Capítulo 1 .:: El comienzo ::.
En algún lugar de Hyrule, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivían un hombre y su mujer. El hombre era caballero en el ejército del rey y la mujer pertenecía al consejo real. Ambos vivían cuidando de sus dos pequeños varones, gemelos casi recién nacidos.
Un día, el castillo fue atacado por un ejército de monstruos. El hombre luchó valientemente, pero al final pereció en combate, mientras que la mujer salió gravemente herida al intentar defender a sus bebés.
El castillo comenzó a arder en llamas, los soldados luchaban sin cesar para detener a los intrusos. La mujer cargó a sus niños, y acompañada de una de las sirvientas salió corriendo del castillo, alejándose de la pelea.
Una vez recorrido un largo tramo del camino, la mujer cayó rendida. Moribunda y ensangrentada, entregó uno de los bebés a la sirvienta y le pidió que lo cuidara, ya que la carga era demasiado para la situación en que se encontraba.
La sirvienta cargó al niño en sus brazos y corrió para buscar un lugar donde hospedarse.
La mujer miró con los ojos empañados de lágrimas la escena: las llamas destrozando el castillo, la sangre derramada en la lucha y el dolor que en una noche logró obtener. Se puso de pie y caminó hacia el bosque en busca de ayuda.
La sirvienta cargaba al niño como si fuese suyo. Llegó a una villa donde unos hombres la aprehendieron y le quitaron al niño.
El líder de éstos hombres tomó a la criatura y la mantuvo bajo su cuidado mientras veía a la sirvienta jadeando por librarse de los hombre que la tenían presa.
Se subieron a una carreta, cargando a la muchacha a quien traían totalmente atada, el líder seguía cargando al niño y sólo miraba cómo sus grandes ojos azules se posaban en él.
Pasaron por la aldea de las Gerudo y entregaron a la sirvienta. "Nada mejor pudo haber pasado más que ser capturada por traficantes de esclavos" Pensaba la sirvienta desesperada...
Los hombres siguieron su camino después de dejar a la sirvienta con las Gerudo y cobrar su ganancia.
Llegaron a un campamento algo abandonado y sucio. El líder de los hombres miró una vez más al bebé e hizo algo inaudito: en vez de matarlo, como era de costumbre, llevó al niño con su esposa, quien era estéril y ansiaba tener un hijo.
La mujer entró al bosque cargando a su bebé. El niño lloraba sin parar y la mujer caminaba con gran dificultad, sus heridas comenzaban a afectarle.
Los seres que habitaban en el bosque miraban confundidos a la mujer y al pequeño.
Una de éstos seres se acercó para ayudar a la mujer. Tenía el cabello verde, la apariencia de una niña y sus ojos reflejaban preocupación. La mujer le entregó a su bebé, la niña pidió a la mujer que la siguiera, ésta hizo caso y llegaron a una especie de claro en el que se encontraba un enorme árbol.
La niña le habló al árbol y éste respondió moviendo las hojas de sus ramas.
-El árbol Deku me dijo que es muy posible que usted no sobreviva. – Comentó la niña con un tono de voz muy dulce, pero a la vez triste.
-Deje a su bebé aquí. Hizo bien en llegar a éste bosque. Estará libre de los peligros que se presenten en Hyrule y crecerá para integrarse a su mundo cuando sea la hora... –
La mujer soltó una lágrima y asintió. Caminó débilmente hacia la niña y besó a su bebé en la frente.
-Gracias... – Dijo débilmente la mujer. Cerró los ojos y se recostó en una esquina. Poco a poco fue perdiendo el conocimiento, hasta que vio la imagen de su esposo ofrecerle la mano, ella la tomó y llorando se desvaneció de la tierra.
La niña miró al bebé que cargaba y preguntó al árbol Deku:
-¿Entonces, éste niño es del que habla la profecía?
-Es demasiado pronto para saber si lo es... Ahora todo es cuestión de esperar a que crezca para ver si estamos en lo correcto...
-¿Cómo se llamará el niño? Su madre no nos indicó nada.
-Ella me habló poco antes de morir, su espíritu se elevó mientras recitaba el nombre "Link"...
