Disclaimer: Ni el personaje me pertenece ni la historia es mía. El drama sí, no tengo remedio…

Este fic participa en el minireto de octubre para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black

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Había muchas cosas que Zacharias Smith odiaba. Odiaba a las parejas felices, los días soleados, las flores de primavera y, sobre todo, se odiaba a sí mismo, más que a nada en el mundo.

¿Cómo había acabado así? Él lo sabía o, más bien, creía saberlo. Hacía ya dos años de aquella batalla, la gente había rehecho sus vidas y seguían adelante. ¿Por qué él no podía hacer lo mismo? ¿Por qué cada noche tenía las mismas pesadillas, aquellas que le mostraban lo más despreciable de sí mismo? ¿Por qué no podía olvidar?

Suspiró, se incorporó y quedó sentado. Su vista se había acostumbrado ya a aquella habitación oscura. Llevaba demasiado tiempo recluido ahí, sin salir, sin atreverse a dar la cara. Pues sabía que el precio era muy alto, sabía que no podría aguantar esas miradas de reproche. No era lo suficientemente valiente, jamás lo había sido.

Se levantó entonces y, a trompicones y palpando las paredes, entró en el pequeño lavabo y encendió la luz. La bombilla, situada precariamente en el centro y colgada de un fino cable, se balanceó debido a la corriente de aire que llegaba de la rejilla de ventilación.

Zacharias se aproximó al espejo y observó su reflejo. Esa mirada, cansada, derrotada y vacía. Esas facciones, descoloridas y algo arrugadas. Aquel era un hombre roto, perdido. Alguien que jamás recuperaría su honor, alguien que jamás podría perdonarse.

"Cobarde"—retumbó el pensamiento en su cabeza.

Gritó y chilló, agarrándose la cara para no ver más aquella imagen, para no sentir la culpa ahondar en su piel como cuchillas. Desprendió el toallero de su soporte, llevándose consigo algunos trozos de pintura desconchada, y lo precipitó contra el espejo.

Cientos de trozos, irregulares y astillados, se desparramaron por toda la habitación y, sólo entonces, Zacharias volvió a alzar la mirada.

Ya no había espejo, una enorme mancha de humedad ocupaba su puesto. Y así debía ser. Porque nunca más volvería a mirarse, nunca. Pues aquel rostro sólo irradiaba algo que le había costado todo, su cobardía.

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Aquí traigo mi segunda participación, usando la fobia a los espejos (catoptrofobia) y a Zacahrias Smith… Pues dudo mucho que durmiera bien después de huir aquella noche, nadie lo haría y menos un hufflepuff xD

¡Arriba Tejones!