- ¿Está seguro que encontraremos pistas de Zero aquí? – preguntó Yuki a Yagari, ambos estaban acompañados por Cross y Kaname. El grupo estaba de pie frente a una vieja y gran mansión que se encontraba en ruinas.

- Este lugar fue el hogar del Clan Kiryu antes y durante la guerra entre cazadores y vampiros – explicó serio Kaien – antes eran un clan numeroso y con gran poderío. Tiempo antes de ser casi exterminados durante la guerra sellaron aquí el arma que puso la guerra a favor de los cazadores, esa arma era muy poderosa y peligrosa y más de la mitad del clan debió sacrificarse para sellarla.

- ¿Acaso piensa retirar el sello, Cross-san? – preguntó el mayor de los Kuran.

- Retirar el sello es imposible – dijo Touga mientras encendía un cigarrillo – sólo alguien con las sangre Kiryu puede hacerlo. Lo que haremos será preguntarle el paradero de Zero – ante la mirada confusa de los vampiros añadió – esta arma no es un qué, sino un quién. Este "ser" está vinculado al clan por medio de un ritual de sangre muy antiguo, todo lo que un miembro del clan sepa pasará a formar parte del conocimiento de "él".

- Espero que Zero no haya venido y soltado el sello – murmuró Cross – si lo hizo habrá grandes problemas – el director comenzó a caminar hacia el edificio con los demás detrás.

Ambos cazadores derribaron la vieja puerta consiguiendo levantar mucho polvo, Kaien encendió una linterna y echó a andar. El recibidor era espacioso, decorado con lo que, hace dos o tres siglos, era considerado de buen gusto. Había telarañas y polvo por doquier además los vampiros podían escuchar los pasos de los ratones por la estancia. La luz de la linterna enfocó unas grandes escaleras de mármol las cuales comenzaron a subir, al llegar al final la escalera se dividía en dos.

- ¿Dónde estará?

- Creo que en la biblioteca – contestó Kaien a Yagari – si recuerdo bien el clan sacrificó varios libros valiosos para hacer el sello más fuerte.

Continuaron con su caminata por el sombrío lugar, la linterna de Cross alumbraba muebles antiguos deteriorados por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. La mansión era más grande de lo que esperaban, caminaron por largos pasillos y abrieron varias puertas, pero no lograron dar con la biblioteca. Terminaron, luego de mucho andar, frente a una gran puerta de roble con retoques en oro, como todo en el lugar estaba llena de polco y la madera había comenzado a pudrirse hace muchos años. Yagari abrió la puerta con gran esfuerzo y se escuchó un rechinido a causa de las antiguas bisagras. Entraron a la estnacia y se encontraron con pilas y pilas de libros, las paredes eran estanterías que contenían gran cantidad de libros. Eran tantos que los antiguos Kiryu tuvieron que comenzar a apilarlos, creando grandes torres y pirámides, en el suelo. En el centro de la gran biblioteca había un hoyo en el techo que dejaba entrar la luz del exterior, bajo aquella luz había una especie de trono de madera de fresno y, sobre él, había una figura sentada. Ambos vampiros percibieron, ni bien entraron, el hedor a muerte que impregnaba el lugar. Era igual al de la sangre cuando se echaba a perder. Se acercaron cautelosos hasta estar a una distancia que les permitiera ver bien a la figura. Era un joven de entre quince y dieciséis años de cabellos negros por debajo de los hombros y un poco alborotado, vestido con una camisa celeste con holanes en las mangas, un pantalón azul y botas negras. Lo más llamativo de ese joven era: las orejas y cola de lobo negras que poseía, el extraño tatuaje en su mejilla izquierda de un diamante azul, el collar de zafiro con forma de diamante atado a una cadena que rodeaba a su cuello y las muñequeras y otro collar plateados con el mismo zafiro, sólo que más pequeño. Sobre aquellas muñequeras había grilletes oxidados que también estaban en su cuello y tobillos, varias cadenas oxidadas cruzaban el cuerpo y lo ataban al asiento, también había hiedras con espinas venenosas enterradas en su cuerpo desgarrando la carne y causando que la sangre manchara al joven y a su alrededor.

- Esta es el arma máxima de los Kiryu – dijo Cross – el lobo demonio que atrae la muerte o como los cazadores le llaman: Death Wolf o D-Wolf – cuando terminó de decir esto unos ojos azules se abrieron y miraron fijamente a los cuatro individuos.

Este es sólo el prólogo, ¿les suena el título? a quien sí ya verá el porqué de él más adelante.

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