Bienvenidos y gracias otra vez, por meteros a leer otra de mis historias.
Para los que hayan leído más de una historia mía, saben que me gusta mezclar la música con los personajes, por lo que, una idea genial me surgió al encontrarme con una pequeña lista de canciones dedicada para los protagonistas de este fic.
Cada capítulo constará de una canción de esa lista, pero, si os gusta y veis que no he añadido alguna canción que vosotros penséis que les pega, podéis dejármela en un comentario y yo la apuntaré encantada.
Simplemente, espero que disfrutéis tanto como yo al hacerla.
Damn your eyes.- Alex Clare.
Puedo sentir el viento golpeando contra el casco de la moto. Ha sido una noche dura, y necesitaba más que nada este paseo hasta la guarida, desconectado por completo. Simplemente la moto, el aire y yo.
No estoy disgustado por cómo ha acabado la noche, todo lo contrario, pero hay algo que no me deja tranquilo, y es el hecho de que Roy fuera quien terminará la faena. Si no llega a ser por él, yo seguramente no siguiera vivo. Yo, simplemente…
Y eso me molesta. Me duele. Puedo estar solo. Tengo todo bajo control. Me repito una y otra vez esas frases. Me intento autoconvencer. Pero, hay algo dentro de mí que me insulta, que me dice que eso no es así.
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Cuando entro en la arrow-cueva todo parece tranquilo. He tardado un poco más de lo previsto, por lo que doy por supuesto que estoy solo. Diggle tendría que estar con su familia desde hace bastante rato, y de Roy me despedí cuando acabo toda la guarda. Y Felicity… Felicity se habría ido. Mañana tiene horario de mañana.
Pongo un poco de música, algo que me de la suficiente fuerza para entrenar. Es tarde, y debería estar cansando, pero mi cuerpo me pide que suelte toda la adrenalina que tengo dentro, así que me dirijo a la tarima de entrenamiento, donde comienzo a golpear.
Y no sé ni siquiera por qué golpeo. ¿Por la rabia de saber que ya no tengo todo bajo control? ¿Por el hecho de que la cruzada que empecé solo y que pensé que podría llevar yo solo, ya no es mía y la estoy compartiendo? ¿Por poner en peligro a gente que me importa? ¿Por… Felicity? Cada pregunta es un golpe más fuerte.
Felicity es muy especial para mí. Más de lo que debería. Pero… ¿qué culpa tenía ella de eso? Por mucho que sintiera por ella, por mucho que la quisiera no podía ponerla en peligro. Además, hace tiempo decidí dejar a Oliver Queen a un lado, y sacarlo lo justo y necesario. Tenía que centrarme en ser Arrow. Tenía que olvidarme de todo y centrarme en lo verdaderamente importante: salvar la ciudad.
De repente, entre todos mis pensamientos, note un vacio; un silencio. Me giré para ver por qué demonios se había parado la música y me encontré la silueta de Felicity observándome fijamente.
Llevaba un vestido verde, ajustado, que dejaba muy marcadas cada una de sus curvas. Su pelo, como siempre, recogido en una coleta, dejando completamente limpia su cara, donde poder apreciar sus ojos. Oh… malditos sean sus ojos.
- ¿Qué estás haciendo?.- Dijo con tono autoritario.
- ¿Qué estás haciendo tú a aquí? Mañana tienes que madrugar.- Le reproche.
- Lo sé.- Titubeó.- Pero no quería irme sin asegurarme de que estabas bien, y tardabas en llegar, y eso hacía que me preocupara más, así que salí un momento para llamar a mi jefe y pedir un cambio de horario, que no sé por qué pero me lo ha dado, así que podré dormir todo lo que quiera, por qué estaba realmente simpático cuando le llame, y me dio el día libre, cosa incomprensible, porque cuando llegue al trabajo, lo primero que me dijeron mis compañeros es que era un jefe horrible que no dejaba librar a nadie, pero parece ser que nadie ha probado el truco de la abuelita enferma que tiene que ir al médico y que solo tiene a su nieta.- Felicity hablaba sin descanso, y yo no podía parar de mirar aquellos ojos azules que estaban tirando abajo todo el esfuerzo que había invertido para no arruinar su vida, estando con un tipo como yo. Mientras hablaba se fue acercando a mí, y cuando acarició mi hombro, volví a la realidad, escuchando sus palabras.- ¿Cómo te encuentras?
- Bien.- Mentí.
- Oliver…- Aparte mi mirada de la suya, sonriendo levemente. ¿Cómo era posible que me conociera tan bien?
- Yo…- Balbuceé. ¿Yo? ¿Balbuceando? ¿Desde cuándo?.- Simplemente…
- Hey.- La mano que tenía en mi hombro, la paso a mi cara, acariciándola dulcemente. Volví a clavar mis ojos en los suyos, y tuve que respirar profundamente para poder controlarme.- Todo ha salido bien. Roy estaba allí, y pudo ayudarte.
- Ese es el problema, Felicity.- Puso los ojos en blanco, y sonrió.
- Oliver, no estás solo. Y nunca lo vas a estar, por muy cabezón que te pongas. Necesitar ayuda no es tan malo como parece, ¿sabes? Todo el mundo necesita alguien en su vida, sino… seriamos animales. ¡Y ni eso! Seríamos plantas.
Y esas palabras, me dijeron todo lo que me tenía que decir. Felicity se quedo callada esperando una respuesta, pero no podía pronunciar ni una sola palabra. Boqueé un par de veces, pero sus ojos que seguían mirándome fijamente, me descolocaban.
- ¡Malditos tus ojos!.- Conseguí pronunciar.
Felicity, totalmente sorprendida, se quedo paralizada, dándome total libertad para coger su cara entre mis manos, y acercarla a mí para besarla, como tanto tiempo había deseado, y cómo tanto tiempo había luchado para no hacerlo. ¿Por qué no podía ser Arrow y Oliver a la vez, cuando los ojos de aquella mujer me decían que si podía?
- Te quiero.- Dije una vez después de besarla
- Oliver.- Felicity seguía en una especie de shock.- ¿qué ha pasado?
- Que te quiero Felicity. Que quiero intentarlo contigo. Que tú me das la fuerza suficiente para ser Oliver, y dejar de ser Arrow por un tiempo.- Los ojos de Felicity se humedecieron. Volví a agarrar su cara entre mis manos.- Eh, no, no, no.
- Te quiero Oliver.- aceptó en un susurró. Sonreí, y alce su cara para volver a mirar aquellos ojos, y ella me correspondió la sonrisa.
Malditos tus ojos, Felicity, malditos tus ojos.
