Notas de la traducción:

Holitas gente :), les traigo la historia que a mi gusto es la mejor historia Mpreg!Wincest ¿Por qué? Se preguntaran, porque tiene más e 450.000 palabras y 110 capitulos en 3 volumenes, la disfrute tanto que decidicí junto con la ayuda de mi siempre amiga alfer, traducir esta historia que es de lo mejor. Espero la disfruten tanto como nosotros al leerla.

Autor: Laminy.

Traductores: Alfer y Heshipswincest.

Género: General, romance, angustia.

Advertencias: Mpreg, demonios, muerte de personajes (menores), mucha angustia.

Capitulo 1.

A Sam le hubiera gustado poder decir que se despertó debido a la alarma del despertador o al sol que entra por la ventana, o qué diablos, a que Dean roncaba o hablaba en sueños. Pero por supuesto, no, eso sería demasiado fácil .Tenía que ser por Dean cantado en la ducha.

-Cristo-, murmuró, rodando sobre su costado y metiendo la cabeza bajo la almohada. Solo amortiguaba un poco el ruido, y era un poco difícil respirar allí debajo, por lo que abandono la idea, y se quedó allí, aceptando el hecho de que ahora estaba despierto, y no habría forma de volver a dormirse.

La ducha se cerro y Sam oyó salir a Dean y abrirse la puerta del baño solo unos segundos más tarde.-Buenos días Sam-dijo Dean, yendo hasta su bolsa.-¿Qué problema tienes? No tienes un aspecto muy atractivo.-

-¿Cabreado?-pregunto Sam sentándose. -Bueno, no lo estaría si alguien no hubiese estado cantando en la maldita ducha a las ocho de la mañana.-

Dean bajó la toalla y comenzó a secarse las piernas, pasando la tela arriba y abajo por la dorada piel.-Tú eres madrugador. De hecho, lo eres más que yo. Así que imagínate como me cabreo al despertarme con alguien babeando en mi pecho.-

Sam se sonrojó y bajo la mirada a sus manos.-Yo no me babeo.-

-Demonios que no-replico Dean tirando de sus bóxer.-Ahora, vamos, levantate ¿O voy a tener que sacarte de la cama hoy?

-¿Donde es exactamente a donde debemos ir, Dean?-, preguntó Sam sin levantarse de la cama.-Hemos terminado en este pueblo, puedo quedarme todo el tiempo que quiera en la cama hoy.-

-No, no puedes-, dijo Dean metiéndose la camiseta por la cabeza. -Nos vamos, bueno, yo me voy, y si quieres venir ya estas tardando.-

Sam gruñó y se dio la vuelta en la cama, siempre está inquieto cuando acaba de despertarse. -Dean, vamos, por favor. No quiero sentarme en el coche todo el día. Creo que no me siento muy bien.-

Dean termino de abrochare el cinturón, luego se acerco a la cama y se sentó en el borde. Aparto el pelo de Sam para alejarlo de sus ojos. -¿Estás bien? ¿Vas a vomitar o algo así?-

Miro a Dean con los ojos entrecerrados por el sol que se filtraba por la ventana.-No lo sé. Es algo así como cuando me mareo en el coche, pero no he estado allí.-

Dean suspiró, luego se inclinó para besar la frente de Sam, y después sus labios. -Bueno... bien. ¿De acuerdo? Nos quedaremos, pero sólo hasta que te sientas mejor. Y es mejor que no estés fingiendo - se puso de pie y comenzó a quitarse los jeans.-

-Whoa Whoa-, dijo Sam, levantando las manos.- Acabo de decirte que estoy enfermo. No voy a tener sexo contigo ahora.-

Dean lanzó los vaqueros y luego tiro de su camiseta. -¿Estás de bromeando? Acabas de decir que estás enfermo, no quiero contagiarme. Voy a volver a la cama, son las ocho -

Gruño y rodo al otro lado de la cama haciéndole sitio a Dean. Dean se acurruco contra su costado, la cabeza sobre el pecho de Sam, la mano abierta justo por encima de su ombligo.-Te quiero Sammy.-

Sam bostezó, y asintió con la cabeza. -Yo también te quiero. Ahora vuelve a dormirte, por favor.-

Dean le planto un beso justo por encima del peso y volvió a recostarse.-Lo intentare, pero será mejor que alguien no empiece a babear de nuevo.-

….

Dean tocó a la puerta del baño cuando entró a la habitación después de ir a buscar comida. -Sam, ¿estás ahí?-

-¿Dónde más podría estar, Dean?- contestó Sam, y Dean pudo oír el sarcasmo en su voz. -Saldré en un minuto.-

-Ooookay- se acercó a la pequeña mesa del motel y abrió su bolsa de Happy Meal -Hey Sam, un juguete de Johnny Depp gratis.-

-¡Qué bien!-Y entonces Dean oyó arcadas detrás de la puerta.

-Oye Sam, ¿Seguro que estás bien?-

El ruido de la cadena, agua en el lavabo y se abrió la puerta. Sam apareció en la habitación, no se había vestido, aun llevaba solo la camiseta y los bóxer.-Si estoy bien, debe de ser solo una gripe o algo así. Me pondré bien ¿Qué hiciste para conseguir comida?-

-McDonalds- -respondió Dean agitando su pequeño juguete de Piratas del Caribe a su hermano.- Me salte el Happy meal para ti...solo tienes papas fritas, hamburguesas, ya sabes, cosas aburridas para viejos.-

San rodo lo ojos y se sentó. Desenvolvió su hamburguesa, la olio y le dio un solo bocado antes de que su estomago se revolviera, -Oh, mierda.-

Dean bajó su juguete por un minuto para mirar a Sam sobre la gran bolsa de McDonalds el centro de la mesa. -¿Sam? ¿Está...?-

Sam empujó su silla hacia atrás y corrió al baño, sin tiempo para cerrar la puerta antes de vomitar de nuevo.

Dean se inclino hacia delante para ver si Sam estaba bien. -¿Necesitas ayuda ahí dentro?-Un apagado no y Dean volvió a jugar con su juguete, usando una de las papas de Sam como espada.-Soy el capitán Jack, quiero que me devuelvas mi barco.-

….

-¿Lo tienes todo?-. Preguntó Dean a la mañana siguiente, empujando Sam mientras su hermano se vestía.

-Todo está en las bolsas, Dean-, respondió Sam, sonando molesto. -¿Son tuyos?

Dean miró a Sam -¿Mi qué?-

Sam se volvió a Dean, rodando los ojos. -Estos jeans. ¿Son tuyos? -

Dean sacudió la cabeza. -¿Cómo es posible que no te quepan?-

-No, lo...hacen, pero por lo general me quedan sueltos-respondió Sam abrochándose el cinturón.-Que raro, ¿seguro que no son los tuyos?-

Dean asintió con la cabeza, y agarro su bolsa del suelo. -Sí, estoy seguro gordito, ahora vamos, quiero salir de aquí. Quizás irnos sea algo bueno para tu estómago también. -

Sam agarro la bolsa y golpeo a Dean en la parte de atrás de la cabeza.-No estoy gordo. Aun tengo mas músculos que tu.-

Dean cerró la puerta detrás de ellos y le dio la bolsa a Sam que la lanzo a la parte de atrás del coche. -Bueno, tal vez tus abdominales son cada vez mas grandes-se rio para sus adentros.- ¿O es la polla?-

-Cristo-, murmuró Sam, instalándose en el asiento del pasajero. -Siempre es mi polla contigo ¿no?-

Dean sonrió y arqueó una ceja mientras hacía girar la llave en el encendido. -Es una buena polla, cerdito.-

-Dean-, espetó Sam .-Ya está bien, joder. -No estoy gordo-, se acomodó en su asiento, y, observando a Dean por el rabillo del ojo, levantó la sudadera de su estómago, para mirar la piel de debajo.

-Sam, ¿Qué demonios estás haciendo?ó Dean por la sorpresa. -Mantén tu camisa en el coche.-

-Eso no era lo que decías la semana pasada-, murmuró Sam mientras seguía inspeccionándose el estomago. No eran sus músculos lo que le habían hecho coger peso, había engordado.-Dean ¿cómo puedo haber engordado? He vomitado todo lo que he comido los últimos dos días.-

Dean se encogió de hombros y bajo la mirada al estómago de Sam. -No sé. Quizás eres como esa mujer del show del Dr. Phil, comía dormida. -

Sam levanto la cabeza y miro a Dean con una incredulidad completa y absoluta.-A: No como dormido. No podría salir de la cama contigo tirado encima ni aunque quisiera. Y B: ¿Porque ves al Dr Phil? Quiero decir, si Oprah no era suficientemente malo...-

-Oprah es dios, Sam-dijo Dean.-Y no voy a dejar que hables mal de ella.-

-Oh dios-, murmuró Sam dejando caer la sudadera y alisando la tela. -Bueno, eso está bien Dean. Es bueno saber que tienes otros ídolos además de papá.-

-Sam-, advirtió Dean.-¿Cuántas veces tenemos que hablar sobre papá?-

-Dean nos dejó en el hospital-,le recordó Sam-Tú estabas en coma y yo tenía una pierna rota, y él se fue un segundo después de que le dieran el alta.-

-Tenía que ir detrás del demonio-, protesto agarrando el volante con tanta fuerza que tenia los nudillos blancos.-Lo hizo por nosotros, Sam, lo hizo por nuestro bien.-

Sam gruñó con incredulidad, y golpeó el salpicadero. -¡No lo hemos visto en casi seis meses, Dean! ¡Él maldito nos abandonó! -

Dean desvió el coche de la carretera y lo detuvo en el arcén.-No nos abandonó, Sam. Está luchando.-

Sam negó con la cabeza y cerró los ojos, tratando de calmarse. -Sólo conduce, Dean. Sólo conduce.-

….

Estaban durmiendo en el coche, horas después de su pelea. Tenían dinero para una habitación de motel, pero, por desgracia, todos los moteles de la ciudad estaban llenos. Dean dormía en la parte de atrás, con tres camisas a cuadros como almohada, Sam estaba en el frente, sentado, consiguiéndose una contractura en el cuello. Se despertó lentamente, tomando nota de su entrono, recordando el largo viaje. De repente lo asalto el hambre. Pepinillos. ¡No! Mantequilla de .Pepinillos y mantequilla de cacahuetes. Se dio la vuelta en su asiento y golpeó Dean, tratando de despertarlo. –Dean.-

Dean se movió, pero enseguida se enterró aún más en el asiento.

-¡Dean!-Sam lo volvió a intentar, esta vez golpeando el culo de Dean.

-¿Qué?-espetó Dean, rodando en el asiento para hacer frente a su hermano.

-Tengo hambre-, dijo en voz baja y el pelo cayéndole sobre los ojos.

-Oh joder, no me despiertes para decirme eso-dijo Dean cabreado y con voz cansada.-Coge las llaves y conduce a alguna parte. Consigue algo de comer. Ahora cierra la boca-.Y con eso volvió a cerrar los ojos.

-Tú tienes las llaves-, le recordó Sam .

Después de muchas quejas, Dean se traslado hasta la parte delantera, con la cabeza cayéndole hacia delante a cada par de segundos por la somnolencia. en una pequeña tienda que abría las veinticuatro horas. Sam salió del coche, se aseguro de que tenía su billetera y caminó hacia ella.

Dean casi se había dormido abrazado al volante cuando Sam volvió a salir con un tarro de mantequilla de cacahuete y una cuchara de plástico en una mano.-Que es…-

Sam resoplo y se metió una cucharada en la boca.

-Sam, Sam, ¿Por qué lloras? Y ¿estás loco? - Preguntó Dean, recostándose en el asiento, ya despierto.

Sam asintió con la cabeza y resopló de nuevo acurrucándose en su asiento. -No tienen pepinillos.-

-¿No...No tienen pepinillos? ¿Y por eso te has conseguido mantequilla de cacahuete? Es eso bastante….-

Sam sacudió la cabeza. -No tienen pepinillos para mi mantequilla de maní.-

Dean miro a Sam, observando cómo, prácticamente, aspiraba medio tarro de mantequilla.-Lo siento , creo que estoy a punto de vomitar.-

Las nauseas de Sam eran evidentes y Dean estaba a punto de decirle que saliera del coche, porque no había manera de que lo dejara vomitar allí, pero Sam siguió comiendo la mantequilla de cacahuete.- ¿Porqué no tienen pepinillos?-pregunto agarrando la cuchara de plástico blanco con fuerza.- ¿Qué clase de tienda de mierda no venden pepinillos?-, comenzó a llorar de nuevo ,y miró a Dean entre lagrimas.

Tenía un aspecto bastante patético, pensó Dean, pero se inclino y tiro de Sam en un torpe abrazo, no muy seguro de que le pasaba a su hermano, pero haría cualquier cosa por que se callara.-Shh, Sammy, no llores, no pasa nada. Estoy seguro de que solo se les han agotado. Todo ira bien. Comete tu mantequilla de cacahuete.-

Bueno, esa era una frase que Dean nunca pensó que diría.

….

Pasaron un par de semanas antes de que Sam tuviera otro antojo. Paso justo después de que Sam no pudiera abrocharse el botón del pantalón .Después de llorar un poco, exigió fideos secos salpicados de atún. Cuando Dean regreso a la habitación del motel, Sam estaba sin camisa, examinándose a sí mismo en el espejo del baño mientras se frotaba el estomago.

-¿Sam?-, preguntó Dean, mirando a escondidas desde un rincón al baño.

-Mírame-, dijo Sam en voz baja, mirando a Dean. -¿Qué me está pasando?-

Dejo caer la bolsa de plástico en la puerta y entro en el baño para rodear a Sam con sus brazos.-No lo sé-, admitió besándolo en el hombro y cubriendo su mano con la suya para frotar sobre el estomago juntos.-No quiero ofenderte ni nada de eso Sam, pero comes mucho mas. Tal vez solo has aumentado de peso .No pasa nada.-

Sam negó con la cabeza y sus ojos se llenaron de lágrimas. -Hay algo en mí, Dean.-

-¿Algo como qué?-pregunto Dean mirando el reflejo de Sam en el espejo y luego hacia abajo ,a su estomago.

Las lágrimas de Sam se desbordaron, se soltó el estómago y se dejo caer rápidamente al suelo con la cabeza entre las manos, sollozando con fuerza.

Dean se dejó caer al suelo junto a él. -Shh, Sammy, no llores-, le susurró, tratando de consolarlo. Envolvió los brazos alrededor de Sam, y Sam se volvió hacia él para llorar en su pecho, las lágrimas empapando su camisa. -Por favor, no llores. Dime qué te pasa. -

-Creo que estoy embarazado-, dijo Sam en voz baja, dejando de llorar por un momento.

El mundo entero se detuvo en ese momento, y Dean limitó a mirar Sam. -¿Embarazado?

Sam asintió con la cabeza, y volvió a llorar, dejando a Dean congelado en el lugar, la vista clavada en el estómago de Sam.