ADVERTENCIA. (Lemon fuerte)

Los personajes de la serie NARUTO no me pertenecen, son propiedad del maestro Masashi Kishimoto, la historia presentada a continuación a partir de estos personajes es creada sin fines de lucro.

Contiene escenas de sexo explícito, alto contenido de lenguaje soez y de violencia, no aptas para menores de edad ni personas de mente cerrada.

Parejas: SasuHina, ItaHina, NaruHina

Universo alterno

Esta se supone que es una historia cruda y triste donde nuestra protagonista Hinata sufre a causa de un matrimonio por conveniencia donde Sasuke es el villano, un tipo frío y cruel que le hace la vida un infierno a Hinata por el simple hecho de ser una mujer y de que se empieza a enamorar de ella, pero no cuenta con un pequeño detalle, su hermano.

ME LA ROBASTE

Capítulo 1 El inicio del infierno

****Sasuke****

Eres un cabrón y lo sabes, desde que llegaste al mundo arrebatando la vida de tu madre supiste que eso serías siempre. La vida se encargó de terminar de joderte, qué carajo ningún "la vida", el cabrón de tu padre lo hizo.

El demonio Uchiha ese eres tú, no tienes piedad de nada ni de nadie, tu cabeza está tan podrida y contaminada que no eres capaz de ver lo que tienes en frente, estás a punto de casarte (por conveniencia) con la mujer más hermosa que puedas haber visto en tu vida de miseria, ni siquiera notaste la dulce mirada de luna que te dedicaba llena de ilusiones, pero eso ¿te importa? No, ¿verdad? Sólo es una de esas tantas mujeres a las que odias, a las que tu propio padre te dijo que debías odiar, ¿por qué?, sencillo un Uchiha no se enamora, las mujeres no son para amar y respetar, son para parir a nuestros herederos y como un bonito adorno, la palabra amor no es nada para un Uchiha; y así creciste.

Viste la ceremonia terminar como en una tortuosa cámara lenta, la cara de tu hermano mayor reflejaba tristeza y preocupación te acercaste a él para preguntarle pero te evadió, se fue de la recepción sin avisar, creíste que eran asuntos que no eran de tu incumbencia.

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Llegaste al hotel donde se supone que pasarías la noche de bodas con tu virginal pareja, tiraste con desdén el equipaje, la chica sonrojada se sentó en el futón que compartirían, suspiraste pesadamente pues sabías que debían consumar su unión, pero a pesar de ser un mal nacido no querías si quiera tocar un de sus cabellos, las mujeres no te atraían en lo absoluto, al menos de eso te convencías, ¿no es así Uchiha?

—Quítate la ropa, haremos esto rápido para que sea menos tortuoso— le ordenaste como si fuese uno de tus empleados, ella te miró con temor, se empezó a desvestir temblando y con algunos hilos de lágrimas por sus mejillas, le diste la espalda para empezar a deshacerte de tu ropa.

—Deja de llorar, esto es lo más normal del mundo, todas las parejas lo hacen y…— Sus balbuceos de indecisión te detuvieron.

— Es que yo… yo no he estado nunca con un hombre— ella se veía atormentada y confundida mientras seguía quitándose la ropa ante tu mirada, notaste el hermoso y largo cabello color azul oscuro que brillaba intensamente, esos ojitos plateados con toques lila similares a la luna enmarcados con espesas pestañas negras de los cuales brotaban amargas lágrimas.

— ¿Y esperas que yo crea que en esta época existe una mujer que llegue virgen al matrimonio? No me hagas reír, mejor deja de fingir, acuéstate y separa las piernas que no quiero ver más tu cara— le gritaste para luego apagar la luz y que la habitación quedara iluminada sólo por la tenue luz de luna que se colaba por la ventana. Te metiste entre las sábanas mientras ella se corría hacia un lado tratando de dejar la mayor distancia posible de ti, la tomaste por las muñecas y las pusiste arriba de su cabeza, empezaste a notar sus pronunciadas curvas, tragaste grueso pues sentiste que una punzada dolorosa se alojó en tu entrepierna, ahora no podías negarlo Sasuke, ella despertó tu deseo sexual y no tienes escapatoria, no vas a sus labios pero sí a morder su cuello, la piel es suave y blanca casi inmaculada, recorres con tu lengua desde el lóbulo de la oreja hasta su escote, amasas sus enormes pechos, son bellísimos, inhalas el aroma que emanan, te embriagas hasta perderte en el deseo que acaba de despertar, muerdes los rosáceos pezones, ella se resiste un poco sollozando, dando pequeños gritos ahogados, tus manos se escurrieron a sus carnosos muslos carnosos y firmes, tocaste la piel suave de ellos, por un momento te quedaste obnubilado mientras chupabas y mordisqueabas el suave pezón, ella te decía que no lo hicieras, que la estabas lastimando, ¿pero te importó realmente? Sólo querías poseerla egoístamente, saciarte con su cuerpo como si nada más importara, ni siquiera el dolor que la hacías sentir. Tu verga se encontraba dura como una katana, te dolían hasta los testículos porque estabas caliente, jodidamente caliente. Empezaste a rozar tu verga enorme y palpitante en la delicada zona púbica de Hinata, —Mierda está mojada y caliente— pensaste. Colocaste el enorme glande en la entrada de su vagina dando ligeras estocadas como si en cualquier momento la fueses a penetrar, jugaste un momento de ese modo, pudiste notar los respingos en su cuerpo, aunque ella no lo aceptase su cuerpo había empezado a responder a tus bruscos estímulos, ella tapaba su boca con sus manos para evitar que sus pequeños gemidos salieran, la tomaste de las manos para seguir con tu juego logrando así escuchar algo que no te esperabas, adoloridos sollozos acompañados de lágrimas que ella negaba a que salieran.

Te fuiste a sus labios aprisionándolos lascivamente ensartando sus lenguas en una lucha constante que obviamente tú ganaste. Mientras la entretenías con el beso que la calmó un poco aprovechaste para penetrarla de una violenta estocada arrancando un desgarrador grito de sus labios acompañado de su llanto, no te inmutaste un segundo por su dolor, notaste que a pesar de lo apretado de su interior lograbas resbalar con menos dificultad, tu maldito ego se infló porque creíste que habías hecho tan bien tu trabajo al "excitarla" que hasta habías hecho que se mojara más de la cuenta.

Empezaste a dar fuertes estocadas mientras veías gustoso cómo sus enormes senos brincaban al compás de tus movimientos, ella escondía su mirada de ti, era un hecho te temía y estabas más que orgulloso de ser lo que eras, disfrutaste por un momento de su supuesto dolor pues creías que era fingido, todo hasta que se dejó vencer en su luchar por resistirse a ti y sus brazos cayeron inertes a sus costados justo antes de que llegaras a tu clímax, esto te descolocó por un momento pero no quisiste darle importancia.

Hinata respiraba dificultosamente mientras seguías con los bestiales caderazos que le propinabas, posicionaste tus grandes manos en sus glúteos para así tomar impulso y darle la última embestida para llegar profundamente hasta tocar el cuello del útero y correrte en su interior.

Caíste sobre ella agitado mientras retirabas tu flácido pene de ella, sonreíste zorrunamente y acercaste tus labios a su oído para susurrarle — espero me des herederos pronto, no esperes que tenga que tocarte de nuevo— ¿Estás seguro que no quieres volver a poseer su cuerpo cabrón? ¿Qué no quieres volverla a tener entre tus brazos? Eres experto en mentir y en hacer sufrir a cualquiera pero no puedes mentirte a ti mismo una vez más Uchiha.

Te tiraste a un lado dándole la espalda. Hinata se tardó unos minutos en reponerse y se puso de pie para ir al baño con mucha dificultad al caminar, se encerró allí y al poco tiempo el sueño te venció.

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Tus ojos empezaron abrirse al sentir la luz del día inundar la habitación, al aclárate la visión notaste que tu esposa no estaba en cama y viste la puerta de baño cerrada, diste un puñetazo al lado contrario de donde te encontrabas, te pusiste de pie tirando las cobijas que te cubrían y con espanto viste una escandalosa y gran mancha de sangre en las blanquecinas, por un momento te sentiste culpable de lo que hiciste, no pudiste haber caído más bajo. Entraste al baño y te encontraste con una imagen que te dio una punzada en el corazón que creías de piedra, ella estaba dormida y desnuda en la tina vacía con sus brazos alrededor de sus piernas y su cara reposaba entre estas.

—Hinata, ¿qué crees que estás haciendo? Te vas a enfermar mujer tonta— disfrazaste tu preocupación como enojo, ella despertó asustada, de su garganta salían gritos ahogados de terror pidiendo auxilio acorralándose contra uno de los bordes de la tina queriendo protegerse se ti. ¿Satisfecho Uchiha?

Frunciste en ceño y la tomaste entre tus musculosos brazos aprisionándola hacia tu pecho así ella se retorciese, la llevaste a la cama donde la dejaste para darle la espalda.

— Vístete, en una hora bajaremos a desayunar para salir hasta la casa—

Ahora sí jodiste Uchiha.

Bueno esto es el primer capítulos espero que lo apoyen, quise hacer algo diferente agregándole mucho drama, espero terminarlo aproximadamente en 5 capítulos, esta idea surgió ayer mientras leía el naruto Gaiden donde Sasuke al final es un frío de mier*" con la pobre de Sakura, ahí sentí pena por ella,aunque no sea santo de mi devoción ella no merece vivir así T_T entonces quise crear esta historia donde él sea el que sufra más adelante ya lo verán, jajaja