DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen, son de la adorada Rumiko

Chicas acá les dejo una nueva historia, un song fic que me pareció adecuado para la trama del anime.

No me gusta el reggaetón en particular pero he escuchado mucho (de las personas a mi alrededor) y no puedo negar que los de antes si tenían (algunos obviamente) contenido un tanto romántico.

Si no les gusta el reggaetón, no me odien, como dije yo tampoco soy amante pero lo respeto. Tómense por favor el tiempo de leer la historia y juzgar si merezco o no un insulto por usar este tipo de canciones, así que si quieren para que sepan cual es mi canción: Te Amo de Makano

Recuerdos: cursiva, canción: cursiva y subrayada, pensamiento: "…"

TE AMO

Estaba más triste y solitaria que nunca, a pesar de todo el la veía y no entendía su reacción, ¿Por qué no entendía que la amaba con todo su corazón?, bueno era obvio, el no lo admitía, ni siquiera a sí mismo.

La observaba, ella liberando ese liquido salino que tanto el odiaba, verla sufrir era un dolor extremo que no se explicaba; llevaba un rato viéndola allí, sollozando silenciosamente sin que nadie se diera cuenta, o eso quería hacerle creer, el lo sabía, sabía que desde su encuentro con Kikyo ella continuaba sufriendo, pero él se negaba a enfrentarla y decirle que sus encuentros no eran como ella imaginaba.

Ella, todavía me llama, Yo no tengo la culpa, que no me haya olvidado.

Los encuentros con Kikyo ya no eran tan casuales, él la buscaba pero era simple costumbre, simplemente se dedicaban a hablar y discutir sobre la situación con Naraku, ellos no eran los mismos; él no era el joven enamorado capaz de dar su humanidad por ella y la joven, simplemente ya no tenía la inocencia que recordaba y que lo había enamorado, simplemente estaba con ella por costumbre y cuando lo trató de seducir se dio cuenta de que algo andaba mal…..

*Espera – la frenó cuando se estaban besando – no puedo

*¿Todo bien? – pregunto acerándose peligrosamente a su cuerpo

*No puedo hacerle esto, la hare sufrir – se separo sigilosamente

*Esa niña no se dará por enterada – dijo ronroneándole sensualmente – además ¿qué te importa lo que piense ella? – le retó

*No lo sé, no la quiero hacer sufrir – Kikyo rio sarcásticamente

*Eso se lo gano ella por tratar de quitarme lo que siempre me ha pertenecido

*Has cambiado…. – esa definitivamente no era la dulce joven que murió hace 50 años

*La muerte te cambia, no todos tienen la oportunidad de cobrar venganza

*Kikyo…. – ella tomo su barbilla

*Ven con migo, vámonos, acabemos con Naraku y vayámonos juntos – el se soltó y alejo su rostro

*No puedo, no por ella

*Ella me está quitando todo lo que un día fue mío – dijo la miko resignada alejándose y llevándose a sus cazadoras detrás de ella. Un extrañado Inuyasha la contemplaba bajo la luz de la luna

* Kikyo…. – fue lo único que atino a decir tomándose las sienes resignado por no haber entendido a que se refería.

Ella lo sabía, desde que la vio por primera vez supo que esa chica terminaría por tener todo lo que ella tenía, ¿ya no lo había hecho con sus almas antes? Y ahora se había ganado el amor de Inuyasha, aunque el pobre hibrido aun no se hubiese dado cuenta

Aun así no puedo odiarla – dijo seria y decidida a no luchar por causas perdidas

…Aun recordaba su tacto y su aliento arremetiendo con su piel, pero lo que más fresco sentía era esa fría mirada característica, la que le decía que ya nada era igual, la misma triste mirada que le dedico Kagome cuando lo vio llegar.

Decidió acercarse a ella e intentar ayudarla, entender por qué estaba así…

¿Kagome? – pregunto dubitativo

¿Qué haces acá? – contrarresto fríamente, eso era una mala señal, la joven siempre lucia radiante y su corazón latía fuertemente cuando lo veía

¿Estás bien? – ninguno de los dos contestaba, solo se evadían formulando preguntas sin siquiera mirarse a los ojos

¿Qué quieres? – ella estaba triste y furiosa, pero no podía hacer nada, fue ella quien le pidió dejarla acompañarlo aun a sabiendas lo que él sentía por Kikyo

—Discúlpame – eso ninguno de los dos se lo esperaban

—Estoy bien – hizo un amago de sonrisa – lamento preocuparte

—No, yo te he puesto triste – dijo el mirándola con carita de perro – no quiero que te enojes con migo

—Todo es mi culpa, soy yo quien se hiere a sí misma – su voz era suave en susurros, pero sabía que su desarrollado oído le permitiría oírla – después de todo fue mi decisión seguir acompañándote

—Lo que paso entre Kikyo y yo….

—No quiero saber que paso entre ustedes – lo corto – eso no es de mi incumbencia – el peli plateado estaba irritándose por la intromisión

—Pero si quiero decirte

—Ya te dije que no es de mi incumbencia, déjame en paz

¡Pero si eres terca mujer! – Lanzó exasperado – simplemente no quiero que te enojes con migo

—No tengo que enojarme con tigo por hacer lo que sea que hagas con ella – su voz fue alta y fuerte, eso enfureció al perro

¡No seas tonta!, si tan solo me escucharas

Y te atreves a llamarme tonta en mi cara, ¡eres un idiota Inuyasha!

¡No me digas así! ¡Todo es tu culpa por hacerme enojar! No entiendo que haces a mi lado si te desagrado tanto – ese comentario fue demasiado para la joven, le dolió en el alma y el entendió las repercusiones de lo que acababa de decir – Kagome yo….

—No lo sé – dijo al borde de las lagrimas – supongo que fue que se me pego algo de ti, ¿el que con miel anda algo se le pega no? - rio amargamente -Solo soy una baka

¿Qué tiene que ver la miel en esto? - dijo confundido y la miko se hubiera reído en otra ocasión, de no sentirse así en ese momento – no me cambies de tema

—Simplemente que soy tan masoquista como tú, siempre detrás de alguien que nos hiere y no nos corresponde – eso lo ofendió, el detestaba que dijeran algo malo de la no- muerta

¡Tú no sabes lo que yo vivo con ella!, ustedes no tienen comparación – dijo ácidamente

¿Por qué no podían tener una conversación en paz? ¿Por qué no podía dejarle explicarle que las cosas con Kikyo eran diferentes ahora? Ellas no tenían comparación porque Kagome era una tierna y dulce mujer que lo hacía sentir como alguien especial

—Lo sé. – sollozó y el se maldijo por eso ¿acaso no entendía que él la quería? – entiendo, pero como solo me tienes a mí para recolectar los fragmentos tendrás que conformarte ¿no? – esa era la única esperanza que la mantenía en ese mundo antiguo

—No seas tonta – él se estaba exasperando – ¡sabes que no es así!, ¡no digas cosas estúpidas!

—Por favor…. – ella estaba suplicando – te pido que no me hagas sufrir más

¿Te irás? – él entendía las intenciones de sus palabras

—Un par de días – intento sonar calmada cuando se despedazaba por dentro

—No puedes – decía el tan bajo que ella casi no escucha – tenemos que continuar con la búsqueda – necesitaban hablar, estar juntos y aclarar las cosas de una vez, pero el simplemente no dejaría su orgullo atrás para decirlo, esperaba que ella lo captara

—Solo un par de días Inuyasha, prometí ayudarte con la recolección y yo cumplo con lo que prometo

—No entiendo para que te vas

—Necesito estar en casa – de verdad necesitaba alejarse de él, la causa de su inmenso dolor.

—Cobarde - ¿Por qué no se quedaban e intentaban hablar?

—No te atrevas a llamarme cobarde ¡solo porque no me quiero quedar viéndote partir cada noche a su lado! – el iba a chistar y decirle todo lo que pasaba entre ellos, que no era lo que ella pensaba

¡Tonta! – se atinó a decir cuando ella se iba, la había llamado cobarde cuando él no se atrevía a siquiera seguirla a explicarle como había planeado.

¡Abajo! – ella le gritó para salir corriendo y dejarlo maldiciendo con su rostro bajo tierra

Espera!, por favor no te vayas, analiza y escucha, lo que tengo que decir

La vió arrojarse por el pozo, en donde la guiaba a otra época, a la cual solo él tenía acceso.

Se quedó pensativo varios minutos o tal vez horas, nunca se dió por enterado del suceso del tiempo, simplemente pensaba en ella y Kikyo, odiaba compararlas, pero después de un rato se dio cuenta de la ventaja de la morena, ella que siempre lo apoyaba y estaba a su lado sin importar que o quién se interpusieran y que a pesar de su pasado con la primera era capaz de sacrificar su propia felicidad por la de él.

La miko había sido la primera en abrir su corazón no lo podía negar, pero Kagome fue quien lo domó y quien lo hizo familiarizarse aun con la especie humana, fue la joven azabache quien lo hizo reír como a nadie, quien le mostro lo que son celos, lo que es la amistad, la familia, el respeto y la felicidad, la miko abrió las compuertas a lo que era el amor, debía admitir, pero no llegó a mostrarle esos sentimientos que vienen en su compañía, nunca le mostró la dicha de estar con amigos ni seres queridos, ni le hizo sentir una rabia escalofriante causada por los celos y nunca lo hizo sentir que ella era frágil y necesitaba estar a su lado para la protección.

Kagome le dió esto y más, le mostró la pureza y bondad de su corazón al dejarle el camino libre con Kikyo aun a pesar de que le había confesado su amor, se sintió egoísta, el sentía algo tremendo por Kikyo, fue su primer amor y eso jamás iba a cambiar, la amaría eternamente en una parte de su corazón, pero ella ya no estaba ahí, ni la esencia de su alma era la misma, se había vuelto fría y oscura desde su muerte, ya su cuerpo olía a barro y no a su característico perfume, su piel no era suave y su corazón no latía, se mantenía de pie dependiendo de almas que robaba; eso y el odio que le había dedicado a Naraku.

Lo sabía, sabía lo que sentía, amaba a Kikyo, pero ella no era esa mujer, ella había reencarnado en un alma pura y buena, que sufría atestadamente por su culpa, se prometió así mismo no olvidar a su primer amor, como protegerla siempre de la maldad de Naraku y encargarse de salvar su alma, pero solo eso, ya la había dejado ir y lo entendió esa noche.

Sabía que era lo que tenía que hacer:

Saltó el pozo y entró al templo, no pudo conmoverse más con la escena de ella durmiendo con unas pocas lágrimas secas en su mejilla

Te prometo que será lo último que llores por mí. – le dijo suavemente, por fin se atrevió a verlo claro

Si tú supieras cuanto yo a ti te amo

Estar con tigo es lo que me hace

Más feliz

Se aferró a su cuerpo dormido, la abrazó con cuidado de despertarla y la vió derramar una lágrima dormida

—Kikyo – suspiró ella dormida y el reprimió el dolor secando sus lagrimas

—Shhh – dijo sobando su cabeza, ya todo estaba claro

Ella no es nada, solo fue un triste pasado

Te amo, te amo, te amoooo!

Me tomé la labor de re-editar el fic con el fin de que fuera más cómodo de leer y pudiese corregir los errores de ortografía; la dividí en dos para comodidad, la historia no cambia, es la misma, solo mejor planteada. (Al menos eso espero)

¡Saludos desde Colombia! Nos estamos leyendo.