Un fic realizado para un concurso. Aunque no haya ganado, me gustaría compartirlo c:

Disclaimer: Amour Sucre no me pertenece, tampoco ninguno de sus personajes, pertenecen a Chinomiko y yo sólo los uso con el fin de compartir ideas.


Y suspiró, observándolo como siempre, tan ordenado, tan atento, tan responsable, tan aplicado, si empezaba a enumerar sus virtudes no acabaría jamás, Nathaniel era el chico perfecto, el mejor chico del Sweet Amoris, y el mejor chico de todos los que había conocido y de los que conocería.

¿Y qué era ella? No mucho, no era que no tuviera una autoestima, más bien era que comparada con otras chicas, no resaltaba lo suficiente. Tenía claro que jamás iba a ser la enamorada del delegado principal del instituto.

— ¿Melody? — la chica levantó la vista de los documentos que estaba ordenando para ver al dueño de sus pensamientos —, puedes irte a casa si quieres, yo terminaré el trabajo, luces algo agotada.

— No es nada — replicó con una sonrisa medianamente forzada, aunque no pudiera estar con él de 'esa' forma, al menos podía ayudarlo en lo que pudiera —. No me falta mucho, así que no te preocupes.

— Si necesitas ayuda, no dudes en decirme — aún seguía preocupado.

Aunque no era necesario, ella haría todo por él. Acabó el papeleo, y aún se dio el tiempo de ordenar un par de cosas más de la Sala de Delegados antes de dar por terminado su día en el instituto. Ya había incluso organizado las cosas de su casillero, cuando pudo escuchar a la perfección al rubio soltar una risa sincera. Sonrió al escucharlo y se quedo quieta para averiguar el origen del sonido.

— Aún así fue bastante gracioso ver tu cara de susto — el chico seguía con un tono divertido en la voz, sin ningún matiz de burla en él —, perdóname por haberte asustado.

— No hay problema, sólo no lo vuelvas a hacer — se notaba por el tono que usaba que aún seguía algo espantada por el reciente encuentro que había tenido.

La castaña suspiró nuevamente mientras empezaba a caminar por el pasillo, teniendo presentes los murmullos cercanos de los dos chicos conversando en su propio mundo aparte.

— Ah, hola, Melody, ¿ya te vas? — le preguntó ella, con las mejillas ligeramente rosas, probablemente resultado de la conversación que estuviera manteniendo con el rubio.

— Sí, hasta luego, Lynn. Hasta luego, Nathaniel — se despidió en tono cordial, mientras salía del instituto con un par de libros para hacer sus deberes en los brazos.

Porque ella ya lo sabía, desde el primer momento en el que la había visto, su amigo había quedado cautivado por la personalidad y el encanto de Lynn Darcy, no había nada que ella pudiera hacer al respecto. Pero eso no significaba que no iba a ayudar a ambos a vivir su propio final feliz a costa del de ella. Porque Melody ya había sido ya rechazada por el chico hacía el que tanto cariño profesaba, pero eso no significaba que hubiera dejado de velar por su felicidad.

Lo iba a dar todo, aunque ella se quedara sin nada, todo para verlo sonreír. Todo por su felicidad.


¿Alguien por allí que al igual que yo no odie a Melody y quiera compartir su opinión de este fic?