Las noches particularmente frías en medio del mar son combatidas por los marineros con alcohol, mucho alcohol. Juntos, se emborrachan apostando dinero que no tienen. Y todo ese alcohol, más los días o meses sin contacto con una mujer provocan que el capitán Englehorn se ponga un poco caliente. Y esta noche no es la excepción.

El capitán se pone de pie y hace un discreto movimiento de cabeza mirando a Jimmy. Un gesto que el chico conoce bien, una orden velada que tiene que obedecer. El capitán sale de la bodega y unos minutos después, para disimular, Jimmy lo sigue. El chico sabe dónde ir, obediente, se dirige al camarote del capitán.

Apenas abre la puerta el capitán lo toma de la camisa para introducirlo dentro. Lo arroja a la cama y cierra muy bien la puerta, no quiere que nadie lo interrumpa. Pronto el cuello del chico es invadido por los ansiosos labios del marinero que succionan y besan aquélla zona tan sensible. La boca del capitán sube mordisqueando agresivamente la mandíbula del chico, jalando con sus dientes su suave piel. El capitán se dirige a la barbilla para poder subir a los labios de su subalterno, atacándolos intensamente al llegar a ellos. Llenando la boca de Jimmy de su aliento alcohólico.

Las manos del capitán desabrochan la camisa del chico, tan rápido como su alcoholizado cerebro se lo permite. Tan pronto deja libre el torso del chico, el capitán baja su boca para jugar con los pezones de Jimmy. Los muerde, los succiona, los lame, atendiendo a uno y otro sin distinción. Luego usa sus manos apretando los pequeños y firmes pechos del joven marinero como si de senos de mujer se trataran. Jimmy no tiene claro si lo hace por gustó o porque se imagina que es una mujer pero lo cierto es que el acto le gusta. Finalmente el capitán se levanta y se libera rápidamente de su camisa. Pronto Jimmy se encuentra pegado al torso del capitán besando su bien formado torso. El ondulante abdomen, el fuerte pecho, los pequeños pezones, nada se escapa de la lengua de Jimmy que succiona ávidamente de aquel salado sudor.

Mientras tanto el capitán desabrocha su propio pantalón, lo deja caer, y hace lo mismo con su ropa interior. Luego toma a Jimmy de los hombros y lo obliga a arrodillarse. Jimmy no necesita más instrucciones, toma el miembro del capitán en su boca. El capitán toma la cabeza del chico y comienza bombearlo con fuerza.

Cuando se siente satisfecho, el capitán sale de Jimmy y, lo obliga a levantarse y darse la vuelta. Atrae la espalda de Jimmy contra su pecho y recorre con sus ampolladas manos, el pecho y el abdomen del chico. Con su boca succiona la oreja del joven marinero mientras restriega su duro miembro contra su pequeño trasero. Jimmy se siente tan excitado que desabrocha y baja ansioso su pantalón, y mueve su culo para aumentar la fricción con el miembro de su Capitán. El marinero experimentado vuelve a girar a Jimmy y mete sus manos bajó los calzoncillos para jugar con su pequeño y firme trasero. El chico responde besando apasionadamente al capitán. El experimentado marinero no puede más y quita la ropa interior del chico.

Apenas está libre, Jimmy sube a la cama, sujetándose de la cabecera, se arrodilla dejando su trasero al aire. Después de dos años, Jimmy sabe que es así como le gusta al capitán. El experimentado marinero sube a la cama y se coloca tras de Jimmy. Escupe en su mano dos veces, la primera para lubricar su miembro y la segunda para lubricar la entrada de Jimmy. Luego pone la punta de su miembro contra la entrada del chico, toma sus caderas y comienza a adentrarse en él sin parar. Tan pronto esta dentro el capitán comienza a embestir al muchacho. Duro y sin piedad muele el trasero del chico de manera frenética. El rostro de Jimmy se torna rojo. Quiere gritar pero sabe que al capitán no le gusta que haga eso. En su lugar lanza un ahogado gemido.

— ¡Oh capitán!

El capitán continúa bombeando, aferrándose a los hombros del chico, haciendo que aquel delgado cuerpo se sacuda violentamente con cada estocada que da. Jimmy siente que no puede más, siente que sus entrañas van a desgarrarse, pero sabe que no es así. Después de tantos encuentros con aquel hombre sabe que puede aguantar eso, aunque los siguientes días tenga dificultad para caminar.

El capitán aumenta la velocidad y la fuerza de las embestidas. Jimmy sabe lo que está por pasar, el clímax se aproxima. Y, algunos segundos después así ocurre, el capitán explota. Llenando el interior de Jimmy con su esencia.

Jadeante, el capitán cae en la cama, dejándose llevar por el sueño, cae profundamente dormido. Jimmy se queda ahí, en una posición incómoda y a punto de alcanzar su clímax. Se siente usado, pero eso no le molesta. Disfruta ser el juguete sexual ocasional del capitán. Además tiene la certeza de que él es el único hombre en la vida del capitán, eso lo hace sentir especial. Así que, aun excitado, baja de la cama y comienza a bombear su miembro, deleitándose con la desnudes de su capitán. Pronto los fluidos de Jimmy son derramados en el piso.

Siempre ha sido así, sólo sexo y nada más. Al día siguiente el capitán lo tratará como si nada hubiese ocurrido y sólo lo volverá a buscar hasta que esté ebrio otra vez. Y entonces Jimmy estará ahí para complacer las necesidades de su jefe. ¿Cómo puede negarse a pasar un momento de placer con un hombre tan rudo y atractivo? Imposible. Pero Jimmy quiere más. Algo más íntimo, más emocional. Y aunque no lo sabe eso lo encontrará en un escritor de nombre Jack Driscoll.

Jimmy limpia el piso con un pañuelo, al capitán no le gusta encontrar ese tipo de restos. Se viste y revisando que el pasillo esté libre de testigos sale en dirección a su habitación. Está cansado necesita dormir.