Capitulo Uno
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-Vamos Bella, cariño, tenemos que irnos- me acababa de gritar mama desde el fondo de las escaleras.- Llegaremos tarde a Forks como no bajes ya.
"Tarde dice ¡si son las 7 de la mañana!"- pensé- … a mamá siempre le ha gustado llegar antes a todos los sitios y más hoy donde conoceríamos nuestra mueva casa.
Mamá y yo vivimos solas, papá murió a mis ocho años de un ataque al corazón y desde entonces hemos estado ella y yo solas. Nos hemos apañado muy bien durante este tiempo y aunque le echamos de menos hacemos todo lo posible para ser felices y seguir adelante como él queria. Mamá es decoradora de interiores, la están cambiando de lugar de trabajo cada cierto tiempo por eso nos mudamos a Forks, pero le han dicho que ya no le cambiaran más, aparte de este inconveniente, gana bastante, aunque ami eso no es que me importe mucho. Yo tengo 17 años y desde los 6 estoy en el equipo de natación sincronizada estatal, hemos ganado varios trofeos importantes, y somos (todas las del equipo) un poquillo famosillas. Vamos ha empezar la nueva temporada después de estar todo el verano de vacaciones y este año la final se jugará en Port Angeles. También está mi mejor amigo, Jacob, al que hace mucho que no veo por mis continuas mudanzas. Le hecho mucho de menos, él es el único, aparte de mamá y un grupo reducido de gente, que me trata como soy y no como a un famoso, cosa que no soy aunque la gente se empeñe.
-Ya bajo mami, cojo mis cosas y ya bajo – le dije mientras cogía mis dos maletas, mi macuto de la piscina y mi bolso. Bajé las escaleras y salí de la casa.
-Toma- Le dije pasándole mis cosas.
Cuando todo estuvo listo nos subimos en el coche. Todavía nos quedaban 4 horas de camino hasta llegar a Forks.
-Cielo –la miré- quiero que seas un poco comprensiva con la gente de Forks, es un pueblo pequeño y no están acostumbrados a tener gente famosilla en él- puse los ojos en blanco.
-Mamá por favor, sabes que no me gusta llamar la atención, me pongo muy nerviosa con tanta gente a mi alrededor, no me gusta firmar autógrafos, además ¡NO SOY FAMOSA! – pocas veces firmaba autógrafos, la gente que me reconoce por la calle es poca, no me puedo quejar, la verdad, pero en Forks todo el mundo me conocería, soy la hija del difunto jefe de policía Charlie Swan que está en el equipo estatal de natación sincronizada, eso lo sabían todos. Papá era muy querido en su pueblo.
-Cariño, por favor, pórtate bien, solo te pido eso, acuérdate que es el pueblo donde nació tu padre y allí siempre nos han tratado muy bien.- asentí- Además, ¿qué te cuesta echar una firmita? - se empezó a reír y yo con ella.
-Nada, mamá, nada- admití.
Estuve mirando por la ventana un buen rato y me quedé dormida.
-Bella, Bella cariño despierta, ya hemos llegado.
Abrí los ojos, me desperté bien y bajé del coche a ayudar a mamá. Cogí las maletas y me dirigí hacia la casa. Me quedé pasmada al verla era enorme.
-Vamos Bella entra- me dijo mamá al ver que no reaccionaba.
-Si, si… ya voy
En eso estaba cuando el móvil de mama comenzó a sonar.
-¿Diga?
…
-Si, ¿quién es?
…
-¡Si! Nos conocimos en un cursillo de remodelación, ¿que tal?
…
-Oh, ¡Genial!, me vendría muy bien porque seguro que Bella quiere salir a conocer el
pueblo… y bueno me haría falta ayuda…
…
-De acuerdo.
…
-Adios Esme.
-¿Quién era mamá?
-Te acuerdas de… no, tu eras muy pequeñita- la miré con cara rara no sabía de qué me hablaba- veras hace mucho tiempo hice un curso de remodelación.
-Si…
-Y una compañera… bueno más bien una amiga vive aquí al lado de Forks y se a ofrecido a ayudarme a ordenar la casa
-Muy bien mami, así podré recordar más el pueblo y ver las cosas que han hecho nuevas.
Entramos a la casa.
Ala derecha de la entrada estaba la cocina con baldosas blancas, ala izquierda estaba el salón con un comedor, era grandísimo… aunque le faltaban muebles. En frente de la puerta principal, o casi en frente, había una escalera que llevaba al piso de arriba. Subimos.
Al final del pasillo había un cuarto de baño. Ala derecha de ese cuarto de baño estaba la habitación más grande tenía una gran ventana desde medio metro del techo hasta el suelo también tenía un baño propio, aunque ahora la habitación solo tenía una cama, lo único que me gustó fue el suelo que tenía las baldosas trucadas de dos colores, el blanco y el negro, parecía un tablero de ajedrez. Ala izquierda del cuarto de baño del pasillo había dos puertas más. También eran habitaciones una de medidas normales y otra un poquito más pequeña. Mamá me pasó el brazo por los hombros.
-¿Cuál quieres cariño?-me dio a elegir aún sabiendo mi respuesta.
-La que hemos visto más grande.
-De acuerdo, yo me quedaré con la que tiene las medidas normales y la otra la usaré de estudio, ¿te importa?
-Para nada.
-Aunque estoy pensando… que deberíamos ir de compras… tenemos que comprar comida, y muebles para toda la casa, porque los que hay no me gustan.-asentí.
-Pero con una condición -la dije- solo si me dejas elegir los muebles y cosas de mi habitación.
-Vale, pero con otra condición –miedo me daba esta mujer- solo si me prometes que me vas a pintar un cuadro de nosotras dos para colgarle en la entrada.
Pintar era otra de mis aficiones. Me encantaba pintar y además lo hacía muy bien creo que… lo heredé de mi abuela… la cuestión es que mamá siempre que tenia alguna oportunidad me decía que la pintara algo.
-Está bien… te lo pintaré.
-¡Genial!, entonces nos vamos de compras… Además son las 12:30 no creo que haya mucha gente.
Antes de irnos salimos al patio de atrás y me llevé una sorpresa: TENIA PISCINA! Era feliz una piscina para mi sola donde poder practicar cuando quisiera aparte de entrenar con las chicas… ¡simplemente genial!
Mamá tenía razón no había mucha gente y compramos de todo: dos sofás para el salón, una tele de plasma, una mesita para ponerla entre los sofás. Para la parte del comedor compramos una mesa marrón grande de ocho personas con sus respectivas sillas también para esa parte cogimos unos cuantos armarios con cristaleras. Para la entrada una mesilla y un paragüero. Para la cocina compramos una mesita azul que hacía juego con las puertas de los armarios. Para el cuarto de baño principal compramos una estantería verde y unas cortinas para la ducha con dibujitos de ranitas naranjas y azules. Para mi habitación compramos una cama de matrimonio que la pondríamos a mano derecha pegada a la pared según miras desde la puerta, también me compré una mesita de noche con una lamparita, una alfombra de lunares morados, lilas, rosas y negros con el fondo blanco para ponerla pagada a la pared donde la gran cristalera hacía esquina, por supuesto, me compré varios cojines para cuando estuviera tumbada en mi alfombra, a parte de esto también compré un escritorio –con su silla de ruedas negra- que lo puse pegado a la pared donde hacía esquina la cristalera con otra pared quedando la cama a la izquierda y la cristalera al a derecha, un corcho que le situé encima del escritorio y un caballete con pinturas que no tiene sitio definido porque lo cambio de sitio cada vez que quiero. La habitación tenía un armario empotrado de cuatro puertas donde me cabía bastante bien la ropa. Para mi baño compramos las cortinas de la ducha y una pequeña estantería. Mamá también se compró un montón de cosas y para su estudio igual. Compramos comida como para 2 meses… mamá es una exagerada.
Comimos en el centro comercial y llegamos a casa sobre las siete menos veinticinco, con el camión de la tienda que nos traía todo lo que no nos cabía en el coche. Los hombres nos lo dejaron todo donde les dijimos, lo de la planta de arriba, arriba, y lo de la planta de abajo, abajo. Estábamos tan agotadas que decidimos irnos a dormir mañana sería otro día en el cual podríamos colocar las cosas más tranquilamente.
Aquí está el primer capítulo. Espero vuestras impresiones. Besos.
