NOTA

Todos los personajes de One Piece pertenecen a Eiichiro Oda.

RESUMEN

La historia trata de la tripulación de los sombrero de paja que por causa del destino van a parar al pueblo natal de Zoro en donde se encontrarán con algunas sorpresas inesperadas. Es un ZoroxNami.

(NOTA AUTORA: el pueblo de Zoro y sus personajes son inventados por mí)

Capítulo 1 Llegada a Omei

El Thousand Sunny navegaba bajo un mar ahora en calma. Tras la última batalla y la inesperada tormenta, cosas muy comunes en Grand Line, el barco de los sombrero de paja había sufrido serios daños a pesar de los conocimientos de Franky, el carpintero de abordo, y de la ayuda inestimable de Usopp. Pero la realidad era que apenas les quedaban repuestos para reparar el Sunny y la cola que necesitaba Franky también se estaba agotando. Los víveres también escaseaban, en parte era culpa del alocado capitán Monkey D. Luffy, que intentaba saquear la despensa y la nevera en cuanto tenía ocasión, aunque de vez en cuando se llevaba un buen coscorrón por parte de Nami, la navegante.

Todos sabían que debían encontrar una isla pronto para poder reparar el barco o acabarían en el fondo del mar. La cosa no estaba para bromas.

Ya había anochecido y todos se encontraban en sus respectivos camarotes descansando tras el agotador día. Aún llevaban los vendajes de su última aventura, que había sido tan peligrosa como todas las anteriores.

La única que se encontraba despierta a aquellas horas, aparte de Brook, que le tocaba estar en la torre de vigía de guardia, era Nami, que estaba enfrascada en sus mapas. Tras la tormenta su Log Pose se había roto y habían acabado Dios sabe dónde por los fuertes vientos. Estaba desesperada. Sabía que tenía que encontrar algún sitio pronto o morirían.

"No estamos en Gran Line" – se dijo por enésima vez frotándose los ojos para quitarse el sueño de encima.

Había estado toda la tarde observando el mar en calma y algo le decía, su intuición quizá, que por causa de la tormenta habían logrado salir de aquel peligroso mar pero no sabía cómo. Volvió su atención en los mapas mientras se bebía su 4º café de esa noche, necesitaba estar despejada. De repente su dedo quedó clavado en uno de los mapas, con el que estaba en aquellos momentos, y palideció visiblemente.

"No puede ser" –negó con la cabeza- "Es completamente imposible".

Volvió a repasar todo otra vez y señaló el mismo punto. Una pequeña isla en el mar del Este, una isla llamada Omei. El nombre de la isla le sonaba, pero lo que realmente le había puesto los pelos de punta era que habían vuelto al mar del Este a saber cómo. De pronto le vino a la cabeza de qué conocía esa isla… ¡era el pueblo de Zoro! Tenía que hablar con él inmediatamente a pesar de la hora que era. Omei era la isla más cercana y necesitaban información sobre ella antes de desembarcar allí.

Se dirigió al camarote de Zoro. Robin la interceptó por el camino, y Nami le explicó todo lo que había descubierto. La arqueóloga estaba tan asombrada como ella… ¿cómo habían podido llegar al mar del Este desde Grand Line por una simple tormenta? Ambas se dirigieron al camarote del espadachín. Necesitaban información ya.

Zoro dormía profundamente, como siempre. Nami intentó despertarlo con suavidad. El espadachín siempre tenía muy mal despertar y no quería tener ninguna pelea a aquellas horas. Pero era imposible. Era como intentar despertar a una piedra. No le quedaba otra… lo empezó a zarandear con violencia mientras lo llamaba con el tono de voz un poco elevado. Robin observaba la escena desde la puerta con una media sonrisa, sabía que con esos gritos la tripulación aparecería allí en menos que canta un gallo.

El espadachín abrió los ojos lentamente, estaba aún en un estado de sopor tal que en principio no supo dónde estaba. Pero al enfocar la vista vió la cara atractiva de Nami y se incorporó del golpe.

- ¿Qué? – le soltó malhumorado - ¿No tienes nada que hacer aparte de no dejarme dormir?

- He encontrado una isla – susurró intentando controlar su temperamento y no darle un par de coscorrones por hablarle de aquel modo.

- ¡¿Y para eso me despiertas?! – le gritó levantándose ya de la cama - ¡Me lo podías haber dicho por la mañana, ¿no te parece?! – la miró en silencio – A veces no te entiendo, Nami.

- La isla se llama Omei, Zoro – intervino la arqueóloga temiendo que la navegante y el espadachín se enzarzaran en otra pelea, tanto verbal como física.

-¿Omei? – ahora estaba pasmado y había palidecido.

- Sí. Necesitamos información porque llegaremos al amanecer.

- No podemos desembarcar en Omei – su tono era tajante, no cabía discusión posible.

- Pero es tu pueblo, ¿no? – continuó Nami.

- Sí, pero no podemos ir allí. Además, ¿cómo diablos hemos llegado al mar del Este?

- No lo sé. Zoro, tenemos que parar en Omei te guste o no, tenemos que reparar el barco y aprovisionarnos de comida.

- ¡No puedo ir a Omei! – ahora estaba mucho más alterado.

- ¿Por qué?, ¿hay alguna base de la marina?, ¿qué pasa allí?

El espadachín no contestó, simplemente comenzó a pasearse por el camarote desesperado. Nami y Robin lo observaban en silencio, esperando a que se decidiese a hablar.

- Si pongo un pie en Omei – comenzó a decir con una voz fría y baja – tengo que casarme.

- ¡¿Quéééé?! – fue el grito unánime de Nami y Robin.

Espero que os haya gustado. Pronto el segundo capítulo. Mientras tanto dejad rewiews.