Nodame Cantabile pertenece a Tomoko Ninomiya
Resfriado
Nodame observaba el piano con tristeza.
Estar literalmente atada a la cama era bastante frustrante para ella. Pequeñas lágrimas salían de sus ojos y su brazo se extendía en dirección al piano. Estar enferma era un fiasco. Y mas fiasco aún tener un novio sobreprotector que no te deja hacer lo que mas amas cuando el doctor dice: No hagas tal cosa...
Le encantaba que su Chiaki la consintiera dándole de comer en la boca, dándole un masaje o contándole acerca de el ultimo ensayo de la orquesta Roux-Marlet.
Le enfurecía escuchar que se iba de gira por cualquier motivo. La dejaba sola y extrañando su presencia, su aroma y sus regaños. Y aunque tenía a sus amigos bastante cerca, era el quien le hacia falta.
Lo que no le gustaba era ser sobreportegida por el. Chiaki podía ser bastante hartante a la hora de proteger, cuidar y resguardar a una persona enferma. Especialmente si tiene sentimientos encontrados con esta. Y ella lo había comprobado mas de una vez, deseando que la dejase sola en momentos en los que normalmente a la gente le gusta estar acompañada y recibiendo atención completa.
-Chiaki! Gyaboo, piano- dijo la joven pianista con ojos lastimeros y sollozos entrecortados.
-Déjalo ya, Nodame, no vas a levantarte de esa jodida cama hasta nuevo aviso. He dicho.
-Pero, Mukya!- Exclamó la chica en voz alta y algo ronca debido al resfriado, un poco más y pudo haber partido los vidrios de la habitación.
En vista de la nula predisposicion del pelinegro con respecto al cumplimiento de sus deseos, Nodame decidió proceder a enrumbar sus pensamientos hacia otros horizontes, relativamente distantes a la música.
-Chiaki- Pronunció con voz rasposa
-Mmm?
El pelinegro paró de escribir y hojear la última composición que se traía entre manos. Observó a su decaída novia con lástima y decidió acercarse para averiguar qué diablos deseaba.
En cuanto estuvo lo suficientemente cerca, Nodame estiró los brazos como pudo, asiéndose del cuello de Chiaki con ahínco, para luego besar sus labios. Al separarse le dirigió una sonrisa estúpida acompañada de un sonrojo. ¡Chiaki era tan tierno! Se había sonrojado también.
Se arropó con la cobija hasta el cuello, pareciendo una crisálida.
Chiaki sonrió al verla tontear de aquella ridícula manera. Es que Nodame no cambiaba.
Se sentó nuevamente frente al piano retomando el cuaderno donde estaban sus anotaciones, procediendo entonces a seguir con su, por momentos, abandonada composición.
Fin
Aun no he terminado de leer el manga (El anime si, pero no es lo mismo). Esta pareja es interesante y divertida. Simplemente me encanta!
Gracias por leer!
Ja nee!
