Prólogo
No lo podía creer, pensaba que eran mis amigos, pensaba que me querían, que confiaban en mí, pero tal parece que una chica a la que conocieron hace apenas unos meses atrás es mucho más importante que la "amiga" a la que conocen hace cinco años.
Ellos se habían olvidado, completamente se habían olvidado, me dejaron sola en el restaurante esperando por horas, ni siquiera un mensaje me mandaron, NADA. Me sentía muy mal, sabía que era lo que ellos hacían cada vez que desaparecían de manera "misteriosa", pero como nunca me lo dijeron, yo no comenté nada, me hubiese gustado enterarme por ellos, y no mediante conjeturas y semanas de estar revisando sus cosas y escuchando conversaciones, me sentía un poco mal por haber hecho eso, pero yo estaba muy preocupada por ellos.
Suspiré, ya ni siquiera me daban una excusa para no dejarme plantada, solamente no asistían, antes al menos inventaban cosas, aunque me dolía ver como ellos me mentían, al menos evitaban que quedara plantada. Antes hubiese podido entender que no se presentaran esta noche, pero no ahora, porque sabía que estaban con ella, sabía que ella sí conocía su secreto, por ahí debe ser porque lo compartían, lo cual pienso que puede haber un 99,99% de probabilidad de que sea verdad. Desde que ella apareció en nuestras vidas los alejó de mí, aún no llegaba a comprender con exactitud porque, pero ella lo hizo, y lo que más me duele fue que ellos prefirieron creer en las mentiras que les contaba alguien a la que conocían hace unos pocos meses, que creer en mí que era su amiga desde mucho antes que ella, pero parece ser que ellos no me conocían a mí.
Me dolió profundamente cuando vi que Edward me cambió por ella. Él la prefirió a ella, cambió nuestra amistad por una mujer que estaba completamente loca, aunque creo que lo que más me dolía era que el la amara a ella y no a mí, porque desgraciadamente tenía que aceptar que yo estaba perdidamente enamorada de él. Él fue mi primer amor, mi primer beso, mi primer hombre, si ya sé que sólo tenía 14 y él 15 cuando pasó, pero yo estaba 100% segura que eso era lo correcto, porque así lo sentía mi corazón y no me arrepiento de que haya pasado. Aunque luego de ese mágico momento lo vi en el instituto con ella colgada de su brazo sonriéndose como dos enamorados. Eso destruyó mi corazón aun más de lo que ya estaba, me dolió, porque durante la semana siguiente a lo "nuestro" él se comportaba cada día más distante conmigo, no entendía porque actuaba así él me había dicho que me quería, y yo le había creído hasta que una semana después lo vi con ella, ¡qué estúpida que había sido!. Cerré mis ojos, no me podía permitir llorar por él, pero aunque lo intentara no lo lograba las lágrimas caían sin mi permiso haciéndome sentir ridícula, seguro que el poco maquillaje que me había puesto debe estar esparcido por toda mi cara.
El único que no se había alejado tanto de mi era mi hermano oso, él era el único que me mandaba mensajes de texto disculpándose y excusándose en nombre de todos, pero yo sabía que era solamente de parte de él, pese a que me doliera admitirlo. Si bien no me había mandado ningún mensaje hoy, seguramente porque seguía castigado y sin celular, yo sabía que él estaba ahí para mí. Tanya había logrado su objetivo, había separado a todos de mí, a excepción de Emmett, aunque al principio si lo había logrado separar un poco de mi, ella se equivocó cuando en unas de las tantas veces que acostumbraba a insultarme no se fijó que él estaba escuchando todo, desde ese momento se había vuelto a acercar a mí, creo que nuestra relación ahora era más fuerte que antes, él me defendía la mayoría de las veces cuando los demás le creían a ella.
Lo malo de ésto fue que saber que Emmett se volvió de mi lado la enfureció, lo que la llevó a hacerme una hermosa visita a mi casa que terminó conmigo en el hospital. Todos piensan que unos hombres me atacaron e intentaron violarme, pero por alguna razón de la vida no lo hicieron y me dejaron tirada al costado de una calle muy poco transitada, nadie se preguntó que es lo que hacía yo a casi dos kilómetros de distancia de mi casa, en una calle a la que nunca en mi vida había transitado. Pero claro mi "salvadora" había sido Tanya, que convenientemente estaba con Alice volviendo de hacer una conveniente tarde de chicas, y ella les había contado esa historia a todos. La primera vez que intenté decir la verdad, la mirada amenazante de que dio ella me hizo recapacitar, "Aléjate de Edward" me había dicho entre dientes al lado de mi oído mientras me tiraba del pelo, había aprovechado que todos se habían ido para amenazarme, no me había quedado de otra que seguir con esa "coartada". Sin embargo ella no sabía que yo había grabado todo, justo antes de abrir la puerta encendí las cámaras que tenía en toda la casa, porque no era la primera vez que me hacía una cosa como esa, pero esa era la primera vez que me dejaba así, antes sólo eran moretones, que se veían justificados con mi torpeza.
Esta noche les iba a mostrar el video a los chicos, hoy quería desenmascarar a la bruja esa. Pero no pude hacerlo, porque ellos nunca asistieron, porque ellos me dejaron, porque finalmente me di cuenta de que no les importo.
Y aquí me encuentro descalza con los zapatos en la mano, ya que me puse tacos y como era de esperarse rompí uno cuando me caí, con mi mejor vestido arruinado con un tajo en la pierna derecha producto de la caída, mis rodillas raspadas y sucias, mi cara con el maquillaje corrido, y triste, súper triste, caminando a la mitad de la noche por una calle donde no se ve un alma y para mi criterio, está muy poco iluminada, volviendo del restaurante en donde teóricamente tendría que haberme juntado con mis amigos para festejar mi cumpleaños número quince, pero como era de esperarse ellos me dejaron plantada, estaba demasiado triste y cansada como para tener sentimientos de odio en contra de ellos, así que solo me limitaba a deprimirme aún más a medida que avanzaba hacia mi casa.
Lo único, lo único maravillosamente hermoso que me sucedió en estos últimos meses fue que hace un mes que vivo sola, sí, mis "adorables tíos" me dejaron la casa y se fueron a la mierda porque según ellos "soy demasiada responsabilidad para dos jóvenes libres", no sé de qué mierda hablan si tienen como cuarenta y tantos años, pero me alegré mucho, ya que ellos eran muy malos conmigo. No sé porque aceptaron mi custodia cuando mis padres murieron hace cinco años, pero al menos ya no los volvería a ver. Me dejaron la casa y una "generosa" cantidad de dinero para que pueda vivir un tiempo hasta que pudiera encontrar un trabajo.
Se preguntarán cómo es que dos adultos "responsables" dejan a una chica de 14 años sola, bueno es muy sencillo, ellos no son responsables además no tienen ningún tipo de sentimiento, si se trata de sentimientos hacia mí, claro. Al menos hay alguien que me ah ayudado en este último mes, porque mis "mejores amigos" no sabían nada de esto ya que cada vez que les quería comentar mi situación "algo" siempre interrumpía, como decía, gracias a mi nuevo vecino que estuvo ahí cada vez que necesitaba realmente a alguien, es que sobreviví un mes sola. Aunque debía aceptar que era un poco raro, en el sentido de que siempre que preguntaba en donde andaba cambiaba de tema, y aparte lo veía llegar a altas horas de la noche a su casa, y como para adornar el postre, tenía solo un año más que yo y no iba a la escuela.
La noche cada vez se hacía más y más fría, y mis rodillas ardían, mis piernas estaban cansadas al igual que todo el resto de mi cuerpo, y solo tenía ganas de tirarme en la cama y llorar porque en éste preciso momento me sentía muy sola. Tal vez si lo llamaba él me podría ayudar, porque a pesar de que lo conocía solo desde hace cuatro meses lo sentía realmente como mi amigo, y estaba muy segura de que él me ayudaría como fuera. Estaba por sacar mi celular de la cartera cuando escuché un fuerte chirrido de ruedas derrapando en el cemento, levanté la vista y a unos 300 metros de mí un auto negro era interceptado por otro de color azul que obstruía toda la calle, haciendo que éste derrapara para que no chocaran, me asusté así que me escondí en la oscuridad de la vereda que me brindaban los árboles y la poca iluminación del lugar, me fui acercando lentamente para que nadie me vea, aunque en el interior algo me decía que no lo haga y que saliera corriendo aprovechando que nadie me había visto, mi cuerpo no le hacía caso a esa voz y seguía avanzando.
Las puertas del auto azul que bloqueaba el paso se abrieron y de ahí salieron cinco hombres, cuatro de ellos eran enormes parecían roperos ambulantes, y todos tenían metralletas, enormes metralletas, el otro hombre no era tan fornido como los demás sin embargo se veía claramente que hacia ejercicio y él no llevaba arma, todos iban vestidos de negro pero el que no llevaba arma parecía que era el que lideraba a todos ya que iba en el medio y estaba vestido ligeramente diferente a los demás, todos apuntaron al auto negro, esperando a que los ocupantes bajaran de allí, y cuando finalmente lo hicieron solté un jadeo que hizo que inmediatamente me tapara la boca ya que me encontraba muy cerca de la escena, ¡No puede ser!, ¿qué hace él acá?, pensé, ahí frente a los enormes hombres estaba mi vecino, junto con dos hombres que había visto un par de veces en su casa.
-Ustedes van a morir par de soplones- dijo el hombre del medio con una voz que hizo que todo mi cuerpo temblara- tu también mocoso – le dijo a mi amigo.
- Púdrete idiota- le contestó el, lo que hizo que el hombre se inflara de odio.
- Con que no me tienes miedo mocoso- le dijo- ¡Tú! Ya sabes que hacer- ordenó a uno de su derecha, señalando al hombre alto de pelo largo que estaba a la izquierda de mi amigo
Entonces en ese momento uno de los hombres apuntó con su arma al señor al que le habían señalado y luego disparó, di un grito que quedó ahogado por el ruido del disparo, o al menos eso espero porque estoy muerta sino. Lo había matado, corre, debes correr, ¡CORRE! Me gritaba mi conciencia, pero yo no me podía mover, ni siquiera respiraba, solo veía el cuerpo inerte del señor tirado en el piso con un enorme agujero en el medio de la frente y debajo de él un charco de sangre. Mi amigo se adelantó hacia el hombre, furioso, pero fue detenido por el señor a su lado.
-¡MALDITO HIJO DE PUTA!, POCO HOMBRE, SOS UNA MIER…- no pudo terminar de putear al hombre porque en ese momento grite, si, alguien me agarró de la cintura por detrás y antes de que pudiera taparme la boca pegué el grito más fuerte que di en toda mi vida, mierda soy mujer muerta, pensé amargamente junto a mi conciencia.
- ¡JEFE! Mire que tenemos acá- dijo una voz detrás de mí, esa voz provenía de la persona que me tenía agarrada.
-¿Qué mierda?...- dijo mi amigo mirándome muy enojado
-Así que la conoces pendejo…- la voz maliciosa del hombre me hizo temblar- es una de las tuyas también?- el sarcasmo era palpable.
-CALLATE PUTO- le gritó
-Tú no puedes darme ordenes- lo miró superior- me resultas conocida hermosura- se acercó hasta donde estaba y me olió, fue repugnante- metan a todos en el auto nos lo llevamos a todos- dijo dando media vuelta dirigiéndose al auto
- ¿A la preciosidad también jefe?- preguntó la voz
-Dije TODOS, idiota- masculló- siento que está niña nos va a servir mucho.
¿Qué? No no no no… ¿Por qué a mí? Tendría que haber corrido cuando tenía la oportunidad, me metieron en el auto con mi vecino y el señor junto con dos de los gorilas, al cuerpo del señor con la bala lo pusieron en el maletero, una vez que todo estuvo listo los autos arrancaron. No me había dado cuenta de que estaba llorando en silencio y mi cuerpo temblaba sin parar hasta que mi amigo me abrazó fuertemente, entonces comencé a sollozar.
-No sé qué hacías acá, eres una idiota tendrías que haber corrido, y no meterte- su voz era ruda estaba enojado y tenía razón, me estremecí tendría que haber corrido cuando tenía la oportunidad ahora iba a morir, aunque pensándolo bien si me mataban de una forma rápida, sin dolor y que yo no me diera cuenta sería perfecto, porque… vamos no soy estúpida, estoy sola completamente sola, ni a mis amigos les intereso y no tengo a nadie que dependa de mi, aunque dudo mucho de que su técnica de matar sea precisamente esa- pero pase lo que pase no permitiré que nada malo te pase…- suavizo su voz, en ese momento deje de llorar y levanté la cabeza la cual tenía enterrada en su pecho, lo miré directo a sus ojos y a pesar de que no había mucha luz pude ver la sinceridad expresa en ellos, y también pude notar un poco de cariño- y por cierto , feliz cumpleaños- le sonreí levemente, él se acordó de que hoy era mi cumpleaños, él fue el único que me saludó.
-Gracias- susurré hipando.
-Aww!, que tierno- se burló unos de los roperos, maldito idiota.
-Sii, son muy tiernos- se rió el que iba manejando, ¿"tierno"? ¿En serio? Que idiotas- creo que es hora de que nuestros invitados se relajen, ¿no lo crees?- sugirió con una sonrisa que no me gustó para nada.
-Si creo que tienes razón- dijo el otro, y entonces vi lo que tenía en la mano, una jeringa, una enorme jeringa, con una putamente enorme aguja, ¡Mierda! No.
Eso fue solo el principio del infierno…
