Han pasado seis años desde que Candy descubrió la verdadera identidad de su príncipe de la colina, ¿Quién diría que su querido protector, su tío abuelo, su amigo Albert, también fue su primer amor?, era muy joven en ese entonces, pero sabia que Albert. Como su príncipe siempre le había inculcado el valor para seguir adelante.

Durante esos seis años habían pasado muchas cosas, sabiendo que en Chicago ningún hospital le Daria trabajo decidió poner un pequeño hospital a lado del hogar de Pony con apoyo de Albert, de esa manera podría ayudar a sus amadas madres, el doctor Martín había parado en Lakewood, ahora estaba recuperado totalmente de su alcoholismo y tenia una buena reputación en el poblado, los niños le querían mucho, incluso lo veían como el papá de todos ellos, Candy era mas bien la hermana mayor, siempre sonriendo y "siendo la jefe" de todos…

-oe… - una voz la saco de sus pensamientos

-dime Kasy?- pregunto la joven enfermera al ver a la pequeña llegar, era simplemente adorable, esa niña era como una hija para ella, aun recordaba como había llegado al hogar de Pony, fue una noche de invierno al igual que ella, la chiquilla lloraba a todo pulmón, fue Candy quien la había escuchado, era noche vieja y se sentía terriblemente triste, esa fecha siempre le recordaba cuando había conocido a Terry, en busca de apaciguar su dolido corazón, la pecosa salio a tomar un poco de aire para que sus pensamientos se refrescaran, lejos de hacerlo salio peor, recordaba que en una noche de nevada como esa había perdido a su gran amor, lo había dejado en brazos de otra mujer, entre su dolor la pecosa había alcanzado a escuchar un llanto infantil, corrió con todas sus fuerzas hacia donde lo había escuchado, y ahí estaba, sus ojitos color cielo y su cabello castaño claro la habían hechizado desde el primer momento, con manos temblorosas la había tomado en brazos, y ante ese contacto la pequeña había dejado de llorar sonriéndole a la pecosa, ese día la niña había encontrado a quien Daria su vida por ella y Candy quien aliviara el dolor de su corazón

-Mamá Candy, Sara se cayó y no puede mover su piecito, dice el doctor martín que le lleves el botiquín de los primeros auxilios, ¡rápido mami!

-enseguida voy- la joven enfermera había dejado de ser una adolescente, ahora era toda una mujer, el uniforme blanco le sentaba perfecto, su cabello había dejado las coletas cuatro años atrás, cuando la pequeña Kasy cumpliera la edad de dos años según apreciación de Candy y las buenas mujeres que se habían hecho cargo del hogar, la chica ahora tenia el cabello sujeto en una media coleta, sus rebeldes rizos caían como cascada por su espalda y hombros, aunque por lo regular durante las horas de trabajo siempre lo llevaba recogido en una coleta alta

-¿Cómo se callo Sara?- pregunto la pecosa mientras caminaba rápidamente hasta donde la conducía la niña

-estábamos jugando en la nieve y Petter nos invito a jugar con su trineo- declaro la niña- Sara no se sostuvo con fuerza y…

-y se cayó del trineo, les eh dicho que no jueguen de esa manera es muy peligroso- reto la enfermera- y ahora ve las consecuencias, espero que Sara no se allá fracturado el pie- en eso estaban cuando llegaron a lado del doctor Martín

-Doctor, ¿Cómo esta Sara?- pregunto con preocupación la pecosa

-tranquilízate Candy, solo fue una torcedura, con un día de descanso estará bien- dijo le doctor tomando algunas vendas del botiquín y comenzando a vendar a la pequeña

-menos mal… Petter!- lamo la pecosa al chiquillo mas travieso de la pandilla del hogar de pony

-¡yo no fui Jefa!- se defendió el niño de cabellos rubios y ojos marrones

-¿pero era tu trineo o no?, Petter, comprende, eres uno de los mas grandecitos del hogar, debes cuidar a tus hermanitos menores- dijo la pecosa con serio tono

-lo se Jefa, perdón- se sonrojo el rubio

-que no se vuelva a repetir, tienes suerte que la hermana María y la señorita Pony fueran al pueblo en busca de donaciones.

-Candy, cada día te pareces mas a la hermana María en lo regañona- dijo el Medico- te recuerdo que hasta hace seis años tu eras idéntico a ellos- rió de buena gana el doctor

-por favor doctor Martín, no diga eso que me resta autoridad- se molesto la pecosa a lo que todos los niños comenzaron a reír

- bueno chicos, hora de regresar al hogar, que hagan sus lecciones en lo que yo preparo la comida- dijo Candy como toda una maestra de ese hogar- Todos en fila y marchando, uno, dos, uno , dos- dijo la pecosa mientras los niños caminaban rumbo al hogar

-jejejeje eres muy buena para esto Candy- sonrió el doctor

-bueno, eh vivido toda mi vida en este lugar… es verdad me eh ido, pero siempre termino volviendo donde mis dos madres- sonrió la pecosa

-si lo se… pero Candy, debes pensar en tu vida

-¿perdón?- dijo la pecosa entendiendo a donde se encaminaba la platica

-sabes a que me refiero Candy, vas a cumplir 23 y no es secreto que la señora Andrew este a punto de un colapso por no desear contraer matrimonio- declaro el doctor

-solo no eh encontrado al adecuado doctor Martín- se excuso la pecosa

-vamos a ver… fue el conde de Yerald, Sir Alfonsn Mc grall, Pierre de Bubua, Alfonsn Hedrick- dijo el hombre enumerando los diferentes pretendiente que había tenido la pecosa

-basta doctor- dijo la pecosa- tenían muchos defectos- dijo la pecosa uniendo sus índices con vergüenza

-¿Cómo? Yeral era un conde joven apuesto educado y que estaba perdido por ti, a pesar de su posición en la corona de Francia era sencillo y humilde, al punto de pasar la navidad aquí en el hogar de Pony solo por estar a tu lado, Mc Grall, era descendiente de los ducados españoles e ingleses joven, estudioso, amable y caballeroso, Pierre , era Barón de Francia lo se ya no era tan joven pero 10 años no son mucha diferencia, aun así era atento educado y con muy buen gusto, y Alfonsn Hedrick era un empresario exitoso, amable libre y culto, inteligente y estaba que cacheteaba las banquetas por ti… si, definitivamente tenían muchos defectos- dijo el doctor mirando retadoramente a Candy

-no eran mi tipo- dijo mas apenada la pecosa

-no Candy, desafortunadamente- la miro con tristeza- crees que tu tipo son Actores ce Broadway con el cabello castaño y ojos azul mar- declaro el doctor sabia que eso le dolería a Candy pero tenia que decírselo

-Por favor doctor Martín- la pecosa bajo la mirada

-Candy, el debí casarse hace ya seis años y debe tener una familia, la misma que tu deberías haber formado hace mucho, Candy por favor, no dejes ir tu vida por un amor imposible- le dijo el hombre de manera partenal a la enfermera

-esa noche de invierno- dijo la pecosa derramando lagrimas- esa noche la nieve congelo mi corazón impidiéndole volver amar Doctor… con permiso, iré a preparar la cena- sin mas la joven pecosa se dirige hacia la casa pony

New York Broadway….

-Terry ¿me estas escuchando?- pregunto su compañera de escena Karen Klise

-¿perdón?, ah si, te escucho

-dios mío estas como en otro mundo- dijo la mujer bufando molesta

-lo siento Karen, esta estación no es una de mis favoritas… detesto la nieve- dijo el chico mirando por la ventana

-si es fácil culpar al clima de nuestra idiotez

-¡Karen!- dijo el castaño sabiendo lo que vendría

-entiende Terry no fue tu culpa, los doctores habían sido bien claros y Susana se aferro, la muerte de tu hijo y tu esposa no son tu culpa, de antemano Susana sabia que era un embarazo muy arriesgado- dijo Karen- han pasado cuatro años desde eso Terry, supéralo- dijo la mujer mirándolo con preocupación

-no solo es eso Karen, estas fechas traen muchos recuerdos amargos, la muerte de Susana y mi hijo son solo dos de ellos- declaro el Actor

-es difícil Terry pero debes concentrarte en la obra- dijo la mujer con tristeza

-Otelo… hoy es la última presentación- declaro el actor

-si, y de ahí unas merecidas vacaciones de dos meses, nos vemos hasta febrero, dios me iré a broncear a Florida con mi tío…¿tu que harás Terry?..- pregunto la Actriz casualmente intentando sacar a el actor de su tristeza

-no lo se, tal vez vuelva a Inglaterra… aunque no se a que, mi padre no me querrá ver, hace mas de siete años que no se nada de el… y mi madre esta de gira, talvez la alcance en alguna de las ciudades donde se presente

-de vacaciones e iras al teatro?... sabia que eras raro pero no tanto

-¿tienes una mejor idea?- pegunto el castaño levantando su ceja con algo de molestia

-podrías ir a Chicago- dijo la actriz haciendo que el castaño abriera los ojos muy grande

-¿Qué tendría que hacer yo en Chicago?- respondió molesto el actor

-bueno, no lo se… dicen que el lago Michigan es hermoso en esta temporada del año… nos vemos mas tarde en los ensayos Terry- sin mas la actriz se va del lugar

-Chicago… como volver ahí cuando se que ahora me es ajena… que ahora es la mujer del que creía que era mi mejor amigo… como si mi pecosa ya no es libre- sus ojos se cerraron con fuerza al recordar los sesos de hacia apenas dos años…

-soy un idiota…¿Qué hago aquí?, en cuanto Candy me vea… idiota- se decía el castaño mientras veía la mansión de los Andrew

-Terrence?- se escucho una voz tras el, esa voz que Terry jamás olvidaría, y no era por que le fuera muy grata, sino que le recordaba el inicio de sus desgracias, si no hubiese sido por la dueña de esa voz, el jamás se abría separado de su pecosa

-Elisa leagan… cuanto tiempo- dijo desdeñosamente el castaño

-¡oh! Terry querido, que detalle tuyo haber venido a visitarme- dijo ella con coquetería, había crecido un poco, era delgada y hermosa, lastima que tenia el alma podrida

-lamento desilusionarle señorita, pero no eh venido a visitarte- dijo el castaño molesto por la petulancia de la pelirroja de ojos marrones, ¿Qué ya se le había olvidado todo lo que le había hecho a el y a Candy?

-no se a que mas vendrías, solo estamos en esta Casa la tía abuela y yo- dijo la mujer con una sonrisa

-podrías decirme donde encontrar a Candy- dijo exponiendo su interés, el cerebro de Leagan había madurado en maldad, sus panes maléficos se formaban a la velocidad de la luz y sus dotes de actriz tal vez eran mejores que las de el chico frente a ella

-¿a quien?... a si!- dijo con una sonrisa- la tía Andrew- sonrió con malicia notando el desconcierto de el castaño

-¿Cómo que tía?- dijo el castaño frunciendo el seño

-ay es que hace tanto que nadie en la familia le llama por su apelativo de soltera, se ah ganado el respeto de todos desde que se caso con el tío Williams- dijo la pelirroja sembrando la duda en el alma del castaño

-estas mintiendo, Candy, casada?

-si, ahora están viviendo en la mansión de Lakewood, no esta muy lejos de aquí, ellos y su hija está de vacaciones allá- sonrió con maldad

-su… hija…

-si te interesa esta es la dirección, si los vez mándales muchos saludos y cariños de mi parte al tío Albert y A SU ESPOSA, y a mi adorable primita Kasy- sin mas la mujer entra a la mansión- estúpido- sonrió triunfal la pelirroja

El viaje había sido arduo y pesado, pero mas pesado era el dolor en el corazón del aristócrata, no podía ser cierto, no lo creía, su mejor amigo no pudo haber desposado a la mujer que el amaba, no podía, al fin había llegado a Lakewood, llego hasta una mansión con un hermoso portal de rosas, ese aroma que recordaba de Candy, ahora entendía su fragancia

-Kasy…Kasy…¿Dónde estas?- se escucho la voz de la pecosa saliendo de la mansión, estaba hermosa a los ojos de Terry, su hermoso cabello suelto, cuantas veces había soñado con ver esa melena suelta? Ya no era una chiquilla su cuerpo era el de una mujer, ahora mas deseable y bella, sus movimientos eran mas gráciles y elegantes, y acompañada con esa nueva moda que ahora les permitía a las mujeres usar esos vestidos cortos, se veía espectacular- Kasy, ven aquí tenemos que ir con la señorita Pony, se nos esta haciendo tarde- dijo la pecosa mientras caminaba por el jardín

-¡bu!- salto una pequeña de cabellos dorados y ojos azules

-Kasidi!- regaño la pecosa- mira como termino tu vestido, estas toda llena de barro- reprendio

-¿eh?... ay perdón mami es que estaba buscando una rosa amarilla para Papá- dijo la niña, Albert era el beneficiario del hogar y había ocupado el lugar del padre árbol entre los niños del hogar, ahora todos veían en el esa sombra protectora, lo mas parecido que tenían a un padre

- estoy segura que le encantara-dijo la pecosa mientras se agachaba para sacudir un poco el vestido de la niña

-¿pero que hermosas damas están en mi jardín?- se dejo escuchar la Voz de Albert que salía de la mansión- o acaso será que los espíritus de las rosas toman forma humana?

-¡papa!- grito la chiquilla mientras corría a brazos de Albert- mira lo que corte para ti-sonrió la pequeña

-que bella flor- dijo el hombre tomando la rosa, se parece a ti, por que tiene unas pequitas rojas

-oh oh… me han de haber salido por que estuve en el sol

-jajajajaja, así te pareces a tu madre- sonrió el rubio

-en serio?!- dijo feliz la niña mientras abría mucho los ojos- entonces me voy a asolear diario

-jajajajajaja-rieron de buena gana los dos rubios en compañía de la pequeña, mientras unos ojos color cielo miraban toda la escena y se le rompía el corazón en mil pedazos mal interpretando la escena, sin mas dio media vuelta y comenzó a caminar

-que bueno… que tu si cumpliste la promesa de ser feliz… mi pecosa… adiós, Candy- sin mas el joven se aleja con el corazón destrozado cayendo de nuevo en una trampa de Elisa impidiéndole ser feliz

-Maldita la hora en que esas luces se cayeron…- regresando a su tiempo real el castaño limpia sus lágrimas y se dirige al área de ensayos

-Terry… ¿Cómo estarás?- se preguntaba la pecosa mientras cocinaba- ¿seguro que tu pequeño hijo debe estar grande y fuerte- sonrió- hace casi cinco años leí en el periódico que Susana estaba embarazada… desde entonces ya no leo ni lo sociales ni los espectáculos del periódico- sonrió la pecosa

-Mami- dijo Kasy al entrar a la cocina- ¿quieres que te ayude a cocinar?- pregunto con alegría- ya termine mis deberes- sonrió

-jajaja, entonces ven aquí y ayúdame con esas legumbres- sonrió la pecosa mientras la niña se sentaba y ayudaba a su mama con la comida- "jamás tendré una familia propia, mi felicidad se fue con Terry y mis deseos de formar un hogar aun mas… pero, Kasy será esa hija que no tendré jamás con el… la hija que me hubiese gustado tener con Terry…

XD continuara… yo no entiendo pero es que esta idea me venia rondando la cabeza, gracia por leer