PROMESAS
CAP 1
"Bajo el árbol"
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que el chico visitase aquel lugar.
Casi podía recordar como si fuera el día anterior el gran sacrificio que aquel ser había hecho por ellos, por su familia, una que no había pedido ni buscado mas que sin embargo con el tiempo le había hecho un lugar en un corazón que el otro negaba tener pero que era tan obvio como el amanecer, que ahí se encontraba.
Y él lo sabía perfectamente.
Lo sabía porque había llegado un punto en el que a pesar de tener una edad tan corta e inocente, había podido percibir que ambos espíritus habían pasado a sincronizarme de una forma asombrosa y completa; era un sentimiento escalofriante pero al mismo tiempo reconfortante, como si todo el tiempo hubiese sabido que tarde o temprano él llegaría y entonces, las cosas le serían muchísimo mas claras.
Y estaba seguro de que el otro también lo había notado y le correspondía.
Pero sus edades… eran tan distintas! Y aún así no les había impedido tener al menos la suficiente cercanía como para saber que se querían sin decirlo y que estaban dispuesto a darlo todo el uno por el otro.
Un ente maléfico… en verdad lo era?
Quizas.
Pero también estos podían cambiar con el tiempo y con paciencia o demostrar una afinidad por algo… o por alguien.
Keiichiro sonrió un poco y apoyó la espalda en aquel árbol donde por última vez se le hubiese aparecido aquel youkai y cerró los ojos sintiéndose extrañamente en paz; casi a diario iba al mismo lugar desde que tuviese 6 años, solamente por rememorar la presencia de aquel sujeto que tantos sustos y alegrías les trajese. Mas a él que a los demás si podía decirlo, ya que entre todos los chicos él era quien mas cercano se había hecho a ese demonio
Amanojaku
Estaba seguro de que continuaba vivo en alguna parte y muy probablemente, aún alimentándose del miedo que provocaba en los humanos para poder permanecer con fuerza
Ahora que lo recordaba… aún antes de que se viese forzado a dejar el cuerpo de su gato, él ya había recuperado las suficientes fuerzas como para ser libre. Pero para su alegría no había querido hacerlo porque esa era la única forma en que podían estar juntos sin que nadie mas sospechase y sin que fuera obligado a sellarse finalmente de la manera en que su hermana mayor o su madre lo hubiesen deseado de inicio.
Si tan solo el otro ser maligno nunca hubiese aparecido…
Sus ojos compusieron un gesto triste antes de apoyar la frente en una de sus manos para cubrirse los ojos y gemir por lo bajo
Había llevado las flores que él había dejado para la tumba de su madre tal cuál lo habían prometido pero sin embargo, se había quedado con una porque aún no se sentía capaz de dejarle ir nada más; quien podía decir que un niño pequeño era incapaz de sentir amor de verdad solamente por considerársele inmaduro o demasiado inocente como para saber reconocer lo que era el que su corazón ya no le perteneciese?
Pasaron 10 años y todavía sabía que le amaba tan intensamente como lo hacía de pequeño.
Era incapaz de sentir algo similar por otros y aunque ahora que había crecido las chicas habían comenzado a acercársele con interés, solía rechazarlas para gran frustración de su hermana mayor que creía que tenía alguna clase de problema con su timidez; pero no se trataba de eso, simplemente, no sentía algo profundo o conexión con ninguna otra persona. Sería traicionarse a sí mismo y a los demás si pretendiese alguna muestra de cariño que no sentía ni le nacía.
Tenía la impresión de que moriría con sus sentimientos tan intactos como en aquel entonces, cuando comenzasen a sellar fantasmas.
Aún lo hacían pero Keiichiro seguía sin encontrar pista alguna que lo guiase a donde deseaba.
Una lástima.
Se puso de pie y se sacudió las ropas antes de sonreir volteando por sobre su hombro y palmear un par de veces aquel árbol que tantas cosas gratas le hubiese traído.
-Nos veremos nuevamente mañana Jaku, donde quiera que estés
Dijo con ternura y suavidad antes de que un ligero vientecillo le revolviese los cabellos… y lo paralizase, provocándole entornar los ojos y levantar una mano hasta hundir sus dedos entre su propio cabello y arrancar tres de estos
-Posesión por medio de tu energía espiritual hacia el cabello para poder utilizarlo como arma… muy impresionante de tu parte, aunque no me extraña del hijo de Kayako…
Keiichiro sonrió de lado aún dándole la espalda a la voz
-Me halaga que hayas venido siguiéndome todo el camino hasta este lugar… pero si no te importa, estaba en una visita privada… podrías tener la educación de al menos esperarme en otro lugar?
La criatura sonrió con cinismo antes de sacar un arma muy larga y extraña haciendo que la expresión del chico cambiase al poder percibir la energía que emanaba de aquel monstruo y que definitivamente no concordaba con la que percibía en las veces que se habían enfrentado
Era muchísimo mayor e incluso, aquello que sostenía en su mano parecía estar brindándole todavía mayor fuerza
-Gen… que has hecho?
Inquirió el chico entornando aún mas los ojos y cambiando su voz por una mas dura y baja a lo que el youkai comenzó a reir con diversión
-Solamente me aseguraba de tener un resultado mas favorable hacia mi persona… comienza a cansarme tener que salir huyendo cada que me enfrento contigo y creo que sería entretenido para variar, darle la vuelta a las cosas… tu cadáver sería un lindo presente para tu hermana, no te parece?
-Así como tu piel lo sería para el templo del Habi- replicó el chico finalmente dándose la vuelta y agitando la mano, provocando que los tres cabellos que se había arrancado brillasen en un tono dorado y creciesen hasta parecer tres largas agujas que manaban de entre sus dedos
Sin embargo sus ojos se abrieron con sorpresa al tener finalmente de frente aquella arma de la cuál solo había escuchado rumores y visto en fotografías que supuestamente, no mostraban a la verdadera al estar esta recluída y a resguardo en un templo budista del continente firme; apenas había tenido tiempo de apartarse de un salto ya que el aire caliente de aquella cosa parecía extenderse en largos brazos que intentaban alcanzarlo impidiéndole estarse quieto
Finalmente pudo tomar distancia suficiente para gruñir con enojo y escuchar las risotadas de aquel demonio
-Maldita víbora…- escupió el chico con sus ojos brillando intensamente de ira ante la imagen escamosa de aquella criatura que mostraba un rostro de lagarto- donde encontraste la Shichi no Baekje!?
-Te gusta? Me costó mucho trabajo y esos estúpidos monjes que la resguardaban realmente dieron pelea… pero bueno, valía la pena obtenerla porque mis poderes se han incrementado con su ayuda- la criatura levantó aquella larga y gruesa espada de cuya hoja sobresalían otras seis a cada lado, curvadas hacia el cielo y entonces el demonio la hizo girar rápidamente- un excelente arma para acabar con varios enemigos… estaba deseando probarla contigo
Keiichiro volvió a sonreir pero esta vez con tensión y una diminuta gota de sudor corriendo por su sien debido a su nerviosismo.
Muchas leyendas se contaban acerca de aquella mítica espada y no estaba muy deseoso de comprobarlas en su propia piel. Pero tampoco podía retirarse y dejar que ese maldito pasease con ella por todas partes sabiendo que a la primera oportunidad la utilizaría con tantos inocentes como pudiese solo para poder absorber su energía; como sellador de demonios era su deber hacerle frente sin importar que tan herido pudiese salir
Se enderezó mejor y volvió a latiguear el brazo para prepararse para la batalla, haciendo que la otra criatura sacase la lengua viperina unos segundos en medio de su sonrisa
-Seguro entonces eh? Muy bien mocoso… hagamos esto
-Esperaba que lo dijeras- replicó el humano sonriendo un poco mas antes de lanzarse tan rápido como le permitían sus capacidades hacia el youkai, que pareció sorprenderse un segundo y luego retrocedió por el golpe dado por el chico, antes de recuperarse y lanzarse hacia el de menor estatura, agitando la espada y buscando tocarle con esta o con los poderes que manaban de la hoja
El chico comenzó a retroceder y a avanzar tanto como podía, haciendo un gran esfuerzo por no tocar ni siquiera de lleno aquellas llamas de youki que se revolvían intensamente alrededor de la espada; se suponía que esta era un arma sagrada pero tal parecía que había sido contaminada a las malas por aquella criatura y ahora, era capaz de dañarle atravesando su propia barrera espiritual para llegar hasta su cuerpo
Y dolía
Solamente una pequeña lamida de las llamas de energía demoniaca bastaba para dejarle una profunda quemadura que continuaba ardiendo incluso, cuando revolvía sus propios poderes para cubrirla y sanarla
Aquello tardaría semanas en desaparecer
Y mas aún el profundo corte que le hizo abrir los ojos al brotar sangre de su costado, provocándole emitir un breve grito de sorpresa para luego, recuperarse y mover las manos poseyendo con su energía algunas afiladas rocas cercanas y obligándolas a moverse para esquivar la espalda, logrando una de aquellas cosas hacer impacto en el ojo izquierdo del ser que dejó salir un alarido adolorido
-Maldito crío!- chilló el youkai a lo que entonces, Keiichiro percibió con horror que la energía de aquel ser se incrementaba y le hacía crecer a otro nivel- estás muerto!
Apenas y había tenido tiempo de sorprenderse cuando el ser de aspecto viperino ya estaba frente a él y le arrojaba a gran distancia usando la parte plana de la hoja de la espada, sintiendo como la energía demoniaca lo atravesaba y le quemaba incluso el interior del cuerpo; sentía como si cada célula de su ser vibrase y se retorciese por el calor recibido antes de que al dolor se sumase el del golpe contra el suelo y el terminar arrastrado varios metros hasta golpear contra el árbol que había ido a visitar, temblando una sola vez antes de percibir con irritación que no podía levantarse y que su posesión de cabello había terminado
La sangre que brotaba de sus labios le indicaba que estaba muchísimo mas herido de lo que había calculado y eso solo significaba problemas
Estaba perdido pero no por ello, dejaría de luchar hasta el final
-Creo que esta ronda la gané yo, chiquillo impertinente- se rió el youkai llamado Gen acercándose y apoyando la gigantesca espada en su espalda conforme caminaba hacia el humano tirado, disfrutando cada segundo de su tan anhelada victoria- y de aquí, después de ofrecerte como presente a tu hermana, me encargaré de ella también…
-No vencerás a Satsuki… sabes que tiene mucho mas poder que yo- se rió Keiichiro falsamente intentando mostrar seguridad a pesar de que no podía dejar de temblar y el dolor le hacía ver borroso y no ser capaz de enfocar al demonio lagarto- y en cuanto te selle me sentiré muy feliz de llevarte al infierno del que no saldrás
-Eso si no me llevo primero a esa mujer… olvidas que mi poder ahora es imparable?- preguntó el demonio moviendo un hombro para hacer enderezar la espada de nueva cuenta y sostenerla por encima de su cabeza- en cuanto absorba todo tu poder espiritual, seré imparable
-Eres un maldito…
-Todos dicen eso- se mofó el youkai preparando la fuerza con la que impactaría al chico, que cerró los ojos un segundo para luego decidirse a ver los del enemigo todo el tiempo, si moría, lo haría sin bajar la cabeza- hasta la otra vida, Keiichiro Miyanoshita… muere!
El aludido apretó los dientes con fuerza, dispuesto a soportar lo que vendría
-En verdad que solo sabes darme problemas… por eso los humanos son tan idiotas…
El youkai habi abrió los ojos un segundo antes de sentir como su cuerpo era despedazado de golpe, chillando con ira y sorpresa para luego desvanecerse en sus propias llamas y cayendo pesadamente la espada de siete hojas al suelo donde permaneció clavada de lado; Keiichiro parpadeó con sorpresa, obligándose a enfocar la mirada hasta que dio con un segundo youkai que había aparecido y cuyo tamaño era similar al del sujeto que le había atacado…
Pero esta aparición no solo era reconocible sino que además, le hizo sentir que el corazón se detenía y que los ojos ardían como brasas
-Aún eres un niño…- resopló el oni con expresión de mal humor al tiempo que se rascaba la cabeza con una de sus enormes garras y para variar, dejaba ver un rostro sin barba
-Ama… Amanojaku?
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