Foro: Días Oscuros.

Disclaimer: Los Personajes no me pertenecen, le pertenecen a la autora Suzanne Collins.

Aclaraciones:

-¡Hola a todos!- Dialogo de personajes.

-"¿Por qué no empezamos ya?"- Pensamientos de personajes


Mi mayor temor

Abrí los ojos de par en par, ladee un poco la cabeza dejando que las tenues ráfagas de luz me pegaran en la cara. Enfoque más la vista, no me encontraba en la lujosa habitación de los vencedores donde solía hospedarme. Era mi casa, mi verdadera casa. La puerta de mi habitación se abrió de golpe haciendo que un tremendo crujido me levantara de la cama alarmada. Eran los soldados de la paz. A lado de ellos se encontraba mi mama agarrando a Prim de los hombros tratando de esconder su preocupación.

-Es hora cariño…-Me dijo mi mama tratando de contener las lágrimas haciendo más fuerza en los hombros de Prim.

-¿Hora de que?-Salió de mi garganta inconscientemente. Mi voz se escuchaba ronca y quebradiza. Por alguna extraña razón sabia a lo que se refería, y sabía que no era bueno.

Entonces entro el, con ese olor a rosas y sangre que tanto lo distingue. Paseándose entre sus malvados guardias del mal, dirigiéndose hacia mí. Como un depredador que acosa a su víctima.

-Señorita Everdeen, como sabrá, el capitolio no tolera a los rebeldes…-Me dijo Snow acercándose más a mí.- Pero usted es nuestra única excepción,… lástima que sus amigos y familiares no.-Me susurro al oído.

Entonces movió la mano para arriba para dar la orden de que mataran a mi mama. Ella solo cerró los ojos dejando que una lágrima recorriera por su mejilla.

-Te amo Katni…-Dejo mi mama a medias, una bala de acero había atravesado su cráneo dejando un rastro de sangre por toda la habitación.

Pegue un grito desgarrador al igual que Prim. Fui corriendo hacia el cuerpo de mi mama.

-"Esto no es real."-Me dije entre lágrimas.

-Claro que es real, y si quieres seguir viva, sabrás que con el capitolio no te debes meter.-Dijo Snow, casi leyéndome el pensamiento. Su voz sonaba fría y amenazante. Miro a Prim.- Llévensela, y véndanla.

Los soldados de la paz agarraron a Prim.

-¡Katniss!-Me grito Prim forcejeando de los guardias, pero era inútil.

Trate de liberar a Prim de los guardias, pero lo único que conseguí fue acabar en el suelo con varios moretones en la cara. Entonces se la llevaron, dejándome a solas con Snow.

-Por favor no le hagas daño…-Le rogué.

-Entienda Señorita Everdeen, Esto no es un juego. Esto es la guerra, y más le vale parar esta revolución. No me importa a cuantos inocentes, o cuantos distritos destruya. Panem le pertenece al capitolio -Me dijo. Y se marchó, pero no sin antes sacar una rosa del bolsillo de su saco blanco y dejarlo en el regazo de mi difunta madre.

Mi peor miedo, es la muerte. Esa fría figura que se lleva la vida de las personas sin siquiera preguntar. Y estaba claro, que Snow era mucho peor que ella.