Summary: Sam y Luna están saliendo hace un par de semanas –más de un mes, de hecho- y su relación es muy solida. O lo era hasta antes que Theodore Nott empezara a ser la tercera rueda… ¿o quizás es Sam el que estorba? Nadie sabe a ciencia cierta qué diablos une a la ex Ravenclaw con el ex Slytherin, pero ambos son muy cercanos y eso está trayendo más de un problema a el noviazgo. ¿Podrá Sam superar los celos que siente por Theodore? ¿O terminará causando más desastres de los que pueda arreglar?

Luna agradece haber ido a Forks con sus amigas –y las que en aquellos momentos no lo eran tanto- porque por este dichoso viaje conoció al hombre con el que probablemente compartiría el resto de su vida. Era la compañera de un Alpha y tendría que cargar con las responsabilidades que esto traía, las cuales aceptaba bien, inclusive entraría a una Universidad Muggle, por Merlín, ella dejaría atrás gran parte del mundo mágico por Sam Uley, pero… No estaba dispuesta a dejar a Theodore Nott.

Agradecimiento: A las personas que han seguido esta saga, ambas partes han salido adelante solo por su apoyo, por sus palabras alentadoras y por mi hermanita Génesis que me jala la oreja y me pone los pies en la tierra para seguir con la historia.

Alertas: La historia contendrá lenguaje fuerte, probablemente lemmon y violencia. Nunca he recibido quejas por alguna escena subidita de tono, así que supongo que mis alertas son leídas xD

Disclaimer: ¡Nada es mío! Todo pertenece a las fantásticas J.K y Stephanie. A excepción de uno o dos personajes que han sido inventados por mi (entre ellos un caliente vampiro llamado Tiago).

A/N: Bueno, Sam/Luna… ¿en qué diablos estaba pensando cuando propuse esta pareja? T_T Bueno, ¿Qué puedo decir? Solo yo salgo con una cosa así. Ustedes votaron para leer esta parte de la saga… así que aquí estoy, haciendo malabares para cumplir con su petición. Espero que les agrade. Recibo sugerencias, quejas y criticas.

A/N2: No había notado que los cambios de escena desaparecieron, arreglé el capitulo, espero que funcione y además reescribí el resumen.


Luna canturreó una canción mientras se movía a un compás imaginario por la casa, colocando flores al azar y sacudiendo los muebles. Sam le miró con una sonrisa suave, recostado contra la pared, cuando pasó cerca de él la envolvió en un cuidadoso abrazo y la besó con dulzura.

—Hola –susurró encantado, ella sonrió ampliamente con sus mejillas algo rojas:- ¿Qué vamos a celebrar?

—Hoy está de cumpleaños Theo, así que lo invité a celebrarlo aquí. –dijo ella con sus ojos ardiendo de felicidad:- Preparé pastel y galletas…

Sam desconectó su cabeza del parloteo de Luna, cerrando sus ojos y tratando de calmar la furia asesina que comenzaba a propagarse por sus venas, Theodore Nott siempre había sido un tema de conversación para la rubia. Era obvio que ella lo quería mucho. Demasiado para el gusto y comodidad del metamorfogo. No lo conocía, y por muy importante que fuese en la vida de su amada novia, él no quería conocerlo.

Luna jamás había preparado pastel para él. ¡Ni siquiera galletas! No era justo que las hiciera para otro tipo. Ajena a los sentimientos que estaban carcomiendo a Sam, Luna se zafó de sus brazos y continuó arreglando la casa.

Hoy conocería a Nott. Y le pediría que saliera de la vida de su novia y el chico tendría que aceptar. Si o si.

Terminaría de raíz con ese enamoramiento que parecía tener Luna sobre otro hombre.

Un par de horas después.

Sam pasó una mano contra su cabeza, luchando con la amargura que se había instalado en su estomago, desde el sillón podía ver como Luna trabajaba incansable en la cocina, silbando y viéndose con una aura de felicidad poco inusual en ella. Y el motivo de su felicidad no era él.

No tenía ni una queja sobre la relación que llevaban, jamás habían tenido una pelea, se respetaban, ella lo oía siempre con atención, y ambos tenían fuertes sentimientos por el otro. Sam no sabía si era amor, pero sin dudas, era la cosa más maravillosa que había sentido en su vida. Luna era perfecta, siempre con un comentario sabio y le volvía loco con su actitud pasiva pero suspicaz.

El único problema era Theodore Nott.

Sam no lo conocía personalmente, pero lo odiaba. Lo odiaba porque Luna parecía estar más interesada en ese chico que en él. Sí, estaba celoso, de una forma casi enfermiza. Culpa de la imprenta, se dijo con sorna.

— ¿Sam? Te estaba hablando –dijo Luna con suavidad, él parpadeó y luego hizo una mueca, pasando sus manos por encima de su rostro con fuerza.

—Lo siento, Luna, estaba pensando. –dijo Sam 'pensando como matar a Nott', él puso una sonrisa nerviosa:-¿Qué decías?

—Quería saber si quieres probar las galletas antes que sean devoradas –dijo ella con un tono bromista que pocas veces usaba, punto para Theodore, Sam asintió ceñudo y Luna corrió a la cocina cuando regresó estiró una bandeja entera hacia él. Sam tomó un par de galletas y sus ojos se entornaron al notar la forma en que sus manos temblaban.

Mierda. Tenía que controlarse. Estaba poniendo en riesgo a Luna. Si se transformaba y ella estaba demasiado cerca… ni siquiera quería imaginar los resultados. Le dio un firme mordisco a la galleta y el sabor explotó en su boca.

Tenía chispas de chocolate, estaban blanditas y… Era la cosa más rica del mundo.

—Dios, Luna, tienes que hacer galletas más seguido. –dijo Sam comiendo otra, Luna se sonrojó y asintió avergonzada.

—No sabía que te gustaran tanto. –dijo Luna regresando a la mesa y colocando más flores en el florero:- Noté que te inclinas más por las cosas saladas que por las dulces.

— ¿Qué más sabes hacer?

—Casi todo. –admitió Luna:- Pero las tartas de frutas frescas son mi fuerte según Theo.

Claro. ¡Era obvio! Ella aprendió a cocinar para él, ¿fue su primer novio? Mierda. ¿Y si aun era su novio? Sam solo la besaba de vez en cuando, aprovechando los momentos en que ella parecía estar lejos del mundo real, y nunca parecía notarlo del todo. ¿Y si todo había sido una ilusión? ¿Si Luna no sentía nada por él…?

—Papá me enseñó a cocinar cuando era muy pequeña, claro que la hacíamos de otros ingredientes, a él le gustaba la avena. Y algunos elementos mágicos que eran… un poco… fuera de lo común.

Sam tenía que dejar de hacer estúpidas suposiciones, Luna era su pareja perfecta, los dioses la habían escogido para él, las cosas irían mucho mejor si dejaba sus celos de lado.

—Promete hacer más seguido –dijo Sam acariciando con suavidad la piel de la chica quien se sonrojó y asintió:- Yo…

Una potente mezcla de aullidos interrumpieron las palabras de Sam, sabía que indicaba ese sonido: Vampiro. Tenía que ir a ver qué sucedía, era su deber como Alpha, sin embargo dejar a Luna sola...

—Ve, Sam. Yo iré a casa de Hermione, de seguro Paul no la querrá dejar sola. –dijo Luna tomando un papel y garabateando algo rápido, luego besó la mejilla de Sam y tomó un puñado de polvos y se metió a la chimenea exclamando la dirección de Hermione.

Él apretó sus puños, preguntándose por qué razón ella no le había besado en la boca, y sin poder evitarlo leyó la nota.

Theo:

Feliz cumpleaños. No tardo en llegar.

Con amor,

Luna.

Sam alcanzó a salir de la casa para transformarse, iba a deshacerse del vampiro y luego volvería a casa y le dejaría en claro a Theodore que era la maldita hora de salir de la vida de Luna.

[*]

Brady enseñó sus colmillos, su pelaje completo se erizó y miró al vampiro de forma desafiante.

No te muevas, Brady. Déjamelo a mí.

¿Paul? ¿Ginny llegó allá?

Si, Jacob. Estoy con Ginevra, Luna y Leah.

¿Y Astoria?

—Tiago. –espetó la rubia en cuestión apareciendo frente a Brady quien trató de moverse pero ella hundió una mano en su pelaje y negó, antes de enfocarse en el vampiro:- ¿No habías dicho que no volverías?

—Me aburría –dijo él encogiéndose de hombros y enviándole una mirada sugestiva:- Tú dijiste…

—Sé lo que dije. –interrumpió Astoria antes de girarse y mirar a los lobos con el ceño fruncido:- Lamento mucho este incidente, a Tiago le gusta hacer estos escándalos.

— ¿Lo conoces? –preguntó Sam colocándose con rapidez sus pantalones.

—No. Es decir, si. Es… No demasiado –balbuceó Astoria confundida, Tiago sonrió ampliamente y la atrajo hacia su pecho, ignorando el peligroso gruñido de Brady.

—Nos conocemos. –dijo él antes de mirar a Brady:- Así que deberían dejar de tratarme como un intruso. No es agradable que traten de matarme cada vez que vengo a visitar a mi… amiga.

Ella se desenredó de los brazos del vampiro y aclaró su garganta, con las mejillas enrojecidas, Brady les miró con expresión confusa y luego se acercó cabizbajo, Tiago silbó algo entre dientes que sonó a 'patético' ganándose un coscorrón de parte de Astoria.

—Oye, Sam. –dijo Jacob rascando su nuca nervioso:- Paul acaba de decirme que, uh, Pansy se llevó a Luna y Leah…

— ¿A dónde? –preguntó él con un mal presentimiento azotándolo.

—No sabe. –respondió Jacob incomodo por la mirada que Sam le envió. El Alpha empezó a temblar…

—Yo sé donde fueron. –intervino Astoria antes de darle una palmada a Tiago que le hacía morisquetas a Brady:- Hoy es el cumpleaños de Theo y van a celebrarlo.

—Sí. Lo harán en mi casa.

—Bueno, lo harían en tu casa. –dijo Astoria encogiéndose de hombros:- Theo cambió los planes, no puede salir de Londres por su trabajo así que les pidió a Blaise y Pansy que vinieran por Luna….

Sam gruñó y dejó de luchar con la transformación, Tiago se plantó frente a Astoria, cubriéndola, y él lo agradeció porque si no hubiese terminado haciéndole daño a la pobre chica. Y ella no tenía nada que ver.

Todo el problema era por culpa de Theodore Nott.

Los chicos trataron de ayudarlo, de calmarlo, pero sus pensamientos era una masa de resentimiento y celos. Correr lo ayudaría a despejar su cabeza. Luego volvería a casa y esperaría a su imprenta.

Tendrían una charla civilizada y luego se terminarían los problemas…

Ojalá fuese así de fácil.

[*]

Leah miró curiosa como Theo abrazaba con fuerza a Luna y besaba su mejilla mirándole con adoración. No podía sacarse de encima el sentimiento de estarse perdiendo algo. Él acarició fugazmente su cabello antes de abalanzarse sobre las galletas que traía la rubia.

—Theo, deja para el resto…

—Es mi cumpleaños. Las galletas son mías. La tarta es mía. –interrumpió él sonriendo de forma casual, Pansy suspiró y colocó sus brazos en jarras.

—Jodido bastardo egoísta. –espetó antes de girarse y mirar a Blaise de forma reprobadora.- ¿Por qué es nuestro amigo?

—Perché prima abbiamo avuto uno peggiore.* [Porque antes teníamos uno peor] –dijo Blaise sonriendo ampliamente. Leah le miró interrogante, pero él volvió a ignorarla.

—Cierto. –dijo Pansy alzando sus brazos y recostándose contra Leah:- Malfoy es un hijo de puta, pero dios, que sexy era. Y follaba…

—Demasiada información –dijo Leah sonriendo.

—Oh, amor, vives con dos tíos. Apuesto que follas con los dos. ¿Por qué sientes vergüenza por mis comentarios? –preguntó Pansy divertida, luego bufó y señaló a Luna quien hablaba amenamente con Theodore quien se comía las galletas sin sacarle la mirada de encima:- Está hecho, estamos fuera.

— ¿Uh?

—Ellos se pierden en su propio mundo y cuando sucede, tenemos tiempo fuera. –explicó Pansy quitándose los zapatos y estirando su espalda:- ¿Qué tal si elijen una película mientras voy a robar un vino y asalto la despensa de Theo?

—Sí. Esa es una idea genial –dijo Leah sonriendo como tiburón, Blaise abrió su boca para negarse pero Pansy ya había desaparecido:- Muy buena idea de hecho. ¿Cuándo vas a dejar de comportarte como un capullo?

—Leah-

—Mira, Blaise, eres importante para mí. Eres parte de mi familia. Jodido imbécil, te quiero de padrino de Victoria a pesar de las quejas de Bill. –espetó Leah estrechando sus ojos e ignorando el horror en el rostro del chico al ver las lágrimas que se deslizaban por su rostro:- Llevas semanas ignorándome.

—Lo siento. –dijo él secando las lágrimas de Leah y suspirando:- No creí que te estaba haciendo tanto daño.

—Agradece que no acepte que te dieran una patada.

—Weasley y sus formas de resolver los problemas. –dijo Blaise colocando sus ojos en blanco.

—En realidad la que ofreció la patada fue Pansy –susurró Leah mordiendo su labio y luchando por parecer inocente, Blaise rió y le desordenó el cabello.

—No se lo digas, pero la última vez que me derrotó en una batalla fue porque me rendí.

— ¡No! ¡Jodido italiano hijo de puta! ¡¿Cómo que te rendiste?! ¡Pelea! ¡Ahora!

Leah rió divertida y aliviada, viendo como Pansy movía su varita bajo la nariz de Blaise quien suspiró y miró el cielo.

—Merlín, ayúdame a soportar sus arranques hormonales.

—Es mejor verlos pelear que una película.

—Termina como una porno –dijo Pansy mirando de forma sugestiva a Blaise, guiñándole un ojo, él rió y Leah no pudo evitar también estallar en carcajadas.

—Son tan pervertidos. –dijo Leah colocando sus ojos en blanco.

— ¡Ja! Habla la señorita que comparte cama con dos chicos de forma permanente.

— ¿Cómo está Victoria? –preguntó Luna sacándoles del ambiente juguetón, Theodore seguía comiendo galletas, mirándoles pensativo.

—Está muy bien. Es una niña estupenda. Casi no llora. –dijo Leah de forma soñadora:- Es una cosita exquisita.

—Me alegro por ustedes, Leah. –dijo Theodore antes de golpear la oreja de Luna y sonreír:- Conseguí más aros para ti.

Leah vio boquiabierta como Luna empezaba a saltar emocionada y corría tras el chico, Pansy hizo una mueca y negó con un 'no preguntes' la cambia forma dejó zanjado el tema.

—Aza. –dijo Blaise chasqueando sus dedos, inmediatamente después apareció un pequeño ser. Leah nunca había visto algo como eso. Parecía un duende, pero no lo era…:- Aza, prepara una torta de chocolate y trae la pasta que preparaste en la mañana.

—Aza hará lo que el amo ordene. –dijo el ser con voz estridente, su cabeza baja y sus orejas pegadas a su cabeza y luego, él miró hacia Pansy:- Aza se alegra de ver bien a la joven ama.

—Largo Aza –dijo Pansy con las mejillas ligeramente rojas, el extraño ser desapareció rápidamente, Leah miró a Pansy con sorpresa.

— ¿Qué era... eso?

—Un elfo domestico. –dijo Blaise divertido por la consternación de la chica:- ¿Los Weasleys no tienen uno?

—Blaise. –dijo Pansy ligeramente divertida, él alzó las manos y Leah estrechó sus ojos.

—Sé que me pierdo de algo.

—Los Weasley no se pueden permitir un elfo domestico. Ellos son pobres y eso… uh... Leah, te daré un elfo domestico de regalo.

— ¿qué? No. No quiero. –dijo Leah horrorizada:- Es… no. No quiero.

—Bueno, al menos ella no saltó gritando por sus derechos –dijo Blaise ondeando su mano:- porque Granger… tks, eso sería otra historia.

—Sigo perdiéndome cosas. –reclamó Leah.

—Hermione creó una organización contra el maltrato de los elfos domésticos porque en las familias sangres puras son bastantes explotados. –explicó Pansy, Luna irrumpió en la habitación con sus brazos llenos de cosas.

—Theo no comprende que cuando está de cumpleaños, él es quien recibe regalos. –dijo ella antes de sonreír ampliamente:- ¿Qué tal si cantamos ahora?

— ¿No esperamos a nadie más? –preguntó Leah sorprendida.

— ¿Ah? No. –dijo Luna aturdida.- Este año somos más de los usuales.

—Ouch. –dijo Blaise haciendo un teatral gesto, como si le apuñalaran:- Cuida tu lengua, Luna, si no supiera que eres tan dulce creería que dices esos comentarios a propósito.

— ¿Ah? –preguntó Luna ladeando su cabeza. Pansy rió y luego negó.

—Ignora a Blaise, Luna. ¿Dónde se fue el cumpleañero?

— ¡Oh! –exclamó Luna repentinamente pareciendo horrorizada y entornó sus ojos:- ¡Theodore Nott! ¡Te dije que el pastel es para todos!

Leah se sorprendió al oír sus risas y los jadeos nerviosos de Luna y el frenético 'Noooo' seguido por carcajadas desesperadas. Cuando ambos salieron con el pelo revuelto y los ojos encendidos, supo que esto traería muchos problemas en la relación con Sam.

[*]

— ¿Dónde estabas?

Luna chilló, sorprendida y luego suspiró al ver a Sam, le envió una amplia sonrisa y luego besó el borde de sus labios. Él gruñó, sobresaltándola.

— ¿Dónde estabas? –repitió él furioso.

—En Londres. Pansy dijo que Astoria te diría… -dijo Luna sorprendida por el arrebato de Sam.

—Deberías haberme dicho tú, no una de tus amigas.

—Lo siento.

Él abrió la boca y luego la cerró antes de bufar y pasar una mano por su rostro:- Vamos a acostarnos.

— ¿Sam? ¿Quieres decirme algo?

—Te espero en la cama. Dúchate. –ordenó él antes de desfilar hacia la habitación.

Irse a la cama enojado no soluciona nada a Luna le hubiese gustado decirle aquello a Sam pero se limitó a ir a la cocina y sacar las galletas que había dejado en el horno, las dejó en un canastillo y luego fue a la ducha. No sentía ni un olor extraño, pero el olfato de los cambia forma era bastante sobre desarrollado así que quizás si tenía un mal olor encima.

Hubiese preferido bañarse en la mañana con el frío sol contra su piel.

Cuando llegó a la cama y Sam se mantuvo lejos, ella empezó a comprender que quizás su enojo no era tan solo por haberse marchado sin avisar.

Suspiró, esperando que el sueño lograra llevarse la pelea

—Buenos días, Sam, preparé panqueques. –dijo Luna sonriendo ligeramente, él besó su mejilla y se sentó mientras ella le servía:- ¿Leche o café?

—Café. –dijo él de forma cortante. La sonrisa de Luna se desvaneció y soltando un suspiro sirvió café para Sam.- ¿Qué lees?

—Oh, no, no estoy leyendo. Es un libro de runas que Theo me pidió que le entregara a Hermione, necesita su opinión.

—Debería entregárselo él. Por chimenea. –dijo Sam con brusquedad, al ver que ella simplemente se encogía de hombros suspiró:- Lindos aros.

—Gracias. Me los dio Theodore.

Sam frunció su ceño y luchó con las ganas de transformarse en ese mismo instante, Luna dejó sobre el pequeño mesón su taza de raras infusiones y lo miró con la cabeza ladeada y sus ojos ligeramente estrechos.

— ¿Qué es lo que tanto te está molestando, Sam?

—Todo el maldito día hablas de él –gruñó él como respuesta, Luna parpadeó lentamente y asintió:- Quiero que dejes de hablar de Theodore.

Ella abrió sus ojos de forma desmesurada, su cuerpo se tensó y la incredulidad llenó el comedor. Sam se obligó a no sentirse culpable por la mirada desolada de Luna y se repitió incontables veces que esa era la decisión correcta era ese estúpido chico el que estaba arruinando las coas entre ellos.

Hubo un largo silencio en que ella bebió otro sorbo de su infusión y clavó sus ojos en la ventana.

—Las amenazas son el primer síntoma que indica que una relación no va bien.

— ¿Qué?

—Piénsalo, Samuel, porque pedirme que deje de lado a Theo es como pedirte que no vuelvas a transformarte –indicó ella con suavidad antes de hacer un movimiento con su varita que levitó la taza hasta el lavaplatos y desaparecer sin más explicaciones.

Sam se dejó caer sobre el sillón que crujió bajo su peso y cubrió su rostro sintiéndose miserable.

[*]

Luna hundió sus hombros cerrando sus ojos con desesperación, sus amigas continuaron charlando de forma animada sin notar su angustia. No importaba, porque en el fondo ella siempre estaba sola, todos estaban demasiado sumergidos en sus propios mundos como para notar que ella se estaba derrumbando.

En silencio se deslizó hacia el patio y cuando estaba en el límite del bosque se preguntó que estaría haciendo Sam en ese instante. Llevaba tan solo un par de horas sin verlo pero parecía una eternidad. Apoyó su mano sobre el frío vidrio y cerró sus ojos.

Alguien tocó su hombro, sobresaltada se giró, pensando que se trataba de Sam, pero se encontró de frente con Theodore Nott. Ella abrió su boca sorprendida y él simplemente la trajo hacia sus brazos.

—Sabía que no estabas bien –explicó levemente. Ella se hundió en ese abrazo y suspiró.

—Peleamos por ti. –susurró con torpeza.

— ¿Por mi? ¿Qué? ¿Mi increíble belleza eclipsó a tu novio? –bromeó Theo empujando su cabello castaño y meneando sus cejas.

—Él cree que tú y yo tenemos algo. –dijo Luna sin poder sentirse alegre.

—Luna, nosotros tenemos algo. –susurró Theo aun abrazándola.

Hubo un fuerte chasquido, ramas rompiéndose, y entonces Sam con su forma de lobo se plantó frente a ellos. Luna entornó sus ojos y Theodore se separó con rapidez de ella.

—Espera, deja que ella te explique… -dijo Theodore, pero Luna supo que Sam no escucharía incluso antes que saltara sobre su amigo, gruñendo, con el pelaje erizado.

— ¡NO! ¡No le hagas daño! –gritó Luna desesperada:- Sam, por Merlín, suelta a Theodore.

Sam gruñó antes de enterrar sus garras en el pecho del chico, luego alzó su cabeza soltando un aullido triunfal. Luna lo empujó y sorpresivamente logró que Sam se alejara, ella se arrodillo al lado del pálido castaño y sollozó:- Oh, Merlín, Theo.

—Está bien, Luna. –susurró Theodore pálido, apretando la herida que sangraba de forma excesiva:- Estoy bien.

Pero por mucho que lo repitiera, ella no fue capaz de creerlo. Sam se tambaleó, cambiando rápidamente a su forma humana y miró la escena horrorizado.

—Luna yo…Luna… Lo siento. –susurró Sam, aturdido, sin poder quitar su mirada de sus manos ensangrentadas:- Déjame llevarlo a un hospital.

— ¡No, Sam! No te acerques. –dijo Luna sollozando.- no te acerques. Ve por Ginny y dile que se apresure. No vuelvas, Sam.

—Luna, te lo juro, no sé qué pasó… No quería hacerle daño… Por dios, perdóname.

— ¡Ve por Ginny, Sam! –gritó Luna mientras le daba ligeras palmadas en el rostro a Theo:- No te desmayes, Theo.

—Cierra la herida.

—No soy curadora. –susurró ella desesperada:- puedes tener algún órgano dañado y…

Sam no siguió escuchando él corrió a buscar ayuda, y con cada paso que daba lejos de Luna, sabía que la estaba perdiendo. Pareció una eternidad llegar a la casa a pesar de estar solo a un par de minutos, la conversación y risa murió al ver la sangre en las manos de Sam.

—Luna…

— ¡Oh por Merlín! –gritó Hermione horrorizada con una mano en su barriga.

— ¡¿qué hiciste Sam?! –preguntó Ginny levantándose de un salto.

— ¡habla! –exclamó Astoria apuntándole con su varita.

—Theodore. Dañe a Theodore. Él necesita ayuda. –dijo Sam aturdido, Ginny salió corriendo gritando el nombre de Luna quien rápidamente respondió.

—Ve a tu casa, Sam. –sugirió Lavander con frialdad antes de seguir a Hermione diciéndole que no se agitara en exceso.

Sam suspiró temblorosamente y luego salió detrás de las chicas, Ginny estaba reclinada sobre Theodore, Luna sostenía su mano y sollozaba, Astoria y Pansy estaban a su lado, susurrando que se calmara. Hermione suspiró temblorosamente.

—Lavander, corre a casa y contáctate con Harry. Dile que lo necesito de forma urgente.

— ¿Qué sucede? –preguntó Astoria con voz pastosa.

—No puedo cerrar las heridas. –dijo Ginny negando lentamente:- Lo siento, no puedo hacer nada. Hay que llevarlo a San Mungo, tienen que darle una poción que reponga los tejidos y necesita sangre con urgencia.

—Lu… Luna… -susurró Theodore sin aliento, ella sollozó y le suplicó que no gastara más energía:- r-recuerda… la promesa.

—No te morirás, Theo –susurró Luna sosteniendo el rostro del chico y negando:- No te morirás.

— ¡Hermione!

—Estoy bien, Harry, es Theodore. Theodore Nott. Lo atacó… un lobo. –dijo Hermione de forma apresurada:- ayuda a Ginny. Necesita llevarlo a San Mungo.

—Luna…

— ¡Te dije que te fueras! –gritó Luna sin despegar sus ojos de Theodore, Ginny apareció una camilla y la alzó ligeramente mientras le susurraba a Harry que tomara la cabeza del chico y que no la soltara:- Te odio, Sam.

Estamos listos para partir. –informó Ginny.- Allá nos vemos, chicas.

Paul, haz que Sam se calme.

Sam oyó la voz de Hermione como un eco lejano, alguien apoyó la mano sobre su hombro y lo meció ligeramente diciendo que mejor regresara más tarde, cuando las cosas se tranquilizaran. Sin embargo, Sam tenía una certeza: Nada se iba a tranquilizar.

Te odio, Sam.

Acababa de perder a su imprenta.

Te odio, Sam.

¿O quizás nunca la tuvo?