DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen, son exclusivos de su creador Thomas Astruc. La historia es completamente de mi autoría.
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A tu vuelta.
Capítulo 1.
"Recuerdo que a mis trece años me había enamorado por primera vez… a mí no me desagradaban los chicos, pero tampoco había despertado en mí, ese particular, interés por ellos…"
"Él, en especial, era lindo, pero era amigo de mi enemiga y si podía ser amigo de una niña tan odiosa, eso significaba que él era igual o peor que ella… Me equivoqué… Llovía fuertemente y yo no traía un paraguas, amablemente me ofreció el suyo y me habló sobre que él no había hecho la broma de la goma de mascar en mí asiento. Era sincero, se notaba en su rostro y que además se sentía mal por ello, por la travesura de su amiga. No sabía si sus jades fueron los que me habían hipnotizado o sus palabras ya que su voz causaba ese efecto en mí. Lo que, si sabía, a ciencia cierta, es que mi corazón latía incesante hasta hacer adolecer mí pecho. Estaba estática e inclusive me volví completamente torpe y tartamudeaba…pero fue su risa la que me invito a enamorarme perdidamente de él…"
"… Recuerdo la época donde Chat Noir y yo -siendo Ladybug- combatíamos el crimen, era genial y muy divertido, aunque a veces se tornara peligroso, aunque ese gato fuera un coqueto, pero él causaba algo en mí, quizás interés quizá atracción. Estábamos iniciando la adolescencia era normal que las hormonas revolucionaran, pero yo era fiel a mi amor por Adrien."
"Éramos Rena Rouge, Queen Bee y yo luchando contra las akumas, contra Hawk Moth, contra el mal. Nos hicimos buenas amigas aún hoy en día aun sin conocer realmente a las chicas detrás de la máscara, pero existía un vínculo que no lo podía quebrar nada. Las apreciaba mucho, pero no estaba completa sin Chat Noir, no pude volver a comunicarme con él ni saber de él… aunque en realidad ¿qué sabia de él?"
"Adrien aún estaba conmigo, a pesar de la falta de Chat, él estaba ahí y eso me hacía sentirme fuerte. Un día, sin saber de dónde, saque el valor suficiente para invitar a Adrien a ir a un pequeño festival de invierno que se estaba realizando en el parque central, recuerdo que me dijo hora y lugar mientras se despedía con una sonrisa, no estaba segura si eso era un sí, pero yo de igual manera estaba feliz"
"Adrien nunca llegó… y aunque quise llamarlo, no me atreví y así pasaron las vacaciones de invierno, Adrien nunca volvió…"
"Fue así que de la noche a la mañana Chat me había dejado y Adrien se habían ido y yo estaba sola…un día sin más ambos habían desaparecido…"
"Con 16 años estoy en mi primer año de bachillerato en el liceo… Todos hemos crecido y aun a pesar de los cambios, sigo siendo ladybug, aunque Hawk Moth estos últimos meses haya cedido un poco, nunca bajó la guardia… y en este tiempo que he podido descansar, he pensado más en los dos chicos que ocuparon mi corazón de manera permanente"
—Marinette —Exclamó Alya— ¿Qué te pasa?
—¿eh?
—Estás distraída, amiga —dijo con su sonrisa habitual— Es hora del almuerzo.
—¡Tan rápido! —Se le había pasado el tiempo volando mientras estaba sumida en sus pensamientos— tendré que ir a la tienda, hoy no he traído nada para comer. —sin pensarlo dos veces, tomó su billetera y empezó a correr rumbo al cafetín del liceo, sabiendo que a esa hora ya debía estar lleno y esperaba encontrar algo de su gusto.
—Marinette, espera… —era demasiado tarde, su amiga ya ni se podía ver, esperaba que no se tropezara en su carrera. Tomó sus cosas y empezó a andar hacia el cafetín.
Había comprado un poco, bueno quizás demasiado, pero ese día especialmente, tenía mucha hambre puesto que el día anterior no había cenado, porque el sueño y los recuerdos sobre su primer amor pudieron con ella.
No podía ni siquiera esperar a llegar con su mejor amiga, cuando ya estaba comiendo un poco de un croissant, estaba delicioso, pero no mejor que los de su padre, de eso estaba segura.
Debía olvidar de una vez por todas a Adrien, se repetía constantemente que como sea debía dejarlo atrás. pero le era muy difícil. Aunque su razón le decía que ya era hora de dejar todo en el pasado y enfrascarse en su presente para así guiar sabiamente su futuro, y no seguir soñando despierta, su corazón aun latía, murmurando suavemente su nombre y apellido y poco a poco, con acuarelas, en su mente pintaba, con suaves retazos, una brillante cabellera rubia y unos jades que te atrapaban y no te soltarían jamás, además de esa suave y dulce sonrisa que siempre lo caracterizo.
Sintió el golpe al chocar con una persona, su croissant había caído y ni siquiera pudo reaccionar, sus reflejos fueron lentos pero la disculpa de su boca salió fuerte y clara.
—Esto es tuyo —Dijo entregándole su alimento.
Ella solo atino a tomarlo rápidamente y disculparse nuevamente pero el joven ya había avanzado en dirección contraria a la de ella, cuando volteó para poder verlo mejor, solo observaba su espalda, una ancha espalda, de cabellera rubia y alta estatura….
—Marinette andas muy distraída ¿estás bien? Vi que chocaste con un chico…. Marinette
—Alya discúlpame —le dio lo que había comprado y se volvió para correr detrás del chico que acababa de ayudarla.
No sabía separar lo real de lo irreal, algunas veces. Podía ser que su imaginación le jugara una broma, pero su vista había captado bien ese rostro, al menos eso quería creer. Sus pensamientos estaban dirigidos hacia una persona en específico y es normal que lo confundiera, pero debía estar completamente segura.
—Adrien —lo llamo por su nombre mientras se posicionaba frente al rubio.
Y lo observo, levemente diferente a su primer amor, sus ojos eran verdes y su cabello rubio, pero su rostro era más varonil y no sonreía su expresión era algo intimidante y analítica, no había calidez en su mirada.
—Lo si…siento —tartamudeó, como no había hecho en mucho tiempo— Te confundí con alguien… —empezó a jugar nerviosa con sus dedos, avergonzada por haberlo confundido, se parecían mucho físicamente, pero esa mirada tan fría no podía ser de él, y ahora que lo observaba bien, quizás había muchas diferencias, ellos no habían crecido tanto ¿o sí? — por cierto, gracias por lo de hace un momento… —Dijo aun sonrojada, dejando de analizarlo al sentirse descubierta por el joven, que la veía con una ceja alzada. —bueno, ya me voy… —Dijo volviendo a tomar camino hacia su destino inicial. Deseando que la tierra la tragara.
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—Marinette, no puedo creer que aun pienses en Adrien
—Shhhh, baja la voz.
—Pero, es que ha pasado ya algún tiempo, ¿tres años quizá?
—Lo sé, pero es algo…
—Alya —Habló una varonil voz, mientras se acercaba a besar a la chica.
—Disculpa Marinette, no podré acompañarte, le prometí a Nino que iría con él a comprar unas cuantas cosas —dijo apenada mientras se disculpaba. —pero, de que esta noche me cuentas todo, que me lo cuentas. Lo juro.
—lo siento Marinette, no quería arruinar su charla —se disculpó el moreno con cierto nerviosismo.
—Ustedes tranquilos, que vayan bien, adiós. —Fue la primera en salir y así dejar solos a los tortolos. Pensar en esos dos, la hacía sonreír puesto que para que su amiga aceptara sus sentimientos había sido toda una Odisea.
Se percató que delante de ella iba alguien y al ver que se trataba el rubio que había "conocido" más temprano los nervios se hicieron presente y más aún cuando este la observaba fijamente.
—Juro que no te estoy siguiendo, solo voy por el mismo camino —gritó nerviosa mientras se detenía.
El chico sonreía de manera divertida —¿acaso se burlaba de ella? — y siguió su andar sin decir ni una sola palabra, y ella hizo lo mismo pero el color rojo se había apoderado de su rostro, no podía creer lo que acaba de decir, si no quería parecer una acosadora, pero ahora solo parecía una loca.
El chico giro hacia la derecha y apresuró un poco el paso, cosa que alerto los sentidos de la ojiazul, ese camino llevaba a casa de Adrien, eso no podía ser otra coincidencia. Lo siguió sin pensarlo realmente, él estaba apoyado en una pared con las manos en los bolsillos y le sonreía mientras la esperaba…
—Yo… —No sabía que decir realmente.
—¿Vives por acá, también? —sonó un poco sarcástico, y muy a gusto con la situación.
—No —confesó, sin verlo a los ojos y con su rostro hirviendo. —Simplemente creí que de verdad eras Adrien —bajó su rostro y soltó un suspiro de derrota —como sea… —se dio la vuelta con la frente en alto, tratando de mantener la poca dignidad que le quedaba y se iba a casa.
—Vaya Marinette, tardaste mucho en reconocerme…
Sus pasos se detuvieron y giro levemente para observarlo, con una clara expresión de confusión y sorpresa.
—¿Eh? —Fue lo único que salió de su boca, mientras su mente ataba cabos, esa voz tan profunda y grave había causado estragos en ella, pero no era del todo familiar.
—Desde el primer día en este liceo te reconocí, pero tú ni me habías notado —dijo con una sonrisa ladina.
—¿Adrien? —Preguntó la pelinegra nuevamente, pasa así asegurarse de que no era una ilusión y que además ese chico tan serio y triste era el mismo del que ella se había enamorado tiempo atrás.
—Adrien Agreste. Ese mismo. —Se miraba divertido con la confusión de la chica, pero pese a todo, la nostalgia invadía su ser. Sin saber las emociones que se escondían en el pecho de la muchacha frente a él.
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Bueno, no creo que sea el mejor "primer capitulo" que haya escrito, pero lo hice a las 2 am con las luces apagadas, con muchos deberes encima y por si fuera poco estoy muy enferma y ningún doctor sabe que es mi padecimiento.
Muchas querían una segunda parte de mi One-shot "Ojos" (Les anexo el Link: s/12349379/1/Ojos ) pero la verdad solo surgió esa idea de... no se... de la nada. No tenía preparado nada para una segunda parte y les juro que traté de escribirlo y simplemente no salia, arruinaría mi primer fanfic de este fandom... well, al final se me ocurrió este fic.
ACLARO: constara, a lo mucho, de 20 capítulos y un epilogo. A oartir del siguiente, los capítulos serán más largos.
Otra cosa, no me odien por cambiar un poco la actitud de Adrien, el cálido y dulce Agreste esta en su interior solo es cuestión de tiempo para que aparezca, Tranquilas.
Bueno sin mas que decir, Adiós y nos leemos pronto
