Malos modales.

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Severus Snape observaba el castillo de Hogwarts y sus alrededores desde la torre de Astronomía. De pie, sin moverse un centímetro, como si de una estatua se tratase, veía cómo los alumnos regresaban a sus respectivos hogares, con sus respectivas familias a vivir sus respectivas vidas. Patéticas vidas, pero vidas al fin. Observaba y menospreciaba.

Se mantuvo así, inmune al viento y al sol del verano, hasta que el Exreso de Hogwarts se perdió en el horizonte. Solo entonces, se permitió bajar la mirada.

El suelo de piedra que coronaba al edificio más alto del colegio se le antojó interesantísimo.

Ojalá todo fuera tan sencillo como las formas que se dibujaban caprichosas en el empedrado.

Un leve movimiento a su espalda, lo despertó de su ensueño. Era tan leve que podría ser causado por la más pequeña de las aves o el más escurridizo de los roedores. Tan leve que casi nadie lo habría notado.

─Buenas tardes, Severus. ─Pronunció una voz aguda, pero profunda a sus espaldas.

─Aurora. ─Contestó sin molestarse en regresar el saludo─. ¿Cuánto tiempo llevas allí?

Su mirada había perdido el aire melancólico y relajado que tenía momentos antes, adoptando inmediatamente el ceño eternamente fruncido que lo caracterizaba. Aurora no podía saberlo, ya que no lo había visto de frente, pero sí pudo notar la tensión en la parte alta de su espalda y en su cuello, que apareció luego de que ella se hiciera notar.

No era su intención espiar.

─Llevo toda la noche y toda la mañana aquí. Después de todo, esta es mi área.

─¿Y no le pareció educado de su parte mostrarse ante mí?

─Iba a hacerlo, pero me pareció más educado no interrumpirlo.

Aurora Sinistra se encontraba de pie al lado de la columna que había en seguida de la puerta. Se ocultaba facilmente a la sombra de dicha columna. No es que ella fuera demasiado grande para hacerse notar. Con su metro y medio de estatura y sus cuarenta y tres kilogramos de peso, no resultaba tan difícil ocultarse.

Severus se volvió por completo y caminó decidídamente hacía la puerta. Salió y bajó con rapidez, no sin antes lanzarle una mirada envenenada a la profesora de Astronomía.

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Gracias como siempre por leer. No había escrito nada nuevo por mi nueva vida, irónico, ¿no?, luego hablaré un poco acerca de eso... es otro mundo...