Disclamer: Katekyo Hitman Reborn no me pertenece, de ser asi tsuna seria violado por todos los chicos sexys ewe…esto es obra de Amano Akira.

Summary: Hibari Kyoya es el jefe de los Yakuza en la ciudad de Namimori, temido y respetado en el mundo de la mafia. Sawada Tsunayoshi un hermoso civil se encuentra al yakuza herido y los hospeda en su casa.

Nota:

YOOOOSH! Como parece que tengo tiempo libre! LOL en realidad estoy en época de exámenes .w. aquí les traigo una nueva historia, esta vez es 1827! Yai espero les guste

Advertencias:

Mucho yaoi y divagaciones de una enferma mental.

Aquí no existe la mafia vongola, ni las llamas de la juventud…digo de la última voluntad ni nada de eso ewe.

No habrá italianos ni nada de eso, solo japoneses y sus muy japonesadas mafias (?

Parejas:

1827!

Y las otras .w.

Aclaraciones:

–Hablan los personajes–

Pensamientos

(Autora metiche)

*/*/*/*/*/*/*/*

Un joven de cabellera castaña cuyas puntas parecían desafiar a la gravedad se encontraba caminando apresuradamente por los desiertos callejones mientras maldecía en voz baja, de nuevo había tenido que quedarse horas extra en el Preescolar por culpa de algunos de sus alumnos.

Escucho un extraño sonido en el parque de enfrente, lo cual logro que diera un saltito del susto, tan pronto se preparo para salir corriendo de allí tal y como le dictaba su instinto, vio a una persona caer al suelo.

Temeroso se acerco lentamente a la persona ignorando las advertencias de su intuición, sus ojos miel se agrandaron horrorizados al ver lo herido que se encontraba el hombre.

Ya más rápidamente se acerco a chequear su pulso, su madre le había obligado a tomar cursos de primeros auxilios puesto que de adolescente siempre se lastimaba, perfecto aun estaba vivo, con dificultad lo cargo en su espalda y camino hasta su casa, la cual por suerte estaba bastante cerca, apenas cruzando el parque.

El joven se obligo a subirlo por las escaleras y recostarlo en la cama del la habitación de invitados antes de salir corriendo de allí a buscar el botiquín, tropezando unas cuantas veces por el camino.

Tan pronto lo encontró volvió a la habitación, el desconocido seguía recostado allí, pálido, magullado y cubierto de sangre.

El dueño de la casa se puso manos a la obra, desnudando parcialmente al hombre y luego comenzando a limpiar y desinfectar las heridas, tratando de que su sonrojo no sea demasiado notorio.

Eran bastante numerosas, pero superficiales. Con cuidado vendo las heridas y luego saco una camisa y un pantalón, ambas ropas habían pertenecido a su primo Xanxus así que le entraría bien, puesto que ambos parecían ser de la misma talla.

Tan pronto término de vestirlo recogió sus cosas y fue directo a su habitación para darse una ducha y luego a recostarse en su cama a dormir, esperando haber hecho lo correcto.

-*/*/-*/-*/-*/-*/

Hibari Kyoya estaba molesto, esos malditos herbívoros piña, los haría pagar por la humillación que le habían hecho pagar.

Se sentó en la cama resoplando con enfado y entonces se alarmo.

El no usaba camas occidentales, prefería un futon , observo sus ropas, las cuales definitivamente no eran suyas, y al abrir la camisa descubrió su torso vendado hábilmente.

Un leve sonido de pasos lo alarmo y cuando estuvo a punto de sacar sus tonfas descubrió que no estaban.

La puerta se abrió y un adorable herbívoro apareció cargando una bandeja de desayuno con expresión concentrada, aparentemente sin notar que él estaba consciente.

Arqueo una ceja en diversión y decidió llamar su atención.

–Herbívoro –hablo utilizando ese tono al que estaba tan acostumbrado, el de orden, el que exigía que la atención de la persona se centrase exclusivamente en el.

Mala idea puesto que el castaño solto un chillido y dio un saltito del susto logrando que casi caiga de cara al suelo, siendo salvado por Hibari, lamentablemente la bandeja no tuvo tanta suerte y cayó al piso en un ruido sordo.

Pero eso al Yakuza no le importaba, estaba demasiado ocupado observando los grandes y hermosos ojos miel junto con esa deliciosa boca entreabierta.

Lindo…–no pudo evitar que ese pensamiento cruce su mente.

–Hiie!…no debería sobre esforzarse– exclamo angustiado el pequeño separándose y obligando a Hibari a recostarse en la cama –Lamento lo del desayuno, le preparare otro–se disculpo sin mirarlo, recogiendo los utensilios del piso Kyoya pudo distinguir un leve sonrojo y se sintió extrañamente satisfecho.

–Hnm…Herbívoro, ¿cuál es tu nombre?–pregunto con sus ojos azul metalizado clavándose en su rostro.

–Sawada Tsunayoshi–susurro el más joven antes de salir casi corriendo de la habitación.

Hibari Kyoya, uno de los más temidos Yakuza de la ciudad de Namimori, sonrio de lado en cuanto un singular pensamiento cruzo su mente.

Sawada Tsunayoshi…serás mío.

-*/-*/-*/-*/-*/-*

Lynne: kyaa! Mi primer-segundo 1827! Adoro a mi Kyo-chan -w-

Espero que les guste! No se olviden de comentar .w. mientras más comentarios haya más rápido actualizo-aparece un letrerito donde está escrito: chantaje-

Jojojoj feliz Tsunavitad(?

PD: no se olviden de pasar por mis otros fanfic! Bye bye!