Merlin estaba en la habitación de Arthur puliendo su armadura y demás como cada día, metido en sus pensamientos. Esa mañana estaba bastante despistado ya que apenas había dormido por culpa de un sueño que parecía muy real.
En ese sueño, una chica pelirroja con ojos azules aparecía en Camelot dando su vida por la ciudad y todos sus ciudadanos. Era una hechicera muy poderosa y a pesar de vencer a los enemigos, acababa herida y moría.
Eso tenia a Merlin muy perturbado porqué la chica del sueño no era una desconocida para el. Era su mejor amiga desde que ambos tenían como 5 años y desde que dejo su pueblo para estar en Camelot bajo la tutela de Gaius no la había visto.
No sabia que significaba ese sueño o si era una llamada de su mejor amiga. Nunca antes se habían comunicado de esa forma así que ignoraba que pudieran hacerlo.
Tan metido estaba en sus pensamientos que no esta prestando atención a nada de lo que decía Arthur, el cual estaba en ese momento hablando por primera vez claramente sobre Gwen.
- Merlin, ¿estas ignorándome? ¿Te aburro? Para una vez que decido que podemos hablar de esto ¡y tu no me haces caso! – dijo dándole en la cabeza con la mano.
- ¡AUCH! ¿A que ha venido esto? ¿Qué? ¿Qué pasa?
- ¿Lo ves? Ni caso me prestas hoy, ¿qué te ocurre?
- Nada, una mala noche… Eso es todo. ¿Qué decías de Gwen?
- Ah, ahora te interesa… Pues ahora no te lo voy a contar
De pronto apareció en la puerta Gaius, requiriendo la ayuda de Merlin para algo muy urgente. Su cara indicada algo de terror, como que algo malo había pasado. Merlin dejó todo lo que estaba haciendo y salió corriendo detrás de Gaius hasta sus aposentos, preguntándole que demonios estaba pasando.
Gaius no le contestó pero a Merlin no le hizo falta. Nada más entrar en el pequeño espacio de Gaius se quedó de piedra al ver que su mejor amiga yacía en una cama improvisada y a su lado estaba Lancelot, que tenia sus manos alrededor de la mano derecha de la chica.
- ¿Qué ha pasado? ¿Esta muerta?
- Está inconsciente, y por eso te necesito. Tienes que conjurar este hechizo para volverla a la normalidad. Por suerte Lancelot estaba con ella y la trajo aquí corriendo, no estaba muy lejos de Camelot.
No dijo ni una palabra más. Cogió el pedazo de papel que tenia Gaius en sus manos y recitó el conjuro. Segundos después la chica abrió los ojos, encontrándose así con los de Merlin que estaban medio llorosos.
Se deshizo de la mano de Lancelot y se lanzó a los brazos de Merlin sollozando.
- Merlin…
- Leyla…
- ¿Os conocéis? – dijeron al unísono Lancelot y Gaius
Leyla rompió el abrazo del encuentro para abrazar a Lancelot.
- Estás bien, no me hubiera perdonado que te hubiera pasado algo – le estaba acariciando la mejilla suavemente
- Hace falta más que eso para derrotarme – le contestó él guiñándole un ojo
Luego se dirigió a Gaius, dándole un fuerte abrazo.
- Me alegro tanto de volver a verte Gaius… otra vez me has salvado la vida.
- Mientras yo viva y pueda ayudarte, nunca te pasará nada, pequeña
- Perdonad que rompa este bonito momento – interrumpió Merlin – pero… ¿de que os conocéis vosotros tres?
- Primero tu, jovencito – contestó Gaius
- Leyla es mi mejor amiga, vino siendo pequeña a mi pueblo. Enseguida nos hicimos buenos amigos, y fue un gran apoyo cuando descubrí que tenia poderes. Me ayudó a saber controlarlos bien y usarlos como debo. Ella también es muy poderosa
- Merlin, creo que has dicho mucho ya delante de Lancelot – comentó Gaius
- No te preocupes Gaius – dijo Lancelot sonriendo-. Yo ya sabia su secreto y me lo llevaré a la tumba
- No me mires así Gaius, porqué lo descubrió por accidente… y entonces ¿de que conoces tu a Leyla, Lancelot?
Lancelot miró a Leyla como pidiendo su aprobación para hablar.
- Leyla y yo… somos medio-hermanos.
