Akio, había terminado una carrera, y se esforzaba para tratar de convertirse en escritor; aunque nada de lo que escribía, le convencía como para querer mostrarlo.
Akio entró a su departamento, jadeando por haber corrido tanto; cuando atardecía, había sentido una presión en el ambiente, algo a lo que se había acostumbrado a veces, pero sabía que eso significaba problemas para él. Sin pensarlo dos veces, en su habitación se dejó caer en su cama, no deseaba otra cosa más que el sueño le llegase pronto, pues comenzaba a sentirse mareado…
… Una cantidad enorme de hollows se dispersaban por toda Karakura, al mismo tiempo, varios shinigamis, que se encontraban en la zona, se movían rápidamente hacia todas direcciones para encargarse de los hollows. Los capitanes del séptimo y decimo escuadrón, estaban ayudando también con lo que sucedía en el lugar.
- Parece que el capitán comandante estaba en lo correcto – Toshiro Hitsugaya, capitán del décimo escuadrón, se encargaba de un grupo de hollows.
- Pero estos hollows son de bajo nivel – Apuntó Sajin Komamura, el capitán lobo, del séptimo escuadrón – Pero son tantos que si un Menos grande, se alimentase con ellos…
- Podría evolucionar al nivel de un Adjucha – Concluyó Toshiro.
El capitán Komamura asintió a aquellas palabras.
En el Gotei 13 no se habían tenido reportes de Adjuchas o Menos grandes, al menos, no desde que Aizen fuese derrotado y encerrado, por el shinigami sustituto Ichigo Kurosaki, aunque se sabía que en aquel año, él estaba fuera de Karakura.
Sajin miraba seriamente su entorno, esperando que aquella noche encontrasen algo que les ayudara a entender lo que pasaba, pero solo se sentía la presencia de más hollows. Tomando a los miembros de su división, decidieron abarcar toda la zona noroeste de Karakura.
- ¡Recuerden revisar todos los alrededores, no debemos dejar que ningún hollow se nos escape! – Le decía a su división.
Komamura sentía los reiatsus de gran poder a su alrededor, lo cual le sorprendía, y le atrajo uno que se sentía muy intenso pero alterado, pensó que eso tentaría a algunos hollows a atacar; así que él mismo, comenzó a investigar cerca de donde sentía aquel reiatsu…
… Akio aún seguía asustado en su habitación, pues había escuchado el tétrico grito de los monstruos que luego llegaba a ver, y más aún, la presión que sentía en el ambiente le impedía conciliar correctamente el sueño. De repente, aquella presión se hizo muy intensa.
- Mierda… ¿Por qué no se detiene todo esto?... yo solo quiero tener una vida sin esto…
Komamura estaba en la habitación de Akio, ya que no había resistido el impulso de ver a la persona que poseía aquel fuerte reiatsu, el capitán no hacia ningún ruido y solo había escuchado en silencio las palabras de aquel joven asustadizo.
Akio, aun temblando bajo las cobijas, decidió calmar sus nervios con tomar algo, envolviéndose en su cobija, se levantó y se dirigió a la cocina, al pasar justo donde un momento antes había estado Komamura, se detuvo.
- Huele extraño… No puede ser, ya estoy alucinando, será mejor que hoy también, me tome la medicina para dormir.
Komamura había sido rápido en esconderse, aprovechando que aquel joven había salido de la habitación, decidió irse de ahí. Al ver a aquel joven, había sentido un poco de lastima, así que antes de irse, realizó un kido para que aquel chico ya no sintiera la presión espiritual de los shinigamis y de los hollows, mientras estuviera en aquel departamento.
Akio regreso a su habitación, percibiendo aquel extraño aroma aun en el lugar, sin embargo ya no sentía la presión en el ambiente y no escuchaba ruido alguno, por fin se dejó caer de nuevo en su cama y quedo completamente dormido…
… Al amanecer, los shinigamis habían terminado su trabajo y habían regresado a la sociedad de almas… Akio se despertó de pronto, había tenido un extraño sueño, pero aquello le dio una idea para escribir algo nuevo; tomó algunas hojas que tenía en su mesa de trabajo, probó cuales plumas tenían tinta y comenzó a escribir sin detenerse hasta que estuvo listo el borrador "El lobo enamorado" ese era el título elegido para aquella obra. Pues, había soñado con un hombre lobo.
- Puede que lo de anoche me provocase aquel sueño, pero al menos salió algo bueno de aquello – Decía Akio mientras releía el borrador y comenzaba a editar su trabajo.
Después de un par de horas trabajando en ello, decidió meterse a la ducha ya que no dejaba de percibir un olor raro en su habitación; no era desagradable, era como de almizcle, ligero, penetrante pero muy agradable. Aún se preguntaba de donde venía aquel olor; así que la salir de la ducha, y una vez vestido, decido comenzar a recoger todo el desorden del lugar y ver de dónde venía aquel aroma, aunque sospechaba que alguna botella de perfume olvidada en algún lugar, se había roto.
Pero tras horas de trabajo, no encontró nada que hubiera producido aquel aroma, sin embargo ya todo estaba limpio en su departamento; sin embargo al ver el reloj tuvo que prepararse un almuerzo rápido y tener todo listo para salir a trabajar.
*En la sociedad de almas*
Los shinigamis tomaban un descanso después de la noche de trabajo que habían tenido. Los capitanes acababan de dar sus reportes de las zonas que tenían que supervisar.
- Que mal que esta noche tengamos nuevamente trabajo – Se quejaba el capitán Kyoraku – Al menos espero que Nanao me deje descansar.
- Yo solo necesito una buena tarde de sueño – El capitán Ukitake parecía que estaba a punto de desmayarse – Aunque me gustaría investigar más sobre lo que está pasando.
El capitán Komamura, como siempre, tenía una actitud seria y no hablaba mucho con nadie. Él fue uno de los últimos en abandonar la sala de reuniones, dirigiéndose hacia su hogar para descansar.
- Él no ha estado bien desde lo que le paso a Kaname Tousen ¿verdad? – observó Ukitake.
- Creo que la única razón por la que sigue siendo capitán shinigami es para encontrar un sentido a su vida… Pobre capitán Komamura, cada día parece más solo – Concluyó Kyoraku.
Komamura llegó a su hogar donde Gorou, su perrito, le recibió contento; como el capitán aun no tenía mucho sueño, tomo a su pequeño amigo y lo llevo a caminar por los alrededores.
Sin querer, Komamura había alcanzado a escuchar lo que los otros dos capitanes habían dicho, y posiblemente era verdad eso, que cada día estaba un poco más solo. Sin embargo, aunque lo tratase, una parte de él no quería desprenderse del pasado, cuando en un tiempo, dejo de estar solo y tenía a alguien.
*En el mundo material*
- Akio, vamos a tomar algo por aquí cerca ¿Qué dices?
Akio estaba terminando otro día de trabajo, al día siguiente tenía su descanso por lo que aquella noche, quería desvelarse escribiendo, ya que tenía presente aun lo de su sueño.
- Lo lamento chicos, creo que otro día, hoy tengo algo que hacer – Respondió el joven y salió corriendo hacia su casa.
Akio estaba cerca de su casa, como ya era algo tarde, no había personas en la calle, pero de repente, vio a un extraño sujeto frente a él.
- Así que eres tú el que posee ese delicioso reiatsu, eso nos ayudara para que nuestros hollows sean más fuertes.
Aquel sujeto llevaba ropa blanca y completamente extraña, además de un pedazo de mascara que parecía de algún cráneo humano. Akio no lo pensó dos veces y hecho a correr.
El arrancar miraba al joven desde las alturas, aquello se le hacía tan gracioso, un simple humano intentando escapar de esa manera; el arrancar, aprovechó el momento justo e que el joven llego a las orillas de un parque y ahí decidió consumir el reiatsu de su presa.
- Correr es inútil – El arrancar apareció a un lado de Akio.
El joven recibió un rápido y fuerte golpe. Terminó derribado a varios metros del arrancar. Antes de que Akio pudiese ponerse de pie, sintió como era levantado y llevado lejos del lugar, cuando se dio cuenta de lo que pasaba, estaba siendo cargado por Sajin Komamura.
- Esto es un sueño… tiene que ser un sueño… – Decía Akio, mirando con evidente asombro a su salvador.
Komamura miró de reojo al joven pero no dijo nada. Frente al capitán aparecieron un conjunto de adjuchas y junto a ellos, el arrancar.
- No esperaba que aparecieran tan rápido, shinigamis.
- Así que tú eres el que ha estado enviando hollows en gran cantidad cada noche ¿no es así? – Komamura sostuvo a Akio con su brazo izquierdo y desenfundo su zampakutou – Los shinigamis escondimos nuestro reiatsu, esperando a que aparecieras.
- Claro que sí, necesitaba humanos con un gran reiatsu para los Menos grandes y Adjuchas, abandonados por Aizen – El arrancar sonrió maliciosamente – Pero recolectar solo el reiatsu de los humanos, no nos estaba ayudando mucho, así que decidimos cazar a los yokais, y no vieras que tan fuertes son nuestros aliados; sin embargo, ustedes shinigamis, me están dificultando las cosas. Así que esta noche tuve que traer la parte más fuerte de mis aliados para que ustedes dejen de interrumpir – Alrededor se sentían grandes cantidades de reiatsu de los capitanes y de más adjuchas – Ahora vamos por ese chico.
Los adjuchas y el arrancar rodearon a Komamura y se prepararon para lanzar sus ataques conocidos como "cero".
Akio solo sintió como Komamura uso su shumpo para comenzar a pelear; dos adjuchas fueron eliminados, mientras preparaban su ataque, los demás apuntaron y dispararon sus ataques, el capitán logró llamar a tiempo a Tenken, su shikai, para protegerse, sin embargo, bloquear un ataque múltiple como aquel, le provocó una herida en el brazo. Pero sin importarle eso de momento, nuevamente el capitán se lanzó a atacar; usando su shikai, una vez más, con rapidez logró eliminar a dos adjuchas más.
La expresión en el rostro del arrancar, dejaba ver que aquello no era algo que esperaba, el último adjucha que quedaba, logró escapar.
- Nunca subestimes a un miembro del gotei trece – Komamura miraba seriamente al arrancar.
El oponente simplemente abrió una garganta para regresar a hueco mundo. Era claro que había perdido.
Komamura guardó su zampakutou.
Akio estaba firmemente aferrado a Komamura, tenía los ojos cerrados y temblaba mucho.
- Chico – Komamura, se sorprendió un poco al ver al mismo joven al que había visto un día antes, lentamente, Komamura movió a Akio – ¿Estas bien?
- Solo quiero irme a casa – Dijo el joven muy asustado.
Komamura suspiró cansadamente y se dirigió al hogar de Akio; obviamente él sabía en donde vivía, pero para que el joven no supiera nada de eso, le preguntó dónde quedaba su hogar. No tardaron en llegar.
Komamura entró por la ventana, todo estaba silencioso cerca de ahí, Akio se soltó del capitán, mirándolo con asombro aun, pero temblaba un poco, por lo que había pasado. Entonces el joven se dio cuenta de la herida del brazo de Komamura y le detuvo antes de que éste se fuera.
- Te hirieron por mi culpa, ¿Por qué me protegiste? ¿Quién eres? – Akio miraba a Komamura con interés.
- Soy un shinigami, me llamo Sajin Komamura, capitán del séptimo escuadrón en el gotei trece, solamente estaba haciendo mi trabajo – Fue una respuesta muy seria y directa.
- Muchas gracias, déjame curarte la herida al menos – Dijo Akio, tímidamente.
Komamura no quería quedarse, la herida no era grave y él se podía curar usando kido, pero para no hacer que el joven se sintiera mal, aceptó. Akio fue rápido por su botiquín de primeros auxilios en el baño y regresó; limpio la herida y luego la vendó.
- Creo que ya quedo; lamento si fui una carga en tu trabajo de shinigami – Akio se inclinó en modo de agradecimiento y disculpa.
Komamura solo se despidió, agradeciendo por el vendaje, salió rápidamente del lugar para reunirse con los demás capitanes y shinigamis, pues tenía que informar lo que había descubierto.
Akio miraba al exterior, pensando aun que todo lo que le había pasado en esos momentos había sido parecido al sueño que había tenido; se dirigió a su mesa de trabajo, sacó más hojas en blanco y siguió escribiendo, hasta muy entrada la noche…
Haber conocido a Sajin Komamura, sí que le iba a cambiar la vida.
