Beyblade no me pretenece y tampoco me pertenecen sus personajes.

Conozco a mi amado Ryuga desde que éramos pequeños, lo conocí cuando tenía 5 años, era la nueva de la clase a la que nadie le interesaba. Pero ese día, vi a un chico, el estaba sentado solo sin nadie a su alrededor, tenía el pelo blanco, con un mechón rojo, tenía los ojos dorados, llevaba una camisa negra, unos pantalones deportivos y unas deportivas. La profesora me sentó a su lado pero él no me hizo mucho caso, después de acabar las clases de la mañana llego el receso, lo extraño es que ese chico no trajo almuerzo y la profesora le regañaba por eso.

-Ryuga, esto no puede ser que vengas todos los días sin almuerzo.-Le replicaba la profesora.

-Es que no me lo pude hacer.-Dijo Ryuga apenado.

-Pues dile a tus padres que te lo hagan-Le dijo la profesora, pero Ryuga solo se digno a darle la espalda a la profesora e irse a un banco a sentarse. Después de almorzar nadie se acercaba a mí y estaba sola, entonces decidí acercarme a ese chico al que la profesora lo llamo Ryuga, cuando me siento a su lado le saludo pero él no me responde, eso me molesta y le empiezo a mover para que me respondiese.

-¿Qué quieres?-Pregunto Ryuga enfadado.

-Te eh saludado y no has respondido.-Le digo enfadada.

-No tengo porque hacerlo, ahora déjame solo.-Me respondió Ryuga.

-Te llamas Ryuga ¿Verdad?-Le digo haber si se calma un poco, pero el solo asiente con la cabeza, hasta que se le oye cómo le rugen las tripas debido al hambre que tenia, a mi me había sobrado un poco de almuerzo y decidí dárselo.

-Ryuga, toma comételo, yo no tengo hambre.-Le digo amablemente.

-¿Enserio me lo quieres dar?- Me pregunta sorprendido.

-Si comételo, aparte se oyen tus tripas, dime ¿Por qué no trajiste almuerzo?-Le pregunto alegremente.

-Es que no se, como prepararme un almuerzo, y si preguntas por mis padres, murieron cuando nací y ¿Cómo te llamas?-Me dijo tristemente Ryuga. Para luego comerse lo que me quedaba de almuerzo.

-Me llamo Hikaru.-Le digo alegremente. Desde ese día siempre fuimos amigos, pero cuando ya teníamos 15 años Ryuga conoció a un hombre llamado Doji, que se lo llevo diciéndole que si se iba con él, viviría alegremente y podría estudiar en la universidad de Madrid. Pero eso era todo mentira, por su culpa el cogió un bleyd que le hizo cambiar, aparte de que Doji lo maltrataba constantemente. Después de pasar por muchas cosas el volvió a ser el mismo de antes, ahora éramos pareja y éramos pareja. Pero a mis amigos, no les gustaba que estuviese con él, ya que ellos no le conocían también como lo conocía yo, ya que él me lo contaba todo. Los 2 estábamos muy unidos, pero cuando había luna llena Ryuga salía de casa a las ocho y volvía al amanecer, yo no sabía el porqué, pero medaba igual mientras que no me fuese infiel. Yo volvía de trabajar y al abrir la puerta pregunte si había alguien.

-Ryuga, ¿Estas en casa?-Le pregunto al viento.

-Si, estoy en la cocina.-Me dijo la voz de Ryuga, que una vez llego a la cocina lo veo sentado en una silla, apoyado en la mesa y comiendo una manzana.

-¿Cómo estas amor?-Le digo tiernamente, ya que me pase toda la mañana trabajando.

-Estoy bien, y ¿Cómo te fue en el trabajo?-Me pregunta levantándose y tirando los restos de lo que era una manzana a la basura.

-Me fue bien, aunque el padre de Ginga es algo pesado.-Le respondo antes de besarlo, para después darle un tierno beso. Hasta que tocan a la puerta y va a abrir Ryuga, para su mala suerte se encuentra a Ginga y compañía en la puerta.

-¿Qué queréis?-Pregunta Ryuga enfadado.

-Hablar con Hikaru, eso es todo.-Le responde Madoka enfadada. Una vez voy veo que son Ginga y los demás, y de seguro que estaban molestando a Ryuga, Ryuga se gira y me ve, me dice que quieren hablar conmigo, yo les dejo entrar y Ryuga se va a nuestro cuarto, según él para no molestarnos. Una vez nos sentamos en el sofá y cierro la puerta, luego me empezaron a molestarme con que dejase a Ryuga y que me llevaría por el mal camino. Después de estar hasta la noche dándome la pelota se fueron y Ryuga bajo de la habitación.

-¿Ya se fueron?-Pregunto Ryuga con cara de angelito.

-Si, me hicieron dolor de cabeza.-Le respondo tumbándome en el sofá.

-Son muy pesados, no sé qué problema tienen conmigo.-Me responde Ryuga sentado en el otro sofá enfrente mía.

-Yo tampoco lo sé, ahora que lo pienso mañana hay luna llena.-Le digo a Ryuga esperando una respuesta.

-Mañana entro a las ocho y salgo al amanecer.-Me responde, aunque siempre me responde lo mismo, no sé porque espero otra respuesta.

-¿Por qué entras tan temprano y sales tan tarde?- Le pregunto, muy preocupada.

-No sé, el jefe quiere que trabaje.-Me responde tranquilamente.

-Pero ¿Por qué cuando hay luna llena?-Le pregunto esperando una buena respuesta.

-No sé, quizá porque es luna de lobos.-Me responde un poco serio, y se tumba en el sofá.

-Entonces no tienes buena respuesta.-Le digo un poco aburrida.

-Oye, ¿No tienes hambre?, yo si-Me dice Ryuga para cambiar de tema rápidamente, igual tenía razón aparte ya iban a ser las diez de la noche. Iba a hacer la cena pero Ryuga dijo que quería hacerla él, que por suerte sabia cocinar, porque el año pasado me destrozo la cocina, de casi lo mato pero puso cara de yo no fui y de angelito, y no tuve más remedio que perdonarle. Después de cenar nos quedamos viendo un ratito la tele, y después nos fuimos a dormir, a media noche me levante y vi que en el horario de Ryuga tenía descanso mañana, empiezo a sospechar que me oculta algo importante.


-Espero que les haya gustado, no les diré que le oculta Ryuga eso saldrá en el capitulo siguiente. Dejen reviews, si quieren no obligo a nadie.