Primera noche.
Después de tanto tiempo con la misma rutina, el estar absolutamente al corriente del tiempo era algo que al capitán Levi ya no le importaba tanto. No sabía si había luna llena o si había luna alguna, sólo tenía la certeza de que era un viernes, ¿Tal vez el segundo o el cuarto de un mes? y que algo catastrófico se avecinaba.
Levi no era un hombre propenso a las supersticiones, pero las señales eran claras. No era sólo el hecho de que una nueva expedición se avecinaba, o que acabara de dar un extenso discurso sobre la muerte con el joven soldado frente a él, sino que entre sus dedos se aferraba una taza de café y no de té negro. ¡Preocupante hasta los huesos!
—¿En qué está pensando Capitán?— Se escuchó una voz baja y más concienzuda. Levi no desvió la mirada de la pared de la que dependía su concentración desde hace cinco minutos, sabía que el joven frente a él seguía transcribiendo notas cuidadosamente, pero no dudaba que el joven Arlert le estaba poniendo atención—¿Acaso está recordando?—El capitán sólo suspiró de manera cansina sin articular alguna palabra.
—Seguro se pregunta cómo es que terminó aquí conmigo.
—No, más bien me preguntaba qué habría pasado si no te hubiera dicho que eras el hijo bastardo de Erwin.
La mirada de Levi se desvió de la pared y Armin se fijó en el capitán, dejando su pluma por un momento, sus miradas se encontraron por unos escasos segundos. Ambos se encogieron de hombros y siguieron permitiéndose su silenciosa compañía.
Primer viernes.
Domador de bestias e hijos bastardos
Había amanecido demasiado temprano y el sol quemaba aún más de lo normal, era casi seguro que el astro rey se había puesto de acuerdo con el mal humor del Capitán Levi; por que correr el doble de vueltas de lo habitual para luego estar bajo el sol como una estatua gracias a las amenazas del capitán, no era una coincidencia.
— ¡Esa no es una excusa Springer!
—Pero capitán, no es mi culpa que ella...
— ¡Sólo tienen que encargarse de la cocina y la cena, dos viernes por mes!
—Sí señor, pero ella...
— ¡No puede ser posible que tú y la cadete Brause no puedan limpiar de manera decente!
El capitán se había infartado al entrar a la cocina esa mañana de sábado. Al parecer nada estaba bien limpio y la culpa era de Connie y Sasha.
El resto del escuadrón se esforzaba por no reír mientras el capitán le gritaba a Connie... porque ¡Por las santas murallas que no sabían quién de los dos era más enano! Armin sólo pedía que el capitán descargase su ira lo más rápido posible. La cabeza le empezaba a doler y le preocupaba que el cabello se le prendiese en llamas, el capitán seguro le mandaría a correr aún más por ser de cabellera altamente flamable.
—Capitán, usted no conoce cómo es...
— ¡Es la excusa más tonta que oído!, ¡Cadete Brause, ¿Qué dice a esto?!
La desgracia cayó entre los elegidos. Y un infierno aún más grande se desató en la tierra mientras Sasha devoraba el último pan de la noche anterior.
Armin sólo pudo ver como un tic en el ojo izquierdo del capitán se hacía notable y las venas de las manos se le marcaban, tal y como cuando se acababa el jabón en polvo, "¡oh por Rose moriremos todos!" pensó rápidamente el pequeño rubio.
Un paso hacia Brause hizo que el rubio saltara de su lugar antes de que el Capitán abriese la boca y los devorara a todos.
— ¡Espere Capitán, es cierto que Sasha es impulsiva ante la comida, pero todo tiene solución! —Todos se quedaron como las estatuas que eran, porque bueno, Armin tenía el don de las palabras, pero ¿funcionaria ente el hombre más fuerte de la humanidad?
Armin casi desfalleció cuando el capitán giró en redondo hacia él porque estaba seguro que su cabello estaba en llamas, eso o que al menos Levi sólo se lo comería a él.
— ¿Estás seguro Arlert?
Tragó duro he intento no temblar, pero no pudo—Capitán, yo creo que todo tiene solución.
—Ya veo — los ojos de Levi se habían ocultado bajo las sobras que su cabello evocaban, todos comenzaron a temblar como hojas al esperar el veredicto del capitán—,Cadete Brause, su nuevo compañero de cocina será Arlert. En cuanto a Springer, estarás junto a Jeagër en las comidas de los miércoles; ahora vayan a entrenar al bosque.
No hizo falta repetirlo, todos empezaron a huir mientras murmuraban lo benevolente que había sido el capitán, bueno, casi se había quedado inmóvil con una mísera expresión de desgracia en la cara, ya le daba igual si ardía como una antorcha. Porque Sasha era buena persona, pero era incontrolable con su apetito. Lo habían entregado como tributo y lo sabía.
—Espero que no me decepciones Arlert — dijo firmemente Levi frente a él, a Armin no le servían de nada sus centímetros de ventaja frente a esa mirada tan fría — Después de todo, ya tienes experiencia domando bestias.
Dicho esto se alejó para dejar a Armin arrastrarse hasta el bosque,confundido y enloquecido. Levi sabía que era injusto haberle plantado una odisea así de grande al soldado, pero su ira tenía que ser satisfecha además tenía ya tiempo de querer poner a prueba a ese rubio soldado que a su parecer, era el hijo bastardo de Erwin Smith.
Sólo tendría que esperar trece días para la gran prueba del domador de bestias Arlert.
Habían transcurrido ya los trece días y por fin el día del juicio final para Armin Arlert llego. Porque sí que había creado una estrategia a lo largo de trece días, pero no le garantizaba la victoria y el hecho de haber estado en la constate mira del Capitán le ponía aún más nervioso.
"Es seguro que planea la manera más prolija de pegar mis manos a una escoba "pensó esa misma mañana desayunaba en la mesa más apartada del capitán.
— ¡Hola, Armin! —Saludó Sasha sentándose junto a él.
—Hola, Sasha.
— ¿Por qué tan solo? ¿Dónde están Mikasa y Eren?
—Mikasa está en la cocina, hoy le toca el desayuno junto a Crhista, y Eren está con la señorita Hanji.
—Ya, por cierto, me alegra estar contigo ahora en la cena, Connie es un enano aburrido.
—Ajá...
—Oye Armin—le susurró bien bajito —,¿me darías la mitad de tu pan? seguro más tarde podría esconderme dos para cada uno.
Armin se enrojeció mientras la mirada del capitán se agudizaba en él y se llevaba el puño sobre los labios.
El objetivo era simple. Dejar limpio de cabo a rabo la cocina y que ni un plato de comida quedase vacío, porque la última vez dos soldados se habían quedado sin cena por el apetito de Sasha. Armin casi podía observar a los soldados vitorearlo dándole ánimos falsos mientras caminaba hacia la cocina junto con Eren.
—Ánimo, tú eres un genio, podrás con ella — le dijo su amigo.
—Según el capitán soy un domador de bestias.
Ambos se miraron confundidos, se encogieron de hombros y abrazaron a modo de despedida.
Sasha aún no había llegado, pero eso no le servía ahora, tenía que ser fiel a su estrategia, uno de los puntos más importantes era que ella a toda costa prepararía los alimentos,después de todo cocinaba de manera gloriosa. La cuestión era mantenerla a raya.
Se oyó un portazo y un estruendoso —¡Armin! ¡He llegado, perdón por el retraso!
El rubio se mordió los labios, suspiró y rogó a las murallas que todo acabara bien.—No te preocupes, sólo hay que terminar la cena, el entrenamiento fue duro.
— ¡Sopa de verdura! —Gritó Sasha casi montándose sobre Armin.
Llevaron las cajas de verduras y apenas las abrieron Sasha intento abalanzarse sobre las zanahorias.— ¡Espera Sasha! — La detuvo con brazo firme, la castaña medio frunció el ceño— primero tenemos que lavar las verduras.
Sasha sonrió y ambos lavaron las verduras, sorpresivamente ella no se atiborró de ellas apenas estuvieron limpias, su segundo ataque se lanzó cuando se encontraron frente a las tablas de cortar, pero antes de que ella se metiera tres zanahorias en la boca de una sola vez, Armin reaccionó.—Oye Sasha — el tono de voz que usó fue tan grave que la chica cerró la boca — ¿Quieres jugar a juego?
La castaña elevó una ceja — ¿Qué clase de juego?
Tendrían que elevar una cuarta muralla y nombrarla Armin en pro de su grandeza.
La primera mitad de la odisea se había completado con éxito. Ni un solo soldado se había quedado sin pan o sopa. Jean trataba de encajarle la quijada a Connie, porque Sasha no le había robado su pan, ¡ni una sola mordida!
Armin quería evitar la mirada de todos sus sorprendidos amigos, ya era malo tener que sentir la mirada fría de Levi sobre su espalda, tenía media batalla ganada, pero no había ganado la guerra.
— ¡¿Pero cómo lo has hecho?!— le preguntó Jean a Armin.
Él únicamente hizo lo mismo que con las demás preguntas: se encogió de hombros.
— ¡Hey, no hablen de mi como si fuera un animal! Armin es un compañero de cocina maravilloso— la chica castaña se levantó y elevó su pan a medio comer atrayendo la atención de todos en el comedor— ¡Afortunada la mujer que se case con Armin Alert, será capaz de alimentarla como se debe!
Nadie habló. Era una declaración intentó no huir mientras rememoraba sus artimañas para haber conseguido una Sasha satisfecha y una buena cena.
—Sasha, esta es una misión importante, lo entiendes ¿verdad?
— ¡Claro que sí Armin! Me aseguraré que ni una sola migaja de comida se desperdicie, todo estará tan limpio que el Capitán querrá usar los platos de almohada.
Armin sonrió mientras se dirigía al comedor para limpiar y barrer todo. Otro punto para que su estrategia tuviera éxito era no sobrecalentar a Sasha de trabajo y usarla para lo que era buena.
Suspiró aliviado cuando terminó la extenuante tarea, regresó a la cocina viendo con alegría que su compañera no había causado destrozos y había terminado de lavar.—Estoy exhausta, y aún queda guardar todo, limpiar y barrer la cocina... tal vez deba bajar y tomar una, o dos... tres manzanas para la energía.
¡Peligro!
— ¡No! — Exclamó Armin presurosamente—, Sasha ya has hecho demasiado, yo me encargaré de lo último.
— ¿En serio? — Sasha se sonrojó y se abalanzó a Armin — ¡Eres el mejor compañero de cocina!
Le dio un beso entre las cejas y se fue arrojando el delantal al aire; Armin solo se quedó ahí sonrojado y resignado.
Algo en su interior le decía que fuera de inmediato a su habitación, que sus reservas de paciencia se habían agotado, pero la curiosidad de Levi le pudo más esta vez. El soldado Arlert había logrado alimentar a todos de manera decente, y hasta había conseguido la promoción de la cadete Brause como prospecto a buen marido. Pobre muchacho, pero aún faltaba el tema de la limpieza.
Levi giró sobre sus talones directo al comedor, era malvado cuando quería y lo reconocía, no cambiarí encontró levantando sillas y mesas, en busca de algún indicio de polvo o suciedad, pero simplemente el comedor estaba limpio, el capitán bufó entre aliviado y molesto, tal vez después de todo, no podría desquitarse.
"Pero aún falta la cocina" pensó maliciosamente.
Sacudió y limpió minuciosamente cada barra y mesa de la cocina. Había barrido cada rincón con sumo cuidado y ya estaba exhausto, pero aún faltaba ordenar todos los platos y utensilios de lavó las manos polvorientas, y mientras las secaba pudo sentirlo. El peso de dos ojos grises sobre su espalda. Pequeños, afilados y fríos... muy fríos.
—Veo que después de todo, has declinado a la cadete Brause de sus obligaciones, eso no es válido.
Armin casi pudo sentir gloria, el Capitán estaba ahí y solo faltaba ordenar los utensilios. Por primera vez no tenía miedo, bueno sí, pero no tanto, no había nada que no hubiera hecho bien.
—Nada de eso capitán, Sasha ha terminado con sus obligaciones, ordenar es parte de las mías.
Levi asintió y comenzó a acercarse a los platos limpios, la confianza de hace un momento se esfumó.
—Ya veo— las manos del rubio empezaron a temblar cual hojas cuando el capitán tomó uno de los platos, lo elevó y observó para luego dejarlo en su lugar.
Armin suspiró aliviado. El Capitán pudo haber sonreído, el miedo de Arlert le brindaba paz a su alma.
Comenzó a llenar la tetera y la puso al fuego, se dirigió a la mesa y se sentó cruzando las piernas de manera cómoda; durante un buen rato fijó la mirada en Arlert que se movía por la cocina ordenando todo y sacudiendo lo poco que quedaba. En realidad no lo hacía mal, hizo una nota mental: "Tratar de respaldar a Arlert, limpia de manera decente ". Armin por otra parte estaba sumamente concentrado en fingir que no moría de miedo y nerviosismo, ¡la mirada del capitán era tan jodidamente fría y pesada! Sabía que quería que cometiera un error, lo sabía. No soportaba tanta tensión.
—Capitán, yo... este... ¿Desea decirme algo?
Levi levantó una ceja, el rubio deseó haberse callado. Cualquier intento de grito desesperado fue opacado por el sonido de la tetera.
Levi se levantó para aparta la tetera y tomar dos tazas ¡Dos! —Si estuvieras haciendo algo mal ya te lo habría dicho — sentenció y le tendió una taza de humeante té negro.
"¿Cuándo había agregado el té? "Se preguntó el rubio pero calló. Armin agradeció y Levi volvió a sentarse.
Levi intentó morderse los labios, ahogarse en té, hasta tratar de reír para no decir lo que acabó por soltar: — Soldado Arlert, creo que usted parece el hijo bastardo del comandante Erwin.
Armin pudo haber reído, pero era Levi quien se lo había dicho, con ese hombre no podías tomarlo a broma o de manera sarcástica, ¡El capitán no entendía el humor! El rubio sonrió, sabía que la mejor forma de escapar era siendo sincero— Bueno, yo creo que no tengo derecho a opinar nada, además de que no estoy muy seguro de que le importe mucho mi pensar.
Levi sorbió "chico listo, pero eso ya lo sabía"
El de ojos azules terminó por guardar las ollas y demás, tomo de su taza y se apoyó del filo del lavadero para tomar valor.
—Señor, ¿por qué me llamo un "domador de bestias?
Levi le miró levantando una ceja como diciendo: "¿Seguro que quieres que sea sincero? "El rubio se encogió de hombros.
—Un adolescente problemático que puede convertirse en un titán, ya sabes doble de tamaño, doble de problemas. Una letal joven soldado con un grave caso de síndrome de mamá gallina con Jeagër y una devoradora cadete Braus. Buen currículum. Digo, para ser tan joven.
El rubio se puso colorado intentó ocultar sus ojos bajo los mechones largos de su cabellera. El capitán creía que sus amigos eran bestias, quería acribillarlo con miles de argumentos hasta dejar al capitán tendido en el suelo y sin palabra alguna, pero claro que no podía.
—Ellos no son bestias... — silencio absoluto — son personas con cualidades difíciles de manejar... —levantó la mirada — todos tenemos un lado obscuro.
Levi quiso juntar las palmas y aplaudir; Armin Arlert era más interesante y listo de lo que creía. "Buena arcilla para moldear "pensó. Ambos sorbieron.
—Oye, Arlert, ¿es cierto que existen montañas que escupen fuego?
El menor dio un respingo, los ojos le brillaron inevitablemente. Levi miraba una pared —Sí Capitán, se llaman volcanes. Son enormes y peligrosos, no escupen fuego, es lava; la lava es materia...
—Tch — el chasquido le hizo callar —Armin apuró su té para poder lavar la taza... y la de su superior.
— ¿Acaso usaste tortura psicológica con la cadete Braus, o que método usaste?
Armin jadeó —No señor no fue tortura, creo que traté de usar mi imaginación.
Levi esperó a que Armin le revelara el gran secreto, pero el rubio mantuvo la cabeza gacha.
— ¿Te molestó el comentario con respecto al comandante?
"¿Por qué insiste tanto en eso? "Pensó Armin un poco frustrado.
—No, pero no es una muy agradable ocurrencia, yo sólo soy yo.
Y es que Armin estaba siendo sincero, de una manera muy superficial, pero sincero afín de cuentas.
—Mañana en el entrenamiento correrás cinco vueltas extras.
El rubio hipó.— ¿Señor?
—Leer libros prohibidos y las respuestas descaradas a tu superior merecen un castigo Arlert.
Levi miró como se alejaba un cabizbajo rubio y por poco la culpa le hizo mella. No ocurrió. De alguna u otra forma, los deseos de su lado obscuros fueron apaciguados.
—Sí señor — contestó un Armin arrepentido y sumiso mientras salía de la cocina — Buena noche Capitán Levi.
