N/A: La historia fue inspirada de una mezcla de dos mangas: Pochi Kuro de Matsumoto Naoya y Blood Lad de Yuuki Kodama (obviamente recomendados), sin embargo mayor parte será creada por mí como deber ser.

Disclaimer: Los personajes de Fairy Tail le pertenecen al gran Hiro Mashima.

Rated: M+18


Eat Me!

Capítulo Uno: La chica humana.

El mundo de los demonios. El lugar donde ningún ser humano querría llegar jamás. Frío y cálido a la vez, peligroso y oscuro; así era aquel temible territorio del que solo sabían aquellas personas de las sectas satánicas. Natsu Dragneel era uno de sus habitantes; el demonio de fuego o más conocido como Salamander. Quemaba a sus contrincantes hasta hacerlos cenizas y devorarlos para absorber su poder, nadie quería toparse con él. Vivía en una pequeña cabaña al norte de Demonland junto a Happy, su fiel amigo y compañero desde que tenía memoria.

Happy era un demonio-gato color azul que poseía dos alas parecidas a las de un ángel, su especie no era tan común en aquel mundo, pero se decía que pertenecía a los exceed. A diferencia de su amigo era bastante más pequeño e indefenso pero poseía un gran intelecto a la hora de ir a cazar su nueva presa, pues tenían que comer todos los días o morirían de seguro. No tenían buena situación económica así que debían abastecerse a coste de su gran esfuerzo como la mayoría del pueblo. Por supuesto hoy no sería la excepción; se prepararon desde muy temprano para ir por alguna delicia pasa lo que sería su menú completo. Deambularon por el bosque más cercano donde caían los jabalís más lentos lo que les ahorraba tiempo de caza.

―¡Hoy pillaremos uno grande! ―exclamó Natsu con mucha ilusión, a pesar de su apariencia podía ser un chico muy simpático a simple vista, al menos con quienes deseaba.

―Ni que lo digas, se me hace agua la boca. ―Happy secó su baba.

Unos pasos más a la izquierda sintieron un ruido sospechoso parecido al de ramas crujiendo, se detuvieron alarmantes a lo que Natsu utilizó su gran olfato para acercarse con mayor convicción.

―Desconozco este olor…

Se puso en cuatro patas para detectar las pistas para estar más cómodo siendo seguido por Happy quien trataba de buscar visualmente. Avanzó con sigilo para no asustar a lo que se encontraba tras los arbustos, hasta que…

―¡Te atrapé! ―Natsu saltó sobre el supuesto jabalí demoniaco con gran fuerza para caer con presión.

Una gran nube de polvo se levantó hacia arriba con la caída de ambos seres, Natsu limpió sus ojos para ver mejor qué había atrapado quedando muy confundido. Bajo su cuerpo se encontraba algo completamente desconocido para él; tenía una larga cabellera rubia que llegaba hasta su ombligo y cubría gran parte de su cuerpo, pudo detectar que no era un hombre debido a sus enormes pechos desnudos que sobresaltaban cualquier cosa y terminó por darse cuenta mirando más abajo. Natsu comenzó a sudar frío, jamás había visto tal cosa en toda su vida pero tenía bastante claro que las demonios de su mundo tenían un cuerpo similar, pero no había duda, ella no era un demonio.

―¿Qué-qué has atrapado, Natsu? ―Happy asomó su nariz y examinó con detalle a la presa que parecía dormir o estar inconsciente.

Pero él no respondió, se quitó su chaqueta negra que cubría su torso y parte de sus piernas para cubrir el cuerpo entero de su nueva adquisición para cargarla sobre su hombro como si fuera un saco de papas.

―¡Vámonos rápido! ―salió corriendo en dirección a su cabaña siendo seguido por su compañero que no entendía nada.

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Llegaron en breves instantes, agitados y con el corazón en la palma de su mano. Salamander colocó el cuerpo de su presa sobre una mesa vieja y volvió a quitarle su propia ropa.

―Happy…trae la revista que llegó la semana pasada. ―le ordenó.

Obediente el gato voló hacia su alcoba llegando con la revista en menos de un segundo para entregársela a su amigo. Este buscó página por página hasta llegar a una fotografía que pertenecía a una sección de cómo identificar seres humanos, vio de foto de la mujer ahí presente y la comparó con la que tenía sobre el pupitre. Eran más que parecidas, ¡era una humana!

―No puede ser. ―Natsu se acercó aún más, tanto que pudo sentirle su respiración. Lo que no entendía es cómo había llegado al mundo de los demonios sin ser asesinada, tendría que haber alguna explicación lógica para ello.

―¿Una humana? ―Happy no lo podía creer―, Natsu, esto es malo…si nos descubren nos matarán.

El gato-demonio tenía razón. En el mundo demoniaco los seres humanos eran una carne desconocida para las personas del pueblo, solo las bestias de elite y pertenecientes a la realeza podían deleitarse con tal apetitoso platillo. Era ley que cualquiera que encontrara un humano debía entregárselo al Rey Demonio, quien rompiera aquella regla sería asesinado sin derecho a reclamo, estaba escrito.

Natsu puso una expresión maliciosa. ―¿Y si nos la comemos ahora?

―Buena idea…―Happy fue por la asadera y Natsu por los condimentos.

Amarraron a la joven como un cordero a un palo dejándola colgando sobre una potente llama creada por el mismo Salamander ansioso de probar la carne humana. Happy le echó sal, pimienta y unos cuantos vegetales cortados con amor. Sería el banquete de su vida y debían hacerlo como el gran demonio manda. Bailaron y rieron alrededor el cuerpo que comenzaba a arder por el fuerte humo que causaban las brasas.

Sin embargo jamás pensaron que aquel desbordante calor terminaría por despertar a su presa. La joven humana abrió sus ojos de golpe al sentir cómo su trasero comenzaba a arder, miró sus extremidades amarradas, a los dos demonios saltando de alegría y su corazón se detuvo.

Pegó un grito tan fuerte que Natsu y Happy se alarmaron.

―¡Sáquenme de aquí! ―gritó con desesperación.

―¿Qué hacemos? ―Happy estaba asustado―, con todos esos gritos terminarán descubriéndonos.

Natsu rechistó. ―No nos queda de otra. ―apagó el fuego de mala gana y con un simple movimiento de sus filosas garras soltó a la joven causando que cayera de forma libre al suelo.

―¿Por qué estoy desnuda?... ―miró su cuerpo como dios la trajo al mundo y comenzó a sudar―…¿Acaso tú? ―apuntó a Natsu con su mano temblorosa.

Obviamente él no entendía a dónde quería llegar. Se levantó apenas cubriendo su parte delantera con un brazo para acercarse al demonio mayor y con su mano libre le propino una feroz cachetada en su mejilla. Claro, necesitaría más que eso para derrotar a un demonio con más de cien años pero de que lo había dejado en blanco, lo había dejado.

―¡Pervertido, asqueroso! ―sus ojos se llenaron de lágrimas―, ¡te aprovechaste de que dormía para abusar de mí!

―¿Huh? ―Natsu rascó su cabeza―, ¿de qué hablas?

―La comida está hablando…―Happy cubrió su hocico sorprendido.

―¿Co-comida?

Ahora ella había entendido todo. Observó detalladamente a los dos frente a ella, uno tenía una apariencia aterradora; cabellos puntiagudos color rosa que no tenían rumbo. Sus ojos eran verde esmeraldas, rasgados y profundos. Cuerpo trabajado y musculoso, sería imposible para ella al menos intentar enfrentarlo otra vez. Sus uñas eran algo largas y punzantes capaz de cortar su piel si él lo deseaba. La humana tragó saliva, estaba en grave peligro.

―¿Qué eres? ―se agachó para cubrir mejor su cuerpo y con terror observo a Natsu con interrogante, este sonrió con orgullo.

―Estimada comida, estás frente a Salamander ―Happy se adelantó con voz tenebrosa―, uno de los demonios más temidos de la zona…

―De-demonio…―ella trataba de asimilar lo que estaba escuchando, pero era demasiado. Tan solo recordaba haberse acostado la noche anterior para comenzar un nuevo día de escuela y luego despierta sobre una hoguera frente a un ¿demonio?, iba a volverse loca.

―¿Podemos saber tu nombre antes de comerte? ―preguntó el pequeño gato.

Pero la humana no tenía pensado quedarse a charlar, miró con disimulo todas las aberturas que tenía la cabaña. Tenía que buscar alguna salida pronto o terminaría en el estómago de esos dos desquiciados. El sudor recorrió desde su frente hasta la punta de su nariz, estaba a punto de romper en llanto. Quería a su familia, sus amigos, estaba en un lugar absolutamente desconocido. Estaba decidida, escaparía de allí ahora mismo. Lo más veloz que pudo giró en dirección contraria para salir por la ventana de la entrada que permanecía media abierta, la abrió hasta atrás y pasó primero un pie para caer bien y no romperse nada o no podría seguir corriendo. Sentía que el corazón se le iba a salir de la desesperación. Pero algo la hizo detenerse, acababa de recordar que estaba desnuda y andar así por las afueras podía ser más peligroso que cualquier cosa.

No sabía qué debía hacer, estaba al borde de la muerte. Miró a los dos demonios dentro de la cabaña, sus estómagos rugían de hambre. Aunque tan solo le asustaba el más grande, se veía más tranquilo que el gato parlanchín. Tenía que pensar en algo para salvar su pellejo, literalmente. Era una chica lista y su gran intelecto no podría fallarle en un momento como este. Retrocedió su cuerpo completo para quedar nuevamente dentro de la cabaña y se acercó como si nada a los dos seres frente a ella.

―¿Dónde está la cocina?

Los dos la miraron extrañados y algo suspicaces, no obstante terminaron por señalársela. Ella corrió hacia la cocina y lo primero que hizo fue abrir la nevera. Sacó gran cantidad de verduras ya que era lo que más tenían, las echó en un sartén y las cocinó aparte para echar un pollo congelado al horno. Se puso un delantal algo viejo para cubrir parte de su cuerpo y cocinar más dignamente.

Natsu y Happy se apoyaron en la puerta con disimulo, un delicioso olor los hicieron aparecer.

Minutos después la comida estaba servida en la mesa. La humana preparó todo con amor y delicadeza para que quedara perfecto, hasta el momento su plan iba más que bien ya que a ambos demonios se les caía la baba por probar lo que estaba sobre los platos.

―¿Po-podemos comernos esto? ―Natsu apuntó el pollo y las verduras con timidez como si se encontrara en una casa ajena.

Ella asintió con una sonrisa a lo que ellos prácticamente saltaron sobre la mesa para devorar todo. Uno que otro chorro de comida saltó sobre la frente de la humana quien podía respirar más calmada.

Ya con el estómago lleno estiraron sus cuerpos sobre las sillas.

―¡Eso estuvo delicioso! ―exclamó Salamander.

―Estoy llenito. ―Happy acariciaba su vientre pronunciado.

Natsu giró su cabeza hacia la humana.

―¿Nos dirás tu nombre?

Ella reaccionó agitada, aún no tenía clara si sus intenciones cavernícolas seguían en pié.

―Soy Lucy, Lucy Heartfilia.

―Solo preguntamos tu nombre, no alardees esos apellidos ricachones. ―se burló Happy.

―¿Cómo sabes que tengo dinero?

El gato demonio se encogió de hombros. ―Ni idea, solo le achunté.

―¡Un momento! ―Natsu reaccionó, tomó a la joven por los hombros un tanto brusco y la empezó a zamarrear―, ¿acaso eres millonaria?

Los enormes y filosos dientes del demonio espantaron por completo a la pobre Lucy que no tenía donde esconderse. Imaginaba su delgada piel rompiéndose al instante por un roce de esos colmillos.

―Si…¿pero eso qué tiene que ver? ―titubeó.

Natsu y Happy se miraron con complicidad.

―Está bien, considerando que nos cocinaste y además nos acabamos de enterar de que eres asquerosamente rica…―concluyó Salamander―…te permitiremos regresar a tu mundo con una condición.

Una gran luz de esperanza apareció ante los ojos de Lucy quien se veía perdida en el estómago de aquel feroz demonio. Las lágrimas humedecieron parte de sus párpados pero no se movieron de ahí. La ilusión le regresaba el alma al cuerpo, estaba ansiosa por escuchar la proposición de aquel chico bestia ignorando los dichos populares; se sabía que hacer pactos con los demonios era equivalente a entregar su propia vida.

―Si nos das una considerable cantidad de dinero a cambio te dejamos libre y de paso en el mundo de los humanos sana y salva, ¿qué te parece?

―Pe-pero…¿servirá mi dinero en este mundo? ―su pregunta no era para anda irrelevante, al contrario. Se maldijo al segundo por decir aquello ya que eso podría significar la anulación de aquel contrato, no le interesaba si después no les servía. Ella quería salir sana y salva sin importar lo demás.

Natsu sonrió con confianza y malicia. ―El dinero humano acá vale más de lo que te imaginas.

―Existen casas de cambio donde un demoncoin equivale a cien jewels del mundo humano. ―explicó Happy con gran sabiduría.

―¿Cien jewels? ―Lucy no lo podía creer―, eso es demasiado…

―Así es, por eso muchos demonios viajan al mundo humano para robar dinero y cambiarlo acá. Estoy seguro que el Rey Demonio lo ha hecho un montón de veces y como nosotros somos simples ciudadanos no tenemos permitido viajar de forma legal, pero…

La humana lo miró atenta.

―Nosotros conocemos un método, pero necesitábamos un ingrediente clave que solo el Rey Demonio puede poseer. ―agregó Happy.

―¿Un ingrediente único y especial?

Natsu puso una expresión tétrica. ―Sangre humana.

―¿Sa-sangre humana? ―Lucy se puso de todos los colores pensando en lo desagradable que sería. Se negaba a pensar que se trataría de un balde entero para cruzar al otro mundo.

―Ya lo oíste, esa es nuestra condición. Si estás segura de querer cumplirla debes saber que no te sacaré solo una gota. ―le mostró sus colmillos.

Nuevamente lucía sus dientes de temer. Heartfilia cerró sus ojos con pavor para evitar tener pesadillas al dormir, peor, ya se sentía dentro de un mal sueño. Todo era muy riesgoso, quizás hasta él podría abusar y beber toda su sangre evitando que regrese, pero al mismo tiempo a él también le convenía obtener esa gran cantidad de jewels.

Lo pensó seriamente una vez más, mordió su lengua y apretó sus puños. Quería gritar, llorar y patalear pero nada de eso serviría. Su desesperación solo terminaría volviéndose su peor enemiga y no era la idea.

―Está bien, trato hecho. ―dijo ella con voz firme.

Natsu y Happy sonrieron con satisfacción, estaban a pasos de cumplir uno de sus más grandes caprichos.

Continuará…


Hola chicos, si, de seguro se preguntarán por qué no estoy aquí con otro episodio de NL XD y pues lo siento pero estaba escribiendo esta locura que se me ocurrió y no pude resistirme a subirla lo más pronto posible. Esta vez les traigo un fic que tendrá una duración indefinida (quizás 10 capítulos) ya que estoy con New Life. No crean, jamás podría olvidarme de ese fic y bueno estoy ya avanzando en el siguiente episodio. Además...¡ESTOY DE VACACIONES! SÍ, AL FIN LIBREEEEEEE! así que podré escribir muy contenta y sin imprevistos. Estoy muy inspirada.

Como dije en un principio, la historia parte inspirada entre dos mangas no obstante el hilo de la historia va más de mi mano. O sea no será idéntico a aquellas mencionadas anteriormente. Por supuesto lo aclaro para que no haya confusión más adelante. No sé cada cuanto lo continúe, pero como los capítulos son más cortos probablemente vuelva luego con la segunda parte :P

Saludos para todos y gracias de antemano por su lectura.

Kaya.

PD. Más Nalu para el fandom!