¿Crees en la vida eterna? ¿Crees en la reencarnación? ¿Crees en el poder recordar cada vida una y otra vez? , pues hay cosas tan misteriosas en este mundo que ni siquiera lograrías entender, hay sucesos increíbles a cada hora, en cada momento, a lo largo de todo el mundo, la vida no es más que una fantasía.

Eran las 3:30 pm y una joven de 23 años se dirigía al supermercado, caminaba despacio puesto que el peso que llevaba era demasiado, ya le faltaba poco para dar a luz, pero aun así quería llegar a tiempo para las ofertas de la tarde, era una joven muy audaz y algo altanera, pero muy dulce. En cuanto llego al lugar ya era demasiado tarde y no se había dado cuenta, se le había roto la fuente, la sangre y el líquido recorría sus piernas, en cuanto las personas del local se dieron cuenta, ella ya estaba en el suelo, llamaron inmediatamente una ambulancia, los vecinos se preocuparon, ya que ella estaba en malas condiciones, su esposo estaba desaparecido desde hace ya 6 meses y nadie conocía a su familia, ella estaba sola en el mundo, o por lo menos eso es lo que decían.

Al llegar al hospital todos corrían de lado a lado, justo en ese momento hubo un accidente y habían 15 heridos gravemente, al parecer había chocado un bus escolar y un camión, las enfermeras y los doctores estaban muy ocupados, por lo que cuando llego la joven inconsciente se tardaron unos minutos en proporcionarle ayuda.

Estaban en la sala de partos, no sabían cómo proceder, puesto que necesitaban autorización y no había nadie que la acompañase, la joven no respondía y a cada momento se ponía más grave, hasta que llego la orden desde arriba para proceder con una cesaría de emergencia, las pulsaciones comenzaron a bajar considerablemente, por más que intentaran regularizarla no se podía.

El bebé nació sano y a salvo, pero la madre falleció sin ver a su recién nacido.

Ya habían pasado unas horas después del nacimiento y las enfermeras doblaban la ropa de la joven madre, quien ahora yacía en una fría cámara mortuoria, mientras lo hacían cayó de sus ropas un papel doblado, lo recogieron y notaron que dentro había un collar pequeño que sostenía una llave algo antigua y un escrito:

"Eren Jaeger, ese será su nombre"

Al ver esto las enfermeras decidieron llamar así al niño, puesto que necesitaban reconocerlo de alguna manera.

Pasaron los días y nadie se dirigía al hospital, ningún conocido o familia, tampoco habían avisos en la policía, por lo que decidieron que llevarían al niño a una casa de adopción, una muy cerca del hospital, para que el niño se hiciera las revisiones periódicas, ya que él al nacer estuvo mucho tiempo dentro del vientre pudo haberle ocasionado algún problema, aunque por ahora no se le veía ninguno.

Así comenzó a crecer, siendo un niño sin padre ni madre, pero con el cariño de las personas que lo rodeaban, las enfermeras, doctores, niños huérfanos, profesores y compañeros de clase, no le faltaba nada, al menos muchos de los demás niños que tenían situaciones parecidas creían eso, pero nunca le hicieron daño, a pesar de tener envidia, ya que les era imposible aunque lo intentaran, consideraban que era digno de aquel cariño, por su personalidad y forma de actuar, "es un niño, pero siento que no debo acercarme mucho a él", es lo que pensaban muchos de ellos.

Fue la primera vez que lo vio, eso creía, tenía tan solo 10 años y Eren caminaba lentamente por la orilla de un pequeño riachuelo, mirando el reflejo del sol, cautivado por el brillo y las olas que subían y bajaban, sintiendo el aire en su cara, abrazando amorosamente su cuerpo…

-Eren…-Se escuchó a su espalda-Ten más cuidado o te caerás

-Mikasa-Se volteó-Esta bien, aunque caiga, solo llegare al agua, no es la gran cosa

-Pero si no sabes nadar…

-Es solo que por alguna razón encuentro nostálgica esta vista, pero no sé por qué-Mikasa lo miró algo preocupada

-De todas formas, la madre Alicia te ha estado llamando desde que salimos de clase, está muy histérica porque aún no has llegado, casi me deja sorda

-Sí, ya me iré, de todas formas tu igual debes ir a tu casa ¿no es así? – La miró de reojo – Tus padres deben estar buscándote

-No llegaran hasta más tarde, hoy es viernes ¿Lo olvidas?

-¿Es así? Estoy algo extraño, siento como si necesitara algo, como…, algo que quiero, que necesito…

-¡Eren cuidado!- Gritó Mikasa estirando su mano

Eren iba caminando sin prestar atención al camino y resbalo por el precipicio, Mikasa no logro alcanzarlo, sin embargo en ese momento un joven corrió todo lo que pudo y le tomo de una mano, pero ya era muy tarde, la gravedad hacia su trabajo empujándolos a ambos al agua, el joven abrazo al niño cubriendo la mayor parte de su cuerpo y cabeza, presionándolo contra su pecho, es escucho el ruido del agua. Minutos más tarde el joven logro llevar al niño a la orilla.

-¡Eren! ¡Eren!-Mikasa llego corriendo a su lado, pero no reaccionaba

-Tch – El joven le dio primeros auxilios, logrando que Eren recuperara la consciencia – Eres un mocoso problemático

-¿Qué…paso? – Miraba confuso

-Resbalaste y caíste al rio, este hombre te salvo – Toco su mejilla – Eren ¿Te encuentras bien?

-Eso creo… - Miro al joven – Gracias…por salvarme… - Se detuvo unos segundos - ¿Podría decirme su nombre?

-Jamás dejaras de ser un niño, llámame Levi

En ese momento Eren vio el rostro del joven, una mirada profunda, que le veía, como si quisiera algo de él, como si le perteneciera solo a él, hasta el punto de querer abrazarlo y nunca apartarse de su lado.